Está en la página 1de 3

PRIMEROS TRES CAPÍTULOS: BELÉN (pg.

97-106)
ÚLTIMOS TRES CAPÍTULOS: HASHEM (107-110)

Ideas Principales (Intro)


Los primeros hombres comienzan a adaptarse a sus entornos al momento en el que
buscan cómo protegerse de sus condiciones. Vemos esto en los primeros intentos de
vestimenta para cuidarse de los rayos del sol, la lluvia y el frío. Esta necesidad de
refugiarse la trasladamos a los primeros modelos de arquitectura, en cuevas, luego a
chozas o cabañas estrechas e incómodas, pasando a implementar paredes de tierra hasta
alcanzar a manejar las primeras técnicas de mamposteria y canteria hasta los primeros
techos y armaduras.
Todas estas ideas y prácticas primitivas se combinaron y se mejoraron para dar origen a
las primeras viviendas “cómodas”, dando así refugio y protección a los primeros hombres
y sentando las bases y fundamentos de la arquitectura.

Capítulo 1. Maneras de descubrir el agua


Vitruvio nos explica que para encontrar dónde cavar al momento de intentar encontrar agua
que esté bajo tierra, podemos seguir este proceso: un poco antes del amanecer se tumbará uno
boca abajo exactamente en el lugar donde se desea encontrar agua y, apoyando el mentón sobre
el suelo, se observará atentamente todo el contorno alrededor; manteniendo el mentón apoyado e
inmóvil, la vista no se elevará más de lo que es preciso, sino que, con toda exactitud, irá
demarcando una altura totalmente horizontal; entonces, en las zonas donde aparezcan
vapores que ondean y se elevan hacia el aire, allí mismo se debe cavar, pues tales fenómenos de
ninguna manera se producen en lugares sin agua.
Asimismo, debemos observar la naturaleza del terreno:
- Terreno arcilloso: agua escasa, prácticamente superficial y el sabor no es
agradable.
- Terrenos de arena suelta: escasa, a mayor profundidad, cenagosa, sabor
desagradable
- Tierra negra: el agua es de buen sabor pero es sumamente escasa
- Terrenos de grava: encontramos venas de aguas no muy caudalosas e
intermitentes, pero de una “suavidad excelente”.
- Terrenos de arena gruesa y tierra rojiza: venas de agua permanentes con sabor
agradable.
- Piedras rojas: abundantes venas de agua de buena calidad (al menos que se filtren y
desaparezcan de los intersticios de las piedras”).
- Faldas de montes y entre rocas de sílice: agua abundante, fresca y saludable.
- Terrenos llanos: salubres, gruesas, algo templadas y de mal sabor (menos las
aquellas que vienen de las mismas montañas).
Vitruvio nos da la recomendación de intentar buscar agua solamente en terrenos (no
pantanosos) donde las plantas presentes han crecido de manera natural y no han sido
sembradas (específicamente sauces, juncos, cañas, olmos). Si bien, en terrenos que
presenten las condiciones previamente establecidas, se cava un hoyo con una anchura no menor
de tres pies y una profundidad de al menos cinco pies; al atardecer, se colocará en el hoyo una
vasija cóncava de bronce, o de plomo. Esta vasija la vamos a cubrir de aceite en el interior y la
colocaremos boca abajo; la boca del se tapa con cañas o con hojas y lo cubriremos todo con tierra;
al día siguiente, lo destaparemos y si encontramos en la vasija gotas de agua, es una señal clara
de que en ese terreno hay agua.
A una escala mayor y más general, el agua debería de buscarse en las montañas y en
regiones orientadas al norte. Esto es debido a que estas zonas van opuestas al curso del
sol, abundan los bosques que protegen la tierra de los rayos del sol y entonces la
humedad no se evapora. También, los valles recogen gran cantidad de agua de lluvia. Al
contrario, hay agua escasa y poco salubre en las llanuras (sol evapora humedad y evapora
los ingredientes que proporcionan la salubridad– los cuales van hacia el cielo en el ciclo
del agua, dejando atrás los elementos más pesados y desagradables).

Capítulo 2. El agua de lluvia


El agua de lluvia posee cualidades altamente salubres, ya que es el resultado de los
elementos más sutiles y finos de las fuentes de agua. Esta agua ha pasado por un proceso
en el que es filtrada por el movimiento agitado del aire.
Sabemos cómo funciona el ciclo del agua (evaporación, condensación, precipitación) y
también comprendemos que las condiciones ardientes y frías, las corrientes del aire y
cantidades de agua son las variables que influyen en los vapores, las nieblas y la humedad
que se da en una zona. De igual manera, Vitruvio nos explica que los vientos procedentes
de zonas más frías (norte) traen corrientes de aires más “secas” y los vientos del sur o
aquellos desde la parte del curso del sol son más húmedos y arrastran las lluvias.
Adicionalmente, podemos observar que los ríos más caudalosos tienen sus fuentes en el
septentrión (Norte). Finalmente, Vitruvio menciona que no es cualidad natural del agua
el ser caliente, sino que el agua fría adquiere esa condición estando en zonas calientes y
no se mantiene caliente por mucho tiempo: se enfría rápido.
Capítulo 3. Cualidades naturales de las distintas aguas
Fuentes calientes: brota agua de excelente sabor y agradables al paladar
Fuentes frías: olor y sabor desagradables
Nos explica que la calidad del agua varía de río a río, de zona a zona, dependiendo de
diferentes factores. Compara las aguas de los ríos en Cilicia, Etopia, Cartago, Atenas,
etc. Nos explica cómo ciertos elementos que están en la proximidad del río pueden
causar que este contenga aguas contaminadas.
En conclusión, en este capítulo el objetivo de Vitruvio es específicamente hacernos
entender que “sin agua, ni los seres vivos, ni el poder nutritivo de la comida pueden
darse, ni mantenerse, ni prepararse. Por todo esto, debe ponerse la máxima atención y
habilidad en buscar y elegir bien los manantiales para proteger la salud de los humanos”.

También podría gustarte