Cultivo orgánico Los Cultivos orgánicos en la actualidad son conocidos como aquellos métodos de producción de alimentos pura y exclusivamente naturales. En estos restringe el uso de aditivos químicos o cualquiera otra sustancia que contenta materiales sintéticos, tales como pesticidas, herbicidas y/o fertilizantes artificiales.
En este tipo de cultivo orgánico no sólo son benéficas para el crecimiento
100% natural de los vegetales, sino que además beneficia el medio ambiente, evitando contaminar en los diversos procesos por los que pasa el cultivo y así permite la regeneración del suelo. Además, los cultivos orgánicos en muchas oportunidades mantienen los nutrientes esenciales de su naturaleza, elementos que en muchos casos se pierden con la manipulación genética o utilización de agroquímicos.
Los cultivos orgánicos son fertilizados mediante:
Composta. Es la descomposición de restos orgánicos como ramas,
hojas, césped, , cáscaras de frutas, hortalizas, etc. Con la aplicación de la composta estamos ayudando a la regeneración de la vida microbiana de la tierra y además estamos mejorando la textura y composición química del suelo. Lumbricultura (conocido como lombricomposta o vermicomposta). Es considerado como uno de los mejores fertilizantes orgánicos. La Lombricultura se obtiene con la ayuda del proceso digestivo de las lombrices. Tiene un pH neutro, por lo que está indicado para todo tipo de plantas. Además de aportar nutrientes, nitrógeno, hormonas, etc. también aumenta la resistencia ante heladas, mejora las características de terrenos arcillosos y arenosos, así como las micorrizas. Cenizas. Deben proceder de maderas sin pintura, esmaltes, etc. Además de ser una solución natural ante plagas y enfermedades causadas por hongos, las cenizas aportan altos niveles de calcio, magnesio y potasio. Son muy útiles para corregir suelos con pH muy ácidos por su ligero efecto alcalino.