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Dictadura argentina

La dictadura argentina fue un período de gobierno autoritario que tuvo lugar en


Argentina desde 1976 hasta 1983. Durante este tiempo, el país fue gobernado por un
régimen militar que tomó el poder a través de un golpe de Estado.

El régimen militar implementó políticas represivas y violó los derechos humanos de los ciudadanos
argentinos. Se estima que alrededor de 30,000 personas desaparecieron durante la dictadura,
incluyendo activistas políticos, sindicalistas, estudiantes, intelectuales y otros ciudadanos que se
consideraban opositores al régimen.

Las fuerzas militares también llevaron a cabo operaciones clandestinas para secuestrar, torturar y matar
a las personas que consideraban una amenaza. Estos abusos fueron perpetrados por las fuerzas de
seguridad y las fuerzas armadas, y se llevaron a cabo en centros clandestinos de detención y tortura en
todo el país.

El régimen militar también llevó a cabo políticas económicas neoliberales que favorecían a las
empresas y los inversores extranjeros a expensas de la clase trabajadora argentina. La economía
argentina se contrajo significativamente durante la dictadura, lo que llevó a una fuerte inflación y una
caída en los niveles de vida.

La dictadura llegó a su fin en 1983, después de una transición democrática pacífica que llevó a la
elección del presidente Raúl Alfonsín. Desde entonces, Argentina ha lidiado con las secuelas de la
dictadura, incluyendo la necesidad de procesar a los perpetradores de abusos de derechos humanos y
garantizar la justicia para las víctimas y sus familias.

Periodo Posterior a la Dictadura


Después de la dictadura argentina, el país experimentó una transición a la democracia que estuvo
marcada por una serie de desafíos y logros. En 1983, se llevaron a cabo elecciones libres y
democráticas que llevaron al poder al presidente Raúl Alfonsín, quien estableció una Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas para investigar los abusos de derechos humanos cometidos
durante la dictadura.
El juicio
(Causa 13/84)
Conocido como “Juicio a las Juntas” fue el proceso judicial realizado en 1985 por orden del
presidente Raúl Alfonsín a los pocos días de recuperar la democracia, sobre nueve de los diez
integrantes de las tres primeras de la dictadura, Jorge Rafael Videla, Orlando Ramón Agosti, Emilio
Eduardo Massera, Roberto Eduardo Viola, Omar Graffigna, Armando Lambruschini, Leopoldo
Fortunato Galtieri, Basilio Lami Dozo y Jorge Anaya. Pese a integrar la tercera junta, Alfonsín excluyó
de la acusación al general Cristino Nicolaides.

Linea temporal del Juicio


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AUDIENCIAS PRELIMINARES
14 de octubre de 1984
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fueron un proceso judicial destinado a investigar los abusos de derechos humanos cometidos durante la
dictadura.
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PRESENTACIÓN DE PRUEBAS
15 de febrero de 1985
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16 tomos de 4000 hojas y 709 casos
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AUDIENCIA PUBLICA
22 de abril de 1985
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Declararon 839 testigos en unas 530 horas de audiencias
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LA ACUSACIÓN
18 de Septiembre de 1985
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los militares fueron acusados de
Terrorismo de estado, Privación de la libertad, Secuestro, Asesinatos, Extorsión y Violación
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LA SENTENCIA
9 De diciembre de 1985
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Condenaron a cinco de los militares acusados y absolvieron a cuatro
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(Basados en la película)

Audiencias Preliminares
fueron un proceso judicial destinado a investigar los abusos de derechos humanos cometidos durante la
dictadura. Las audiencias preliminares comenzaron en 1984, poco después de que el presidente Raúl
Alfonsín asumiera el poder, y se llevaron a cabo en todo el país.

El objetivo de las audiencias preliminares era recopilar información sobre las violaciones a los
derechos humanos cometidas durante la dictadura, incluyendo detenciones ilegales, torturas y
asesinatos. Las audiencias preliminares fueron conducidas por fiscales y jueces, y contaron con la
participación de víctimas, testigos y expertos en derechos humanos.

Presentación de pruebas
el equipo de Julio César Strassera(Fiscal a cargo del caso) presentaron las pruebas de los abusos de
derechos humanos cometidos durante la dictadura por militares.

Reunieron información de 709 casos en los que se incluía Privación de la libertad, Secuestro,
Asesinatos, Extorsión y Violación.

Audiencias publicas
Dieron lugar a que los testigos contaran los abusos que vivieron por parte de los militares en los centros
clandestinos, declararon 839 testigos sumando mas de 530 horas de audiencia, muchos de estos
recibieron amenazas posteriormente al igual que el equipo de Strassera.

