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Educación Superior orientada a la Aplicación Práctica ante el Desarrollo

Competitivo Global Por: Héctor Rodríguez

La educación en América Latina presenta muchas inconsistencias en cuanto a la formación de


profesionales en un mercado global cada vez más competitivo en campos fundamentales como
la industria y la tecnología. Por ende, ¿están las universidades latinoamericanas capacitadas
para suplir de profesionales capaces de resolver problemas y construir sociedades más
sustentables con la calidad adecuada para la producción de riqueza y conocimiento?
Considero que el enfoque actual educativo ignora la competitividad que exige la globalización,
lo que representa el atraso constante social, cultural y económico de nuestras naciones.

La educación debería tener un enfoque más práctico. El mundo global avanza rápidamente,
por lo que mejorar la calidad es vital para ser competitivos. Este enfoque lo concibe Jaques
Delours (1996) como: “un arma poderosa para el progreso social que supone un peligro por la
desventajosa posición en el cual naciones en desarrollo quedan al margen de las más
desarrolladas”. Para evitar esta situación, la educación superior debe ser más especializada,
es decir, la producción de cualificaciones del campo profesional seleccionado. Por ejemplo,
para un Comunicador Ejecutivo, dicha especialización ha de centrarse en el perfeccionamiento
de habilidades como la planificación, gestión de recursos o la toma de decisiones gerenciales,
ya que será capaz de responder a los retos del entorno empresarial moderno y llegar a
competir con las exigencias del perfil del empresario de talla mundial.

Problemas como el desempleo y la desigualdad, son resultado de un pobre sistema educativo.


¿En este sentido, existen las facilidades para convertir dichas dificultades en antónimos
subsanantes? Las Universidades tienen esa visión, no obstante, no existe una consolidación
institucional en cuanto a la calidad didáctica, profesorado idóneo y políticas de evaluación del
sistema. No funciona un sistema en donde los estudiantes no reciban el entrenamiento
profesional y el seguimiento de su aprendizaje, es decir, la evaluación de los resultados.

Hoy en día se busca formar profesionales en las ciencias y matemáticas, ya que se promueve
una consciencia más crítica por la innovación y adopción de nuevas técnicas o métodos, por
lo que las universidades deben incentivar a la investigación y su aplicación en la
comercialización del conocimiento adquirido como fuente de inversión económica, social y
cultural a largo plazo.

En conclusión, el desarrollo de nuestra región latina depende de la mejora de la calidad del


sistema educativo superior que debe ser considerada la “más especializada” ya que debe ser
capaz de preparar profesionales aptos para enfrentar las tendencias del mercado global. Para
ello el sistema educativo debe evaluar las herramientas y estrategias didácticas para conseguir
un modelo de educación profesional eficaz basado en una educación más práctica.

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