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TALLARINES CON MARISCOS A LO MACHO

Tallarines con mariscos a lo macho.

Hermosos momentos. Un almuerzo entre amigos que se prolonga y prolonga hasta tarde nos suele
dejar siempre hermosos recuerdos. La vida llena de ocupaciones, retos o preocupaciones de pronto
se detiene para hacer un espacio a uno de los sentimientos mas hermosos de la condición humana:
La amistad. 
Amigos íntimos que de pronto deciden engañarle a la vida, haciendole creer que un almuerzo de
jueves de oficina, puede parecer una noche de sábado de verano. 

Como todos, tengo amigos muy distintos. Solteros empedernidos siempre listos a halagar a la mesa
de al lado, jóvenes enamoradas resistiendo al altar, jubilados prematuros que disfrutan de la vida
como nadie, amigas y amigos de esos que son parte de tu sangre sin serlo, aficionados al fútbol,
aficionadas al voley, aficionados al canto, desafinadas en el canto. Altos y flacos, subiditos de peso
y chatos. timidos y sonrojados, entradores y habladores. Distintos. Pero todos unidos por lo mas
importante, nobles de espíritu, amantes de lo nuestro, siempre dispuestos a conciliar, celebrar en
buena lid. 
Con ellos al lado, las mesas se vuelven mágicas, únicas, inolvidables. Las horas pasan como el
viento, suaves serenas, dulces. La noche cae, como ayer, de sorpresa, estrellada, sabrosa,
inolvidable. 
Llegan los platos, las fuentes de sazón criolla, amigos cocineros demostrando en la cancha el
porque de su bien ganada fama .
Llegan unos tallarines a lo macho. Uhmm. 
Se sudan cebolla y ajo picado finamente en una sartén honda. Cae el ají panca licuado, llega el
tomate rallado, caen los mariscos. Primero los calamares y el vongole, luego los langostinos o las
conchas. Un chorro de vino blanco, culantro picado, perejil picado, sal, pimienta, llegan los
tallarines. Una movidita. Otra movidita. Que los tallarines se mezclen con la salsa. Una fuente. 
Llega a la mesa. Brindis, risas, aplausos. 
TALLARINES CON MARISCOS A LO MACHO
- Señores, dice el camarero. Que son las diez de la noche. 
Un silencio invade la mesa. 
La fuente vacia. Un ultimo sorbo. Un ultimo abrazo. 
Es jueves de oficina. No sábado por la noche.

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