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Metodo - Metodología 1
Metodo - Metodología 1
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o como
paradigmas (plano esencial) b) El método constructivista tiene
proceso.
os como aplicable a todos los mundos posibles varias modalidades. Una, que ha
y, por tanto, reproducible. Y es el alcanzado la categoría de serio
plano esencial (la lógica dada ya adversario de la metodología del
ementos
<<antes de la creación del mundo>>, logicismo, es la defendida por los
OS COm0
en términos de Hegel) el que hace intuicionistas; incluso entre ellos,
rrespon-
posible las operaciones lógicas de los varía la interpretación de
’n conju-
individuos, las cuales son meros «construible». Pero el principio —
análisis /
desarrollos fenoménicos y copias bastante explícito en la obra de
odo sin-
siempre imperfectas del paradigma Brouwer- que yace bajo la
con él:
esencial. Todo está ya dado, y el metodología intuicionista consiste en
C›Ón / ri•
camino (o método) a seguir aquí por la no eliminación del sujeto
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el lógico consiste en ir descubriendo gnoseológico del campo operatorio.
inven‘to-
verdades, principios, teoremas, etc., Para Poincare o para Hadamard, p.e.,
lógicos. Esta es la metodología propia las nociones de número, de grupo, etc.
‘co recibí
los casi- del logicismo: <<1a lógica pura y la son irreductibles; no pueden ser
ejercit8• matemática pura (que son la misma subsumidas en la lógica (como
eservas y cosa) aspiran, según fraseología pretendían los logicistas), antes bien
a que está' leibniziana, a ser verdaderas en todos derivan de una intuición fundamental;
la clasifi ! los mundos posibles, y no solo en este intuición no empírica, sino intelectual,
s en: jor- ' confuso lote de mundo que nos cupo pero que es una operación del sujeto.
. En caí en suertes>> (Russell, 1945, 268). Y para Brouwer la matemática (y la
A este procedimiento se adecua el lógica) es una actividad que está
ha pram
método axiomático, el método de la dominada por el primado del tiempo;
* ) de
síntesis. La axiomatización sirve es, como la lengua para Chomsky, una
dos, ba’ .
para rigorizar las verdades potencialidad, una virtualidad,
1:
<<descubiertas>>. El punto de partida actualizada por la operación (la
-
son verdades (axiomas), y progresa intuición) del sujeto. Los teoremas se
CX $ fría ,
de verdad a verdad, consiguiendo construyen; la verdad sistemática se
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demostraciones. La demostración comprueba en una experiencia, se,
’ ión.
(apódeixis) era contrapuesta por los desarrolla como una construcción. La
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griegos al análisis, que supone una matemática no preexiste a los sujetos
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regresión o reducción de ahí que operatorios; no está ahí, en lo ideal
s) SÍgtli
demostración y síntesis hayan sido desde siempre, antes bien los objetos
sidera matemáticos solo existen en la medida
ciones q empleados frecuentemente como inter
cambiables. El método axiomático en que son calculados, y toda
CtiVamfl predicción sobre los demás carece de
orías lÓ ‘ constituye el modo de prueba más
vinculante, puesto que su conclusión sentido. De ahí el rechazo de los
peracio conjuntos infinitos como una totalidad
mo opc reúne los dos requisitos de ser verdad,
formal y materialmente. Formalmente, dada (infinito actual), porque a ella no
ividuales puede llevarnos la intuición, y, por
'icio por porque la conclusión se sigue
necesariamente de las premisas; y consiguiente, tampoco podemos
peraCio construirla. Brouwer solo admite
,/erióm materialmente, por que tales premisas,
de las que es consecuencia rigurosa, son aquellos objetos a los cuales llega la
ena de’ intuición de algún modo, y rechaza las
sociolo ’ ellas mismas principios reconocidos
pruebas indirectas, en las que de la
verdad como verdades. Se explica, así, por
falsedad (a partir del principio de
stituyen qué este método se ha convertido en
tertio excluso aplicado a totalidades
squemas. paradigma de modo de proceder
infinitas actuales) se admite la
riguroso y en ideal al que tienden las
existencia de una propiedad. Tal
diversas disciplinas en la método indirecto re-
reorganización de su campo categorial.
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404 H É T0O / 10I E T0 D0 L G I A” “
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sulta, en general, inadecuado, porque
una tal propiedad solo existe cuando
directamente es construida
(demostrada) por el sujeto operatorio.
