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 Se desenvolvieron durante la época clásica.

 Por el respeto a la tradición, el jurista romano prefería no modificar este esquema, y


dejaba flotar las nuevas formas, hasta que los comentaristas crearon para ellos una
categoría especial: denominada contratos innominados.

 Se trataba de figuras que, por un lado, se parecían a los contratos reales, ya que
recibían eficacia procesal por la simple prestación de una de las partes, pero, por otro
lado, se separaban de dichos contratos por sus distintas consecuencias procesales, en
el cual desapareció el principio de la “especialidad de la acción.

Habitualmente se distinguían los cuatro siguientes contratos innominados:

1. Do ut des: el caso típico era la permuta

Los sabinianos consideraban a la permuta como un caso especial de compraventa,


alegando que aquella era un antecedente histórico.

Pero los proculeyanos separaban a la permuta de la compraventa, de modo que era


preferible considerarla contrato innominado, argumentando lo siguiente:

a) Las obligaciones del venditor eran distintas a las del empior; este último debía
transmitir la propiedad del precio, mientras que el venditor no tenía que transmitir
necesariamente la propiedad del objeto vendido.
b) Según la practica romana, la compraventa se perfeccionaba por el simple
consentimiento, mientras que el acuerdo de voluntades en relación con la
permuta no producía acción antes de la prestación de una de las partes.
c) El primero que cumplía, en caso de permuta, no solo tenía acción para reclamar la
prestación prometida por la parte contraria, como sucede en la compraventa, sino
que se podía reclamar también la devolución de su propia prestación, si así lo
prefería.

Por estas razones los proculeyanos separaron a la permuta de la compraventa, y


Justiniano les dio la razón.

2. Facio ut des:
En este grupo de contratos, se dice que la persona se declaraba dispuesta a
prestar ciertos servicios, a cambio de que otra le prometiera algún objeto, que no
era dinero (ya que en caso de contraprestación monetaria estaríamos el
arrendamiento romano como locatio-conductio operis o locatio-conductio
operarum).

3. Do ut facias
Este grupo de contratos era igual que el caso anterior, solamente que la situación
jurídica se observaba ahora desde un punto de vista, de la parte que prometía
algún objeto.

4. Facio ut facias:
Es el convenio respectivo de intercambio de servicios que no producía acción por
el simple acuerdo de voluntades, sino únicamente cuando una de las dos partes
amplia con lo pactado.
De los anteriores contratos, nacieron las siguientes acciones:

En primer lugar la condictio causa data causa non secuta, la cual servia para
recuperar lo que se había entregado, en caso de no haber obtenido la
contraprestación esperada.

A veces, lo que le interesaba al actor no era recuperar lo entregado, sino que el


demandado cumpliera, en tales ocasiones, se concedió primero en algunos
contratos y después de forma general, la actio praescriptis verbis.

Es así como el derecho romano ligo todos los contratos innominados con estas dos
acciones.

Nota: la acción de recuperación, no tenia objeto, si el actor deriva su derecho de


acción de servicios prestados, en tal caso no tenia mas remedio que optar por la
actio praescriptis verbis.

Los casos mas frecuentes de contratos innominados eran:

1. La permuta:
2. El aestimatum: contrato por el cual un comerciante aceptaba mercancías,
con la obligación de devolverlas, después de un tiempo, en caso de no
haberlas vendido, o entregar un precio, previamente convenido, si había
podido venderlas.
Se trataba de algo parecido a la compraventa, al mandato, al deposito
irregular, pero sin poder clasificarse claramente, es ahí que se refugian en
los contratos innominados.
¿Quien sufriría entonces el riesgo del caso fortuito? duda

3. El precarium : era un préstamo de uso, concedido a petición especial


(preces) del beneficiado, y cuyo objeto debía restituirse al propietario en
cuanto lo reclamara.

Nació, sobre todo, en las relaciones entre patronos y clientes, y de hecho,


daba mas poder a los patronos. Un solo actos de los segundos que no
conveniera a los patronos, y el precario quedaba revocado.

El objeto de este contrato podía consistir en vienes corporales; pero


también en derechos reales, como las servidumbres.

El rasgo esencial del precario, era el poder absoluto, por parte del
propietario, el poder reclamar el objeto al precario accipiens, aun en el
momento mas inoportuno. Ni siquiera la fijación de un termino, concedido
por el precario dans, limitaba esta facultad.
Para dar eficacia a sus reclamaciones, el precario dans no solo disponía de
la actio praescriptis verbis, sino también del interdictum de precario.
Recordando que el precario accpiens gozaba, frente a terceros de la
protección posessoria, ya que el hecho a poseer la cosa en cuestión era
una de las formas de la excepcional possessio sine animo.

4. Transactio: era un contrato por el cual las partes, haciéndose concesiones


reciprocas, evitaban un futuro litigio o terminaban un litigio pendiente.

Recibió gran impulso gracias a la acción conciliadora de las espicopales


audientiae ( los cristiano preferían la mayor parte de las veces, someter
sus controversias a los obispos, antes de recurrir a las autoridades civiles)

Era esencia a la transacción que existiera un derecho incierto, de otro


modo, se trataría de una donación o de una ratificación. También era
esencial que las concesiones fueran reciprocas, ya que también seria una
donación, una concesión unilateral sin contraprestación.

Si resultaba que ya se había pronunciado sobre la controversia una


sentencia anterior a la transacción, aunque ignorada por las partes, se
admitía la anulación de la transacción. (D.12.6.23.1, y lo confirma el
artículo 2958 del código civil)

Otro problema sobre el alcance que se debía dar a una transacción queda
expuesto en el sig ejemplo:

Como había dudas sobre la posible “dignidad” de un heredero, para evitar


un proceso, los interesados determinaron finalmente que la sucesión se
repartiera mediante una transacción. Después resulto que todo el
testamento no era valido a causa de un efecto formal o por falsificación. Si
lo herederos legítimos son idénticos a los testamentarios que intervinieron
en la transactivo.
D2.15.5 contesta en sentido negativo, pues la transacción cubre
únicamente situaciones controvertidas que las partes hubieren previsto, o
debido prever en el momento de transigir.

5. Transporte de mercancías por barco.


Podía existir dudas sobre si un contrato debía considerarse como
arrendamiento del espacio de un barco, como una locatio-conductio
operarum respecto del trabajo del transportador, en cuyo caso el
propietario de la mercancía

Amparaba los derechos nacidos de un contrato innominado. Se concedía a la parte que había
cumplido la convención, a fin de conseguir la ejecución de sus obligaciones por la otra.

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