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La brújula

¿Qué es la brújula?
Es un instrumento que sirve para determinar la dirección. la aguja magnética que tiene
este instrumento puede girar libremente bajo el magnetismo terrestre, y esto nos ayuda a
distinguir el norte de la tierra. Debido a esta función, la brújula se usa a menudo en
navegación, geodesia, viajes y militares.
Partes de la brújula
Existen varios tipos de brújula y generalmente se compone de tres partes:
 Aguja magnética: está en el centro de la base, montada en un eje, en la
influencia del magnetismo terrestre apunta hacia el norte, y su opuesto entonces
la parte sur, así se puede orientar la dirección.
 Limbo o anillo giratorio: puede girar justo afuera de la aguja, se marca con regla
y números donde los 0º o 360º indican el norte (N), 180º el Sur (S)
 Base o plataforma: es la parte que sostiene la aguja y el limbo.
Para qué sirve la brújula
Para distintos motivos
 Determinar dirección
 Brújula geológica:  herramienta de medición para el trabajo geológico.
Esta se puede usar para determinar la dirección, la ubicación del punto de
observación, medir la posición espacial de cualquier superficie de observación y
la determinación de varios elementos estructurales de la roca ígnea, la aparición
de mineral, etc.
 Brújula Fengshui: sirve para inspeccionar Fengshui en edificios. Es la
herramienta de medición más utilizada para los maestros de Fengshui, junto con
otros tipos de reglas antiguas y mapa Bagua, se puede determinar las
orientaciones de puertas y ventanas.
 Brújula Militar: es un instrumento de medición simple para determinar la
dirección, la distancia, el nivel, la pendiente, la altitud, la velocidad del tiempo
de marcha y el mapeo de un mapa simple.
Cómo se usa la brújula
Para orientarse con una brújula y un mapa hay que tener noción del punto de partida, es
decir el lugar en que se está actualmente.
Primero se coloca la brújula sobre el mapa y a éste se lo gira sin que se mueva el limbo,
hasta que la aguja quede esté paralela a las líneas de los meridianos Norte-Sur del mapa.
La parte N del limbo debe apuntar al N del mapa, de ese modo ya se habrá establecido
hacia donde está el Norte. A esa información se le agrega el punto de partida y el de
destino para colocar la brújula entre ambos. Después será cuestión de mover el anillo
giratorio para que la aguja nunca deje de apuntar al Norte, y así se tendrá la orientación
exacta de acuerdo a los puntos cardinales, Una vez que se tiene el rumbo definido,
siempre es conveniente avanzar por etapas y en cada una de ellas realizar verificaciones:
las irregularidades topográficas en el camino pueden derivar en desviaciones que, de no
ser resueltas, acabarán llevando a que se pierda la orientación.
Los orígenes de la brújula
Antes del uso de las brújulas, las personas podían decir las direcciones desde la posición
del sol, la luna, las estrellas y la orientación de las plantas. Pero si había poca visibilidad
(por estar viajando en horario nocturno o por la existencia de niebla) o se navegaba en
aguas abiertas, las referencias desaparecían y se necesitaba ayuda para orientarse.
Las brújulas antiguas tienen casi dos mil años y se cree que fueron los chinos quienes
supieron de las propiedades de un mineral relativamente frecuente llamado magnetita;
en estado natural tiene la propiedad de atraer objetos de hierro y de otros
metales, imantándolos.
De todos modos, se ubica a la brújula como elemento ya de corte más popular en
el siglo 12 cuando el británico Alexander Neckham hizo referencia a que algunos barcos
usaban una aguja de metal que les permitía "seguir el rumbo incluso cuando la estrella
polar está cubierta de nubes”.
Un siglo más tarde, el inventario de una nave (llamada San Nicolás) mencionó la
existencia a bordo de una bussula de ligno, lo cual fijaba el origen siciliano de la
palabra. Los navegantes solían guiarse por el Sol durante el día y por la estrella polar
durante la noche, pero las primeras brújulas permitían la orientación en días nublados.
Esas brújulas antiguas eran una aguja imantada pegada a un pequeño trozo vegetal que
flotaba en un recipiente con agua. Recién en el siglo 14, los barcos se vieron provistos
de una brújula seca. La aguja magnética giraba sobre un pivote y se fijaba a un soporte
en el que se representaban los puntos cardinales.
Tres siglos después, el uso metal en la construcción de los barcos obligó a aislar la
brújula y a colocar masas compensatorias para anular las interferencias magnéticas que
podían distorsionar su precisión.
Estas nuevas brújulas pasaron a llamarse bitácoras. Además de estar montadas sobre un
soporte con balancines, solían tener la aguja magnética sumergida en un líquido
formado por alcohol y agua que amortiguaba las vibraciones y los movimientos de las
embarcaciones.
En 1911, el estadounidense Elmer Sperry desarrolló la brújula giroscópica, un
instrumento que permite mantener un punto de referencia fijo para orientarse sin
necesidad de utilizar el magnetismo, ya que se acciona electrónicamente.
Referencias bibliográficas
https://www.clarin.com/cultura/sirve-usa-brujula-n0t4l0n4t41l_0_KdSzNqywb.html
https://www.viaje-a-china.com/cultura/la-brujula.htm
Chrome extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/http://sac.csic.es/unawe/
Actividades/BRUJULA.pdf

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