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Jazmín Belén Parra Nahuelhual

Valeria Rozas Solis


Comprensión Histórica del Presente NM3
Colegio San Miguel de los Andes
III°A

Lucha de las clases sociales en Latinoamérica: enfoque en el conflicto de las etnias


indígenas.

A modo de introducción, el libro “Historia contemporánea de Chile II: Actores,


identidades y movimiento”, habla sobre el tema de “lo social” de nuestra sociedad. Los
autores Gabriel Salazar y Julio Pinto toman una postura de carácter radical, estos
consideran lo social desde las consecuencias de la política nacional además como un campo
compuesto por sujetos con la capacidad de generar cambios. La lectura comienza con una
introducción, la cual explica y nos da a entender que no fue una tarea fácil hablar del tema
de lo social, alude a los temas a tratar, en los capítulos, los cuales se basan en interrogantes,
estas nos entregan una noción sobre los problemas y reflexiones, que entre nosotros se ha
instruido con Historia social. Se divide en cuatro capítulos, de los cuales, los primeros tres
se dedican a caracterizar y reflexionar sobre las tres grandes clases sociales en donde se
agrupa a nuestra sociedad, por último, el cuarto capítulo se dedica a hablar sobre las etnias
indígenas, el reconocimiento de estas etnias en nuestra sociedad ha sido de un carácter
problemático (en este capítulo centro el enfoque de la investigación, ya que se trata de un
tema de interés para mi). Durante el desarrollo de este ensayo, presentare: una síntesis del
contenido del libro, la relación de este con la catedra y una respectiva critica su contenido,
además de una investigación sobre el tema de las etnias indígenas las cuales están presente
en nuestro país como en Latinoamérica, este enfoque lo realizo en torno al capítulo cuatro
del libro.

Lo social, se refiere ineludiblemente al concepto de “actor social”, este concepto se le