La acusación
se les acusaron a los militares de violaciones masivas a los derechos humanos contra la población civil:
detenciones arbitrarias, ejecuciones, exilios forzosos, torturas, violaciones, abusos sexuales, robo de
bienes, ataques a las libertades civiles y apropiación ilegal de menores.

La sentencia
los jueces Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, León Carlos Arslanián, Jorge Valerga Araoz,
Guillermo Ledesma y Andrés J. D’Alessio condenaron a cinco de los militares acusados y absolvieron
a cuatro

- Jorge Rafael Videla – Perpetua, Destitución.

- Emilio Eduardo Massera - Perpetua, Destitución.

- Roberto Eduardo Viola - 17 Años, Destitución.

- Orlando Ramon Agosti – 4 Años y 6 meses, Destitución.

- Omar Graffigna - Absuelto, Destitución.

- Armando Lambruchini – 8 Años, Destitución.

- Leopoldo Fortunato Galtieri - Absuelto, Destitución.

- Basilio Lami Dozo - Absuelto, Destitución.

- Jorge Anaya - Absuelto, Destitución.

Centros Clandestinos
Durante las audiencias preliminares Strassera comenzó a formar un equipo de abogados con el que
comenzaron a investigar los casos de abuso por los militares y sus centros clandestinos. Encontraron 5
principales

Escuela de mecánica de la armada: Ubicado en Buenos Aires fue uno de los mas grandes y notorios
se estima alrededor que de 5.000 personas fueron detenidas aquí.

Campo de mayo: Complejo militar ubicado en Buenos Aires, se estima alrededor de 5.000 personas
detenidas aquí.

La Perla: Ubicado en córdoba fue el mas grande del interior del pais se estima que fueron detenidas
alrededor de 2.000 personas aquí.

El Olimpo: Ubicado en buenos aires era principalmente usado para personas del partido comunista, se
estima alrededor de 300 detenidos.

Club Atlético: ubicado en santa fe fue utilizado para detener gente relacionada con el partido obrero,
se estima alrededor de 2.500 detenidos.
Grupo de Strassera
Conocidos también como “Los pibes de strassera”, fue un grupo formado por Strassera para
investigar los casos de abuso por los militares, cuando fueron convocados al juicio la mayoría tenia
entre 21 y 23 años y no eran muy expuestos, esto con el fin de no ser tachados de “comunistas” u otras
ideologías políticas. Estos fueron: Adriana Gómez, Sergio Delgado, Lucas Palacios, Marcela Pérez
Pardo, Carlos Somigliana, Javier Scipioni y Nicolás Corradini.

Amenazas y extorsión
Durante la investigación y durante el juicio muchos testigos o miembros del equipo de Strassera
recibieron amenazas de muerte por parte de los militares, también amenazaron de colocar una bomba
en la sala de audiencia y en algunos casos específicos extorsionaron y explotaron laboral mente a
algunos.

Por Que?
La dictadura fue impulsada y financiada por los estados unidos con el plan Cóndor con el fin de que el
comunismo no se expandiera, a su vez los dictadores la excusaron con una supuesta “Guerra”, el tema
de si fue o no una guerra fue muy debatido ya que según los neo liberales sostenía que era una guerra
contra grupos terroristas y los progresistas sostenían que los montoneros u Obreros revolucionarios
junto a las fuerzas armadas peronistas estaban en desigualdad de condiciones a favor de los militares
por lo que no seria una guerra justa.

Conclusión
mi conclusión es que la dictadura estuvo mal pero a la vez se le suele exagerar, si bien hicieron muchas
cosas malas puedo rescatar que hablando de seguridad mejoro mucho aun así no puedo apoyarla, me
gustaría también aclarar que yo opino que si fue una guerra, no fue justa o justificada pero al final fue
una guerra ya que según el diccionario de Oxford la definición de guerra es “Lucha o disputa
continuada entre grupos o personas, que puede dar lugar a actos violentos.” definición que cuadra con
lo sucedido. Otra conclusión a la que llegue investigando sobre el tema es que la justicia tardo en actuar
ya que por ejemplo Videla no cumplió su condena hasta 2007 donde Nestor Kircher lo obligo a cumplir
la condena, habiendo estado 5 años preso previamente y siendo liberado por Carlos Saul Menem.

Alegato de Strassera
Señores jueces: Se ha probado durante este juicio la existencia de un plan criminal que no concluyó
cuando fueron reemplazados los procesados Galtieri, Anaya y Lami Dozo. La crisis interna que produjo
entre las autoridades del Proceso de Reorganización Nacional la derrota militar sufrida en las Islas
Malvinas, no importó ningún cambio en las directivas dadas a raíz de la lucha contra la subversión.

