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HISTORIA DEL FEMINISMO

Por Alicia Bravo.

Análisis de la evolución del feminismo en el contexto de Erving Goffman y Howard Becker.

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Sociedad y Derecho, Facultad de Derecho. UDELAR

La historia del feminismo se remonta a tiempos en donde la mujer inserta en las sociedades,
no ocupaba otro lugar más que a la sombra de los hombres. En las sociedades posteriores al
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siglo XIV, la inferioridad femenina se consideraba como una condición que se determinaba
natural; una condición la cual las mujeres del siglo XVIII ya no estaban dispuestas a tolerar.

Esta inferioridad femenina se convirtió en un atributo tan negativo como desacreditador que
comenzó a tomar voz por medio de aquellas mujeres que se animaron y comenzaron a
cuestionar esta estructura; esas estructuras sociales que las encasillan como inferior en cuanto
a derechos y capacidades. Según Goffman en su texto Estigma, La identidad deteriorada; un
estigma considerado como defecto, en ocasiones se refiere a atributos negativos y
desacreditadores que pueden referir a características físicas, mentales, sociales que se
diferencian de las normas culturales en el que se desarrollan.(Goffman,1963)

Bajo ese contexto entendemos que ser mujer ha determinado a lo largo de toda la historia de
la lucha del feminismo un estigma, que no solo radica en la sociedad que la desacredita sino
en el pensamiento y percepciones que ellas mismas creían sin cuestionamiento , determinando
una relación entre el estigma y el estigmatizador.(Goffman, 1963).

Jean Jacques Rousseau plantea en sus trabajos que el hombre nace libre,este concepto de
libertad e igualdad entre los hombres, le otorga la capacidad de conformar convenciones
humanas y pensar en un orden político, social y jurídico, como una forma de gobierno
legítima; planteando que la fuerza no genera derechos, que la misma no es una forma
legítima de gobernar, aludiendo a la fuerza se refiere al sometimiento y la opresión.

En el contexto que el autor lo plantea las mujeres debían ser educadas para someterse al
hombre y solo así lograron someter sus derechos. Las describe bajo el concepto de belleza,
siendo la belleza un sinónimo de debilidad.

Es por eso que las mujeres del siglo XVIII, estaban dispuestas a demostrar que la inferioridad
con la que las mismas eran tratadas no era más que una condición cultural y no tanto natural.
Podemos decir que se iluminaron, que se vistieron de poder y salieron a defender sus derechos
frente a las mismas sociedades que las estructuran.

Mary Wollstonecraf fue una de las pioneras impulsoras en cuestionar el pensamiento de


Rousseau, dejando como herencia su ensayo “Vindicación de los derecho de la Mujer”(1792)
este movimiento que comenzaba a reunir fuerzas, analizado desde una perspectiva tal como
Howard Becker lo plantea en su texto “Outsiders”, fue etiquetado como un hecho desviado.

Las sociedades están constituidas por normas que determinan el tipo de comportamiento que
se considera como apropiados para cada uno de los individuos que forman parte de ella, para
Becker una persona que transgrede esas normas es considerada un Outsider.

Cuando la regla debe ser aplicada, es probable que el supuesto infractor sea visto
como un tipo de persona especial, como alguien incapaz de vivir según las normas
acordadas por el grupo y que no merece confianza. Es considerado un Outsider, un
marginal. (Becker, 1963, p.21).

Claramente, en este contexto, las mujeres que formaban parte de este movimiento social eran
consideradas como “Desviadas”; porque plantean una realidad totalmente diferente a la que se
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vivía. Las mujeres tienen la capacidad de pensar y razonar igual que los hombres libres, por lo
cual tienen o deberían tener los mismos derechos naturales que el hombre; este sentimiento se
hizo latente a lo largo de varias generaciones, al igual que la lucha por esos derechos y
libertades negadas en ciudadanía.

Las mujeres creían en la idea de que el derecho a la educación y al voto sufragista les
otorgaría las herramientas para participar en la toma de decisiones políticas, y así poder crear
leyes que abolieron la desigualdad social a la que estaban sometidas. Un acto totalmente
desviado, de transgresión a esas reglas sociales y totalmente fuera de sentido común.

… La desviación no es una cualidad del acto que la persona comete, sino una
consecuencia de la aplicación de reglas y sanciones sobre el “infractor” a manos de
terceros. Es desviado quien ha sido exitosamente etiquetado como tal, y el
comportamiento desviado es el comportamiento que la gente etiqueta como tal.
(Becker, 1963, p. 28).

Tal y como Becker lo plantea, podemos decir que, ese etiquetamiento al movimiento
feminista está dado por ese proceso de atribuciones negativas por grupos poderos que desde
una perspectiva exterior incrimina la conducta del movimiento como un hecho desviado.
Depende de la visión y la reacción que el otro, (en este caso la sociedad patriarcal), tenga
sobre él.

Para Becker las reglas sociales son las que crean y dan origen a la segmentación de los
grupos sociales, entendiendo que pueden no compartir las mismas reglas y que a su vez estas
van a delimitar los distintos factores en los cual el movimiento feminista puede ser o va a ser
rotulado.

Las formas de rotulamiento son de carácter moral, religioso y social, en un contexto donde la
mujer era vista bajo el mismo concepto que un esclavo y a pesar de que la abolición de la
esclavitud determinó el sufragio para los esclavos, dejando a las mujeres excluidas del mismo
ya comenzando el siglo XIX. En la declaración de los Derechos del Hombre y el ciudadano se
refleja cómo las mujeres seguían siendo excluidas de las actividades masculinas, como Las
Tribunas y las Plazas Públicas.

También carácter político, cuando hablamos de normas o leyes formalmente aprobadas, la


DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LA MUJER Y LA CIUDADANA (1791) de
Olympe de Gouges, cuestiona y expone la igualdad de capacidades y plantea la reivindicación
de la mujer en el contexto político de la época. (Como ejemplo)

El papel de la mujer estaba determinado a la familia, a los hijos, a ser una buena esposa, y
ama de casa. Aquellas mujeres que luchaban por la libertad e igualdad, que creían es sus
capacidades de sustituir al hombre en el ámbito laboral, que creían en que podían alcanzar
independencia económica y personal, que vivían su sexualidad, que luchaban por acceder a la
educación; eran unas “Marginadas”
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Referencias Bibliográficas.

- Becker, H.(1963).Outsiders
- Goffman, E.(1963). Estigma, Amorrourt editores, Buenos Aires- Madrid
- Gouges, O.(1791).Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana
- Wolstoncraft, M.(1792). Vindicación de los derechos de la mujer

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