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Resumen histórico de la política

México es un país muy diverso biológica, étnica y culturalmente; pero, también


en el área de la política y el Gobierno, podemos decir que México ha podido
probar o degustar un poco de todas las maneras de Gobierno.
Después de la Independencia en 1821 el país experimento un año de una
regencia o Administración General; después de este fue en 1822 cuando el
general Agustín de Iturbide fue coronado como Emperador del Imperio
Mexicano; y fue en 1824 cuando se proclama la Primera Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y con ella el Primer Presidente de la nación,
Guadalupe Victoria; también hemos sufrido dos dictaduras, una con el
Presidente Antonio López de Santa Anna, y con el Presidente Porfirio Díaz
Mori, de 1853 a 1855 y de 1884 a 1911, respectivamente; durante el Siglo XIX
sufrimos una cruel guerra interna desde, aproximadamente, 1830 entre los dos
grupos políticos mexicanos: los Liberales, que argumentaban que el Estado
debía consolidarse como una República Democrática y popular; y los
Conservadores, que consideraban que para guardar las Leyes y el orden a
través de un Gobierno Monárquico Centralizado y la petición de traer un
Emperador Europeo envés de uno Mexicano; después de la dictadura de Díaz
podemos decir que el país sufrió una tercera dictadura pero con un vestido
democrático: la hegemonía de "PNR-PRM-PRI", que se caracterizó por el
fraude y el engaño al pueblo, el PNR (Partido Nacional Revolucionario en 1929)
cambio en 1938 al PRM (Partido de la Revolución Mexicana) y en 1946 al PRI
(Partido de la Revolución Institucional), este partido gobernó al país desde
1929 hasta el 2000.
Fue a partir del año 2000 que podemos decir que en el país se ha empezado a
ver los primeros destellos de una verdadera democracia en el país; fue en el
año 1911 cuando las elecciones dieron autonomía y la victoria justa y limpia a
Francisco I. Madero, tuvieron que pasar 89 años para que viéramos una nueva
ventana de democracia y justicia electoral con el fin del régimen del Partido
Revolucionario Institucional y sus predecesores con la justa y limpia, aunque un
poco populista y comercializada, victoria del candidato del Partido Acción
Nacional, Vicente Fox Quesada; después fue este mismo Vicente Fox quien en
el año 2006 impuso de manera coordinada con muchos empresarios que
pertenecían al CCE (Consejo Coordinador Empresarial) al Licenciado Felipe
Calderón Hinojosa como Presidente de México para el periodo desde el 2006
hasta el 2012, después de dicho fraude el 2 de Julio del 2006, el verdadero
vencedor de la contienda electoral, Andrés Manuel López Obrador, empezó un
movimiento ciudadano pacifico para pedir la anulación de las elecciones y en
su defecto el conteo "voto por voto, casilla por casilla" , después de la
resolución final del Tribunal Federal Electoral, AMLO, decidió nombrarse
"Presidente Legitimo de México" el día 20 de Noviembre de ese mismo año
unos días antes de la toma de protesta de Calderón en el Palacio Legislativo de
San Lázaro, el que había sido tomado por esas fechas por los Diputados del
PRD, PT y Convergencia, quienes perdieron la tribuna en manos de los
Panistas un par de días antes de la toma de protesta de Calderón; resumiendo
el mandato de Calderón diré que fue un sexenio manchado de sangre debido a
los más de 60,000 muertos por causa de la Guerra contra el Narcotráfico por
parte del Ejercito, la Marina y la Armada durante su sexenio, durante el cual se
militarizo el país y se combatieron fervientemente a los Carteles de Droga
nacionales, por lo cual citare una gran frase del Presidente Calderón, "ahora y
después, recordaremos al Ejercito y a la Marina como los grandes héroes de
México", lo cual es cierto.

Periodos generales de gobierno


Hablando de periodos nos referimos a las etapas en la historia de la política
nacional y los periodos de Gobiernos en la nación. Aquí no haremos un
recuento detallado de los Gobiernos políticos año por año, sino que
hablaremos de un semejante a línea del tiempo.
 1) Prehispánico. 2, 500 a.C. al año 1521 d.C. El periodo abarco de los Gobiernos
Independientes iniciando con la Cultura Olmeca hasta la caída de Tenochtitlan y de
su Emperador Cuauhtémoc.
 2) Colonial. 1521 a 1821. Fue en el Gobierno de los Virreyes desde Antonio de
Mendoza hasta Juan O´Donoju.
 3) Independiente. Es el periodo que va desde la Consumación de la Independencia
de México en 1821 hasta la actualidad; aunque este periodo también se pude
dividir así:

Primer Imperio Mexicano. Mayo de 1822 a Marzo de 1823.


Regencia. Mayo de 1823 a Septiembre de 1824.
El juego de la Silla. Octubre de 1824 a Abril de 1833.
Dictadura de Santa Anna. Mayo de 1833 a Agosto de 1855.
Inestabilidad. Septiembre de 1855 a Noviembre de 1857.
Gobierno de Juárez. Diciembre de 1857 a Julio de 1872.
Gobiernos Alternativos Conservadores. Febrero de 1857 a Enero de 1861.
Segundo Imperio Mexicano. Mayo de 1864 a Mayo de 1867.
República Restaurada. Junio de 1867 a Octubre de 1876.
Porfiriato. Noviembre de 1876 a Mayo de 1911.
Interinato de León de la Barra. Junio de 1911 a Octubre de 1911.
Gobierno de los Caudillos Revolucionarios. Noviembre de 1911 a Febrero de
1930.
La hegemonía Presidencialista del PNR-PRM-PRI. Febrero de 1930 a
Noviembre del 2000.
El Panismo. Diciembre del 2000 a Noviembre del 2012
Regreso del PRI. Diciembre del 2012 a Noviembre del 2018
El Porfiriato fue una etapa difícil e importante en México en la que Porfirio Diaz se
adueño de la presidencia durante más de treinta años.
Desde noviembre de 1876 hasta mayo de 1911 tuvo México un solo jefe político,
el general Porfirio Díaz. Pero durante cuatro años de este largo período hubo otro
general en la presidencia de la República, Manuel Gonzáles, pero en realidad, la
jefatura política del país fue conservada por Díaz quien siguió durante su larga
gubernatura las mismas directrices políticas de Juárez y Lerdo:

 Mantuvo e incluso acentuó , la secularización del estado;


 Promovió todo lo que pudo el fomento material del país, y de una manera
particular las obras públicas;
 Procuró conciliar y unir a los diferentes sectores políticos; y se atuvo a la
legalidad constitucional, pero observando la constitución… a su manera.

Porfirio Díaz en efecto instauró una dictadura constitucional. La dictadura era


real y la constitución era la quimera o la fachada con la que pretendía ocultar la
realidad.