entrega a cada individuo, el cual a través de su experiencia y su acción consiguen
protagonismo, al momento de unirse con los demás obtienen espontáneamente la calidad de
sociedad. El conjunto de individuos conforma un “ser colectivo”, el cual vela por un interés
en común y un sentido único en su accionar. Lo que diferencia lo social de otras
dimensiones del quehacer humano, es la presencia de una identidad de carácter intermedio
“estas identidades intermedias corresponden entonces a actores colectivos cuya acción (o
inacción) da forma a los grandes procesos sociales. Pensamos que las personas que
integran eso grupos intermedios, en tanto comparten experiencias, necesidades e interés,
van construyendo identidades colectivas que las cohesionan entre sí y las diferencian de
otros actores que comparten su mismo espacio social” (Historia contemporánea de Chile
II, Salazar, Pinto. P.8). Para poder manifestarse y expresarse, estos colectivos toman como
acción el movimiento social.
En el primer capítulo se habla sobre liderazgo lo cual se alude a la clase dirigente o también
conocida como elite, el reconocimiento de estos individuos o grupos, se basa en “la
legitimidad que otorga la circulación del poder y la expresión de cierto poder en sociedad
y situaciones determinadas” (Historia contemporánea de Chile II, Salazar, Pinto. P.14).
Por ello es que se reconoce a este líder, proveniente de esta elite, por su fuerte poder que
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detenta en él. Se entiende que es el poder y no la personalidad que le da el carácter de
liderazgo al individuo. Esté debe de estar dentro de uno de los tres grupos de poderes los
cuales son: poder legal, tradicional o carismático. Uno de los proyectos de liderazgo que se
desarrolló durante el siglo XX, es el proyecto de orden nacional el cual tenía rasgos
autoritarios, la gestora de este fue una elite que giraba en torno al estado Portaliano.
La defensa del equilibrio entra en un momento de dificultad la cual creo distintas
estrategias para generar una neutralización para revolverse el problema, como respuesta
autoritaria actúan desde el poder político, intelectual y social que sostenían las elites.
“Entre ellas, habría que mencionar como principales a los medios de comunicación, los
poderes del Estado y los “poderes fácticos” de las elites patronales, mercantiles, y
empresariales” (Historia contemporánea de Chile II, Salazar, Pinto. P.23). Un ejemplo de
instituciones dominadas por el poder arraigado por las elites, es el Poder Judicial, el cual
durante el periodo Autoritario fue el único vínculo institucional con las prácticas de la
antigua República.
La represión ha sido encabezada por las elites las cuales utilizan las herramientas de
seguridad que el Estado pone a disposición de ellas siendo de carácter interior y exterior,
instituciones como Carabineros, Policía Civil y Fuerza Armadas, son utilizadas por esta
clase, para la restauración del orden como es visible en el golpe Militar de 1973, se utiliza
la violencia, con el objetivo de la conservación del orden público, “las elites han
movilizado a la policía y al ejército para desbaratar con dureza las manifestaciones
masivas de descontento” (Historia contemporánea de Chile II, Salazar, Pinto. P.25), Se
menciona la figura del General Augusto Pinochet, el cual actúa en conjunto con los
militares, en la restauración del país. La Aristocracia chilena era presumiblemente un grupo
en permanente conflicto con la necesidad de un Gobierno fuerte, la gran batalla del
liderazgo que se vivió en el siglo XIX, habría sido la que busco consolidar la unidad
nacional con el apoyo de una clase alta cohesionada, el Ejército y un Estado el cual era el
instrumento de aquel ambicionado “orden nacional”. El liderazgo percibía al estado como
un instrumento de legitimidad, un espacio a dominar, como un “campo de batalla” en donde
se median las fuerzas y el poder de las minorías sociales puede ser seriamente amenazado.
Para el pensamiento conservador las funciones del Estado les corresponden a las elites y su
espacio debe ser ocupado y controlado por ellas, a diferencia del Marxismo, el cual expone
el fracaso del adecuado cumplimiento de la responsabilidad por parte de las elites, este
pensamiento, justifica el traspaso del poder Estatal a las manos de los trabajadores y la
izquierda.
Las elites chilenas se enfrentan constantemente al desafío de sentirse y ser sentidas como la
clase modelo para la sociedad, es decir “la que debía dar el ejemplo”. En Chile durante el
siglo XX, la clase que asumió el papel de directora y encarnación de los mejores valores de
la nación fue la Oligarquía, los denominados nacidos en “cuna de oro” los cuales tienen el
deber social de ser los mejores, se esperaban los mejores intelectos, la vida moral y política
más ejemplar, el papel de ellos era educar y civilizar al pueblo para desprenderles su
brutalidad e ignorancia social, pero no quedaban exentos de crimines, corrupción y
despilfarro.
De los cuales no solo debían ser políticos o presidentes de la República, sino también
pensadores, médicos, educadores y benefactores sociales
En el segundo capítulo se habla de los grupos medios los cuales, para los ojos de la elite no
existían, ya que para ella no eran amenazantes y se les consideraba despreciable. Se negaba
la idea de una clase media emergente e innovadora, es decir se seguía dividiendo a la
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sociedad chilena en solo dos grupos, sin darle reconocimiento a la clase media. Con el
remezón político de los años veinte, este grupo se convirtió en una clase de mayor interés.
El desprestigio de la oligarquía convirtió a este grupo en receptor de nuevas costumbres que
debían gobernar al país, convirtiéndose en una clase culta, de profesionales e intelectuales.
Se percibe a la clase media, como un sector de paso hacia lo más alto de la sociedad, es
decir que este grupo medio, es una especie de clase de tránsito en la cual se puede avanzar
y llegar a ser alguien más o quedarse en donde uno esta, también se les ve como una
esperanza nacional, llamada a conducir los cambios profundos que un siglo de predominio
aristocrático y mercantil no había querido realizar. Esta clase estaba compuesta
principalmente por, los artesanos (actores sociales que pertenecían al mundo popular, el
cual se caracterizó por su independencia y capacidad de acumulación por cuenta propia),
los grupos de inmigrantes (los cuales fueron bienvenidos y bien vistos por las elites
oligárquicas del siglo XIX, formando parte de la elite artesanal en 1810-20, vistas de
manera positivas por las elites políticas por la colonización de las zonas desocupadas al sur
del país, vistos por los grupos medios nacional como una amenaza, debido a su buena
relación con las elites), los grupos profesionales (en su mayoría universitarios, que
desempeñaban sus labores de manera asalariada o independiente, los cuales se empiezan a
desarrollar lentamente en la década de 1830; a mediados del siglo XX se empiezan a formar
los cuerpos de abogados, literarios, periodistas de origen medio; comienzan a ascender
socialmente por su esfuerzo), los grupos funcionarios (conformados por el empleado
