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El documento resume los capítulos 2 y 3 del libro "Epistemología" de Hernando Salcedo. Resume las críticas al positivismo, especialmente en cuanto a su concepción de la relación sujeto-objeto. También examina las teorías de Popper, Lakatos, Pagels y Habermas sobre la naturaleza y objetivos de la ciencia, resaltando que está influenciada por intereses humanos más que ser puramente objetiva.
El documento resume los capítulos 2 y 3 del libro "Epistemología" de Hernando Salcedo. Resume las críticas al positivismo, especialmente en cuanto a su concepción de la relación sujeto-objeto. También examina las teorías de Popper, Lakatos, Pagels y Habermas sobre la naturaleza y objetivos de la ciencia, resaltando que está influenciada por intereses humanos más que ser puramente objetiva.
El documento resume los capítulos 2 y 3 del libro "Epistemología" de Hernando Salcedo. Resume las críticas al positivismo, especialmente en cuanto a su concepción de la relación sujeto-objeto. También examina las teorías de Popper, Lakatos, Pagels y Habermas sobre la naturaleza y objetivos de la ciencia, resaltando que está influenciada por intereses humanos más que ser puramente objetiva.
EPISTEMOLOGÍA O FILOSOFAR SOBRE LA CIENCIA DE HERNANDO
SALCEDO GUTIÉRREZ. Resumen capítulo 2 y 3. A lo largo de la historia, la interrogante “¿qué es la ciencia?” ha causado revuelo debido a que hay diferentes formas de entenderla, según la postura que se tome. Por lo tanto, durante el segundo capítulo del texto de Epistemología de Hernando Salcedo, se busca conocer las respuestas que entregan la Historia y la Filosofía para resolver esta pregunta. Estos sistemas de pensamientos le permitieron al autor enfocarse en el Positivismo, modelo el cual ve a la ciencia desde una posición empírico-analítica. Esta posición es altamente criticada por sus diversas fallas y “su imposibilidad de entender la complejidad del mundo tal como hoy lo suponemos” (Salcedo, 2012, p. 29). La filosofía del positivismo comteano o clásico se fue transformando con el paso del tiempo, pero sus principios básicos se mantuvieron. Tales principios, según Salcedo, se pueden simplificar en los siguientes: En primer lugar, el conocimiento es solo el conocimiento científico, en segundo lugar, la verdad es todo aquello que pueda verificarse empíricamente, y en tercer lugar, la ciencia es la única portadora de la verdad (2012, p. 31). Los positivistas, quienes consideran el conocimiento científico como el único válido, comenzaron a necesitar saber cuándo una disciplina era ciencia y cuándo dejaba de serlo. Por lo que, a través de la demarcación, buscaron resolver este problema, por un lado, para algunos, una disciplina era ciencia por lo distintivo de sus resultados, pero para otros era ciencia según la metodología. Este último principio de demarcación llevó a que si una proposición era verificada, automáticamente se convertía en científica. Este principio fue criticado por Sir Karl Popper, quien consideraba que si desde “enunciados singulares productos de la observación se llega a enunciados universales” (Salcedo, 2012, p. 33), se tendería a realizar una generalización, convirtiendo el principio de verificación como ilógico. Salcedo plantea que según Popper “toda teoría [...] la aceptamos provisionalmente, hasta que otra teoría mucho más sólida y fuerte, la desplace” (2012, p. 33), debido a su mayor aproximación a la verdad, es decir sería verosímil, siendo esta característica, el objetivo de la ciencia según Popper. Desde la postura de Heinz R. Pagels se plantea que “hay una cierta tendencia a construir una teoría de la ciencia [...] más consensual y a la cual se adhieran el mayor número posible de científicos y filósofos” (Salcedo, 2012, p. 36). Pero las teorías de la ciencia que surgen siempre son desde una perspectiva positivista. Los científicos, quienes utilizan un sistema hipotético-deductivo y se rigen por metodologías estrictas, que hay que seguir al pie de la letra, y que incluso tienden a tener la intuición del sujeto que investiga, tienen buenos resultados en sus investigaciones, según ellos, esto se debe a que la ciencia estudia y busca las leyes universales que ya están determinadas por la historia y la cultura. Por lo tanto, Salcedo plantea que desde esa perspectiva que “[...] el objetivo de la ciencia es buscar una representación adecuada de la realidad” (2012, p. 37). Pero en esta realidad se encuentran estructuras invariables (llamadas de esta forma por Pagels), las cuales, según él, corresponden a “esas características de una teoría que son independientes de nuestra descripción