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Unidad 16 : contratos innominados

Contratos innominados: desenvolvimiento histórico. Los CI son aquellas relaciones contractuales, no


sancionadas por el derecho civil en las que una de las partes ha entregado a la otra una cosa o ha realizado a
su favor una prestación de distinta índole y esta, a su vez, se ha obligado a dar o realizar a cambio otra
prestación. Dichos contratos no se perfeccionaban con el consenso de las partes, ni con la escritura de las
obligaciones, con la tradición de la cosa o con la palabra, dicho contrato se perfeccionaba cuando una de las
partes realizaba la prestación convenida (dare, facere, prestare, licito físicamente posible, determinado o
determinable susceptible de apreciación pecuniaria) y la otra parte, desde ese momento, comenzaba a estar
obligada la otra parte con respecto a la primera.

Clases: según el contenido de las prestaciones:

 Doy para que me des


 Hago para que me des
 Doy para que hagas
 Hago para que hagas

Se llaman de tal forma porque no tenía un nombre particular la acción que lo tutelaba.

Cuando consistía en dar y la otra parte no cumplía podía pedir la restitución mediante la “condictio ob causam
datorum”. Se puede obtener el resarcimiento del daño causado por la “actio doli”. La otra defensa que tuvo la
parte cumplidora fue la “condictio ex poenitentia” que le autorizaba a desistir unilateralmente de la
convención y a reclamar su prestación cuando la otra parte no hubiera cumplido la suya con o sin culpa.

Estas defensas volvían todo al estado anterior, y podía ser que eso no era lo que quería la parte cumpliente,
sino que quería que se cumpla la prestación que le es obligada al otro sujeto. Para ello Justiniano le dio a los
contratos innominados que servía para que quien hubiera cumplido pudiera recibir la contra prestación a
cambio o la debida indemnización. Fue la “actio praescriptis verbis” a partir de esta acción que hizo que los
contratos innominados integraran el sistema contractual romano, la parte que había cumplido la prestación
tenía la posibilidad de elegir entre la ejecución y la resolución del vinculo obligacional.

Tipos de contratos innominados:

Permuta: negocio por el cual una parte transfería la propiedad de una cosa a la otra para que ella a su vez le
transfiera la propiedad de otra cosa. Se aplicaron los principios de la compraventa sobre evicción, vicios
ocultos y riesgos. En el derecho justinianeo adquiere rango de contrato innominado y se aplica la APV.

Aestimatum: negocio mediante el cual el propietario de una cosa, después de evaluarla o estimarla, la
consignaba a otra persona a fin de que la vendiese y pagara el precio o la restituyera en caso de que la venta
no se efectuara.

El precario: convención por la cual una persona concedía gratuitamente a otra el uso de una cosa corporal o
incorporal, propia o ajena, que se obliga a restituir o a cesar en el uso de ella a petición del concedente.
Además de la APV tenía un interdicto especial, el interdictum de precario, para recuperar la posesión de la
cosa.
Es semejante al comodato, pero tiene diferencias:

 Podían darse cosas corporales e incorporales


 Tenía una posesión civil, el comodatario una natural.

El precarista carecía de acción contraria por los gastos que hubiera realizado

Pactos: el acuerdo de voluntades entre dos o más personas realizado sin formalidad alguna. Pacta vestita
(pactos vestidos) dotados de una actio; Pacta nuda (pactos desnudos) carecían de acción para exigir su
cumplimiento)

