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Introducción

La radiactividad es tema frecuente en las noticias. Seguramente has leído


al respecto en debates sobre la energía nuclear, la tragedia de Fukushima
o la creación de armas nucleares. También es parte de la cultura popular:
por ejemplo, el origen de muchos superhéroes está relacionado con la
exposición a radiación (o, en el caso del Hombre Araña, la mordida de
una araña radiactiva). Pero, ¿qué es exactamente la radiactividad?

La radiactividad es una de las propiedades de un átomo. Los átomos


radiactivos tienen un núcleo inestable y, finalmente, liberarán partículas
subatómicas para volverse más estables y emitir energía (radiación) en el
proceso. A menudo, los elementos existen en ambas versiones,
radiactivos y no radiactivos, que difieren en la cantidad de neutrones que
contienen. Estas diferentes versiones de los elementos se llaman
isótopos, y los isótopos radiactivos ocurren con frecuencia en la
naturaleza en pequeñas cantidades. Por ejemplo, en la atmósfera hay una
pequeña cantidad de carbono en forma de carbono-14 radiactivo y los
paleontólogos se basan en la cantidad encontrada en los fósiles para
determinar su edad.

En este artículo, analizaremos con más detalle las partículas subatómicas


que contienen los diferentes átomos, así como todo aquello que hace que
un isótopo sea radiactivo.
Número atómico, masa atómica y masa atómica
relativa

Los átomos de cada elemento tienen un número característico de


protones. De hecho, este determina qué átomo estamos viendo (por
ejemplo, todos los átomos con 6 protones son átomos de carbono); el
número de protones de un átomo se denomina número atómico. En
cambio, el número de neutrones de un elemento dado puede variar. Las
formas del mismo átomo que difieren solo en el número de neutrones se
llaman isótopos. En conjunto, el número de protones y de neutrones
determinan el número de masa de un elemento (número de masa =
protones + neutrones). Si quieres calcular cuántos neutrones tiene un
átomo, solo tienes que restar el número de protones, o número atómico,
del número de masa.

Una propiedad estrechamente relacionada con el número de masa de un


átomo es su masa atómica. La masa atómica de un átomo individual es
simplemente su masa total y generalmente se expresa en unidades de
masa atómica (uma). Por definición, un átomo de carbono con seis
neutrones (carbono-12) tiene una masa atómica de 12 uma. Por razones
que van más allá de lo que abarca este artículo, otros tipos de átomos
generalmente no tienen masas atómicas en números enteros. Sin
embargo, la masa atómica de un átomo en general será muy cercana a su
número de masa aunque tendrá algunas diferencias en los decimales.

Debido a que los isótopos de un elemento tienen diferentes masas


atómicas, los científicos también pueden determinar la masa atómica
relativa (denominada algunas veces peso atómico) de un elemento. La
masa atómica relativa es un promedio de las masas atómicas de los
diferentes isótopos en una muestra y la contribución de cada isótopo al
promedio se determina por medio de la cantidad que representa dentro de
la muestra. Las masas atómicas relativas que aparecen en la tabla
periódica (como la del hidrógeno, que se muestra a continuación) se
calculan en todos los isótopos naturales de cada elemento, los cuales se
ponderan con base en su abundancia en la Tierra. Los objetos
extraterrestres, como los asteroides o meteoritos, pueden tener
abundancias de isótopos muy distintas.

Imagen que muestra la "anatomía" de una de las entradas de la tabla


periódica. En la parte superior izquierda se encuentra el número atómico,
o el número de protones. En medio, están las letras que simbolizan el
elemento (por ejemplo, H). Abajo, se indica la masa atómica relativa, tal
como se calculó en los isótopos que se encuentran de manera natural en
la Tierra. Al final, se señala el nombre del elemento (por ejemplo,
hidrógeno).
Crédito de imagen: modificada de OpenStax CNX Biology

Isótopos y decaimiento radiactivo

Como se mencionó anteriormente, los isótopos son diferentes formas de


un elemento que tienen el mismo número de protones pero diferente
número de neutrones. Muchos elementos, como el carbono, potasio y
uranio, tienen varios isótopos que ocurren de forma natural. Un átomo
neutro de carbono-12 contiene seis protones, seis neutrones y seis
electrones; por lo tanto, tiene un número de masa de 12 (seis protones y
seis neutrones). El carbono-14 neutro contiene seis protones, ocho
neutrones y seis electrones, así que su número de masa es 14 (seis
protones y ocho neutrones). Estas dos formas alternas de carbono son
isótopos.

