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EL AGUA: TESORO

LIQUIDO PARA
SUBSISTIR

DIEGO IVÁN AYALA GÓMEZ


ANEIC UG GTO
“Miles de personas han sobrevivido sin amor, ninguna sin agua” . Seguro que si a muchos nos
preguntan qué es lo más importante de nuestra vida, digamos que el amor por y de nuestros seres
queridos. Pues entonces, el poeta y ensayista británico Wystan Hugh Auden, invita a elevar hasta
esta misma posición de amor, el agua.

Buenas tardes a todos y a todas las presentes. Hoy quiero hablarles sobre un tema fundamental para
nuestra supervivencia: el agua. El agua es la fuente de vida más importante de nuestro planeta. Sin
ella, no podríamos existir. A pesar de su importancia, muchas veces damos por sentado el acceso al
agua limpia y potable, y olvidamos que todavía hay millones de personas en todo el mundo que no
tienen acceso a ella.
El Banco Mundial, principal entidad multilateral de financiamiento para proyectos relacionados con
el agua en los países de desarrollo, tan solo reporta:
Alrededor de 2,000 millones de personas en todo el mundo que no tienen acceso a servicios de agua
potable gestionados de manera segura. 3,600 millones no cuentan con servicios de saneamiento
seguros y 2,300 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos. Todo esto, hasta
octubre de 2022 y siendo verdaderamente cifras alarmantes.

¿Se han preguntado, en serio, que va a ser de nosotros en un futuro donde no tengamos agua para
subsistir? Quiero que tengan muy presente esta incógnita, ya que les hablaré 3 cuestiones
principales, sobre cómo llevar de la mano esta pregunta: Escasez del agua, su gestión y
propiamente su futuro.

Tratemos el primer punto, que viene de la mano con el estrés hídrico, afectando esta situación no
solo a la salud y la calidad de vida de las personas, sino que también limita el desarrollo económico
y social de las comunidades. Es bien sabido que el estrés hídrico ya está presente en distintos países
del globo y no nos vayamos lejos, tan solo aquí en México no es un secreto a voces el tema del
famoso “Dia Cero”.
Ciudades como Monterrey, la segunda más poblada del país con 5.3 millones de habitantes,
recientemente vivió una de las sequias como no se ha visto en las últimas décadas. Reservas secas,
tiempos limitados de bombeo de agua potable, temperaturas de más de 40°C y escasez de agua
embotellada para beber, son tan solo algunas de las razones por las que, lamentablemente, la tierra
regiomontana se dice llegó, al temible “Dia Cero”, evento al cual se atribuye el hecho de racionar el
acceso al agua y haciendo que su suministro se vaya agotando.
Retomando la salud, el agua contaminada con bacterias, virus y otros contaminantes puede causar
enfermedades como la diarrea, fiebre, tifoidea y cólera. Siendo altamente peligrosas para niños y
personas mayores, llevándolos incluso a la muerte si no se tratan adecuadamente.
Ahora, si no hay agua potable, no hay nutrición. La escasez de agua dificulta el cultivo de alimentos
y cría de animales, pasando a la escasez de alimentos y finalmente, a la desnutrición.

Entonces, son múltiples los factores que causan la escasez de agua que azota a millones de personas
en todo el mundo. Muchos vienen de forma natural, pero el hombre juega un papel fundamental en
el agravamiento de este problema. La crisis climática, crecimiento demográfico, urbanización,
conflictos políticos o armados y contaminación son las vertientes que ponen en jaque la
disponibilidad de los recursos hídricos.
¿Qué hacemos con esto? Gestionar de manera correcta el agua, garantizando la sostenibilidad a
largo plazo de este recurso, de la mano de una adecuada distribución y consumo.
Debemos promover la eficiencia en el uso del agua: Esto ayuda a reducir su demanda, lográndolo
desde la ola de nuestras tecnologías más eficientes y con prácticas agrícolas sostenibles.
Hablando de promover, también se tiene que hacer esto con la gestión integrada de los recursos
hídricos: Un enfoque para coordinar la gestión en diferentes sectores y a nivel de cuencas
hidrográficas.
Continuando, la infraestructura del agua debe mejorar: Con el fin de un suministro más confiable,
mejorando así el acceso al agua limpia y segura para todos. Esto incluye la construcción de sistemas
de tratamiento de agua y sistemas de distribución más eficientes.
Y finalmente, hacer consciencia publica y educación hídrica: Con difusión de prácticas sostenibles
del consumo del agua y la educación sobre su importancia para la vida, el desarrollo económico y el
social.

Discutamos ahora el futuro. El World Resources Institute, organización que investiga los recursos
que le quedan al planeta, reporta un profundo estrés hídrico para el año 2040 con un déficit que
puede incrementar del 40% al 70%, donde Oriente Medio resulta la región más afectada. Y no
hablamos solamente de países tercermundistas, sino también de aquellos del primer mundo:
Australia e incluso Estados Unidos entrarían en la lista de naciones en las que se aplicará si o si, un
recorte en el suministro del agua. Increíble ¿no? Quién lo diría, de Estados Unidos…
Y con ello, la tecnología avanzada puede presentar nuevas soluciones para el tratamiento y
suministro de agua, como la desalinización, purificación y reciclaje, permitirán utilizar agua de
fuentes inaccesibles o no potables.
Es hora de avanzar rápidamente, con nuestras innovaciones incluso esta la posibilidad de
implementar sistemas de monitoreo y control para la gestión sostenible del agua, mejorando la
eficiencia en la agricultura, industria y hogar. Poco a poco estamos creando tecnología de
inteligencia artificial, así que tomemos esta gran herramienta para estimar futuras demandas
hídricas, fugas, escenarios, es decir, crear sensores cada vez más avanzados para la salud hídrica del
planeta.

No establezcamos el año 2040 como una fecha límite para poder hacer algo en contra de los
próximos déficits que se presentan. Sigamos avanzando, mejorando, innovando y concientizando
constantemente mucho antes y más allá de ese año. Que felicidad y dicha que para 2024 todos
podamos disponer de agua segura como fuente de vida.
Yo quiero que las futuras generaciones vivan tranquilas, con la seguridad de que el agua no se está
cotizando en los mercados. Quiero que mis hijos no pasen penas, no quiero tener que llegar a migrar
a una zona en la que únicamente se disponga de agua ahí. Quiero verlos felices y plenos en la
comodidad de mi hogar, bebiendo de una simple agua embotellada ¿Es mucho pedir? No quiero que
padezcan lo que nuestros hermanos regiomontanos vivieron. No quiero enfrentar pobreza con mi
familia, que padezcan de enfermedades, de hambre, de lo que se vive hoy en día.
Porque si, yo voy a hacer todo por su bienestar para que tengan una vida plena, cariño y atención
jamás les faltara, pero como dijo Wystan Hugh Auden, podemos sobrevivir sin amor, pero no sin
agua…

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