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El pergamino número uno

Solamente los principios perduran y estos poseo, porque las leyes que me conducirán a la
grandeza figuran en las palabras de estos pergaminos. Primero leeré las palabras en silencio
cuando me levanto por la mañana. Luego leeré las palabras en silencio después de haber
participado de la comida del mediodía. Finalmente leeré las palabras de nuevo antes de
acostarme al finalizar el día, y aún más importante, en esta oportunidad leeré las palabras en
voz alta.

Al repetir diariamente las palabras, se convertirán pronto en parte integral de mi mente


activa, pero aún más importante, se filtrarán también hasta la otra mente mía, ese misterioso
venero que nunca duerme, que crea mis sueños, y con frecuencia me hace proceder en una
forma que no comprendo. A medida que las palabras de estos pergaminos son absorbidas por
mi misteriosa mente, comenzaré a despertar, todas las mañanas, con una vitalidad que hasta
antes desconocía. Y mientras leo y releo las palabras de los pergaminos siguientes, admiraré
la brevedad de cada uno y la simplicidad de sus palabras me llevarán a tratar con respeto su
mensaje. Solamente la verdad pura yace destilada en las palabras que vendrán.

El pergamino número dos


La fuerza muscular podrá partir un escudo y aún destruir la vida, pero solo el poder invisible
del amor puede abrir el corazón del hombre, y hasta que no domine este arte no seré más que
un mercachifle en el mercado. Haré del amor mi arma más poderosa y nadie a quien yo visite
podrá defenderse de su fuerza. De aquí en adelante contemplaré todas las cosas con amor y
naceré de nuevo. Con amor.

Porque así como el amor es el arma poderosa con la que me propongo abrir el corazón del
hombre, el amor es también mi escudo para resistir los dardos de odio y las lanzas de ira. Con
amor aumentaré mis ventas en un ciento por ciento y me convertiré en un gran
vendedor. Aunque no posea otras cualidades, puedo alcanzar el éxito con el amor
solamente. Sin el amor fracasaré aunque posea todos los conocimientos y habilidades del
mundo.

Saludaré este día con amor en mi corazón, y tendré éxito.

El pergamino número Tres


Si persisto, si sigo probando, si continúo embistiendo alcanzaré el éxito. En este mundo yo
naci en la victoria, el éxito corre por mis venas. Puede aún sobrecogerme el fracaso al dar mi
milésimo paso, y sin embargo quizá el éxito se oculte detrás del siguiente recodo del
camino. Jamás sabré cuán cerca estoy del éxito a menos que doble la curva.

Persistiré con la convicción de que cada vez que fracase en una venta, aumentarán las
posibilidades de éxito en la tentativa siguiente. Debo fracasar con frecuencia para tener éxito
una sola vez. Cuando haya terminado el día, sin tener en cuenta si ha sido un día de éxito o
fracaso, procuraré realizar una venta más. De esta manera plantaré la semilla del éxito del
mañana y lograré una ventaja insuperable sobre aquellos que cesan de trabajar en una hora
preescrita.

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