Este proceso ha significado, para quienes hemos tenido el doloroso privilegio de conocerlo
íntimamente, una suerte de descenso a zonas tenebrosas del alma humana, donde la miseria, la
abyección y el horror registran profundidades difíciles de imaginar antes y de comprender después.

Dante Alighieri –en "La Divina Comedia"– reservaba el séptimo círculo del infierno para los violentos:
para todos aquellos que hicieran un daño a los demás mediante la fuerza. Y dentro de ese mismo
recinto, sumergía en un río de sangre hirviente y nauseabunda a cierto género de condenados, así
descriptos por el poeta: "Estos son los tiranos que vivieron de sangre y de rapiña. Aquí se lloran sus
despiadadas faltas".

Yo no vengo ahora a propiciar tan tremenda condena para los procesados, si bien no puedo descartar
que otro tribunal, de aún más elevada jerarquía que el presente, se haga oportunamente cargo de ello.

Me limitaré pues a fundamentar brevemente la humana conveniencia y necesidad del castigo. Sigo a
Oliva Wondell Holmes, cuando afirma: "La ley amenaza con ciertos males si uno hace ciertas cosas. Si
uno persiste en hacerlas, la ley debe infligir estos males con el objeto de que sus amenazas continúen
siendo creídas".

El castigo –que según ciertas interpretaciones no es más que venganza institucionaliza- se opone, de
esta manera, a la venganza incontrolada. Si esta posición nos vale ser tenidos como pertinaces
retribucionistas, asumiremos el riesgo de la seguridad de que no estamos solos en la búsqueda de la
deseada ecuanimidad. Aun los juristas que más escépticos se muestran respecto de la justificación de la
pena, pese a relativizar la finalidad retributiva, terminan por rendirse ante la realidad.
Podemos afirmar entonces con Gunther Stratenwerth que aun cuando la función retributiva de la pena
resulte dudosa, tácticamente no es sino una realidad: "La necesidad de retribución, en el caso de delitos
conmovedores de la opinión pública, no podrá eliminarse sin más. Si estas necesidades no son
satisfechas, es decir, si fracasa aunque sólo sea supuestamente la administración de la justicia penal,
estaremos siempre ante la amenaza de la recaída en el derecho de propia mano o en la justicia de
Lynch".

Por todo ello, señor presidente, este juicio y esta condena son importantes y necesarios para la Nación
argentina, que ha sido ofendida por crímenes atroces. Su propia atrocidad torna monstruosa la mera
hipótesis de la impunidad. Salvo que la conciencia moral de los argentinos haya descendido a niveles
tribales, nadie puede admitir que el secuestro, la tortura o el asesinato constituyan "hechos políticos" o
"contingencias del combate". Ahora que el pueblo argentino ha recuperado el gobierno y control de sus
instituciones, yo asumo la responsabilidad de declarar en su nombre que el sadismo no es una ideología
política ni una estrategia bélica, sino una perversión moral. A partir de este juicio y esta condena, el
pueblo argentino recuperará su autoestima, su fe en los valores sobre la base de los cuales se constituyó
la Nación y su imagen internacional severamente dañada por los crímenes de la represión ilegal...

Los argentinos hemos tratado de obtener la paz fundándola en el olvido, y fracasamos: ya hemos
hablado de pasadas y frustradas amnistías.

Hemos tratado de buscar la paz por la vía de la violencia y el exterminio del adversario, y fracasamos:
me remito al período que acabamos de describir.

A partir de este juicio y de la condena que propugno, nos cabe la responsabilidad de fundar una paz
basada no en el olvido sino en la memoria; no en la violencia sino en la justicia.

Esta es nuestra oportunidad: quizá sea la última.

Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta
requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo
argentino. Señores jueces: “Nunca más".

Reflexión final
El discurso presentado en este caso demuestra la importancia de la justicia y la necesidad de que
aquellos que han cometido crímenes atroces sean castigados. El orador argumenta que el castigo es
necesario para prevenir la recaída en la violencia y la justicia por propia mano, y para que la conciencia
moral de la sociedad no descienda a niveles tribales. Además, se enfatiza que la búsqueda de la paz
debe basarse en la memoria y la justicia, no en el olvido y la violencia. En última instancia, el discurso
hace un llamado a la responsabilidad de la sociedad en la construcción de un futuro mejor para la
Nación argentina, destacando la importancia de no olvidar los horrores del pasado y comprometerse
con una justicia verdadera y duradera.

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estudiantes que hicieron el trabajo

Ezequiel Guerra

Matias Ruiz

Agustin aguello

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