El método acorde con el
constructivismo má s desarrollado para
la reorganizació n del campo categorial
de la ló gica es el llamado y desarrollado
por Gentzen «método de deducció n
natural». Este método es «natural» e
«intuitivo» (frente al axiomá tico, má s
<<artificial») porque no parte de
proposiciones ló gicas fundamentales ya
dadas como verdaderas; antes bien
quiere
«reflejar (reproducir) lo má s
exactamente posible los razonamientos
ló gicos que son realmente utilizados en
las demostraciones matemá ticas»
(Gentzen, 1934).
El método genético o por
recurrencia es otro método
constructivo muy utilizado en
matemá ticas. Poincaré (La ciencia y la
hipótesis) coloca como principio de la
demostració n por recurrencia a la
inducció n matemá tica, y lo declara
principio específicamente matemá tico.
Es un excelente método de
razonamiento y muy fecundo debido a
que está abierto al infinito.
H. Freudental («Zur Geschichte der
vollstándigen Induktion», 1953)
muestra có mo el principio de inducció n
matemá tica, aunque usado desde
mucho antes, alcanza su formulació n
abstracta en el Traité du triangle
arithmétique de Pascal, en 1665,
precisamente por exigencias
metodoló gicas, debidas al fuerte
desarrollo de la teoría de los nú meros
en el siglo XVII.
2. Ciencias. naturales: a) Método
inductivo, b) Mé todo hipoté tico-
deductivo.
. a) El fundador de la inducció n es
Aristó teles. En Tópicos 105a, la define
como la marcha que va de los particu-
lares a lo universal, considerando ,a lo
particular como ’má s pró ximo a la
sensació n y má s inteligible quoad nos,
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Ortega, etc.) según la cual hay dos das a conceptos contrapuestos, tienen
metodologías científicas diferentes exi- un sentido espacial, según el cual,
as por, y aplicables a, dos tipos dado algún objeto (macrofísico) com-
erentes de ciencias —ciencias natu- puesto de partes, cualesquiera de estas
es / ciencias humanas—. Nuestra te- partes serían mutuamente externas
s —con apoyos en Aristóteles [Física, entre sí, así como cada una de las
10-211), Leibniz (Phil. Schr., VII, subpartes de alguna parte dada serían
77), Giidel (« ‹Es la matemática sin- internas respecto de dicha parte de re-
is del lenguaje ? »), entre otros— es ferencia. Ahora bien, en metafísica, y
ue el análisis y la síntesis, la deduc- especialmente en teoría del conoci-
ión y la inducción, etc., constituyen miento (al menos, a partir del hori-
omentos necesarios de los múltiples zonte de la modernidad), la contrapo-
cesos de construcción de los cono- sición «externo / interno» se ha puesto
entos (verdades) en los diversos en correspondencia con la contraposi-
mpos del saber . Con palabras de ción «sujeto cognoscente / objeto del
ibniz: «et rursus tam in iudicando conocimiento», entendiéndose al suje-
am inveniendo et Analysi et Synthe- to como una actividad cognoscente
«interna» en correl ación con el carác-
holí ter «externo» que correspondería al
OMSKY, N. y MILLER, G. A., «Intro- «objeto» de conocimiento. En este
tOS tion to the formal analysis of natural contexto, dicha contraposición no
medi ;uages», en R. D. Luce et a/. (eds.), quiere tener, o al nenos no siempre,
un sentido propiamente espacial, aun
ew York, JS Wi ey;*1963; COHEN; ’M:
AGEL. E.. Introducción a la lógica y si se entiende que las entidades perte-
ripci al todo c entr/ico, Buenos Aires necientes al ámbito «externo» se en-
nes) de Amorror 196 8; GENTZEN, G., cuentran en el espacio, y por ello se
El en •Untersuchungen ha acudido con frecuencia a las expre-
estru r das logische Schliessen», en siones «inmanente» y «transcendente»
ada de Mathe- tische Zeitschrift, 39 (193 4), para caracterizar, en principio los
de los i 176-210; ámbitos «interno» y «externo» respec-
ias soci -431 HAYEK The Counter tivamente. Con todo, la persistencia
i'ution o f Science: studies on the abuse
of ison, Glencoe, Ill., The Free de esta analogía espacial para caracte-
esos t Press, S 2; HEM PEL, C. G., rizar el problema del conocimiento
de mod Filoso[ía de la puede que sea un indicador de que ella
familiar !ncia natural, Madrid, Alianza, 1973; LE posee un sentido más fuerte, como
ente .OND, Logique et méthode chen luego veremos, que el de una mera
reco tote, Paris,* Vrin, 1983; PEARSON, K., apoyatura metafórica.