Porfirio Díaz mantuvo cuidadosamente la fachada; pero por medio de mecanismos


caciquiles impuso en todas partes a sus candidatos y, a través de sus ministros
y agentes, impuso a los diputados, gobernadores etc., lo que debían hacer.

Así su voluntad suplantó a todas las garantías establecidas por la constitución, y


se convirtió en el motor y timón de toda la nación, además de tener el control de
toda la fuerza política, también tenía el control de los militares, para lograr esto,
les quitó a los estados los cuerpos armados y organizó un poderoso y disciplinado
ejército profesional y puso junto a ellos a una policía federal y una rural para
mantener la paz en el campo.

Hasta fines de siglo, los acontecimientos políticos más importantes


fueron: levantamientos, conspiraciones, rebeliones indígenas, conflictos y
arreglos internacionales, y en la época de González, disturbios en la
capital motivados por las fallas y la corrupción del gobierno.
Durante el régimen de Díaz, México logró considerables avances sobre todo en
el terreno económico y alcanzó un auge material sin comparación en su historia.
Este gran mejoramiento garantizó la larga paz porfiriana y el tenaz esfuerzo que
hizo el gobierno para fomentar la riqueza nacional.
 

Al llevar a cabo este fomento, la administración de Díaz cometió dos grandes


errores, que pagaríamos como nación: el de abrir la puerta de par en par a
las inversiones extranjeras y el de malbaratar las tierras
desocupadas, vendiéndoselas a quien menos las necesitaba.

En esa época varias ramas de la producción nacional se desarrollaron


enormemente, la minería es la que logra mayor crecimiento y tuvo dos grandes
novedades: el desenvolvimiento de la explotación de los metales industriales como
el hierro, el cobre, el plomo etc., y la iniciación del beneficio de
nuestros yacimientos petroleros.

En la agricultura y en la industria no hubo progresos tan sensacionales, en


la agricultura hubo aumento en los cultivos llamados de explotación, café,
azúcar, henequén y algodón, y en las industrias progresó mucho la de tejidos de
algodón; la metalurgia hizo algunos avances en el Norte, donde la ciudad
de Monterrey empieza a surgir como emporio industrial.

El gobierno procuró contribuir al progreso nacional de tres


maneras: realizando obras públicas, atrayendo capitales
extranjeros y vendiendo las tierras inutilizadas.

La construcción de una amplísima red de ferrocarriles fue el mayor logro de los


gobiernos de Díaz y González. Los 617 km. de vías férreas que el país tenía en
1876 se acercaron a 23 000 en 1910. Y por las facilidades dadas por el gobierno
para la colocación de capitales en México, nuestro país se convirtió en
un paraíso de los inversionistas extranjeros de paises en los que abundaba el
capital y que por eso dejaba pocos beneficios.

En 1910 el valor de capitales invertidos en las minas, que era más o menos unos
mil millones de pesos, alrededor de novecientos millones estaban atribuidos a los
extranjeros.
 

Durante el Porfiriato se insistió en atacar el problema de la escasa productividad


agrícola por medio de la venta de los terrenos baldíos y de su colonización. Pero
a esta operación se le dio una enorme amplitud. Por una ley en 1883 se autorizó la
formación de compañías para deslindar los baldíos que luego eran vendidos a las
mismas compañías o particulares.
Esta autorización y la venta sirvieron para traspasar inmensas extensiones del
país a los potentados o a personas influyentes con nada de ganancia para el
país.

Biografia de porfirio dias

José de la Cruz Porfirio Díaz Mori,[1] conocido como Porfirio Díaz (Oaxaca de


Juárez, Oaxaca, 15 de septiembre de 1830-París, Francia, 2 de julio de 1915), fue
un militar mexicano que ejerció el cargo de presidente de México en siete ocasiones.
En total ocupó la presidencia de México por 30 años, una extensión sin precedentes, y
cuyo lapso, en la historia de México, es denominado como Porfiriato.

Ocupó por primera vez la presidencia del país en forma interina tras el triunfo
de la Revolución de Tuxtepec, entre el 28 de noviembre de 1876 y el 6 de
diciembre de 1876; y por segunda vez del 17 de febrero de 1877 al 5 de
mayo de 1877. Ejerció el cargo en forma constitucional del 5 de
mayo de 1877 al 30 de noviembre de 1880. Posteriormente ejercería la presidencia
del país de manera ininterrumpida entre 1884 y 1911.
Antes de asumir la presidencia fue un militar destacado que brilló por su
participación en la Segunda Intervención Francesa en México. Combatió en
la Batalla de Puebla, el Sitio de Puebla, la Batalla de Miahuatlán y en la Batalla de la
Carbonera. Resaltaron sus acciones militares en el estado de Oaxaca, en donde
organizó guerrillas contra los franceses. El 2 de abril de 1867 Díaz tomó Puebla
y el 15 de junio de ese año recuperó para las tropas republicanas la Ciudad de
México. Tomó armas contra el gobierno federal en dos ocasiones: la primera
contra Benito Juárez con el Plan de la Noria, y, posteriormente, contra Sebastián
Lerdo de Tejada, elaborando el Plan de Tuxtepec. Tras el triunfo del segundo plan,
Díaz asumió la presidencia.
Convencido defensor del progreso, entre los principales logros de su mandato
se encuentra la expansión del ferrocarril en México.

La Revolución Mexicana
Uno de los movimientos políticos, económicos y sociales ocurridos en América entre
1910 y 1920 es, sin lugar a dudas, la revolución mexicana. El ideal para los jóvenes era
desplazar la dictadura porfiriana de 30 años. Los obreros soñaban con una legislación
que les ofreciera un mínimo de protección contra el abuso de los poderosos. Los
campesinos querían tierras. Si hubiera tenido una ideología bien definida pudo ser de
igual trascendencia que la Revolución Francesa o Rusa y servir de pauta para la
liberación de muchos pueblos que en el resto del vasto continente se encontraban en
similar estado.

1. Causas
Varias son las causas que desencadenaron el estallido de la Revolución Mexicana. Se
agrupan estas en económicas, sociales y políticas.

1.1 Causas Económicas


A. La Cuestión Agraria
Durante el gobierno de Porfirio Díaz, el 40 por ciento del territorio azteca era
propiedad tan sólo de 840 hacendados. El latifundio era tan desmedido que, a veces, una
sola persona era dueña de una extensión de terreno mayor que la superficie de varios
países europeos. Así, el general Terrazas, poseía en el Norte de México un predio de
24 millones de hectáreas, o sea, equivalente al área de Holanda, Bélgica, Dinamarca,
Hungría y Suiza juntas. Otro gran propietario era la iglesia católica mexicana, integrada
en su mayoría, por un clero conservador y adicto al orden represivo imperante, lo que
explica, en parte, porqué la revolución fue anticlerical. Las consecuencias de este
enorme latifundismo, sin precedentes en la historia mundial, fueron graves para los
mexicanos. Provocó la decadencia de la agricultura, porque el gran propietario se
encontraba desvinculado de la tierra. Lo dejaban en manos de brutales e ineptos
administradores, que mandaban a latigazos al campesino y abusaban de las mujeres e
hijas de los peones.

