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Hora Santa: “Una cuaresma con San Francisco de Asís”.

Marzo 17, 2022.


1.-Exposición de Santísimo (Canto).
2.-Monición inicial:  Señor que en tu infinita misericordia nos invitas a todos a  inclinar la cabeza
en señal de humildad y a pedir perdón por nuestros pecados, recordándonos que en pena de nuestras
culpas un día volveremos al polvo, concédenos abrir  nuestros corazones al arrepentimiento y a la
esperanza. Que este tiempo de Cuaresma nos prepara para la celebración del misterio pascual en el
cual Cristo salva al hombre del pecado y de la muerte eterna y transforma la muerte corporal en un
paso a la vida verdadera, a la comunión beatificante y eterna con Dios. Amén.
3.-Oremos a María Santísima: Madre, ora por nosotros para que podamos disponer nuestros
corazones al arrepentimiento y a la esperanza que este tiempo nos ofrece la Iglesia, que
comprendamos que el pecado y la muerte son vencidos por Cristo muerto y resucitado. Amén.
4.-Oremos en Silencio: Por las necesidades de todas las familias del mundo, traigamos a nuestra
mente a nuestra familia, pensemos en Ucrania y Rusia, por todos los enfermos del Coronavirus, por
los frailes enfermos y por los fieles difuntos. (Canto)
5.- Evangelio (Lc 16, 19-31): “En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos: Había un hombre rico que
se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro estaba echado
en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta
los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que murió él mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el
rico y fue enterrado. Y estado en el infierno, en medio de los tormentos, levanto los ojos y vio a lo
lejos a Abraham, y a lázaro en su seno y gritando, dijo Abraham ten piedad de mí y manda a Lázaro
que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua pero porque me torturan estas llamas.
Pero Abraham del dijo: Hijo recuerda que recibiste tus vienes en tu vida y Lázaro a su vez, males:
por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado Y además entre nosotros se
abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde a aquí hacia allá no puedan hacerlo,
ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros.
Él dijo:
Te ruego, entonces, padre, que le mandes a cada de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les de
testimonio de estas cosas, no sea que también vengan a este lugar de tormento:
Abraham le dice: Tienen a Moisés y los profetas: que los escuche, Pero él le dijo: No padre
Abraham. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán. Abraham le dijo: Si no escuchen a Moisés y
a los profetas, no se convertirán ni, aunque resucite un muerto. Palabra del Señor.
6.-San Francisco era devoto de las cuaresmas. San Francisco fue un hombre muy radical, muy
idealista, muy santo. Tal vez no podamos ser exactamente como él o hacer exactamente lo que hizo
él, pero sí podemos mirar su ejemplo y mencionar algunos episodios de su vida que nos pueden
ayudar a nuestro crecimiento en el amor en esta Cuaresma. (Canto).
1. Abrazar al leproso.
Cuentan los biógrafos de San Francisco que un episodio muy importante en su proceso de
conversión fue el día en que se encontró por el camino a un leproso. Francisco les tenía pavor,
porque tenían una enfermedad que hizo que la piel se les pudriera y se les fuera cayendo a
pedazos. Tenían un aspecto horrible, un olor desagradable y, ¡había peligro de contagio! Los
leprosos, por esa razón, solían vivir fuera de las ciudades y pueblos, ¡nadie los quería cerca! Cuando
Francisco se encontró de frente con un leproso por el camino, primero tuvo éxito en salir corriendo
despavorido, pero, luego, recapacitando, se volvió hacia el leproso, se acercó a él, lo abrazó y lo
besó. Y, en sus propias palabras, lo que parecía amargo y duro, se convirtió en dulzura de alma y
cuerpo.
En esta Cuaresma, ¿quién fue la persona que necesitó de tu amor y de tu comprensión? ¿Quién es la
persona con la que tienes un resentimiento que te hace preferir correr despavorido antes que
acercarte a ella? ¿Quién es la persona que sabes que estás pasando un mal momento y la tienes muy
olvidada? (Canto).
2. Ser "todo oración".
Dicen que un hombre, que había sido amigo de San Francisco antes de que lo dejara todo, tenía
mucha curiosidad por el cambio en la vida de Francisco. Un día quiso hospedarlo en su casa y
juzgado en espiarlo durante la noche para ver si era cierto que rezaba mucho. Así lo hizo, y quedó
muy sorprendido, porque vio que Francisco estuvo despierto toda la noche repitiendo, una y otra
vez: "Mi Dios y mi Todo ... Mi Dios y mi Todo ...". El rostro de Francisco parecía resplandecer, con