público, el cual mantiene una relación con el Estado, desempeñando cargos de funcionarios
hospitalarios, profesores municipalizados, funcionarios ministeriales, entre otros; el
empleado particular, el cual se mueve en el contexto del Mercado).
“Los sectores de la clase media tienden a modelar su comportamiento según las pautas de
las propias elites y solo entran el conflicto con ellas cuando son marginados del
“padrinazgo”; entonces presionan para lograr una mayor apertura de parte de los
padrinos” (Historia contemporánea de Chile II, Salazar, Pinto. P.89), no existe una
identidad propia que identifique la clase media, en esta clase destacan dos características
esenciales: 1) tienen una gran capacidad y deseo de consumir; 2) la falta de un discurso
social. Además, constituyen el importante público de las casas comerciales y de sus
créditos de consumos (por medio de este sistema crediticio, podrían comprar ciertos
artículos que creían necesarios para suponer algo que no lo eran). Ser de clase media se
asimila a estar en una vacío de identidad, debido a que, nadie se identifica de verdad. En el
siglo XX, ser parte de esta clase dejo de ser una vergüenza, y en la actualidad ser parte de
ella, es algo común. El grupo medio es el que no es claramente popular ni proletario, y
tampoco aristocrático o clásicamente burgués.
En el capítulo tres se habla sobre el sujeto popular el cual es un individuo que tiene
conciencia de sí mismo, que lo lleva a influir en su yo y su circunstancia, el individuo que
actúa en este sentido se le estima como un sujeto (actor social) histórico, este tiene la
vocación de transformar la vida social en la que vive. “El estudio histórico ha comprobado
que los sujetos no “son”, sino que “están siendo”” (Historia contemporánea de Chile II,
Salazar, Pinto. P.94). La inserción social del sujeto, debido a sus intereses de clase, deriva
en objetivos y métodos que movilizan la acción social. El sujeto social obrero, para el
marxismo clásico, estaba destinado a hacer la revolución.
Las organizaciones, que nacieron al interior del sector popular, asumieron el rol de los
movimientos en pro de la subsistencia en las poblaciones, o en defensa de los derechos
humanos, creando de este modo un patrimonio que dio vida a una conciencia identitaria y a
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organizaciones locales que desplegaron un proyecto de autonomía social. “El concepto que
alude a “movimiento”, “acción”, “actividad”, supone que los actores históricos (en este
caso, los sujetos populares) se movilizan con el objeto de transformar una realidad
considerada adversa o, por lo menos, problemática” (Historia contemporánea de Chile II,
Salazar, Pinto. P.97). Una experiencia mayor mente vivida por estos sujetos populares, es
la pobreza, vivida por ello y por el pueblo, esta condición le otorga a la Historia social, un
elemento de continuidad, que orienta las movilizaciones populares: las cuales encaran las
privaciones y tratan de superarlas. El pueblo tradicional se forma por: los campesinos, los
peones y los artesanos.
En el cuarto capítulo nos cuenta sobre el tema de las etnias indígenas, con base de este
capítulo realice mi investigación que daré a conocer más adelante.
En nuestro país existen comunidades cuya Lengua, Religión, Valores e Historia son
diferentes del resto de la población. Estas comunidades habitan en un determinado
Territorio, con el cual se identifican. Se les reconoce con el nombre de etnias indígenas:
Aymara, Mapuche, Qawasqar, Yámana, Quechua, Colla, Atacameños y Rapa Nui. Los
miembros de estas etnias pertenecen a una comunidad cuya cultura nutre una suerte de
honor colectivo.
El Estado chileno reconoce la existencia de estas etnias, pero no le da el reconocimiento de
pueblos indígenas, esto se debería a que atentaría contra la visión clásica de una sola
Nación y un solo Estado. Por el contrario de las organizaciones y defensores de los
derechos indígenas, que plantean que las etnias si constituyen pueblos, debido a la Historia,
Identidad, Religión, Lingüística y territorial. “Se habla de colonialismo interno para dar
cuenta de la existencia de pueblos, dentro de un Estado, económicamente explotados y
culturalmente reprimidos.” (Historia contemporánea de Chile II, Salazar, Pinto. P.138).
Pese a los siglos de discriminación etnocida y también genocida, estas culturas indígenas no
han desaparecido. “En la conquista el término “indio” aludió al sector colonizado. En la
actualidad, esa relación de subordinación no ha desaparecido: los indígenas chilenos,
como los del resto de Latinoamérica, constituyen un grupo políticamente impotente,
socialmente discriminado y económicamente pauperizado.” (Historia contemporánea de
Chile II, Salazar, Pinto. P.139).
Como se ha mencionado anteriormente el Estado es un instrumento de los grupos
dominantes, a través de este se ha despojado a los indígenas de sus derechos fundamentales
(como el acceso a la tierra y el agua) además del espíritu, lo cual provoca la dispersión,
total o parcial, de las culturas originarias. Para las etnias, la producción de su alimentación
y reproducción de la cultura, es algo muy importante, hay que tener en cuenta que la cultura
establece una relación especial con la naturaleza, lo cual ocupa un lugar central dentro de
ella.
La llegada de los españoles al continente, se presenció con un elevado grado de violencia,
hacia estos grupos, la violencia tenía como objetivo aprovecharse de los indígenas tanto en
su mano de obra como en sus territorios, un ejemplo de esto, es la conquista de la
Araucanía, cual era atractiva debido a sus altos niveles de oro (base de la Economía del
siglo XVI) y abundante mano de obra, sumado a esto existió una apropiación
(sometimiento) de carácter físico y espiritual (a través de la religión).
A causa de la conquista, las etnias indígenas se exterminaron de forma dramática, lo que
significó un descenso demográfico. Los primeros espacios conquistados fueron los más
trágicos, como lo fuel el caso del Caribe, los indígenas tuvieron una muerte directa
(literalmente exterminados). El genocidio, se desarrolló por diferentes causas como lo
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fueron: las malas condiciones del trabajo, el desgano vital, la disminución de la natalidad,
mestizaje y epidemias.
La dictadura militar igual estuvo presente en este sentido, revirtiendo las iniciativas de la
materia de las etnias indígenas, que el anterior gobierno había hecho reconocimiento. Esta
negó la existencia de los pueblos indígenas y por medio de las leyes “ad hoc”, iniciaron
procesos que tuvieron un carácter etnocida. Las etnias reaccionaron, a través de la vía legal
(apegándose a la institucionalidad), en el caso de los Aymaras, su mejor arma fue guardar
silencio.
“La vuelta a la democracia se mostró auspiciosa para el movimiento indígena, el borrador
de una nueva ley prometió respeto y participación de los indígenas en la vida nacional,
reconociendo, legalmente su existencia como pueblo” (Historia contemporánea de Chile
II, Salazar, Pinto. P.168). El presidente, que en ese entonces estaba al mando de la Nación
Patricio Aylwin se mostró orgulloso por cómo se pudieron expresar estas etnias debido a
que jamás lo habían hecho, se comprometió en apoyo a la Ley.