Vendimia en la Revolución Mexicana


B. Régimen Económico injusto
Bajo el lema de “baja política y mucha administración”, la dictadura porfirista pensaba
que lo único que importaba era el progreso material, en base al capital extranjero,
ignorando la existencia de la masa trabajadora. Con tal propósito abrió las puertas a las
empresas norteamericanas e inglesas, que se apropiaron prácticamente de la riqueza
nacional. Los capitales extranjeros llegaron a ser dueños o administradores de los
ferrocarriles; controlaban las ricas minas de plata de San Luis de Potosí, los productos
del suelo y del mar y la riqueza forestal y frutícula. Los franceses manejaban la lencería
y botinería; los españoles, el comercio; y los alemanes, los cultivos especializados.

1.2 Causas sociales


A. Ausencia de Legislación Laboral
No existía una legislación que protegiera a los obreros y campesinos. Las huelgas
estaban prohibidas y se sancionaban severamente a quienes osaban pedir mejores
salarios o la reducción de la jornada inhumana de trabajo que, en muchos casos,
alcanzaba a las 12 horas. Los mas altos cargos estaban desempeñados por
norteamericanos, debiendo los mexicanos contentarse con los empleos más modestos.

B. La Pobreza Campesina.
Los trabajadores ganaban miserables salarios de 25 centavos diarios, iguales que a fines
de la colonia, no obstante que los precios de los artículos que consumían se habían
elevado al triple. Al mismo tiempo sufrían la expoliación en las “tiendas de raya”, en las
que el propietario de la hacienda vendía el jabón, el maíz, el aguardiente embrutecedor y
toda otra mercadería que necesitase, a precios muchos mas altos que los del mercado.
Como el jornal era exiguo, el campesino se iba endeudando y así se arraigaba a la tierra
como los siervos de la Edad Media. De otro lado, los trabajadores vivían en casuchas de
adobe o ramas de un solo cuarto, sin ventana y con piso de tierra.

C. La división social
La pirámide social mexicana estaba conformada por diversas clases sociales, entre las
cuales había una marcada diferencia. En los rangos más altos estaban los grandes
latifundistas, los caudillos políticos, los miembros del alto clero y los empresarios
extranjeros y nacionales. Seguían los pequeños burgueses y en la base, se encontraban
los campesinos y obreros, que vendían en condiciones infrahumanas.
1.3 Causas Políticas
A. La dictadura de Porfirio Díaz

Porfirio Díaz

Porfirio Diaz
Porfirio Díaz llego al poder por primera vez en 1876, alcanzando la bandera de la
no reelección. En el transcurso de los años hizo caso omiso de esta promesa electoral y
busco una y otra vez su reelección presidencial. Con astucia, sagacidad y menosprecio
de las aspiraciones ciudadanas logro gobernar durante 7 periodos, un caso realmente
insólito e intolerable. La base de estas sucesivas reelecciones no fue el derecho, sino la
fuerza; no fue la prosperidad de los 15 millones de habitantes, sino de un pequeño grupo
de privilegiados, en nombre del significativo y engañoso lema: “Paz, orden y progreso”.
En mas de 30 años de tiranía y centralismo porfirista los poderes legislativo y judicial
estuvieron subordinados al ejecutivo. La división de los poderes, la soberanía de los
estados, la libertad de los ayuntamientos y los derechos de ciudadano solo existían
escritos en la carta magna. Imperaba la ley marcial. La justicia, lejos de proteger al
débil, servia para legalizar los despojos del mas fuerte. Los jueces, en vez de encarnar la
justicia se convertían en agentes del Ejecutivo. Las cámaras legislativas no tenían otra
voluntad que la del dictador. Los gobernantes de los estados, nombrados por él,
designaban e imponían a las autoridades municipales.

B. Oposición al Dictador
La oposición a la prolongada dictadura estuvo representada por diversos sectores
descontentos, los que anhelaban inquietudes de renovación social, como el incipiente
movimiento anarquista “Regeneración” que atacaba al régimen; los círculos liberales
que realizaron un congreso y evolucionaron al comunismo anárquico y llevaron a cabo
varias tentativas insurreccionales que luego fracasaron; y el Partido Liberal Mexicano,
cuyo programa clandestino, lanzado en 1906, incitaba al pueblo a revelarse contra la
dictadura, abogaba por la libertad de sufragio y la no reelección continuada.
2. La Revolución
2.1 La caída del Dictador
Porfirio Díaz había manifestado la inauguración de un gobierno democrático en 1910 y
que el dejaría el poder. Sin embargo, contradiciendo esta promesa, sus partidarios le
propusieron como candidato a la presidencia. Fue entonces cuando Francisco I. Madero
decidió salir al frente, para contener las ambiciones del dictador. Madero era un
terrateniente de Coahuila, de espíritu progresista. Anteriormente hizo mucho a favor de
los trabajadores y del pueblo de San Pedro de las Colonias, estableciendo escuelas,
colegios, comedores y hospitales gratuitos. Francisco Madero empezó a recorrer el país,
alentando al pueblo a luchar contra la tiranía. Organizo el partido Antireelecionista y, en
la convención de Eliseo, de la ciudad de México, se aprobó su candidatura a la
presidencia de la republica, para competir con el general Díaz. Ya candidato, inicio una
triunfal gira política; fue arrestado en Monterrey, acusado de “conato de rebelión y
ultraje a las autoridades”. De este modo, en las elecciones del 26 de junio, 1910 se hizo
elegir a Porfirio Díaz, por sétima vez. Poco después Madero obtenía su libertad y lanzo
el plan de San Luís de Potosí donde declaraba nulas las elecciones, desconocía el
gobierno del General Díaz, enarbolaba el principio de no reelección del Presidente de la
Republica y llamaba al pueblo a una rebelión nacional, para arrojar del poder a las
autoridades gobernantes. El pueblo, apoyando este llamado, se levanto en varios puntos
del país, el 20 de noviembre de 1910. Lo respaldaba Francisco «Pancho» Villa
(seudónimo de Doroteo Arango, el “Centauro del Norte”) en nombre de los aldeanos;
Emilio Zapata, en representación de los campesinos y otros lideres populares. Díaz,
mientras tanto, se disponía a defender su puesto. Sin embargo, convencido de que su
poder se desmoronaba inevitablemente y contemplando que todo el pueblo estaba
levantado en armas, se resigno a dimitir el mando, el 25 de mayo de 1911, firmando un
pacto con Madero en la ciudad de Juárez. Luego salio furtivamente y se embarco en un
tren a Veracruz y, posteriormente, viajo a Europa, muriendo en Paris, en 1915.
Revolución Mexicana en 1914