una paz que no se puede encontrar en este mundo. A la mañana siguiente, aquel hombre pidió a
Francisco que lo aceptara como compañero.
Dicen que más que un hombre que oraba, San Francisco era como un hombre convertido todo él en
oración. Esta Cuaresma es un buen momento para ver cómo está mi oración. ¿Hablo con
Dios? ¿Le hablo como una persona o solo repito las oraciones que me han enseñado y cumplo mi
deber de rezar?, ¿Tomo con seriedad los momentos de oración en la fraternidad? (tomar un salmo
de la liturgia de las horas y meditarlo personalmente). La oración se hace mucho más profunda
cuando entiendo que estoy hablando con alguien y no solo siguiendo una tradición.  Orar todos los
días, aunque sea un momento, es un paso muy valioso en nuestra vida de fe. (Canto).
3. Ayunar con sentido.
En los primeros tiempos después de su conversión, San Francisco era muy riguroso con los ayunos,
tanto para él mismo como para todos los hermanos que se le unieron. Hubo una vez en que, una
noche de medios, mientras Francisco y otros hermanos dormían, uno de los hermanos comenzó a
gritar: ¡Me muero de hambre! ¡No aguanto más!”. San Francisco, en ese momento, hizo levantarse a
todos los hermanos, sacaron lo que tenían guardado de comida, e hizo que todos se pusieran a
comer. Él pensaba: "No haré al hermano comer solo, porque se sentirá mal, comeremos todos
juntos". Desde entonces, Francisco enseñó a sus hermanos a no hacer penitencias exageradas o que
sobrepasaran sus fuerzas. Así, en lo sucesivo, el hermano que podría ayunar ayunaba, y el que no,
comía.
Sabemos que en esta Cuaresma, se nos pidió algunos días de ayuno, algunos días de
abstinencia. ¿Para qué? Para fortalecer nuestra voluntad, motivar a la oración o solidarizarnos con
las personas que no tienen lo que nosotros. El propósito de esta cuaresma es haber recordado el
sentido del ayuno y del sacrificio. El ayuno que agrada a Dios no es el de quien se cree bueno
porque aguanta mucho sin comer, sino el de quien parte de allí para ir al encuentro de Dios y de los
hermanos.
Y, pues, resulta que nada nuevo se ha dicho. La Cuaresma sigue siendo un tiempo de revisión
nuestro proceso de conversión, de encaminarnos a amar más y mejor. Una Cuaresma bien vivida es
aquella en la que, al final, estoy más cerca de Dios y más cerca de las personas que me rodean. Si
termina la Cuaresma y ayuné como loco, pero no me acercado a nadie, entonces no aproveché este
tiempo especial de gracia.
 ¿Se ha fortalecido mi voluntad y mi vida de oración en este tiempo de cuaresma?
Comparte con el hermano que está a tu lado cómo viviste este tiempo de cuaresma. (Canto
Renuévame Señor Jesús)
7.-Preces.
Celebrante: Demos gracias a Dios, nuestro Padre, que nos dio a su Hijo unigénito. Que murió por
nosotros, para que vivamos de acuerdo a sus mandamientos. Decimos juntos:  Que la Palabra de
Cristo habite en nosotros con toda su riqueza.

Monitor: Concédenos escuchar con más frecuencia tu palabra en este tiempo cuaresmal, para que en
la gran solemnidad que se avecina nos unamos con mayor fervor a Cristo, nuestra Pascua. Oremos
Monitor:
Monitor: Que tu Espíritu Santo nos asista, para que seamos testigos de tu verdad y de tu bondad
ante los vacilantes y equivocados. Oremos.
Monitor: Padre, tú que amas a todos los hombres, haz que cooperemos al progreso de la comunidad
humana y que en todo busquemos tu Reino con nuestros esfuerzos. Oremos.

Monitor: Perdona, Señor, todos nuestros pecados y dirige nuestra vida por el camino de la sencillez
y de la santidad. Oremos.

Celebrante: Señor, que las saludables prácticas de la cuaresma dispongan los corazones de tus
hijos, para que celebren dignamente el misterio Pascual y extiendan por todas partes el anuncio de
tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

8.-Padre Nuestro.
9.-Oración Final ante la pandemia del Coronavirus.
Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza.
Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor
de Jesús manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del género humano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que rogarás para
que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de
prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos
dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos.
Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la
Resurrección. Amén.
Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que
estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh, Virgen gloriosa y bendita!

10.-Reserva del santísimo (Canto de reserva)

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