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Primera parte del segundo gobierno de Perón.

Texto extraído de Juan Luis Gallardo, “crónicas de cinco


siglos”, manipulado por el profesor respetando al autor.

--Trabajado por el profesor--

Eva Perón fallece de cáncer a la edad de 33 años poco después de Perón ganar las elecciones para gobernar
un segundo mandato. Las honras fúnebres organizadas por el gobierno son imponentes y la difunta recibe
honores de presidente en ejercicio. El pueblo siente un profundo dolor, pero los homenajes oficiales abruman.
Las emisoras de radio interrumpen sus transmisiones para rendir tributo a su memoria a las 20:25, "hora en
que Eva Perón pasó a la inmortalidad". Además, las autoridades realizan gestiones para iniciar su proceso de
beatificación y erigen "altares cívicos" en las reparticiones estatales y estaciones ferroviarias que muestran
retratos de Eva adornados con velas y flores. El cuerpo de la difunta será embalsamado.

***

Los avances tecnológicos y científicos en Argentina durante el gobierno de Perón son significativos. En la ciudad
de Córdoba se fabrican aviones de combate a reacción, tanques y automóviles nacionales. Además, en la isla
Huemul, un científico alemán llamado Ronald Richter trabaja en la energía atómica con la intención de ponerla
al servicio de Perón. Aunque los proyectos de Richter no dan frutos, años después se comprobaría la viabilidad
de su principio. Por otro lado, a pesar de la declinación económica, la industria liviana progresa bajo planes
oficiales, aunque la calidad de los productos deja que desear.

En abril de 1953, Juan Duarte, secretario privado de Perón, renuncia y aparece muerto dos días después en lo
que se confirma como un suicidio. Habia sido denunciado por negociados, por lo que las versiones de suicidio
son puestas en duda. La CGT organiza un acto de apoyo al presidente en Plaza de Mayo y estallan dos bombas
causando 5 muertos y 92 heridos. Los autores del atentado son descubiertos y vinculados al radicalismo. En
abril de 1954, el peronismo gana las elecciones para proveer el puesto vacante de vicepresidente con el
candidato almirante Alberto Teisaire obteniendo 5.000.000 de votos.

Las noticias sobre negociados proliferan. El 7 de abril de 1953 renuncia Juan Duarte, hermano de Eva y
secretario privado de Perón desde 1946. Dos días después aparece muerto con un balazo en la cabeza. Muchos
ponen en duda la versión oficial de un suicidio, pero así lo confirma una correcta investigación judicial, llevada
a cabo por el juez Pizarro Mi-gens, y, reabierto el caso luego de caer Perón, no se probará lo contrario.

El 15 de ese mes, días después de morir Juan Duarte, la CGT organiza un acto de apoyo al presidente, en Plaza
de Mayo. Y estallan allí dos bombas, causando 5 muertos y 92 heridos entre el público que, enardecido,
incendia varios comités políticos opositores y marcha sobre el Jockey Club, lo destroza parcialmente y también
le prende fuego, ante la pasividad policial. Los autores del atentado que desata esta sucesión de graves
desmanes son descubiertos y presos, resultando tratarse de los jóvenes Germán López, Roque Carranza,
Francisco Elizalde, Firmat, Centurión y algún otro, vinculados al radicalismo.

Un año después (abril del 54), el peronismo volvería a demostrar su vigencia electoral, en los comicios que se
efectúan para proveer el puesto vacante de vicepresidente. Su candidato, el almirante Alberto Teisaire, duplica
con 5.000.000 de votos los obtenidos por el partido radical.

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Perón, a quien se presenta como “el primer trabajador”, aparece asimismo como “primer deportista”. Título
sin duda exagerado, aunque su paso por las tropas de montaña hiciera de él un buen esquiador, contando en
su haber con varios torneos de esgrima, amén de haberse calzado esporádicamente los guantes de box siendo
joven. Pero, eso sí, durante su gobierno apoyó decididamente al deporte, acaso en procura de mayor
popularidad. Y nuestros deportistas lograron lauros importantes por entonces: en las olimpíadas de Londres
(1948), el bombero argentino Delfo Cabrera ganó la maratón; dos boxeadores, Pascual Pérez y Rafael Iglesias,
trajeron las medallas doradas de sus categorías, mosca y pesado respectivamente; también fueron campeones
olímpicos esa vez los tiradores Pablo Cagnasso (fusil) y Enrique Díaz Sáenz Valiente (pistola). El Gran Premio de
automovilismo Buenos Aires-Caracas, mantuvo en vilo a Sudamérica durante su extenso desarrollo,
imponiéndose Domingo Marimón, luego de romper Oscar Gálvez el motor de su coche en la última etapa,
cuando era holgado puntero de la prueba. El mismo Gálvez triunfaría en la carrera Lima-Buenos Aires,
organizada al regreso de aquélla. Y más tarde, en el circuito de Palermo, superaría a los ases europeos,
conduciendo un pesado Alfa Romeo 3.800 bajo la lluvia. Su hermano Juan, se consagraría reiteradamente
campeón argentino de turismo de carretera. Juan Manuel Fangio -el formidable “Chueco” de Balcarce-, obtiene
en 1950 el primero de los 5 campeonatos mundiales que hilvanaría a lo largo de su trayectoria incomparable.
El Luna Park es escenario de un torneo mundial de básquetbol, en cuya culminación la Argentina -donde juegan
Furlong, González, Pérez Varela, Uder, Viau -derrota a una dudosa representación de los Estados Unidos, que
inviste el equipo de la fábrica Chevrolet. Eduardo Lausse cumple excelente campaña en los rings
norteamericanos, sin conseguir pelear por el cetro de los medianos. San Lorenzo de Almagro, campeón de
1946, realiza una gira memorable por España y Portugal. Chicos de todo el país compiten en los certámenes
infantiles de fútbol que organiza el gobierno y uno de los cuadros consagrados en ellos lleva un nombre muy
propio de la época: “Evita Moming Star”.

Los hermanos Sojit (Luis Elias, Manuel -“Comer”- y Boris), monopolizan las transmisiones por radio de los
grandes acontecimientos deportivos, intercalando en sus relatos abundante propaganda oficial. La noche en
que Ike Williams, titular de la corona de los livianos, noqueó a José María Gatica apenas comenzado el primer
round, “Comer” alcanzó a decir tan sólo: “Empieza el combate, inteligente Gatica, Perón cumple Evita
dignifica... cae Gatica”. Según trascendió luego, “El Mono” Gatica -cuyos topetazos con Alfredo Prada
conmovían al país- habría subido esa noche al cuadrilátero con varias copas de más.

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