2.2 El Movimiento Agrarista.


Triunfante, Madero pretendió cambiar el rumbo de la nación mexicana: restauro la
constitución de 1857, estableció el sufragio popular, prohibió la reelección, etc. No
bastaban estas reformas, meramente políticas. El pueblo tenia hambre y quería un
cambio de régimen, de estructura. En estas circunstancias Emiliano Zapata, jefe
guerrillero del Sur, propuso el plan Ayala, dando la idea de distribuir la tierra entre los
campesinos y él mismo se apropio de algunas haciendas y los distribuyo entre los
trabajadores. Su lema era: “La tierra es para quien la trabaja”. Un simpatizante suyo,
Francisco «Pancho» Villa, organizo un ejercito popular de mineros, peones, vaqueros y
bandidos y repartido dinero entre los campesinos, ganándose el respaldo de este vasto
sector. Contra Madero se unieron: conservadores, latifundistas, el clero y su Ministro de
Guerra, el traidor Victoriano Huerta, quien fue enviado a reprimir una rebelión
conservadora y no vaciló en hacerlo asesinar, en 1913.

2.3 El Caudillaje
Caudillaje mexicoAsesinado Madero sucedió una lucha terrible y sin rumbos, en la que
participaron facciones maderistas contra carrancistas y constitucionalistas contra
convencionistas, zapatistas, villistas, orozquistas, obregonistas, callistas, etc. En esta
etapa los marinos norteamericanos invadieron el Puerto de Veracruz ante el intento de
estrechar relaciones con los ingleses (1914); se inicio la gran huelga de los Obreros, en
la ciudad de México (1916); la proclamación de la constitución de Querétaro (1917),
que puso las bases para consagrar los ideales de la revolución: jornada de 8 horas de
trabajo, el salario mínimo, la indemnización por accidentes de trabajo, la reforma
agraria, la nacionalización del petróleo, etc. Finalmente, asesinan a traición al líder
campesino Emiliano Zapata (1920), en Puebla en la Hacienda de Chinameca
perteneciente al municipio de Ayala en el estado de Morelos.

El
Caudillaje en la Revolución Mexicana

3. Lázaro Cárdenas: La explotación del petróleo


Desaparecido Venustiano Carranza, gobernaron México 4 presidentes. El
responsable de la marcha del movimiento renovador fue el Partido Nacional
Revolucionario o PRI (Partido Revolucionario Institucional), a partir de 1940. Uno de
sus grandes figuras fue Lázaro Cárdenas (1934 – 1940). Cárdenas, teniendo como
pilares de su gobierno a la clase trabajadora, los campesinos y el ejército, llevo adelante
el programa de la revolución con una rapidez sin precedentes. Algunas de las obras
emprendidas por Lázaro Cárdenas fueron, las siguientes:
a. Fomento la distribución de tierras. Unas 18 millones de hectáreas fueron
distribuidas (dos veces más que todos los gobiernos anteriores), a 750 mil familias.
Asimismo, fueron organizadas grandes granjas cooperativas para la producción de
productos comerciales.
b. Amparo la organización de sindicatos, con el propósito de buscar las
reivindicaciones sociales de los obreros. De acuerdo a su plan Sexenal tendía a unificar
la organización de los trabajadores de todo el país, fortalecerla y dignificarla.
c. Expropio los yacimientos petrolíferos, acto que fue la mas sensacional del gobierno
de cárdenas, en 1938, en cumplimiento de lo prescrito en la constitución de 1937;
reivindico la propiedad del estado sobre las fuentes petroleras, desalojando a 17
compañías imperialistas compensándolos con 400 millones de dólares. Las compañías
expropiadas, organizaron en respuesta, un boicot en contra del petróleo mexicano y
pusieron obstáculos para la adquisición de buques petroleros. El gobierno de Cárdenas
llevo acuerdos de intercambio con Alemania, Italia y Japón por medio del cual el
petróleo se cambio por maquinarias.
Lazaro Cárdenas

4. Logros de la Revolución
Varios son los resultados positivos de la revolución mexicana. Destacan entre ellos:
a. El cambio de la propiedad de la tierra. A principios de la década del 40, más de la
mitad de la población rural pertenecía a los ejidos (aldeas) y poseía más de la mitad, de
la totalidad de las tierras cultivables. También hubo un considerable aumento en el
número de pequeños granjeros independientes.
b. Las conquistas sociales. Se estableció, en 1915, el descanso dominical obligatorio, y
la jornada máxima de 8 horas de trabajo. En 1916, se reconoció el derecho de huelga y
se fijaron las nuevas relaciones de trabajo, entre patrones y obreros. En su época, estas
disposiciones eran las más avanzadas del mundo. La constitución de 1917 estipulo la
jornada de trabajo de 8 horas, como máximo. Quedaban prohibidas las labores
insalubres o peligrosas para las mujeres en general y para los jóvenes, menores de 16
años. Quedo también prohibido el trabajo el trabajo nocturno industrial. Los
establecimientos comerciales no podían laborar después de las 10 de la noche.
c. La expropiación de las compañías petroleras puede haber tenido poca justificación
económica, pero fue de una gran importancia sicológica para ayudar a eliminar el
sentido de inferioridad nacional.
d. Produjo un cambio profundo y vigorizante en la conciencia nacional. Los
mexicanos prerrevolucionarios habían encontrado sus valores en los elementos
culturales europeos. Los conservadores habían peleado por preservar las actitudes e
instituciones del imperio español y los reformadores habían tratado de introducir los del
liberalismo occidental.
e. La nueva conciencia nacional encontró expresión en la obra de artistas y
escritores. México fue la escena de un renacimiento que tenia algo en común con el
gran Renacimiento europeo. Sobresalieron particularmente en las artes visuales, la
arquitectura y pintura de mayor importancia en el hemisferio occidental. Tres figuras
sobresalen en pintura: David Alfaro Sequeiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco.
Estos artistas infunden una fe positiva en el futuro de México, pues, describieron un
mundo ideal en el que los campesinos araban su propia tierra y en el que los sueños de
Morelos y de Zapata se hacen realidad. Igual ocurre en el compositor Carlos Chávez, en
el que la melodía tradicional indígena se convierte en la base de la música nacional; y,
por ultimo la novela de la revolución saca sus temas de las hazañas de villa y Zapata, así
como de la vida indígena campesina.

