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La Fecundación

La fecundación es el proceso por medio del cual un ovocito u óvulo y un


espermatozoide se unen dando lugar a un cigoto o embrión.
Dicha unión tiene lugar en las trompas de Falopio de la mujer, y para que se
lleve a cabo es indispensable que la producción de gametos (ovocito y
espermatozoides) sea correcta, que las trompas de Falopio y el útero se
encuentren en buen estado y que el coito se realice en el momento adecuado.

Durante el coito, los espermatozoides liberados en el interior de la vagina


deberán pasar por el cuello del útero, atravesarlo, y subir por la trompa de
Falopio hasta encontrarse con el ovocito. A lo largo de todo el trayecto se
pierde un gran número de espermatozoides, llegando al ovocito únicamente
algunas decenas (menos del 1% del total).

Cuando un espermatozoide consigue penetrar el ovocito, se produce de


inmediato un bloqueo que impide que puedan entrar otros. A partir de ese
momento, el ovocito fecundado sufrirá una serie de cambios que tienen como
finalidad la creación y el desarrollo de un embrión.

A medida que se van produciendo las primeras divisiones embrionarias, el


embrión desciende por la trompa hacia la cavidad uterina, llega al útero
aproximadamente al cuarto-quinto día de haber sido fecundado, y entre el
sexto y el 14º día se produce su nidación o implantación. Los cambios
hormonales que se originan como consecuencia del embarazo impedirán que
se presente una nueva menstruación.

Fecundación e implantación
Los ovocitos
La mujer posee desde su nacimiento un número determinado de células
germinales en los ovarios (aproximadamente 40.000 en cada ovario). La
maduración de dichas células y la producción de los ovocitos se realiza de
forma cíclica, cada 28 días. Es la hormona FSH la responsable del crecimiento
y maduración folicular. En cada ciclo ovulatorio se obtiene normalmente un solo
ovocito a partir de un folículo de uno de los ovarios. De hecho, son varias las
células que empiezan a madurar en un mismo ciclo, pero en general sólo una
completa el proceso.
La ovulación o liberación del ovocito maduro por parte del ovario se produce
aproximadamente a mitad del ciclo y viene inducida por un aumento de la
hormona LH. En estos días, la mujer se encuentra en periodo fértil y, por
consiguiente, es más fácil lograr un embarazo.

Ovulación
Los espermatozoides
Los espermatozoides se producen en los tubos seminíferos de los testículos de
manera continua, mediante un proceso que tarda 70 días en completarse y que
es controlado por hormonas.

Durante la relación sexual, en el momento de la eyaculación, los


espermatozoides se mezclan con el líquido producido en las vesículas
seminales y con la secreción prostática para formar el semen, que es vertido al
exterior a través de la uretra depositándose en el fondo de la vagina.

El volumen normal de semen es de 2 a 6 ml y contiene más de 20 millones de


espermatozoides por mililitro. Se considera normal que de éstos se muevan
adecuadamente el 50% y al menos un 30% tengan una apariencia normal.

El semen tiene una consistencia viscosa al momento de ser eyaculado pero la


temperatura de la vagina hace que se transforme en líquido.

Aparato reproductor femenino


El aparato reproductor femenino está formado por órganos externos y órganos
internos.

Órganos externos:

Vulva.
Vagina.
Órganos internos:
Útero o matriz.
Trompas de Falopio.
Ovarios.
Órganos externos
Son la vulva y la vagina. En el aspecto reproductivo su función es comunicar
los órganos internos con el exterior y permitir la penetración del pene durante la
relación sexual para recibir el semen eyaculado en el fondo de la vagina.

Cabe mencionar que la vagina cuenta con un ph ácido, producto de la


liberación de ácido láctico por organismos que en estas condiciones se
consideran flora vaginal normal: los lactobacilos o bacilos de Döderlein.

Este ph ácido tiene como función impedir el crecimiento de bacterias patógenas


en la vagina sin impedir el paso del espermatozoide.

Órganos internos
Los ovarios y las trompas de Falopio se conocen colectivamente como anejos.

En los ovarios se localizan los folículos primordiales o antrales, que en su


momento, por el estimulo hormonal de la FSH, dan paso a la formación de
folículos, estructuras muy importantes porque en su interior se desarrolla la
célula germinal de la mujer, conocida como óvulo u ovocito. Los ovarios tienen
una importante función hormonal y su tamaño es variable dependiendo de la
edad de la mujer y del momento del ciclo menstrual. Sustancias exógenas
como hormonas inductoras de la ovulación o anticonceptivos orales, pueden
estimular o suprimir la actividad ovárica y, por tanto, afectar a su tamaño.