a) Pactos pretorianos: eran los nacidos del poder jurisdiccional del pretor que concedió actiones in
factum conceptae para exigir su cumplimiento, además este tipo de pacto tuvieron fuerza
obligatoria, no solo para engendrar derechos de créditos, sino también para engendrar derechos
reales (ej pacto de hipoteca). Además habían otras figuras que entraban dentro de esta categoría.
1. Constituto: era la promesa de pagar, dentro de un cierto tiempo, una suma de dinero o una
cantidad de otras cosas fungibles, que ya adeudaba el promitente o que debía un tercero.
Con la promesa nacian obligaciones en cuya virtud se formulaban sin importar que ella
estuviera amparada por una acción civil o pretoria. El constituto acumulaba una actio iure
praetorio, la actio de pecunia constituta, a la acción protectora de la precedente obligación,
de forma que esta no era sustituida por la que nacia de aquel. Pero, satisfecha una de las
deudas, se extinguía también la otra.
2. Receptum: negocio por el cual se presentaba cuando una de las partes asumia una
responsabilidad por medio de un pacto. Receptum arbitri (una persona se comprometia a
decidir como arbitro una controversia); Receptum argentarii ( un banquero se obligaba a
pagar una suma de dinero por un cliente); Receptum nautarum, cauponum et
stabularium( en el que el armador de un navio –nauta-, posadero –caupo- o el encargado de
cuadras o caballerizas –stabularius- asumían una responsabilidad particular por la
sustracción o el daño de las cosas a ellos confiadas. Estas modalidades de recptum fueron
tuteladas por el pretor, a traves del edicto, al conceder una acción para exigir las
obligaciones a las que se había comprometido el contratante.
3. Juramento voluntario: se presentaba cuando las partes en litigio decidían dirimirlo
haciéndolo depender de la fe del juramento de una de ellas. Podía exigirse por una actio in
factum.
4. Paco legitimo: bajo esta categoría están las convenciones sin formalidades cuya fuerza
obligatoria provenía de constituciones imperiales y cuya acciones podía hacerse efectiva por
una condictio ex lege. Se clasifican en Pactum dotis (por el que una persona prometia
constituir dote, y que alcanzo eficacia obligatoria con los emperadores Teodosio II y
Justiniano); Pacto de compromiso (convención mediante la cual las partes se obligan a
someter la decisión de un litigio al juicio de un tercero que actuaba como arbitro); Pacto de
donación (adquirió particular importancia, especialmente en el derecho justinianeo que
vino a imprimirle el carácter de una institución especial).
b) Pacta adiectae (pactos agregados a un contrato de buena fe): se trataba de acuerdos
complementarios añadidos a un contrato de buena fe, para agravar las obligaciones de una de las
partes o para disminuirlas. Por via de exceptio, los deudores demandados podían hacer valer
aquellos pactos que modificaban favorablemente sus obligaciones, ya hubieran sido agregados in
continentii, ya ex intervallo.
Los pactos adicionados in continentii a un contrato de buena fe, se hacían exigibles por la acción
propia del contrato. Los pactos ex intervallo continuaron teniendo como única via idónea para su
eficacia la exceptio pacti conventi.

Donación: es aquella causa gratuita por la que una persona, el donante, realiza a favor de otra, el donatario, la
transmisión definitiva de derechos patrimoniales por la pura y simple intención de beneficiar.

Mas preciso que hablar de donaciones es referirse a negocios donationis causa. Requisitos: una disminución
en el patrimonio del donante, un aumento en el del donatario, existencia de una intención de donar y
ausencia de obligaciones jurídica de efectuar la liberalidad. Cualquier acto que contuviera dichos elementos
era considerado donationis causa; importaba una donación.

Se distinguieron las donaciones reales, obligatorias y liberatorias.

En las obligaciones reales, la propiedad se transmitia por mancipatio o in iure cessio, siendo suficiente en el
derecho nuevo la simple tradición. Las donaciones obligatorias, para obligarse a dar alguna cosa a titulo de
donación se uso primeramente la stipulatio y mas tarde fue bastante el simple pacto. Con respecto a la
donación liberatoria, se requería la acceptilatio y un pactum de non petendo cuando aquella forma cayo en
desuso.

La donación inter vivos comprendía los actos gratuitos de disposición, concluidos en vida del donante y del
donatario, por lo cual aquel evidenciaba en vida del donante y del donatario, por lo cual aquel evidenciaba la
intención de beneficiar a este sin esperar compensación alguna. El peligro de que no siempre estuviera
asegurada la libertad del disponente y la necesidad de proteger los eventuales derechos familiares que podían
resultar perjudicados con actos de liberalidad, condujeron al derecho romano a establecer restricciones a los
negocios jurídicos. Esas restricciones fueron (lex Cincia) reducir la cuantía de las donaciones; (insinuatio) exigir
formalidades especiales; (donación entre cónyuges) prohibirlas en determinados supuestos.

La lex Cincia de donis et muneribus, propuesta en el año 204 a.c por un tribuno Cincius Alimentus, señalaba la
ley de una tasa de la fortuna del donante, mas allá de la cual prohibía la donación. El impedimento no
operaba con respecto a los parientes del donante dentro del 5to grado, los cónyuges y novios, algunos afines,
el patrono cuando el esclavo o el liberto le hacían donación y el pupilo favorecido por el autor.