Política de México
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Los Estados Unidos Mexicanos es
una república, representativa, democrática, federal y laica; compuesta por Estados libres
y soberanos (y estos por Municipios) en todo lo concerniente a su régimen interior, y
por la Ciudad de México (capital del país); unidos en una federación establecida según
los principios de su Constitución. De acuerdo con esta ley fundamental, la soberanía y
el poder público son origen y correspondencia del pueblo, y es este el que decide
ejercerlo a través de un sistema de separación de
poderes: Presidente (Ejecutivo), Congreso de la Unión (Legislativo) y un Poder Judicial,
depositado en distintas instituciones, cuya cabeza es la Suprema Corte de Justicia.[1][2][3]
[4]
La representatividad del poder público esta principalmente depositada en un Sistema
multipartidista, donde los partidos políticos son el principal ente de participación
ciudadana; todo ello regulado por instituciones electorales autónomas (Instituto
Nacional Electoral, Tribunal electoral y Fiscalía electoral). No obstante, según un
estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, el 74% de los mexicanos
considera que el sistema electoral de México no es transparente y desconfía de los
resultados oficiales.[5][6][7] El sistema político mexicano incluye órganos autónomos que
sirven de contrapeso en áreas específicas (Fiscalía General de la República, CNDH,
Auditoria Superior, Banco de México, INEGI, Cofece, IFT e INAI).
Los Poderes de la UniónEditar
El gobierno federal, denominado constitucionalmente como el Supremo Poder de la
Unión,[8] está constituido por los tres poderes de la Unión: el poder ejecutivo, el poder
legislativo y el poder judicial. La Ciudad de México es la capital de la federación y la
sede de los Poderes de la Unión. Los tres poderes son independientes entre sí; dos
poderes no pueden depositarse sobre una sola persona o institución, y el poder
legislativo nunca podrá ser ejercido por un solo individuo.
Poder ejecutivoEditar
Artículo principal: Presidente de México
El Palacio Nacional, sede simbólica del poder ejecutivo.

El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos es el titular del poder ejecutivo de


dicho país. Es, a la vez, jefe de Estado y jefe de gobierno.[9][10] Asimismo, es el
comandante supremo de las Fuerzas Armadas.[11]
Es elegido mediante voto directo y universal. Una vez electo, entra en funciones el 1º de
diciembre del año de la elección. Pero después de la Reforma Electoral de 2014, el
Presidente entrará en funciones el 1° de octubre del año de la elección. Su cargo dura un
periodo de seis años, sin posibilidad de reelección;[12]ni siquiera en el caso de haberlo
desempeñado como interino, provisional o sustituto. El cargo de Presidente de la
República solo es renunciable por causa grave, que deberá ser calificada por
el Congreso de la Unión.[13][14] En caso de muerte, destitución o renuncia, asume de
manera inmediata y provisional el cargo el Secretario de Gobernación (si la ausencia es
el día de la toma de posesión, sería el presidente del Senado, el mandatario provisional),
después, con las reservas que contempla la constitución, corresponde al Congreso
nombrar un sustituto o interino.
La vigente Constitución de 1917 prevé dicho cargo en su título tercero, capítulo tercero
y es abordado por quince artículos. En ellos se especifican las obligaciones, facultades,
requisitos y restricciones al cargo; especificaciones que van desde el mando de las
fuerzas armadas; la titularidad de las políticas exterior, económica, desarrollo social y
de seguridad pública; la promulgación y ejecución de las leyes emitidas por el poder
legislativo; proponer nombramientos a cargos que requieren aprobación del Senado o
la Suprema Corte; y diversas prerrogativas concedidas en otros artículos de la misma
carta magna y las leyes federales.[15]
El Presidente es la cabeza de la Administración Pública Federal y es auxiliado por un
gabinete compuesto por varias Secretarías de Estado, dependencias federales,
organismos descentralizados y empresas paraestatales, los cuales tienen a su cargo
diversas carteras de interés público, además de distintos asesores adscritos a la
llamada Oficina de la Presidencia. Su protección corre a cargo de un Estado Mayor
Presidencial, que es el órgano técnico militar que auxilia al presidente de la República
en la obtención de información general, planifica sus actividades personales propias del
cargo, realiza las prevenciones para su seguridad, y participa en la ejecución de las
actividades procedentes para estos efectos.[16]
Poder legislativoEditar
Artículo principal: Congreso de la Unión

El Congreso de la Unión es el órgano depositario del Poder Legislativo federal


de México. Este se conforma por una asamblea bicameral, dividida entre el Senado –
constituido por 128 integrantes– y la Cámara de Diputados –que consta de 500
legisladores–.[17]
La vigente Constitución de 1917 prevé este órgano en su título tercero, capítulo II,
secciones I, II y III, y abordándolo en veintiocho artículos. En ellos se especifican las
obligaciones, facultades, requisitos y restricciones del aparato legislativo;
principalmente la facultad exclusiva entre los poderes de la unión (y repartida entre las
dos cámaras) para estudiar, discutir, votar y emitir las iniciativas de leyes, reglamentos,
códigos, normas y las reformas a todo ello, que se le presenten durante sus periodos de
sesiones, es decir, posee la acción deliberativa para legislar en todos los asuntos
del Estado mexicano.
También sus deberes incluyen determinar la composición de la división política del
territorio nacional; la facultad para cambiar de sede los poderes de la unión; aprobar la
declaratoria de guerra del Presidente; la aprobación de iniciativas, rendición de cuentas,
exigencia de comparecencias y eventuales remociones de los titulares o integrantes de
los tres poderes de la Unión, incluido el presidente de la república; la elección del
interino o sustituto de este último; y diversas prerrogativas que le conceden otros
artículos de la carta magna y las leyes federales.[18]
Cámara de DiputadosEditar

Palacio de San Lázaro, Cámara de Diputados.

Artículo principal: Cámara de Diputados (México)

La Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, es la cámara baja del Poder


Legislativo federal de México, integrando junto con el Senado de la República, una
asamblea bicameral en las que se deposita este poder. Se compone de representantes de
la Nación, que son 500 diputados electos en su totalidad para un periodo de tres años,
que inicia el 1 de septiembre del año de la elección (1 de agosto si coincide con la
elección presidencial). Su sede es el Palacio Legislativo de San Lázaro en la Ciudad de
México.[19]
El total de sus integrantes se divide en dos principios de elección: 300 diputados electos
de manera directa, uno por cada uno de los distritos electorales federales que componen
el país; y 200 diputados que son electos según el principio de representación
proporcional, mediante el sistema de listas regionales, votadas en
cinco circunscripciones plurinominales.[20]
La vigente Constitución de 1917 prevé este órgano en su título tercero, capítulo II,
secciones I, II y III, y aborda concretamente a este en nueve artículos. En ellos se
especifican las obligaciones, facultades, requisitos y restricciones de la cámara. Sus
facultades exclusivas incluyen publicar la declaratoria oficial de Presidente electo que
expide el Tribunal Electoral; Coordinar y evaluar a la Auditoria Superior de la
Federación; ratificar el nombramiento de secretario de Hacienda; aprobar el Plan
Nacional de Desarrollo; la titularidad legislativa en relación al presupuesto e ingresos
que proponga el poder ejecutivo; la facultad para decidir si se procede o no, contra
algún miembro de los poderes de la unión (excepto el Presidente, cuestión que
corresponde al Senado) en caso de cometer un delito, en los términos del artículo 111
constitucional; designar a los titulares de los órganos autónomos (INE, CNDH,
Auditoria Superior, Banco de México, INEGI, Cofece e IFT); y todas aquellas
responsabilidades que le concedan otros artículos de la misma constitución y las leyes
federales.[21][22]
Cámara de SenadoresEditar