Para estudiar la adecuada función hormonal de los ovarios debemos de realizar


una analítica hormonal entre el tercer y quinto día del ciclo menstrual de la
mujer.

En un embarazo, si el feto es femenino, alrededor de la semana 20 de


gestación, los ovarios cuentan con aproximadamente de 6 a 7 millones de
folículos primordiales.
A partir de ese momento se inicia un descenso natural y fisiológico en el
número de folículos primordiales, de manera que a la hora del nacimiento se
cuenta con 2 millones. Éstos ya no se recuperan y potencialmente cada uno de
ellos puede dar lugar a la formación de un óvulo.

Desde el nacimiento hasta la pubertad, que es el momento en el cual se inicia


la ovulación, continúa la disminución en el número de folículos primordiales
hasta llegar a 450.000.

Entonces, cada mes, el ovario selecciona de 8 a 20 folículos para desarrollarse


y sólo uno, en la mayoría de los casos, puede formar un folículo maduro. El
resto detiene su crecimiento por la acción de la hormona inhibina.

El número de folículos antrales se puede contar por medio de una sencilla


ecografía que debe de realizarse en un momento determinado del ciclo
menstrual. Este número de folículos se relaciona con la capacidad reproductiva
de la mujer.

Así, entre los 35 y 43 años de edad, en promedio, se consume toda la carga


folicular del ovario hasta agotarse, con lo que termina la etapa fértil de la mujer
y se da paso a la menopausia.

Las trompas de Falopio se encuentran conectadas por un extremo al útero y


por el otro abrazan al ovario a la espera de la ovulación y así poder capturar el
óvulo en su interior.

La trompa no es un tubo recto, sino que es un órgano con movilidad y


funcionalidad.

En su interior existe una mucosa conocida como endosalpinx, formada por


canales o surcos llamados pliegues que recorren todo lo largo de la trompa y
sirven de guía para el viaje de espermatozoides.

Para saber si las trompas son permeables y permiten el paso de


espermatozoides y del embrión basta con realizar una
histerosalpingosonografía.
También cuentan en su interior con pequeños filamentos que permiten el viaje
del óvulo y posteriormente el embrión, en sentido inverso al recorrido de los
espermatozoides hacia la cavidad uterina.

El útero está formado por:

Una capa externa, que se conoce como serosa.


Una capa muscular en medio, que le permite crecer y estirarse durante el
embarazo, conocida como miometrio.
Una capa interna o mucosa, que se conoce como endometrio. En el endometrio
es donde se implanta el embrión.
En el útero se distinguen tres porciones:

Fondo.
Cuerpo, que forma básicamente la cavidad uterina.
Cérvix o cuello, la parte que comunica el útero con la vagina.
El cérvix o cuello uterino tiene en su interior unas criptas en las cuales existen
glándulas productoras de moco. En época de ovulación, éste permite el paso
de los espermatozoides a través del cuello y es aquí donde cumplen con una
importante función conocida como capacitación.

La capacitación consiste en que los espermatozoides adquieran movilidad para


su ascenso. Además, se inicia en la cabeza del espermatozoide un proceso de
activación de enzimas que, posteriormente, al entrar en contacto con el óvulo,
le permiten hacer un orificio en la pared del mismo para lograr la fertilización o
fecundación.

Aparato reproductor masculino


Los órganos del aparato reproductor masculino son:

Testículos.
Epidídimos.
Conductos deferentes.
Vesículas seminales.
Próstata.
Uretra.
Pene.
Los testículos reciben desde el cerebro la información para su funcionamiento.
El hipotálamo y la hipófisis son estructuras neuroendocrinas que interactúan
entre sí para producir y enviar al testículo la hormona folículo estimulante (FSH)
y la luteinizante (LH), conocidas como gonodotrofinas hipofisiarias.

Éstas, en el testículo, actúan específicamente en las células testiculares para


realizar dos importantes funciones:

La formación de espermatozoides.
La producción de testosterona, que es la hormona masculina que interviene en
el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios (formación de vello,
disposición de grasa en el cuerpo, desarrollo muscular, tono de voz, etc.) y en
la producción de esperma.
En los testículos se encuentran los túbulos seminíferos, en los que se realiza la
formación de espermatozoides a partir de las espermatogonías, mediante un
proceso que tarda 70 días en completarse.
Los espermatozoides se hallan constituidos por una cabeza oval –en la que se
encuentra el núcleo celular que contiene 23 cromosomas- y una cola que
permite su transporte a través del aparto reproductor masculino y femenino.
Los espermatozoides salen del testículo por unos conductos que constituyen la
vía seminal que se inicia en el epidídimo - donde los espermatozoides
completan su maduración -y prosigue en los conductos deferentes y
posteriormente en los conductos eyaculadores que atraviesan la próstata y
finalizan en la uretra. Durante la eyaculación los espermatozoides se unen a las
secreciones procedentes de las vesículas seminales y de la próstata, útiles
para su supervivencia y progresión en el aparato reproductor femenino,
constituyendo el semen.