En relación del contenido expuesto en el libro, con la cátedra, podemos relacionar, con los
distintos contenidos visto en clases: el Sujeto Histórico, el cual se expone a lo largo del
texto, pero se le da mayor énfasis en el tercer capítulo del libro, durante las clases de la
asignatura, vimos a detalle lo que es un sujeto histórico, pudiendo ser este un investigador
social, un activista o cualquier otro individuo, que comprende las desigualdades e
injusticias sociales las cuales a menudo parece como algo normal a los ojos de la mayoría,
pero este tiene la capacidad de transformar su realidad y con esto producir acontecimientos
(procesos, hechos, sucesos históricos) relevantes para la Historia. También lo podemos
relacionar con lo visto en clases sobre los colectivos sociales los cuales conforman una
organización, para expresar sus demandas y de este modo ser escuchados por las
autoridades para tomar cartas sobre el asunto, además este modo también logra la unión y
participación ciudadana y el uso de la legitimidad (que, en el caso de las elites, expuesto en
el libro, su medio de legitimidad es el estado). El concepto de Marxismo, mencionado a lo
largo de los capítulos, se establece la relación con las Corrientes Historiográficas, en
específico, con el Materialismo Histórico, el cual tiene como máximos representantes a
Antonio Gramsci, Friedrich Engels y el más notable Karl Max siendo este el padre del
Comunismo, el Marxismo rechaza al Capitalismo y defiende la construcción se una
sociedad sin clases sociales ni Estado. Los acontecimientos mencionados, como la
dictadura militar vivida en nuestro país durante el periodo 1973 a 1990, es determinada
como Historia reciente, ya que es un pasado cercano (dentro del lapso de los 30 año de
pasado), todavía existiendo generaciones que evidenciaron y nos puede contar sobre este
suceso, siendo este suceso coetáneo debido a que estas generaciones lo vivieron.
El contenido del libro me parece interesante, ya que se considera a la ciudadanía como un
actor en la Historia nacional, no pasándose por alto la complejidad que tiene, debido a que
se trata de un actor social muy diverso en su composición interna, lo cual presenta
dificultades de cohesión en distintas coyunturas. La ciudadanía o sociedad civil se nos
presenta como un espacio complejo, abundante en visiones e identidades. El análisis de “lo
social” que se centra en los actores y su accionar, ya que una mirada estructural los
simplifica e incluso los omite, la perspectiva de clase, que diluye en los sectores populares