El Senado de la República

Artículo principal: Senado de México

La Cámara de Senadores del Congreso de la Unión o Senado de la República es


la cámara alta del Poder Legislativo federal de México, integrando junto con la Cámara
de Diputados, una asamblea bicameral en las que se deposita este poder. Se compone de
representantes de las entidades federativas, que son 128 senadores electos en su
totalidad para un periodo de seis años, que inicia el 1 de septiembre del año de la
elección.[23][24]
Su sede se ubica en la intersección de dos de las avenidas más importantes de la Ciudad
de México, Avenida Paseo de la Reforma número 135, justamente donde cruza con
la Avenida de los Insurgentes, dentro de la Delegación Cuauhtémoc. La anterior sede
del Senado se encontraba en el Centro Histórico de la misma ciudad, en un edificio
conocido como la Antigua Casona de Xicotencatl.
El total de sus integrantes se divide en tres principios de elección: 64 senadores electos
de manera directa, dos por cada una de las 32 entidades federativas (31 estados y la
Ciudad de México) que componen el país; 32 senadores asignados a la primera minoría,
es decir el segundo lugar de la elección, esto es uno por cada entidad federativa; y 32
senadores que son electos según el principio de representación proporcional, mediante
el sistema de una lista nacional, de acuerdo al porcentaje de votación obtenida en el
país.[25]
La vigente Constitución de 1917 prevé este órgano en su título tercero, capítulo II,
secciones I, II y III, y aborda concretamente a este en cinco artículos. En ellos se
especifican las obligaciones, facultades, requisitos y restricciones de la cámara. Sus
facultades exclusivas incluyen legislar en materia de política exterior; aprobar o no los
tratados y convenios internacionales firmados por el Presidente de la República;
autorizar todo tipo de movimiento de las Fuerzas Armadas, ya sea dentro del territorio
nacional (a través de la Guardia Nacional) o fuera de este, así como el tránsito de tropas
extranjeras dentro del país; ratificar todos los nombramientos del ejecutivo en materia
de Fuerzas Armadas y Política exterior; declarar la desaparición de los poderes
estatales, designando un gobierno interino y estableciendo los métodos para su eventual
sustitución; designar a los Ministros de la Suprema Corte, esto con la terna propuesta
por el ejecutivo; legislar en materia de seguridad nacional, incluyendo la aprobación de
la política gubernamental propuesta; designar al Fiscal General de la República; decidir
a través de decretos sobre límites fronterizos de los estados; la facultad para decidir si se
procede o no, contra el Presidente de la República en caso de cometer un delito, en los
términos del artículo 110 constitucional; y todas aquellas prerrogativas que le concedan
otros artículos de la Constitución y las leyes federales.[26]
Poder judicialEditar
Artículo principal: Poder Judicial de la Federación

El Poder Judicial de la Federación es uno de los tres poderes de la Unión en los que


divide el ejercicio del gobierno en México. Está integrado por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, el Tribunal Federal Electoral, el Consejo de la Judicatura Federal,
los Juzgados de Distrito, los Tribunales Colegiados de Circuito y los Tribunales
Unitarios de Circuito. Sus fundamentos se encuentran en el Título III, Capítulo IV
(abarcando catorce artículos) de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. El Jurado Federal de
Ciudadanos y los tribunales de los Estados y de la Ciudad de México, pueden actuar en
auxilio de la Justicia Federal, en los casos previstos por la Constitución y las leyes. La
administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial de la Federación, con
excepción de la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Electoral, está a cargo
del Consejo de la Judicatura Federal. En este poder y su conjunto de órganos, se
deposita la facultad de impartir justicia en todos los aspectos institucionales del estado
mexicano; la aplicación de las normas y principios jurídicos en la resolución de
conflictos; y en todos los ámbitos de la aplicación del Derecho y la interpretación de las
leyes en la sociedad (civil, penal, constitucional, mercantil, laboral, administrativo,
fiscal, procesal, etc.)[27][28][29]
Suprema Corte de JusticiaEditar

Edificio de la Suprema Corte de Justicia

Artículo principal: Suprema Corte de Justicia de la Nación (México)

La Suprema Corte de Justicia de la Nación es el máximo órgano judicial, tribunal


constitucional y cabeza del Poder Judicial Federal de México. Está conformada por
once Jueces o Magistrados, denominados Ministros; uno de los cuales es designado, por
un periodo de cuatro años, como su Presidente, siendo este responsable de la dirección
del organismo y mayor representante ante los otros poderes.[30]
La vigente Constitución de 1917 prevé este órgano en su título tercero, capítulo IV, y
abordándolo en cinco artículos. En ellos se especifican las obligaciones, facultades,
requisitos y restricciones de la corte; principalmente la facultad exclusiva, entre los
órganos del mismo sistema judicial, para estudiar, discutir, y emitir sentencias
definitivas en controversias constitucionales o acciones de inconstitucionalidad, que
surjan entre los poderes de la Unión, los poderes estatales, autoridades municipales, los
órganos autónomos, o la contradicción de una norma con la carta magna. Es decir, le
corresponde asegurar el orden establecido por la Constitución y mantener el equilibrio
entre las diversas instituciones de gobierno. Sus deberes incluyen también, como última
instancia legal, solucionar de modo definitivo, asuntos judiciales de gran relevancia
social, a través de las resoluciones jurisdiccionales que dicta. Por lo anterior, y al
tratarse del principal y más alto tribunal de naturaleza constitucional, no existe órgano
ni autoridad que se encuentre por sobre ella o recurso judicial que pueda interponerse en
contra de sus decisiones.[31][32][33]
Los ministros son designados por la Cámara de Senadores, a partir de una terna
propuesta por el Presidente de la República; duran quince años en su cargo y solo
pueden volver a ocuparlo, si con anterioridad lo hicieron en calidad de interino. Su
trabajo se distribuye a través de sesiones en Pleno (con la presencia de los once
ministros), y sesiones en Salas (dos integradas por cinco ministros cada una). Cada
formato y sala con competencias judiciales distintas, siendo las de pleno, las de mayor
jerarquía. Ni la constitución, ni la ley respectiva establecen fechas de toma de posesión
para los ministros, estas se producen en cuanto se de el nombramiento. En tanto que los
periodos de sesiones en la corte, los determina la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, siendo dos al año; el primero comenzará el primer día hábil del mes de
enero y terminará el último día hábil de la primera quincena del mes de julio; el segundo
comenzará el primer día hábil del mes de agosto y terminará el último día hábil de la
primera quincena del mes de diciembre.[34]
Reforma constitucional en materia política-electoral 2014
Los cambios que introduce la reforma se pueden agrupar en seis grandes ejes temáticas:

