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MARÍA – LA VERDADERA Y LA FALSA

La virgen María no fue Católica. Muchos no saben esto, pero es verdad. Aquí están algunas otras
realidades las cuales muchos no conocen:

María no era una mujer blanca europea . La verdadera María de la Biblia no era una blanca europea,
sino que tenía su piel más oscura. Ella era de la tribu de Judá de la simiente de David; y Rut la bisabuela
de David, era una mujer Moabita Negra.

María nunca oró con un rosario . El rosario fue inventado por Pedro el Ermitaño en 1090 d.C. y
plenamente comprometido en la Iglesia Católica por Santo Domingo en el año 1214 d.C. siendo aprobado
por el Papa Inocencio III. ¿Cómo podría María usar algo que no fue inventado hasta más de 1000 años
después de su muerte? “Santo” Domingo afirmó que María le dio el rosario. La realidad es que “Santo”
Domingo mintió. Él utilizó a María como la fuente de éste, para que fuese rápidamente aceptado por todos
los Católicos ¿De dónde María, una mujer Judía, obtendría alguna idea de este diseño pagano? El rosario
no fue conocido por ninguno de los Apóstoles.

María nunca asistió a una Iglesia Católica. Muchos no saben que no hubo Iglesia Católica hasta el 325
d.C. La Iglesia Católica fue formada por más o menos 318 Obispos en el Concilio de Nicea. Antes de esta
fecha no había Iglesia Católica unificada.

María nunca fue a confesión. El confesionario no fue instalado en la Iglesia Católica hasta el 1215 d.C., e
instituido por el Papa Inocencio III. A partir de entonces, los miembros de la Iglesia Católica no se
arrepintieron directamente ante de Dios, pues a ellos se les dijo que podían confesarle sus pecados a un
Sacerdote quien tenía el poder para perdonarles sus pecados.

María nunca se roció con agua bendita. El rociar con “agua bendita” fue inventado en el año 1009 d.C.
Antes de ese tiempo nunca fue utilizado por ninguna Iglesia Cristiana en el mundo. El propósito de rociar
con “agua bendita”, fue el de crear otro ritual más al que los Católicos aceptaran como una obra esencial
para ser salvo.

María nunca creyó o supo sobre el Limbo-infierno o del Purgatorio-infierno para niños mayores y
adultos. La existencia del purgatorio fue proclamada como realidad en el año 1438 d.C. El limbo fue
proclamado como realidad en el siglo quinto. Ambos, el Purgatorio y el Limbo, fueron inventados para
hacer dinero para la Iglesia Católica. No hay nada en la Palabra de Dios sobre el Purgatorio o el Limbo.
Éstas son invenciones hechas por hombres. Una cosa es segura, María nunca supo sobre o creyó en el
Purgatorio o el Limbo. María no fue Católica.

María no creyó en la inmaculada concepción.  La doctrina de la inmaculada concepción de María, fue


hecha una enseñanza obligatoria de la Iglesia Católica hasta 1845 d.C.,

María nunca creyó o supo sobre la trinidad. María no creyó que Jesús fuera una personalidad alterna
de Dios el Padre. Ya que ella retuvo las enseñanzas de los Profetas y de los Apóstoles, ella creyó que
Jesús es Dios manifestado en carne. No sabemos nada sobre alguna otra idea que ella tuviera, pero
sabemos que no hay nada que sirva para demostrar que ella creyera en una trinidad, o los trinitarios
habrían sacado a relucir esta información ante el mundo y habrían hecho una conmoción bien grande al
respecto.

María era Judía y miembro de la Iglesia de los Apóstoles. La Iglesia fue establecida sobre 12
Apóstoles. María nunca supo de un Papa Católico. El Apóstol Pedro nunca fue un Papa Católico. Él se
casó y tuvo esposa pues la Biblia registra que él tenía suegra. María y sus demás hijos, (María no fue una
virgen perpetua, esa es otra mentira), estuvieron en el aposento alto (Hechos 1 y 2) y recibieron el don
del Espíritu Santo. María misma, la madre de Jesús, habló en lenguas como el Espíritu le dio la habilidad
para que hablase. María misma tuvo que ser salva. María estuvo allí cuando Pedro predicó Hechos 2:38.
María fue un miembro de la Iglesia que creía en la Unicidad de Dios, llena del Espíritu Santo. Ella murió en
esta grande fe y su legado es el de una verdadera hija de Dios. Ella debe ser amada y respetada pero no
adorada. No se le debe orar, y no se le debe venerar en una posición de divinidad, deidad, o como co-
redentora o mediadora. María no está en el cielo ahora mismo, pues ella está muerta y está esperando por
la resurrección así como los Apóstoles.

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