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Facultad de Ingeniería
Agosto 4 2021
La ley 1523 de 2012 fue expedida el 24 de abril y entró en vigor de manera inmediata. Esta
contiene un total de 96 artículos, los cuales permiten adoptar la política nacional de gestión de
riesgo de desastres, establecer el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y dictar
otras disposiciones (Ley 1523, 2012, pg. 1). Esta nace a partir de los desafíos sociales, políticos,
ambientales y económicos generados por los desastres que suceden en el territorio colombiano.
Desde el año 2000 hasta la fecha, la base de datos de eventos de emergencia, con sus siglas en
inglés EM-DAT, registra 170 desastres, entre los que se encuentran terremotos, inundaciones,
derrumbes, actividades volcánicas, entre otros (EM-DAT, 2021). Estos datos permiten evidenciar
la constante amenaza en la que se encuentran todos los elementos que conforman el territorio
colombiano, y por consiguiente el alto nivel de vulnerabilidad que poseen las zonas que carecen
mejorar todos los mecanismos de gestión, análisis y mitigación del riesgo de desastre. Pero
¿Hasta que punto esta ley ha sido efectiva en la gestión del riesgo de desastres en Colombia?
En el tercer artículo de esta ley se encuentran los principios generales que orientan la gestión del
riesgo, los cuales son cruciales a la hora de analizar el manejo que se da cuando sucede un
principio participativo, principio de diversidad cultural, principio del interés público social,
Teniendo lo anterior bajo consideración, se puede afirmar que existe un problema en la gestión
del riesgo en Colombia. Desde la institución de la ley en abril del 2012 74 desastres han
ocurrido, por lo que la amenaza se materializó y hubo ciertos casos donde la gestión del riesgo
no cumplió con los requisitos mínimos, generando graves consecuencias a los habitantes de una
principios establecidos por la ley y el mal trabajo realizado por las autoridades competentes.
Andrés y Providencia, al norte del país. El paso del huracán Iota por las islas en noviembre del
2020 generó una crisis en este territorio, haciendo que el Gobierno Nacional determinara esta
situación como un desastre, para así poder implementar el régimen normativo especial planteado
en la ley 1523 de 2012 (La República, 2020). Según la Unidad Nacional para la Gestión del
Riesgo y Desastres (UNGRD), las islas de Providencia y Santa Catalina terminaron con
aproximadamente un 98% de toda su infraestructura destruida, dejando así 596 casas
fueron forzados a abandonar sus casas y trasladarse a albergues de paso en la isla de San Andrés;
aunque el proceso de reconstrucción de estas islas está en marcha, no existe un balance claro de
afectada. Luego de dos meses del paso del huracán todavía hay familias en condiciones
precarias, esperando recibir carpas o tejas que resistan la lluvia (Ordóñez, 2021).
En esta situación se pueden evidenciar los incumplimientos a los principios planteados por la ley
1523 de 2012; en primera instancia se atenta contra el principio de protección, este decreta que
Colombia, lo cual no sucedió tras el paso del huracán. De igual manera, se incumplió con el
calidad de las carpas y demás recursos dispuestos, los cuales no son capaces de soportar las
torrencial causada por el desbordamiento de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco arrasó con 17
barrios, dejando cientos de muertos y miles de damnificados. A pesar de los estudios, avisos y
pronósticos realizados previos al desastre, se denota la falta de eficacia y compromiso por parte
El municipio de Mocoa poseía varios problemas que fueron descritos por las autoridades
ambientales tiempo atrás; existe una falta de planificación en su configuración urbana, además de
evidencia el incumplimiento del principio de precaución, el cual afirma que ante la posibilidad
de daños graves la autoridad competente tendrá que adoptar medidas para mitigar la situación de
riesgo (Ley 1523, 2012, Art. 3). De igual manera, ante la falta de acción por parte de la UNGRD
A partir de toda la información recopilada a lo largo del ensayo, se puede evidenciar las falencias
que tiene la política nacional de gestión de riesgo de desastres, ante todo la falta de
implementación de los principios establecidos y la falta del control por parte de los entes
gubernamentales para que dichos principios se cumplan. Aunque la ley 1523 de 2012 logra
delimitar planes de acción unificada ante los desastres y las calamidades públicas, esta no
mala gestión, análisis y mitigación del riesgo por parte de todas las partes involucradas.
Considerando lo anterior, se concluye que la ley 1523 y la política que esta imparte, no logra
superar los retos que plantea la gestión de riesgo de desastres en el territorio colombiano. Existe
una falta de eficacia en la materialización de políticas y programas que permitan una atención al
riesgo adecuada, lo cual genera pérdidas económicas, sociales y ambientales en todo el territorio,
La República. (2020). Se declaró situación de desastre en San Andrés y Providencia por paso del
declaro-situacion-de-desastre-en-san-andres-y-providencia-por-paso-del-huracan-3090476.
Ley 1523 de 2012. Por la cual se adopta la política nacional de gestión del riesgo de desastres y
Ordóñez, L. (2021). San Andrés, Providencia y Santa Catalina dos meses después del huracán
catalina-dos-meses-despues-del-huracan-iota-2/.
The Emergency Events Database. (2021). EM-DAT Query Tool, Data. Recuperado de:
https://public.emdat.be/data.
¿ejemplo de una retrospectiva sin punto final en la gestión del riesgo de desastres detonados por
https://www.redalyc.org/journal/851/85159530008/html/.