1. Régimen de gobierno
2. Autoridades electorales
3. Régimen de partidos
4. Fiscalización y rebase de tope de gastos de campaña
5. Comunicación política
6. Instrumentos de participación ciudadana

En el primer tema, régimen de gobierno, la novedad es la figura de gobierno de coalición, por el que


podrá optar el presidente en cualquier momento de su gestión, después de haber firmado un convenio
con los partidos políticos y obtenido la aprobación del Senado (art. 89, fracción XVII). También se refuerza
la participación de ambas Cámaras en la ratificación de gabinete, donde la Cámara de Diputados tendrá
la facultad exclusiva de ratificar al Secretario de Hacienda y sus empleados mayores, salvo que se opte
por un gobierno de coalición (art. 74, III) y el Senado, de ratificar a los empleados superiores de
Relaciones Exteriores, de integrar la lista de candidatos a Fiscal General de la República y enviarla al
Presidente, quien, a su vez, formará, de entre los propuestos, una terna que presentará al Senado, el que
nombrará al Procurador y podrá hacer observaciones a su remoción, que puede hacer el Presidente (art.
76, II y XIII, art. 102, Apartado A, fracciones II y III).
Otro cambio importante es la introducción de la reelección legislativa. Los senadores podrán ser electos
hasta por dos y los diputados federales hasta por cuatro periodos consecutivos. Sin embargo, deberán ser
postulados por el mismo partido, a menos que hayan renunciado a su militancia antes de la mitad de su
mandato (art. 59). Las entidades federativas deberán regular la reelección de los presidentes municipales,
regidores y síndicos, quienes podrán ser reelectos por un periodo consecutivo, siempre y cuando el
periodo de su mandato no sea mayor a tres años. También deberán permitir la reelección de los
diputados de las legislaturas locales y de la Asamblea Legislativa del DF por hasta cuatro periodos
consecutivos. Igual que a nivel federal, su postulación deberá ser por el mismo partido, a menos que haya
renunciado a su militancia antes de la mitad del mandato (art. 115, fracción I). La reforma se aplicará a los
diputados y senadores electos en 2018. En cuanto a los cargos de nivel local, no será aplicable para los
funcionarios que se encuentren en funciones a la entrada en vigor de la reforma (artículos Décimo
Primero, Décimo Tercero y Décimo Cuarto transitorios).
La reforma adelanta también la jornada electoral para el primer domingo de junio (art. Segundo
Transitorio, fracción II, inciso a) y cambia la fecha de toma de protesta del Presidente electo para el 1 de
octubre (art. 83). Ese último cambio operará hasta la elección de 2024 (décimo quinto transitorio).
En cuanto a las autoridades electorales, modifica de manera sustancial la estructura y la distribución de
la facultad de organización electoral.  En primer lugar, la reforma desaparece al IFE y en su lugar crea al
Instituto Nacional Electoral (INE). La función básica del INE será la de organizar las elecciones federales,
sin embargo, se le otorgan también facultades en al ámbito local. En principio, será una autoridad
supervisora y que dé lineamientos para el desarrollo de los procesos locales (41, base V, apartado B,
inciso a) y b)). Adicionalmente, podrá organizar las elecciones de los dirigentes de los partidos políticos, a
petición de los mismos (art. 41, base V, apartado B), tendrá a su cargo la verificación del requisito
necesario para realizar las consultas populares, así como la organización, desarrollo, cómputo y
declaración de resultados de las mismas (art. art. 35, fracción VIII, numeral ocho) y la tarea de
fiscalización de finanzas de los partidos tanto en el ámbito federal, como local (art. 41, base V, apartado
B).
Un elemento importante que introduce la reforma es la modificación de las facultades del INE respecto de
los procedimientos sancionadores. A partir de ahora, el INE queda encargado de investigar las
infracciones por presuntas violaciones a la normativa relativa al acceso a los medios de comunicación y
de propaganda, para integrar el expediente y someterlo al conocimiento y resolución del Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación. El INE podrá imponer, entre otras medidas cautelares, la orden de
suspender o cancelar de manera inmediata las transmisiones en radio y televisión, de conformidad con lo
que disponga la ley (art. 41, base III, apartado D).
El Consejo General del INE tendrá nuevas facultades y podrá, en los supuestos previstos por la ley, y por
el voto de al menos ocho consejeros:

 asumir directamente la realización de las actividades propias de la función electoral


que corresponden a los órganos electorales locales;
 delegar en los órganos electorales locales las atribuciones relacionadas con la
organización electoral, sin perjuicio de reasumir su ejercicio directo en cualquier
momento;
 atraer a su conocimiento cualquier asunto de la competencia de los órganos
electorales locales, por su trascendencia o para sentar un criterio de interpretación
(art. 41, base V, Apartado C).

Se incrementa el número de consejeros electorales a 11 y cambia el procedimiento de nombramiento del


