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McEvoy
“Si aprendemos las lecciones del pasado quizás podamos construir una república
en la que todos los peruanos se sientan representados pero, lo más importante,
apreciados y amado”.
Conforme a los criterios de
"De esa manera honraremos a quienes trabajaron por el bien del Perú que hoy clama por cuidado y dedicación
para seguir existiendo". (Ilustración: Giovanni Tazza).
Carmen McEvoy
04/04/2021 05H30
Redacción EC
28/07/2017 11H14
San Martín no quería una ruptura brusca. Quería negociar y vio que en
Lima había una gran concentración de aristócratas y personas con títulos
de nobleza que podían apoyar su propuesta. Quiso darles importancia y
por eso nombró a varios en puestos públicos y estableció la Orden del Sol
que tenía carácter hereditario. Incluso hay quienes sostienen que el rojo y
blanco de nuestra bandera no son lo de la sangre y la paz sino de la Cruz
de Borgoña, emblema de los reyes Habsburgo.
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—El rechazo—
Por otro lado, figuras de la época como José Faustino Sánchez Carrión,
salieron en contra de la propuesta del general argentino. Sánchez Carrión
reconocía que el sistema monárquico era el más sencillo de gobierno, pero
advertía que el monarca impone su voluntad y no forma ciudadanía que
era lo que necesitaba el Perú en ese momento. “Por la blandura de nuestro
carácter seríamos excelentes vasallos y nunca ciudadanos”, manifestó.
—Ejemplos en la actualidad—
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San Martín creía que luego de tres siglos de dominación española, el Perú
no estaba capacitado para un gobierno democrático y para elegir
libremente a sus representantes. Se fue y ese miedo se terminó haciendo
realidad con la aparición de caudillos que durante muchos años lucharon
por el poder. San Martín se fue del Perú, pero dejó instalado el Primer
Congreso Constituyente que se eligió libremente.
El camino a la independencia, ¿cómo
inició la expedición de San Martín hace
200 años?
La historiadora Carmen Mc Evoy escribe sobre el proceso (plagado de
inconvenientes) que terminó con la independencia del Perú y de América del Sur.
Carmen McEvoy
27/11/2019 14H49 - ACTUALIZADO A 27/11/2019 15H09
Este cambio súbito y “enigmático”, como muy bien señala Ana María
Stuven, causará un grave daño a O’Higgins, quien, ante los desarrollos
políticos en Lima, recibirá el ataque de sus opositores, los que más
adelante forzarán su salida del Gobierno chileno y su exilio al Perú.
Bernardo de Monteagudo, mano derecha de San Martín, boletinero de la
expedición y defensor de su proyecto monárquico en la Sociedad
Patriótica de Lima, recordó en uno de sus escritos que existían las “causas
de las causas”, refiriéndose a cadenas de acontecimientos difíciles de
controlar. En ese sentido, la contingencia del “momento expedicionario”
fue creando múltiples escenarios que muy pocos imaginaron cuando
partieron de Valparaíso con rumbo a la bahía de Paracas.
"Los tiempos del rectorado de Rodríguez de Mendoza fueron difíciles, pero es muy probable que la lectura de
los clásicos que tanto él como sus estudiantes admiraban les haya servido de guía y consuelo". (Foto: Difusión)
Carmen McEvoy
14/11/2021 05H31
Pregúnteselo a Bolívar
“Lo que millones de ciudadanos honestos demandamos es un liderazgo patriótico
que eleve al Perú para conducirlo por el camino del bienestar, material y moral,
que su grandeza merece”.
16/10/2022 05H32 - ACTUALIZADO A 16/10/2022 05H32
Hace pocos días nuestro representante ante la OEA evadió a un
periodista que le solicitaba su opinión respecto a la indefendible
presidencia de Pedro Castillo. La recomendación puntual de Harold
Forsyth fue que dirigiera sus cuestionamientos a Simón Bolívar, cuya
estatua adorna el parque del Congreso en el que ocurrió el extraño
diálogo. A partir de esa suerte de acertijo distractivo, “Pregúnteselo a
Bolívar”, vino a mi memoria el análisis lapidario del caraqueño
respecto al “nudo del imperio”, que tanto él como su ejército
grancolombiano intentaron infructuosamente desatar. “La cuestión
del Perú es, como decía de Pradt hablando de los negros de Haití, tan
intrincada y horrible que, por donde quiera que se le considere, no
presenta más que horrores y desgracias y ninguna esperanza, sea en
manos de los españoles o en manos de los peruanos”.
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28/02/2023 11H45
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Ante tal estado de cosas los más importantes jefes del ejército peruano,
acantonado en Balconcillo, hicieron público su total descontento contra el
Congreso y la Junta Gubernativa. “El ejército está dispuesto a sacrificarse
enteramente por la gloriosa lucha que sostiene la América para sustraerse
de la tiranía –decía el documento– y, por consiguiente, no ha podido ser un
mero espectador de la apatía e indiferencia que advierten, en
circunstancias las más críticas en que jamás se ha visto el Perú, desde que
dio el sagrado grito de libertad”. Se había efectuado un pronunciamiento,
cuyo antecedente, tan solo cronológico, fue el Motín de Aznapuquio, en el
valle de Chillón, que tuvo lugar el 29 de enero de 1821 cuando el general
José de La Serna con el respaldo del ejército realista depuso al virrey
Joaquín de la Pezuela sustituyéndolo en el cargo.
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/ Ilustraciones .
10/10/2022 17H29
A saber
Colaboración editorial
El libro “Patrias andinas, patrias citadinas”, escrito a cuatro manos por Carmen
McEvoy y Gustavo Montoya ha sido editado por Crítica, sello de editorial Planeta.
Sus fuentes se basan, sobre todo, en la colección documental –más de 100
volúmenes– del sesquicentenario de la independencia.
Los autores de esta publicación: los historiadores Gustavo Montoya y Carmen McEvoy.
Corredor plebeyo
Lo extraño al final es que, a pesar de todo, la independencia se concreta.
Para eso, existen hechos decisivos como el apoyo de los jefes de guerrilla
a la causa patriota. En el libro se reproducen cartas que prueban cómo
españoles como Canterac o García Camba quisieron comprar a Ignacio
Ninavilca o José María Guzmán, dos de los principales líderes indígenas
para que cambiaran de bando, pero estos mantuvieron intacta su fidelidad
a los ideales libertarios. “Existió un corredor republicano plebeyo entre la
sierra de La Libertad, Huaraz, Huánuco, Junín, que no se ha estudiado al
detalle, pero que fue decisivo –dice Montoya–. Sin ese corredor que
Bolívar usó para llegar a Ayacucho y sin el apoyo de estos comandantes de
guerrillas que para 1824 tenían ya tres años de experiencia en combate,
tenían certezas ideológicas y una cultura política, sencillamente la
independencia no hubiera sido posible”.
En el sexto y último capítulo del libro, los autores recuperan esas
biografías de actos desprendidos y heroicos que surgieron como luces en
medio de las sombras de la guerra. Actos y voces que se elevan para dotar
a la república de sentido y de una búsqueda de justicia, igualdad y virtud
que, como dice McEvoy, perdura hasta el bicentenario.