i gramática de la ciencia, Madrid, Ha sido en este contexto en don-
Jorro, 09; POINCARÉ, H., La ciencia y
la hipó- is, Madrid, Espasa-Calpe, de se ha planteado el problema filosó-
es preten '1963; RUS- fico denominado «problema del mun-
metodo Introduccidn a la fi‘loso(la mate do externo». Dicho problema involu-
mulaciones tica, Buenos Aires, Losada, 1945. cra, siempre de algún modo coimpli-
y en co cadas, tanto la cuestión ontológica
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independiente de dicho mundo respec-
to del sujeto de conocimiento, como
to contra undo externo, la cuestión gnoseológica relativa a las
e Rickert, relaciones de dependeycia cognosciti-
Problema del
principio, las expresiones «exter-
e «interno› en cuanto que referi
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'osi- 477), Gödel (« iEs la matemática sin- internal respecto de dicha parte de re-
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a ha que el análisis y la síntesis, la deduc- especialmente en teoría del conoci-
•ne- ción y la inducción, etc., constituyen miento (a1 me nos, a partir del hori-
'res. momentos necesarios de los múltiples zonte de la modernidad), la coritrapo-
H/s- procesos de construcción de los cono- sición «externo / inter no» se ha puesto
ien- cimientos (verdades) en los diversos en correspondencia con la contraposi-
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CIOR Leibniz: «et rursus tarn in iudicando conocimiento», entendiéndose al suje-
' e se quam inveniendo et Analysi et Synthe- to como una activí dad cognoscente
si uti licet». «interna› en correlación con el carác-
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•sta- CHOMSKY, N. y fi4ILLER, G. A., «Intro- «ob jeto» de conocimiento. En este
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ante languages», en R. D. Luce et al. (eds.),
Handbook o[ Mathematical Psychology , quiere tener, o al nenos no siempre,
que un sentido propiamente espacial, aun
divi- New York, J. Wiley, 1963; COHEN, M. y
NAGEL, E., Introducción a la lógica y al si se entiende que las entidades perte-
ones método cientí 1GO, Buenos Aires, Amorror- necientes al ámbito «externo» se en-
e los tu, 1968; GENTZEN, G., ‹ Untersuchungen cuentran en el espacio, y por ello se
iten- über das logische 5chliessen», en Mathe- ha acudido con frecuencia a las expre-
:tura matiscl e Zeitschri[t, 39 (1934 ), 176-210; siones «inmanente» y «transcendente»
• las 405-431; HAYEK, F. A., T/›e Counter-Re- para caracterizar, en principio, a los
indi- volution of Science: st tidies on the abuse of
reaso n , Glencoe, Ill., The Free Press, ámbitos «interno» y «externo» respec-
' :iales tivamente. Con todo, la pe rsistencia
sino 1952; HEMPEL, C. G., Filoso[ía de la
ciencin natural, Madrid, Aìianza, 1973; LE de esta analogía espacial para caracte-
odos BLOND, ]. M., Logique et méthode ches rizar el problems del conocimiento
5elos Aristote, Paris, Vrin, 1983 ; PEARSON, K., puede que sea un indicador de que ella
res... La gramătica de la ciencia, Madrid, Jorro, posee un sentido más fuerte, como
›erci- 1909; POINCARÉ, H., La cíencia y la hipó- luego veremos, que el de una mera
stFui- tesis, Madrid, Espasa-Calpe, ’1963, RUS- apoyatura metafórica.
*°&‘ SELL, B., Introducción a la filosofía mate-
mática, Buenos Aires, Losada, 1945. Ha sido en este contexto en don-
de se ha planteado el problema filosó-
nden fico denominado «problema del mun-
Julíăn Velarde Lombraña
ilógi- do externo». Dicho problema involu-
res (a era, siempre de algún modo coimpli-
›rres-
Pico Mundo extern o, cadas, tanto la cuesti ón ontológica
relativa a la existencia dependiente o
de la problema del independiente de dicho mundo respec-
5gic to del sujeto de conocimiento, como
o En principio, las expresiones «ex ter - la cuestión gnoseológica relativa a las
adicc no» e «interno», en cuanto que referi- relaciones de dependencia cognosciti-
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