Consejo General. El nuevo procedimiento prevé una evaluación a cargo de un comité técnico, aunque el
nombramiento será por el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara de
Diputados (art. 41, base V, apartado A).
La reforma crea un Servicio Profesional Electoral Nacional, que será regulado por el INE. La regulación
del Servicio Profesional, que abarcará las reglas de selección, ingreso, capacitación, profesionalización,
promoción, evaluación, rotación, permanencia y disciplina de los servidores públicos de los órganos
ejecutivos y técnicos tanto del INE, como de los organismos públicos locales, será desarrollada por la
legislación secundaria y por los reglamentos que apruebe el Consejo General del INE (41, base V,
apartado D).
La reforma mantiene la existencia de los institutos electorales locales, aunque con importantes cambios
en sus facultades, integración y nombramiento. A partir de la reforma, todos los consejos generales de los
institutos locales se integrarán por seis consejeros y un Consejero Presidente. Su designación y remoción
correrá a cargo del Consejo General del INE, aunque todavía no está previsto un procedimiento en
particular (41, base V, apartado C). En cuanto a sus facultades, realizarán los escrutinios y cómputos,
declaración de validez y otorgamiento de constancias a los candidatos ganadores, realizaran los
procedimientos de consultas populares en el ámbito local; también serán encargados de administrar el
acceso a las prerrogativas de los candidatos y partidos políticos, realizar las tareas de educación cívica,
preparación de la jornada electoral, impresión de documentos y la producción de materiales electorales y,
finalmente, de resultados preliminares; encuestas o sondeos de opinión; observación electoral, y conteos
rápidos; algunas de esas facultades las desarrollarán conforme a los lineamientos establecidos por el INE
(art. 41, base V, apartado C).
En cuanto al TEPJF, la reforma mantiene todas sus facultades, añadiendo una nueva: la de resolver los
asuntos que el INE someta a su conocimiento para la imposición de sanciones por violaciones
relacionadas con la propaganda política, electoral y gubernamental, realización de actos anticipados de
campaña y acceso a los medios de comunicación (art. 41, base III, apartado D y art. 99, base IX).
La reforma no afecta de manera directa la situación de los tribunales locales, pero, en un afán de
homogeneizar su integración, establece que se conformen por un número impar de magistrados, electos
por las dos terceras partes de los miembros del Senado de la República, previa convocatoria que para tal
efecto se emita (art. 116, norma IV, inciso c, 5o). De acuerdo al régimen transitorio, el Senado deberá
nombrar a los magistrados locales con antelación al inicio del siguiente proceso electoral local posterior a
la entrada en vigor de la reforma (décimo transitorio).
El régimen de partidos también sufre algunos cambios importantes. Con la reforma, el requisito para
mantener el registro se eleva a rango constitucional y ahora se requiere el 3% de la votación válida
emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las
Cámaras del Congreso de la Unión (art. 41, base I). Este porcentaje también está relacionado con el
acceso a las prerrogativas, la cantidad de votos necesarios para acceder a estas se eleva aún más con el
cambio en la base sobre la cual se calcula: anteriormente era el 2% de la votación nacional emitida (art.
101 inciso b) del COFIPE), mientras que la reforma lo establece en el 3% de la votación válida emitida
(art.  41, base I). Asimismo, acorde a la reforma, todo partido político que alcance al menos el 3% del total
de la votación válida emitida para las listas regionales de las circunscripciones plurinominales, tendrá
derecho a que le sean atribuidos diputados según el principio de representación proporcional (art. 54,
base II).
La reforma de 2014 plantea cambios importantes y ordena la creación de una Ley General de Partidos
Políticos que establezca un sistema uniforme de coaliciones para los procesos electorales federales y
locales. El cambio más importante es la introducción de las coaliciones flexibles y la modificación en la
definición de la coalición parcial. Las coaliciones flexibles serán para postular al menos el 25% de las
candidaturas en un mismo proceso electoral federal o local, bajo una misma plataforma electoral. Por
coalición parcial se entenderá la que establezcan los partidos políticos para postular al menos el 50% de
las candidaturas en un mismo proceso electoral federal o local, también bajo una misma plataforma (art.
Segundo transitorio, fracción I, inciso f).
Hasta la fecha, la obligación de acatar la cuota de género obedecía a un mandato legal de garantizar que
ningún género tuviera más de 60% de candidaturas en las elecciones legislativas. Con la reforma 2014
ese mandato pasó al orden constitucional, imponiendo a los partidos políticos la obligación de garantizar
la paridad de género, es decir, que se integren las listas con el 50% de hombres y 50% de mujeres en la
postulación de candidaturas a legisladores federales y locales (art. 41, base I).
En el tema de fiscalización, las nuevas reglas que establece la reforma en el artículo 41 constitucional y
en el Segundo transitorio parecen indicar que el nuevo procedimiento de fiscalización de gastos de
campaña se estará desarrollando en paralelo a las campañas electorales. El art. 41, base V, apartado B,
penúltimo párrafo, establece que el Instituto Nacional Electoral (INE) estará encargado de realizar la
fiscalización y vigilancia durante la campaña, del origen y destino de todos los recursos de los partidos
y candidatos. El artículo Segundo transitorio estipula que la nueva ley electoral que deberá expedir el
Congreso establecerá un sistema de fiscalización durante la campaña electoral, que incluirá los
lineamientos de contabilidad homogénea para los partidos y candidatos, la cual deberá ser pública y de
acceso por medios electrónicos. Además, los partidos podrán optar por realizar todos los pagos relativos
a sus actividades y campañas electorales por conducto del INE.
Otra de las novedades de la reforma son dos causales de nulidad relacionadas con los aspectos
financieros de los procesos electorales. La Constitución establece que será causal de nulidad de la
elección el rebase del tope de gasto de campaña en un 5% del monto total autorizado, o el haber recibido
o utilizado recursos de procedencia ilícita o recursos públicos en las campañas (art. 41, base VI).
Además, se determina que dichas violaciones tendrán que acreditarse de manera objetiva y ser
determinantes para el resultado electoral. La misma Constitución señala que se considerarán
determinantes cuando la diferencia entre los candidatos en el primer y segundo lugar sea menor al 5%.
Finalmente, en caso de declararse la nulidad de una elección, se convocará a una elección extraordinaria,
en la que no podrá participar la persona sancionada.
El modelo de comunicación política sufre algunos cambios puntuales. Se introduce una nueva causal de
nulidad por compra de cobertura informativa en radio y televisión (art. 41, Base VI). El mismo artículo
señala que dichas violaciones tendrán que acreditarse de manera objetiva y ser determinantes para el
resultado electoral. La Constitución señala que se considerarán determinantes cuando la diferencia entre
los candidatos en el primer y segundo lugar sea menos al 5%.
La reforma modifica la restricción a la propaganda negativa, que queda formulada en nuevos términos:
“En la propaganda política o electoral que difundan los partidos y candidatos deberán abstenerse de
expresiones que calumnien a las personas” (art. 41, base III, apartado C), y obliga al Congreso a emitir
una ley que regule la propaganda gubernamental (art. Tercero transitorio).
A partir de la reforma 2014, la Constitución establece ciertas reglas básicas respecto de las consultas
populares, que podrán ser convocadas por el Presidente de la República, el 33% de los integrantes del
Senado o de la Cámara de Diputados (aunque en esos casos se requiere la aprobación de ambas
Cámaras), o el 2% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores. La organización de las
consultas estará a cargo del INE y se deberán llevar a cabo el mismo día de la jornada electoral federal.
Sus resultados serán vinculatorios cuando la participación ciudadana sea mayor al 40% de los
ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores (art. 35, fracción VIII).
 Es importante señalar que la misma Constitución establece temas que no pueden ser objeto de consulta:
los derechos humanos; los principios democráticos; la materia electoral; los ingresos y gastos del Estado;
la seguridad nacional y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada. La Suprema
Corte de Justicia de la Nación será la encargada de determinar si un tema en particular puede ser
sometido a consulta popular (art. 35, fracción VIII).

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