La concepción (fertilización) o comienzo del embarazo es el momento en que


un óvulo es fecundado por un espermatozoide. En el ciclo menstrual normal se
libera un óvulo de uno de los ovarios alrededor del día 14 antes de la siguiente
menstruación. La liberación del óvulo se denomina ovulación.
Dónde ocurre el desarrollo del óvulo fecundado?
Después del coito, el esperma se desplaza desde la vagina, por el cuello
uterino y por el útero, hasta la trompa de Falopio, donde un espermatozoide
fecunda al óvulo. El óvulo fecundado (cigoto) se divide varias veces mientras
se desplaza por la trompa de Falopio hasta llegar al útero.
La ovulación marca el comienzo de la fase fértil de la mujer. En estos días
fértiles, muy pocos (unos dos o tres cada mes) es posible que se produzca la
fecundación, si es que algunos espermatozoides son capaces de llegar hasta
las trompas de Falopio, tras su accidentado viaje desde la vagina materna.
La ovulación marca el comienzo de la fase fértil de la mujer. En estos días
fértiles, muy pocos (unos dos o tres cada mes) es posible que se produzca la
fecundación, si es que algunos espermatozoides son capaces de llegar hasta
las trompas de Falopio, tras su accidentado viaje desde la vagina materna.

La ovulación: las fases paso a paso


Esquema FSH ovulación

Durante la pubertad, la hipófisis de la mujer empieza a segregar dos hormonas


sexuales: la hormona folículo estimulante (FSH) y la hormona del cuerpo lúteo
(LH).

La hormona folículo estimulante provoca el crecimiento de un folículo, mientras


que la hormona del cuerpo lúteo desencadena la ovulación y ayuda a que se
complete la segunda fase del ciclo.

Hay un calendario de ovulación: tiene lugar aproximadamente 14 días después


del comienzo de la última regla. Empiezan así los días fértiles de la mujer. El
folículo estalla, el óvulo, que ahora puede ser fecundado, se desprende hacia la
trompa y la estructura folicular restante se transforma en el denominado cuerpo
amarillo.

Ahora el óvulo puede ser fecundado en la llamada trompa de Falopio. Para ello
están supuestamente ahí los espermatozoides capaces de fecundarlo que, tras
el acto sexual, ya han recorrido buena parte del camino. Primero, a través de la
barrera mucosa del cuello del útero, luego a través de la cavidad uterina y,
finalmente, a través de una parte de la trompa de Falopio.
Un espermatozoide se funde con el óvulo
Uno de los espermatozoides penetra en el óvulo; el patrimonio genético de la
madre y el padre se funden y se origina una nueva vida humana. Empieza la
división celular. Los movimientos propios de la trompa transportan ahora a este
embrión en ciernes hasta la cavidad uterina en un plazo de 4 o 5 días. El
embrión anida en la mucosa que reviste dicha cavidad, que las hormonas han
preparado a tal fin: es la fase de implantación. Así da comienzo el embarazo.

A partir de ahora se liberan en el organismo materno unas sustancias, sobre


todo de la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), que durante las
ocho semanas siguientes aproximadamente se encargará de estimular el
cuerpo amarillo en el ovario. La presencia y aumento de esta hormona es
precisamente la culpable de muchos de los síntomas del embarazo. Dicho
cuerpo amarillo, que visto a través de ecografía tiene la apariencia de un
quiste, produce la hormona denominada progesterona. La producción de
hormonas destinadas a preservar el embarazo se estabiliza con la progresiva
formación de la placenta.

Si no anida ningún embrión en la mucosa uterina, no llega señal alguna al


organismo materno. El cuerpo amarillo no se forma y los niveles de
progesterona disminuyen. El resto ya lo conocen: la mucosa uterina, ya
innecesaria, sangra y da lugar a la menstruación.

espermatozoide y óvulo
Los espermatozoides son las células sexuales masculinas que llevan el
material genético de un hombre. Son tan diminutos que no se pueden ver sin
microscopio. En un hombre sano, una eyaculación suele contener entre 40
millones y 600 millones de espermatozoides.

Los espermatozoides tienen una cabeza ovalada, un cuerpo corto y una cola
larga. Se desplazan moviendo la cola. Un espermatozoide fertiliza el óvulo de
una mujer penetrando la membrana que rodea el óvulo.

Los espermatozoides se desarrollan en los testículos de un hombre. Se añaden


al semen antes de la eyaculación.

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