Esta lex fue un ejemplo de ley imperfecta, o sea de norma carente de sanción, ya que no llevaba aparejada ni
la nulidad de la donación realizada en violación de sus principios, ni pena para los transgresores. La eficacia de
la prohibición contenida en la ley solo era asegurada por vías procesales. Esta excepción asumió carácter
personal y no pudieron oponerla los herederos del donante.

En el derecho postclásico, ya caída en desuso la lex, el emperador Constantino, con el objetivo de restringir las
donaciones, las revistió de requisitos formales, que consistieron en la redacción de un documento y en la
transcripción de él ante la curia de la ciudad o ante el presidente de la provincia (insinuatio). Con Justiniano la
formalidad de la insinuación solo se exigía respecto de las donaciones mayores de 500 sueldos, las superiores
no insinuadas eran nulas en cuanto al exceso. Para que no sobrepasen aquel monto, declaro eficaz incluso el
simple pacto sin formalidad alguna. La admisión del pactum donationis en la compilación justinianea imprimió
a la donación el carácter de actor típico, de instituto autónomo, del cual careció mucho tiempo.

La otra forma de restringir las donaciones por inter vivo era en determinados casos como en las donaciones
entre cónyuges que fueron vedadas por la legislación augustea para evitar que el efecto conyugal impulsara al
más indulgente de los esposos a empobrecerse a favor del otro.

Se llego a admitirse su revocabilidad por ingratitud manifiesta del donatario. El derecho clásico reconoció este
derecho al patrono contra el liberto; se lo otorgo después al padre y a la madre, si esta no hubiera pasado a
segundas nupcias. En el derecho postclásico la revocación pudo tener lugar por la supervivencia de hijos con
Justiniano llego a adquirir carácter general.

La acción revocatoria de una donación fundada en ingratitud del donatario fue eminentemente personal, de
forma que no podía intentársela contra sus sucesores, ni tampoco por los herederos del donante

Cuasicontratos: son aquellos lícitos (acordes a la ley, la moral y las buenas costumbres) que hacen nacer
obligaciones y no son contractuales porque carecen del acuerdo de voluntades. Ejemplo: si yo debo transmitir
un legado como parte de mi herencia, yo nunca me obligue voluntariamente a tener que darle, hacerle o dejar
hacer algo al beneficiario, sin embargo, el me lo puede reclamar mediante una actio.

Caen dentro de esta especial fuente de las obligaciones diversas especies particulares de relaciones no
contractuales que tienen la virtualidad de generar una obligación. Entre ellas: el legatum per damnationem y
la Sinendi modo, a la pollicitatio y el votum, la gestión de negocios, el enriquecimiento injusto y la comunidad
incidental.

1) El legatum per damnationem: era una disposición testamentaria que imponía al heredero la obligación
de transmitir al legatario alguna cosa que podía pertenecer a la herencia, al heredero o a un 3°. El
legado damnatorio creaba así una obligación a cargo del heres que el legatario podía exigir mediante
una acción personal la condictio certae rei. Análoga estructura presentaba el legatum Sinendi modo:
por el que el testador ordenaba al heredero que permitiera que el legatario se apropiara de un bien de
la herencia o del heredero. Este legado llamado “permisivo”, obligaba al heredero a una abstención,
cual era tolerar una apropiación, acordando al legatario una acción personal incerti para lograr su
cumplimiento actio ex testamento.
2) La pollicitatio y el votum: eran promesas unilaterales realizadas por una persona a la ciudad o a la
divinidad y tenían por objeto la ejecución de una obra o la entrega de una cosa a favor de ellas. El
cumplimiento de las obligaciones que se creaban para la ciudad o divinidad por medio de tales
declaraciones de voluntad se podía hacer valer por vía de la cognitio extra ordinem.

Teoría del enriquecimiento sin causa: cuando una persona lucraba a costa de otra sin estar asistido por una
causa jurídica, es decir, cuando el aumento patrimonial se funda en una relación jurídica injustificada. El
antiguo ius civil o otorgaba medio alguno para evitar el injusto enriquecimiento patrimonial. En la época
republicana y particularmente en el periodo clásico se reconoció la obligación de restituir los aumentos
patrimoniales injustificados mediante la “condictio” que tenia variantes:
a) Condictio indebiti: se concedía al que pagaba por error una deuda inexistente
b) Condictio ob causam datorum: se reclamaba la devolución de lo que una persona hubiese recibido en
atención a una causa licita que se esperaba y que no sucedió.
c) Condictio ob turpem vel iniustam causam: ejercitable para reclamar lo entregado a otro por una causa
ilícita.
d) Ex causa finita: se repetía lo que se hubiera dado o solamente prometido, sobre la base de una relación
cualquiera que no hubiera existido o hubiera cesado.
e) Sine causa: aplicable a todos los casos de enriquecimiento ilícito que no contaran con propia acción o
no encajara en los anteriores.

