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Enunciado de la actividad

Carlos Agundez, argentino, con domicilio en calle Bv. San Juan 180, es un conocido
artista plástico de Córdoba, con una trayectoria reconocida a nivel internacional. Carlos
nació en la provincia de Buenos Aires y a los 10 años de edad se mudó a Córdoba junto
con sus padres. Su madre, una aficionada de la pintura, le contagió desde pequeño su
amor por las expresiones artísticas. Al terminar sus estudios secundarios, Carlos decidió
estudiar Bellas Artes y comenzó a soñar con su propia galería de arte.
De a poco, empezó a comprar obras de diversos artistas y, en el año 2015, en un local
del barrio Nueva Córdoba, instaló su primera galería de arte. Hasta el momento, solo
tenía en exposición obras de artistas argentinos, pero como los clientes que concurrían
a su galería empezaron a pedirle que también trajera obras de artistas extranjeros,
Carlos empezó a contactarse con galerías de arte de otros países.
Tuvo en cuenta varios aspectos al momento de elegir las personas con las que iba a
contratar. A Carlos le preocupaba mucho el tema del transporte de las obras y le
generaba temor realizar este tipo de transacciones internacionales, sobre todo porque
no estaba seguro de si, frente a un incumplimiento, debería intervenir un juez argentino
o un juez extranjero.
Sin embargo, sus ganas de otorgarle crecimiento a su negocio lo llevaron a decidirse por
dejar sus miedos de lado y empezó a enviar e-mails a distintas galerías de arte de
Uruguay, Brasil, Chile, España y Francia. Celebró su primer contrato de compraventa con
el señor Juan Domínguez, dueño de una galería uruguaya, a quien le encargó en una
primera oportunidad 5 cuadros de una conocida artista uruguaya, que le fueron
entregados a mediados de 2019, y un segundo pedido lo pactó para abril de 2021.
También se contactó con La Alhambra S.L., una empresa española, con sede en la ciudad
de Madrid, dedicada a la compraventa de esculturas en mármol.
Tanto las obras de la artista uruguaya, como las esculturas de La Alhambra S.L. fueron
muy bien recibidas por los clientes de Carlos, por lo que estrechó una muy buena
relación comercial con estas galerías.
Los asesores comerciales de La Alhambra S.L., al ver que Carlos estaba vendiendo muy
bien estas esculturas en Córdoba, empezaron a indagar para instalar una sucursal en la
ciudad de Córdoba y otra en Buenos Aires, sin decirle nada a Carlos. En una de las últimas
entregas que realizó La Alhambra S.L. en el domicilio de la galería de arte de Carlos, se
presentó Margarita Torres, en carácter de apoderada de la sociedad española, pero no
le especificó a Carlos por qué había sido designada como apoderada, siendo que siempre
contrataron directamente Carlos con los asesores comerciales de la sede en Madrid.
Unos meses después, Carlos se enteró por un vecino que, a 3 cuadras de su galería de
arte, la empresa La Alhambra S.L. había alquilado un local enorme y tenía pensado
instalar allí su sucursal.

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