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a aquellos actores, que no se desenvolvían en la clase dirigente, como lo eran las mujeres,
los pueblos indígena y los jóvenes (estando relacionado en el contexto de actualidad, en el
cual todavía se omiten a ciertos sectores como lo son los indígenas y clase media y pobre
del país, las cuales se manifiestan para ser escuchados, siendo estas manifestaciones de
carácter violento en muchas oportunidades, como lo vivido en el estallido social del 2019).
En relación a lo mencionado en el libro sobre las elites (clase alta) y el papel que tienen
dentro de nuestra sociedad, tomó una postura en acuerdo con lo aludido en el texto, ya que
se menciona que las clases dirigentes son las que toman las grandes decisiones del país
siendo esto algo que todavía se ve en nuestra sociedad. A pesar de que la clase media
ascienda económicamente y socialmente, a esta nunca se le da el reconocimiento que se le
defiera dar la clase que esta por encima de nosotros, es decir, la elite los sigue viendo como
algo inferior a ellas, esto se debería por el hecho de no nacer con un “buen” apellido,
además tal como se alude en el texto, para este grupo dirigente, la clase media, es poco
amenazante y despreciable para sus ojos. Sobre el apartado de las etnias, fue uno de los
temas que más llamo mi atención, y con el cual me encuentro en acuerdo total, ya que se
dan a conocer muchos datos de interés, y sobre todo contando la realidad vivida y sufrida
por las distintas etnias presente en nuestro país. Respecto al contexto actual, se siguen
evidenciando conflictos y discriminaciones hacia estas etnias. Por lo cual este capítulo, es
uno de los cuales entrega más detalles para conocer, los distintos problemas vividos por los
indígenas como, por ejemplo; los espacios que fueron colonizados por los españoles lo cual
provoco, sometimientos, etnocidio y violencia en contra de los indígenas, los distintos tipos
de resistencia como espiritual y militar, entre otros factores que se describió sobre este tema
durante este capítulo.
Un aspecto negativo que se puede destacar sobre el libro es que alude que los autores
(Gabriel Salazar y Julio Pinto), escribieron esta obra para los ciudadanos, pero cuesta
entender si realmente esta dedicado para los ellos, esto se debería por lenguaje y el estilo
que emplean estos autores, en lo personal hubo ciertos términos que salían en el texto que
me desconcertaron, ya que no sabia su significado. Por ende, el lenguaje que se utilizo
durante la obra daba a entender que era un libro más bien escrito para una comunidad que
entiende sobre este tema, es decir una comunidad Histórica.
El tema que vinculare al respecto de la lectura central, en base a la actualidad en Chile y en
Latinoamérica es el tema de “las etnias indígenas” ya que este sigue vigente, tanto en
Latinoamérica como en nuestro país. Este tema a mí me llama la atención, debió al interés
de saber más sobre este tema para poder entender la situación actual de las etnias indígenas.
Actualmente se está viviendo en nuestro país, el caso del conflicto de la Araucanía con los
mapuches que habitan en la zona sur del país (el pueblo mapuche es la etnia más numerosa
del país), estos reclaman en recuperación de sus tierras, que fueron apropiadas por parte del
Estado durante el siglo XIX y que ahora pertenecen en su mayoría a empresas forestales y
son partes de la propiedad de los grupos económicos más importantes del Cono Sur, como
se menciona en el libro “Apropiase de las tierras indígenas para entregarlas a
particulares (chilenos e inmigrantes) fue una política de Estado durante la segunda mitad
del siglo XIX, una política que contemplo mecanismos de negociación y de exterminio

