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Discurso del Compañero Vladimir Putin

Presidente de la Federación de Rusia


en el Desfile Militar en Celebración
del 78 Aniversario del Día de la Victoria
9 de Mayo del 2023

¡Queridos ciudadanos de Rusia!

¡Queridos veteranos!

¡Camaradas soldados y marineros, sargentos y contramaestres,


guardiamarinas y suboficiales!

¡Camaradas oficiales, generales y almirantes!

Soldados y comandantes - ¡participantes de la operación


militar especial!

Les felicito por el Día de la Victoria.


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Es una fiesta en honor de nuestros padres, abuelos y


bisabuelos, que glorificaron e inmortalizaron sus nombres
defendiendo la Patria. A costa de un valor inconmensurable
y enormes sacrificios salvaron a la humanidad del
nazismo.

Hoy la civilización se encuentra de nuevo en un punto de


inflexión decisivo. Se ha desatado de nuevo una auténtica
guerra contra nuestra patria, pero hemos repelido el
terrorismo internacional, protegido a los habitantes de
Donbás y garantizado nuestra seguridad.

Para nosotros, para Rusia, no hay naciones hostiles ni en


Occidente ni en Oriente. Como la inmensa mayoría de
los habitantes del planeta, queremos un futuro pacífico,
libre y estable.

Creemos que cualquier ideología de superioridad es


intrínsecamente repugnante, criminal y mortal. Sin
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embargo, las élites globalistas occidentales siguen hablando


de su exclusividad, enfrentando a las personas y dividiendo a
las sociedades, provocando conflictos sangrientos y
golpes de Estado, sembrando el odio, la rusofobia, el
nacionalismo agresivo, destruyendo la familia y los
valores tradicionales que hacen que una persona sea
humana. Y todo para seguir dictando, imponiendo a los
pueblos su voluntad, sus derechos, sus reglas y, de hecho,
un sistema de robo, violencia y represión.

Parecen haber olvidado a qué condujo la demencial


pretensión nazi de dominar el mundo. Han olvidado
quién derrotó a este mal monstruoso y total, quién se
levantó en defensa de su patria y no escatimó su vida por
la liberación de los pueblos de Europa.

Vemos cómo en varios países se destruyen despiadada y


fríamente monumentos conmemorativos a los soldados
soviéticos, se derriban monumentos a los grandes comandantes,
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se crea un auténtico culto a los nazis y sus colaboradores


y se borra y falsifica la memoria de los auténticos héroes.
Tal profanación de la gesta y de las víctimas de la
generación victoriosa es también un crimen, un
revanchismo descarado de quienes cínica y abiertamente
prepararon una nueva campaña contra Rusia, que
reunieron para ello a escoria neonazi de todo el mundo.

Su objetivo -y aquí no hay nada nuevo- es lograr la


desintegración y destrucción de nuestro país, borrar los
resultados de la Segunda Guerra Mundial, romper
definitivamente el sistema de seguridad global y el
derecho internacional, estrangular cualquier centro de
desarrollo soberano.

La ambición desmedida, la arrogancia y la permisividad


conducen inevitablemente a tragedias. Esta es la razón
de la catástrofe que vive actualmente el pueblo ucraniano. Se ha
convertido en rehén del golpe de Estado y del régimen
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criminal de sus amos occidentales, en moneda de cambio


para la aplicación de sus crueles e interesados planes.

Para nosotros, en Rusia, la memoria de los defensores de


la Patria es sagrada, la guardamos en el corazón.
Rendimos homenaje a los participantes en la Resistencia
que lucharon valientemente contra el nazismo y a los
soldados de los ejércitos aliados de Estados Unidos, Gran
Bretaña y otros países. Recordamos y conmemoramos la
proeza de armas de los guerreros chinos en la batalla
contra el militarismo japonés.

Estoy convencido de que la experiencia de solidaridad y


asociación en los años de combate contra la amenaza
común es nuestro inestimable legado. Es un pilar sólido
en un momento en que cobra impulso el movimiento
irreversible hacia un mundo multipolar más justo, basado en
los principios de confianza y seguridad indivisible, y en
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la igualdad de oportunidades para el desarrollo original


y libre de todos los países y pueblos.

Es muy importante que los dirigentes de la Comunidad


de Estados Independientes se hayan reunido hoy aquí, en
Moscú. Lo veo como una actitud de gratitud a la hazaña
de armas de nuestros antepasados: lucharon juntos y
vencieron juntos - todos los pueblos de la URSS
contribuyeron a la victoria común.

Siempre lo recordaremos. Inclinamos nuestras cabezas


ante la bendita memoria de todos aquellos a quienes la
guerra arrebató la vida, ante la memoria de hijos, hijas,
padres, madres, abuelos, maridos, esposas, hermanos,
hermanas, parientes y amigos.

Se declara un minuto de silencio.

(Minuto de silencio.)
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¡Distinguidos ciudadanos de Rusia!

Las batallas decisivas para los destinos de nuestra Patria


siempre han sido nacionales, patrias y sagradas. Somos
fieles a los mandatos de nuestros antepasados y comprendemos
profunda y claramente lo que significa estar a la altura
de sus logros militares, laborales y morales.

Estamos orgullosos de los participantes en la operación


militar especial, de todos los que luchan en el frente, que,
bajo el fuego, abastecen al frente y salvan a los heridos.
No hay causa más grande que vuestro trabajo en combate. La
seguridad de nuestro país, el futuro de nuestro Estado y
de nuestro pueblo dependen de vosotros. Cumplís con
honor vuestro deber militar, lucháis por Rusia. Vuestras
familias, hijos y amigos os apoyan. Os están esperando.
Estoy seguro de que sentís su amor sin límites.
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Todo el país se ha unido para apoyar a nuestros héroes.


Todo el mundo está dispuesto a ayudar, rezando por
vosotros.

¡Camaradas! ¡Amigos! ¡Queridos veteranos!

Hoy todas las familias honran a los veteranos de la Gran


Guerra Patria, recuerdan a sus familiares, a sus héroes,
depositan flores en los monumentos de guerra.

Estamos en la Plaza Roja, en el suelo que recuerda a los


justicieros de Yuri Dolgoruky y Dmitry Donskoy, a los
milicianos de Minin y Pozharsky, a los soldados de Pedro
el Grande y Kutuzov, y a los desfiles de 1941 y 1945.

Hoy, los participantes de la operación militar especial


son cuadros de las fuerzas armadas y los que se incorporaron
a las fuerzas armadas durante la movilización parcial,
los soldados de los cuerpos de Lugansk y Donetsk,
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muchas unidades de combate de voluntarios, miembros


de la Guardia Rusa, del Ministerio del Interior, del FSB,
del Ministerio de Emergencias y de otros servicios y organismos
especiales.

Saludo a todos los que luchan por Rusia en el campo de


batalla, que ahora están de servicio.

Durante la Gran Guerra Patria, nuestros heroicos


antepasados demostraron que no hay nada más fuerte,
poderoso y fiable que nuestra unidad. No hay nada en el
mundo más fuerte que nuestro amor por la Patria.

¡Por Rusia! ¡Por nuestras valientes Fuerzas Armadas!


¡Por la victoria!

¡Hurra!

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