Algunos isótopos son estables, pero otros pueden emitir, o desprender,


partículas subatómicas para lograr una configuración más estable de
menor energía. Dichos isótopos se denominan radioisótopos y el
proceso en el cual liberan partículas y energía se conoce
como decaimiento. El decaimiento radiactivo puede causar un cambio
en el número de protones en el núcleo; cuando esto sucede, la identidad
del átomo cambia (por ejemplo, el carbono-14 decae a nitrógeno-14).

El decaimiento radiactivo es un proceso aleatorio pero exponencial, y


la vida media de un isótopo es el periodo durante el cual la mitad del
material decaerá para convertirse en un producto diferente y
relativamente más estable. La proporción entre el isótopo original, su
producto de decaimiento e isótopos estables varía de manera predecible:
esto permite que la abundancia relativa del isótopo sea utilizada como un
reloj que mide el tiempo desde la incorporación del isótopo (a un fósil,
por ejemplo) hasta el presente.

Gráfica de decaimiento radiactivo del carbono-14. La cantidad de


carbono-14 disminuye exponencialmente con el tiempo. El tiempo en que
la mitad del carbono-14 original ha decaído —y la mitad que permanece
— se designa como t 1/2. Este tiempo también es conocido como la vida
media del radioisótopo y, en el caso del carbono-14, equivale a 5730
años.
Crédito de la imagen: modificada de biología CK-12

Por ejemplo, el carbono normalmente esta presente en la atmósfera en


forma de gases, como el dióxido de carbono, y existe en tres formas
isotópicas: carbono-12 y carbono-13, que son estables, y carbono-14, que
es radiactivo. Estas formas de carbono se encuentran en la atmósfera en
proporciones relativamente constantes, donde el carbono-12 es la forma
principal en casi 99%, el carbono-13 es una forma menor en casi 1% y el
carbono-14 está presente solo en cantidades ínfimas^11start superscript,
1, end superscript. Dado que las plantas consumen dióxido de carbono
del aire para formar azúcares, la cantidad relativa de carbono-14 en sus
tejidos será igual a la concentración de carbono-14 en la atmósfera.
Como los animales comen plantas (o a otros animales que comen
plantas), las concentraciones de carbono-14 en sus cuerpos también
coincidirán con la concentración atmosférica. Cuando un organismo
muere, deja de consumir carbono-14, así que la proporción entre
carbono-14 y carbono-12 en sus restos (como huesos fosilizados)
disminuirá gradualmente conforme el carbono-14 decaiga a nitrógeno-
14^22squared.

Después de una vida media de aproximadamente 5730 años, la mitad del


carbono-14 que estaba presente inicialmente se habrá convertido en
nitrógeno-14. Esta propiedad puede utilizarse para datar objetos que
anteriormente eran seres vivos, como huesos o madera viejos.
Comparando la proporción de concentraciones entre el carbono-14 y el
carbono-12 en un objeto con la misma proporción en la atmósfera
(equivalente a la concentración inicial de carbono en el objeto), se puede
determinar la fracción de isótopo que todavía no ha decaído. Con base en
esta fracción, puede calcularse la edad del material con precisión si no
tiene mucho más de 50,000 años. Otros elementos tienen isótopos con
diferentes vidas medias y, por lo tanto, pueden utilizarse para medir la
edad en diferentes escalas de tiempo. Por ejemplo, el potasio-40 tiene
una vida media de 1 250 000 000 de años y el uranio-235 tiene una vida
media de alrededor de 700 millones de años y ha sido utilizado para
medir la edad de rocas lunares^22squared.
[Créditos y referencias]

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