Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
la frustración en sí no tiene por qué ser mala, pues es un sentimiento que hay que aprender
a gestionar y controlar. “Lo negativo es el comportamiento negativo asociado al sentimiento
de frustración”
Tolerar la frustración significa ser capaz de afrontar los problemas y limitaciones que se
encuentran en el camino diario con optimismo e intentar buscar soluciones. Aprender a
adaptarse a los cambios, aceptar que no siempre vamos a ganar y solicitar ayuda cuando lo
necesitemos sin que eso afecte nuestra autoestima.
Ayudándoles a poner nombre a todas las emociones que aparecen cuando se sienten
frustrados: recelo, ira, decepción, angustia... Explicándoles que estas emociones
desagradables son necesarias para su desarrollo y deben aprender a darles respuesta.
Evitando la sobreprotección y la permisividad encontrando un equilibrio en la exigencia.
Ayudándoles a marcarse metas razonables, realistas y precisas, animándoles a probar sin
miedo a tropezar. Ajustando las expectativas a sus capacidades para que no se sientan
agobiados o juzgados.
Animándoles a entrenar su paciencia a diario. Sin ella no serán capaces de examinar, desde
la tranquilidad y objetividad, todo aquello que les ocurra ni ser persistentes para poder
conseguir aquello que se propongan.
Los padres deben convertirse en el mejor ejemplo que puedan tener a la hora de hacer
frente a su propia frustración. Pidiendo disculpas cuando se equivoquen con humildad y
mostrándoles que con tenacidad y paciencia será mucho más fácil conseguir aquello que se
propongan.
Se debe explicar a los adolescentes, con grandes dosis de cariño y respeto, que la vida no
es perfecta y tampoco controlable. Que está repleta de desafíos diarios que van a exigir
trabajo y su mejor versión. Animémosles a superar las piedras que se encontrarán en el
camino con seguridad y atrevimiento. Como decía la cantante, compositora y empresaria de
éxito Dolly Parton: “Si quieres el arcoíris tienes que aguantar la lluvia”.
(Esto es lo que un padre puede hacer para que su hijo afronte la frustración. Ya sea que
quieras dejarlo a así o cambiarlo a lo que uno puede hacer por si mismo)