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físico. El resultado fue la muerte del que se opuso a la “pacificación”, y la reducción física
y cultural del que opto por sobrevivir” (Historia contemporánea de Chile II, Salazar,
Pinto. P.140), actualmente se encuentra vigente un estado de excepción en la macro zona
del país, en la cual están presentes los militares para resguardar el órden público, y regular
los derechos y libertades de las personas. (Tomó el caso del pueblo mapuche debido a su
actualidad de estos conflictos, que los podemos presenciar durante estos días)
El continente Latinoamericano atrae consigo una serie de deudas sociales de discriminación
y faltas de oportunidades con los pueblos originarios y tribales, que reflejan situaciones de
pobreza, marginación y escasa participación en los procesos de desarrollo social. El
conflicto que se vive en Latinoamérica se remonta a más de 500 años, desde la llegada de
los conquistadores españoles al pisar tierra Latinoamericana, estos conflictos se
desarrollaron por tener un control sobre las tierras, el uso de los recursos naturales y el
choque de cosmovisiones diferentes entre españoles e indígenas.
En relación a lo anterior, las amenazas a lideres indígenas son una constante en
Latinoamérica. Se trata de una escalada de violencia que está dejando un sobrecogedor
rastro de asesinatos a 363 defensores y defensoras de pueblos originarios perdieron la vida
entre el 2012 y el 2020 en la región de América Latina, el país con el balance más crítico es
Colombia, en este país, 117 pobladores indígenas han sido asesinados durante el periodo ya
mencionado: “Nadie quiere denunciar lo que pasa en los territorios porque están
amenazados. Es una situación humanitaria gravísima”, reflexiona Fany Kuiru Castro,
lideresa indígena uitoto de la Amazonía colombiana y coordinadora de Mujer, Niñez y
Familia de la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana
(OPIAC).
En los países Latinoamericanos, se viven distintos tipos de conflictos que involucran a las
etnias indígenas, algunos casos son: México persisten numerosos conflictos de tierra con
comunidades indígenas, particularmente en el estado de Chiapas. En Guatemala, se han
generado enfrentamientos en San Miguel Ixtahuacán, en el departamento de San Marcos,
por la actividad minera a cielo abierto, además, en 2008, la Coordinadora Nacional
Indígena presentó un informe al gobierno en el que señalaba la existencia de conflictos por
el derecho a la tierra en 11 estados. En Costa Honduras-Nicaraguas las actividades de la
pesca comercial de langosta en la Costa Atlántica de Honduras y Nicaragua han producido
graves problemas de salud (sordera y ceguera) en los indígenas de la comunidad Miskito.
En Perú, en el norte, el departamento de Amazonas, se han producido una serie de
enfrentamientos violentos entre las autoridades y comunidades que luchan por proteger sus
territorios ancestrales.
Los países de Latinoamérica con mayor presencia de indígenas son: México (25%),
Guatemala (6,5%), Bolivia (5,6%), Perú (4,0%) y Chile (2,2%) (fuente Grupo de trabajo
Internacional para Asuntos Indígenas; Banco Mundial.).
Como conclusión final respecto al conflicto que se vive en Latinoamérica respecto a las
etnias indígenas, principalmente se debe a la recuperación de tierra que fueron usurpadas
por parte de sus Estados respectivamente, siendo estos conflictos de tipo bélicos y en
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muchas oportunidades se terminan con las vidas de los indígenas, que se manifiestas para
poder recuperar sus tierras ancestrales.

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