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DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN BIBLIOGRÁFICA (DOCUMENTAL)

Por: Fernando Vásquez Pacheco

1. Introducción:
Una vez precisado el planteamiento del problema de investigación, así como definido el
alcance del mismo y la formulación de la hipótesis (si la hubiera), el investigador debe
visualizar la manera práctica y concreta de responder a la pregunta de investigación, y a
los objetivos establecidos. Esto significa en la práctica, seleccionar o desarrollar uno o más
diseños de investigación y aplicarlos al contexto particular de su estudio (Hernández,
Fernández y Baptista, 2006).
Los diseños de investigación tienen por objeto proporcionar u modelo de verificación que
permita contrastar hechos con teorías, y su forma es la de una estrategia o plan general
que determina las operaciones necesarias para hacerlo (Sabino, 1992).
En esta perspectiva y de acuerdo al tipo de datos (información) a ser utilizados en la
investigación, los diseños pueden ser: diseños de campo y diseños bibliográficos (Sabino,
1992). En los diseños de campo los datos de interés se recogen en forma directa de la
realidad a ser estudiada, mediante el trabajo concreto del investigador o de su equipo.
Estos datos obtenidos de esta manera, se les denomina primarios, en contraposición a
los datos secundarios que son obtenidos de la revisión de la literatura pertinente
(bibliografía), llamados también datos provenientes de diseños bibliográficos.

2. Diseños bibliográficos:
En los diseños bibliográficos se trabaja con materiales ya elaborados, de tipo secundario.
En tal sentido estos diseños tienen más ventajas que desventajas. Las ventajas son por
ejemplo: Dado que los datos se obtienen de fuentes secundarias (mediante la indagación
bibliográfica), el investigador puede incluir una amplia gama de fenómenos, ya que no sólo
tiene que basarse en los hechos a los cuales él tiene acceso de modo directo, sino que
puede extenderse para obtener una experiencia mucho mayor, porque podrá acceder a
toda la información bibliográfica disponible para sus fines. Sin embargo, si el recojo de la
información bibliográfica no se hace de manera adecuada y objetiva, los resultados a los
que se pueden arribar en la investigación no serían confiables; por lo tanto, la
investigación carecería de rigor científico. Para reducir está posibilidad, es conveniente y
necesario asegurarse de las condiciones concretas en las cuales han sido obtenidos los
datos, estudiar a profundidad cada información para descubrir incoherencias, utilizar a la
vez varias fuentes distintas, cotejándolas cuidadosamente y, en general, regirse por una
sana dosis de escepticismo (Sabino, 1992). Todos estos recursos si se aplican
sistemáticamente y con rigor, permitirán incrementar el margen de confianza hasta
niveles razonables de aceptación.
Según Sabino (1992), no existe un camino preestablecido para el manejo de la información
bibliográfica; sin embargo, y a pesar de ello, y de una amplia variedad de enfoques y
estilos de trabajo conocidos, se pueden señalar algunas tareas básicas, que de todas
maneras, se realizan en la mayoría de los casos, a saber:
a) La etapa inicial consiste en conocer y explorar todo el conjunto de fuentes que pueden
resultarnos de utilidad, tales como libros, artículos científicos, publicaciones y
boletines diversos, y en general, toda la rica variedad de material escrito que
frecuentemente puede encontrarse sobre cualquier tema, en bibliotecas,
hemerotecas, internet, etc.
b) En segundo lugar, es conveniente leer todas las fuentes disponibles. Sin embargo, no
es preciso leer completamente toda la información disponible sobre el tema, sino
utilizar un tipo de lectura discriminatoria, que permita detenernos en los aspectos más
importantes y relevantes relacionados con el tema de investigación. De acuerdo a los
resultados de estas lecturas se podrá ir ordenando todo el material según los diversos
ítems y subitems a tratar en la investigación.
c) Luego, se deberá proceder a la recolección misma de los datos, lo que se hará
mediante fichas y otros procedimientos similares. Aquí se tratará de extraer de las
fuentes los aspectos concretos que, en principio, parezcan relevantes para la
investigación, ya sea por medio de fichas textuales o de contenido mixto.
d) Estas fichas deben luego ordenarse de acuerdo a sus contenidos, para lo cual es
indispensable contar con un esquema del plan e informe de investigación.
e) A continuación sigue el cotejo o comparación de las fichas obtenidas. Aquí se deben
observar los aspectos de concordancia y oposición que haya entre ellas, tratando de
evaluar la confiabilidad de cada información y procediéndose al análisis de cada
punto, para luego hacer la síntesis y comparaciones particulares pertinentes.
f) Finalmente, se sacarán las conclusiones correspondientes y se elaborarán los puntos
de vista del investigador, respecto a cada parte del estudio, teniendo especial cuidado
en esclarecer la problemática planteada y los objetivos (hipótesis) propuestos en el
desarrollo de la investigación.

Los pasos enumerados constituyen, evidentemente, una guía ideal que no debe limitar
nuestra actividad investigadora, que por definición debe entenderse como una acción
creativa, antidogmática y no formalista. Sin embargo, las etapas señaladas pueden ser
de suma utilidad para alcanzar una sistematización adecuada que permita un
desarrollo adecuado y armónico de la investigación pero, como todas las indicaciones
de este tipo, deben ser ejecutadas con la misma flexibilidad, lo que permitirá alcanzar
resultados positivos y originales en la investigación (Sabino, 1992).

3. Conclusiones:
Según la literatura pertinente, existen dos tipos básicos de diseños de investigación: los
diseños de campo y los diseños bibliográficos. La diferencia fundamental entre estos
diseños está en que los diseños de campo utilizan datos primarios, es decir, datos
extraídos por el investigador de la realidad a investigar; en cambio, los diseños
bibliográficos utilizan datos secundarios, es decir, datos que se encuentran en la
bibliografía pertinente y necesaria a la investigación que se pretende realizar.
Sin embargo, ello no significa que la investigación que utiliza diseños de campo sea más
científica que la investigación que utiliza diseños bibliográficos. En realidad esto no está
en discusión. Al respecto, Sabino (1992) establece que, la distinción entre diseños de
campo y bibliográficos es esencialmente instrumental, aplicable a la metodología
necesaria para el desarrollo de los mismos, pero no interviene en determinar el carácter
científico de la investigación y no invalida la indispensable interacción entre teoría y datos.

4. Referencias bibliográficas:
Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. (2006). Metodología de la investigación (4ta
Ed.). México D.F., México: Editorial Mc. Graw Hill.
Sabino, C. (1992). El proceso de investigación. Bogotá, Colombia: Editorial Panamericana.

Chimbote, 24 de abril 2013

FVP.

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