La biolixiviación es un proceso biotecnológico que utiliza microorganismos para

disolver metales a partir de minerales. Es una técnica muy utilizada en la minería

para obtener metales valiosos como cobre, oro, plata y uranio.

La biolixiviación se lleva a cabo en un reactor, en el que se introduce el mineral

y un cultivo de microorganismos. Estos microorganismos se alimentan de los
minerales y producen ácido sulfúrico u otros ácidos, que disuelven los metales
del mineral. Los metales disueltos se pueden recuperar mediante procesos de
precipitación y electroobtención.

Los microorganismos más comúnmente utilizados en la biolixiviación son

bacterias del género Acidithiobacillus, que son capaces de oxidar el azufre
presente en el mineral y producir ácido sulfúrico. También se pueden utilizar
otros microorganismos como Archaea y hongos para la biolixiviación.

La biolixiviación tiene varias ventajas sobre los métodos convencionales de

extracción de metales. En primer lugar, es un proceso más limpio y menos
agresivo para el medio ambiente, ya que no se utilizan productos químicos
tóxicos. Además, la biolixiviación puede ser utilizada para extraer metales de
minerales que son difíciles de procesar por otros métodos. También es un
proceso más eficiente, ya que los microorganismos pueden trabajar a
temperaturas y presiones más bajas que las requeridas por los procesos
químicos convencionales.

Sin embargo, la biolixiviación también tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, el

proceso puede ser lento y requiere una alta concentración de microorganismos
para lograr una buena tasa de disolución de metales. Además, los
microorganismos pueden ser sensibles a las condiciones ambientales y pueden
ser inhibidos por la presencia de ciertos metales y otros compuestos en el
mineral.