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E
n nuestra sociedad es común juzgarlo todo en función de su utilidad. ¿Qué ocurre con la filosofía?, ¿es un
saber útil o inútil?, ¿cómo puede contribuir a nuestros desarrollo como personas y como comunidad?,
¿podríamos prescindir de la filosofía o necesitamos de ella por alguna razón?
¿Para qué sirven los filósofos? Hay que atreverse a responder Cuando se pregunta —como es tan común oírlo—
con rotundidad: para nada. Para nada, puesto que lo que tiene ¿para qué sirve la filosofía?, la respuesta es muy
de interesante la filosofía es precisamente lo que tiene de sencilla: la filosofía no sirve para nada. Mas esto no
interesante lo desinteresado, esto es, lo que, por definición, no es una descalificación de la filosofía, sino todo lo
nos sirve para nada. Porque la filosofía no sirve para nada, es contrario. Porque lo que sirve para algo, lo que es
capaz de recordarnos que hay cosas más importantes que el útil, es lo que no tiene valor en sí, lo que no vale por
servir para algo. Y que sin tener esto muy en cuenta, no hay sí mismo, sino por otra cosa para la que sirve.
forma de comprender lo que ocurre en la historia. Carpio, A. Principios de filosofía (1974)
Fernández Liria, C. Para qué servimos los filósofos (2012)
Recurso 2 No hacemos nada con la filosofía, ella hace algo con nosotros
Martin Heidegger nos propone que, en lugar de preguntarnos qué podemos hacer nosotros con la filosofía, nos
preguntemos qué podría hacer la filosofía con nosotros.
Una opinión perfectamente legítima y de lo más razonable Esto quiere decir que este preguntar no se halla en el
es la que afirma: no se puede hacer nada con la filosofía. camino, de manera que algún día, de improviso e incluso
Lo erróneo, en cambio, sería considerar que el juicio sobre por un descuido, pudiésemos hallarnos metidos dentro
la filosofía pudiera terminarse así. Porque aún sigue un de él. No está tampoco en el orden cotidiano habitual,
pequeño añadido en forma de una contrapregunta: ya de tal manera que por algunas exigencias o incluso
que nosotros no podemos hacer nada con ella, ¿no haría preceptos estuviéramos obligados a él. Este preguntar ni
la filosofía misma, finalmente, algo con nosotros, dado el siquiera se halla en el entorno de la urgente atención y
caso de que nos comprometamos con ella? […]. Filosofar satisfacción de las necesidades dominantes. El preguntar
consiste en preguntar por lo extraordinario. mismo escapa a ese orden. Es totalmente voluntario y se
basa plena y propiamente en el misterioso fundamento
Puesto que este preguntar, como solo hemos insinuado,
de la libertad.
produce una repercusión sobre sí mismo, no solo lo
preguntado es extraordinario, sino el preguntar mismo. Heidegger, M. Introducción a la metafísica (1953)
La inutilidad de la filosofía ha sido predicada durante años y, Lo que importa al presente, entonces,
efectivamente, la filosofía es inútil si por tal entendemos una utilidad en cuanto a la filosofía atañe, es
instrumental al modo de un desarmador o una llave inglesa. No hay suministrárnosla apropiada a nuestras
nada por ajustar o desajustar mediante la filosofía en el mundo real. tareas; necesitamos una filosofía que nos
Mucho menos tiene la filosofía una función inmediata respecto de la diga cómo podemos salir de la miseria y, a
realidad. En este sentido, quizá convenga entender el obstáculo como renglón seguido, establecer las condiciones
insuficiencia o aporte parcial a complementar. del progreso social hacia la justicia;
necesitamos una filosofía inmediata a la
Es evidente que la filosofía no puede ejercer por sí misma acción.
modificaciones del entorno en que el filósofo argumenta o reflexiona.
En todo caso, lo que sí puede es trabajar sobre la base de ese Ya sabemos; se nos dirá que la filosofía
horizonte que la realidad proporciona. El cual conlleva la exigencia de es contemplativa y que se ocupa de
su propia modificación o transformación. [...] procurarnos la verdad absoluta. Y podemos
—haciendo esfuerzos para tragarnos la
De la realidad se parte y a la realidad se regresa, sin haber salido nunca indignación— conceder sobre esto cuanto
de ella. La realidad es objeto del pensar filosófico y se la piensa para se quiera. Pero nadie se ocupa de la verdad
colaborar en su transformación, en aquello que tiene de insoportable absoluta cuando se está cayendo la casa; y
por injusto. Es menester evitar la pretensión de autosuficiencia de quien lo haga sentado en un rincón tendría
la filosofía, como si ella pudiera cambiar la realidad. En todo caso, que estar de acuerdo con nosotros en que
sin el referente último de la realidad a ser cambiada, modificada, su reino no es de este mundo, que carece
transformada, sería impensable el filosofar. Ya lo señalaba Marcuse: se de importancia todo su quehacer y que
piensa por necesidad y esta necesidad viene dictada por los cambios los discípulos que pueda recoger estarán
que la realidad exige. [...] a puntos con él para ser aplastados. La
Siempre se ha pensado por necesidad y para transformar, cambiar filosofía que debemos procurarnos debe
o modificar una realidad que en algunas de sus facetas o en su ser inmediata a la acción; solamente en
estructuración misma aparecía como intolerable, injusta, inadecuada tales condiciones podemos aspirar a poner
o esterilizante de la creatividad. raíces en la existencia y tener a corto o
Cerutti, H. Filosofar desde nuestra América (2000)
largo plazo un pensamiento templado por
nosotros y puesto a prueba por nosotros,
verdaderamente nuestro y así universal.
Rivano, J. El punto de vista de la miseria (1965)
Actividades
Puede sostenerse que iguales cantidades de trabajo, que los compra. En todo tiempo y lugar lo caro es lo que
en todo tiempo y lugar, tienen el mismo valor para es difícil de conseguir, o lo que cuesta mucho trabajo
el trabajador. En su estado normal de salud, fuerza y adquirir, y lo barato es lo que se obtiene fácilmente o con
temperamento, de habilidad y destreza, sacrificará siempre muy poco trabajo. El trabajo exclusivamente, entonces, al
la misma porción de su tranquilidad, su libertad y su no variar nunca en su propio valor, es el patrón auténtico y
felicidad. El precio que paga deberá ser siempre el mismo, definitivo mediante el cual se puede estimar y comparar el
cualquiera sea la cantidad de bienes que recibe a cambio. valor de todas las mercancías en todo tiempo y lugar. Es su
En realidad, a veces comprará más de estos y a veces precio real; y el dinero es tan solo su precio nominal.
menos; pero lo que cambia es su valor, no el del trabajo Smith, A. La riqueza de las naciones (1776)