específica del territorio de la naturaleza y las reglas que obedece” (citado por Salcedo, 2012, p. 38), es decir, son esas reglas de la naturaleza que seguirán existiendo independientemente del sujeto. Salcedo, tras estos planteamientos, critica que la concepción positivista de la ciencia, la cual busca seguir un orden, ser objetiva y se considera como el único conocimiento válido, no sirve a la hora de querer resolver problemáticas sociales que nos afectan en la actualidad, por tanto, estas características de la ciencia positivista no son válidas para las ciencias sociales. Tanto Salcedo como otros filósofos y cientistas sociales se han encargado de criticar el modelo empírico-analítico debido a sus contradicciones y diversas fallas. Entre estos se encuentra Imre Lakatos, quien realiza una crítica al modelo falsacionista de Popper, debido a que, según él “un contraejemplo no es suficiente para echar abajo un programa de investigación, tal y como había pensado Popper” (Salcedo, 2012, p. 42). Finalizando el segundo capítulo del texto, se plasma una de las críticas más fuertes que se le realiza al positivismo desde mi punto de vista, la crítica a la relación sujeto-objeto. Desde la concepción positivista de la ciencia, donde el conocimiento debe ser objetivo, dejando a un lado los juicios de valor del sujeto, nos damos cuenta de que esta idea es contradictoria. Esto se debe a que, como se plantea en el texto, las teorías científicas son producto y surgen de la mente de un sujeto, lo que se convierte el conocimiento en subjetivo, sin importar que el método que se utilice sea empírico y estricto (Salcedo, 2012, p. 46). En el tercer capítulo del libro, se plasma el trabajo de Jürgen Habermas, otro filósofo que en la década de los 60 se dedicó a criticar fuertemente la corriente positivista y, además, los postulados de Popper, con la finalidad de “demostrar los intereses inherentes a la ciencia y la investigación” (Salcedo, 2012, p. 50). Durante el texto, Habermas plantea que la búsqueda de conocimiento proviene de los intereses del ser humano, explicando que, por ejemplo, en la teoría griega, el conocimiento nace del deseo de liberación. Tras esto, propone que las investigaciones contemporáneas también están regidas por los intereses del sujeto que investiga, planteando de esta manera que existen distintos tipos de intereses, dependiendo de la “ciencia”. Es decir, para él, las ciencias empírico-analíticas tienen un interés técnico, las ciencias histórico-hermenéuticas tienen un interés práctico y, por último, las ciencias de la acción tienen un interés emancipador. En pocas palabras, el interés técnico busca saber cómo funciona la naturaleza para dominarla y utilizarla para satisfacer las necesidades propias del ser humano. El interés práctico, por otro lado, busca “garantizar, en una cultura, la auto-comprensión que oriente la acción de individuos y grupos en su propia cultura y con otras” (Salcedo, 2012, p. 62). Y en último lugar, el interés emancipatorio, se refiere a la búsqueda de interpretar situaciones socio-culturales y comprenderlas con el fin de “liberarse” de todo aquello que oprime y es distinto al sujeto humano (Raúl Gabás, 1981, p. 199 en Salcedo, 2012, p. 62). Este interés subsume a los dos anteriores, pero incluye la autorreflexión, por lo que pasa a ser el centro del pensamiento de Habermas. Jürgen Habermas, al realizar un análisis del lenguaje, propone la teoría de la acción comunicativa, siendo, según Salcedo, una crítica al positivismo, corriente donde toda expresión es válida y verdadera si es posible comprobarla. Por lo tanto, si la expresión es correcta, significa que el sujeto humano es racional, pero si no, es tildado de irracional. Esta teoría “pretende demostrar la racionalidad del mundo ético-moral, o práctico-moral como lo llama Habermas, y del mundo subjetivo” (Salcedo, 2012, p. 73), y tiene la tarea de “investigar la razón inscrita en la propia práctica comunicativa cotidiana y reconstruir a partir de la base de validez del habla un concepto no reducido de razón” (Salcedo, 2012, p. 76). En esta teoría, el concepto de racionalización es muy importante, para Habermas, este hace alusión a cómo los sujetos humanos que son capaces de comunicarse a través del lenguaje y la acción utilizan el conocimiento. Además, da tres características de cuándo un comportamiento es racional: según Habermas, lo es si el sujeto, al entregar una afirmación, la defiende mediante la argumentación para protegerse de las críticas que recibe (Salcedo, 2012, p. 74). Referencias bibliográficas Salcedo, H. (2012). Epistemología. Ediciones Unaula. https://www-digitaliapublishing-