Gestión de negocios: acto voluntario de administración o de gestión de intereses ajenos, ejecutado sin
encargo de su titular y aun sin su consentimiento. Quien administraba se denominaba “negotiorum gestor” y
aquel en cuyo interés se realizaba la administración “dominus negotii”.

Caracteres:

 Bilateral, era siempre equiparado al mandato


 Cuasicontrato

Obligaciones:

Gestor:

 Concluir la gestión que había comenzado y consecuentemente realizar la rendición de cuentas,


transmitiendo las cosas que hubiere obtenido, con sus accesiones y lucros
 Ceder al dominus las acciones que a su favor nacieren como consecuencia del negocio
 Respondía hasta la culpa leve, respondiendo por caso fortuito en el supuesto de haber realizado
operaciones riesgosas a las que el dominus no solía dedicarse
 Quedaba obligado con los 3° y solo cuando se hubieran transmitido al dominus los derechos adquiridos
y las obligaciones contraídas, pasaba éste a ser titular de ellos.

Dominus:

 Resarcir los gastos originados por la gestión.


 Indemnizar los perjuicios que hubiera experimentado el gestor
 Liberarlo de las obligaciones asumidas a consecuencia de la administración

Requisitos:

 El gestor obraba por iniciativa propia. La GN producía plenos efectos aunque mediara oposición del
principal, pero en tal caso el gestor no tenía derecho a reclamar el resarcimiento de los gastos que
hubiera efectuado
 En el gestor la intención de crear una relación obligatoria a cargo del dominus
 Gestor tuviera conciencia de que el negocio que realiza era ajeno
 El gestor obrara en interés objetivo del patrimonio del titular, ya fuera para beneficiarlo, o evitarle un
perjuicio

Ejemplos: tutela y curatela.

Comunidad incidental: era fuente de relaciones obligatorias entre aquellos que por herencia o por consenso
llegaban a ser copropietarios de una misma cosa. La actio communi dividendo, o tratándose de coherederos la
actio familiae erciscundae, se ejercían no solo para lograr la división de la cosa común, sino también para
regular la división de los gastos que se hubieran realizados, de los beneficios logrados y de los daños que
pudieran haber experimentados los comuneros.

Unidad 17 efectos de las obligaciones


Cumplimiento normal: las obligaciones que pueden tener prestación positiva (hacer, prestar o dar) o negativa
(no hacer), tiene su efecto normal o necesario cuando el deudor cumple la prestación que tenía en beneficio
del acreedor en plazo, lugar y con las modalidades que los sujetos determinaron.

Objeto: es el hacer algo, prestar algo, no hacer algo, dar algo), de forma idéntica e integra. Hay 2 supuestos
ante la imposibilidad de este caso:

a) Dación de pago: el deudor debe ser solvente pero debe haber una imposibilidad de realización de la
prestación requerida. El acreedor no está obligado a aceptara. Se tazaran los bienes del deudor para
que saber con cuales o dando cuales se podía extinguir la obligación.
b) Beneficio de competencia: debía pagar hasta el límite de sus activos, reservando los esenciales para su
subsistencia. Era en casos de deudor insolvente

En cuanto al lugar de cumplimiento, se debía estar a lo convenido por las partes. Si ello no hubiera ocurrido,
dependía del tipo de objeto de la prestación, es decir, si eran muebles o inmuebles, donde se encontraran; a
ante la imposibilidad de determinación, el domicilio del deudor.

En relación al tiempo de cumplimiento de las obligaciones, ésta debía cumplirse exactamente en el plazo
establecido, es decir aquél acordado por las partes. Si no se hubiere convenido ningún plazo, el acreedor podía
exigir el cumplimiento, cuando quisiera, previo “aviso” (interpelación) al deudor.

Incumplimiento de las obligaciones:

Dolo: intención maliciosa, consciente y querida de incumplir una obligación, impidiendo la misma, o haciendo
que ella sea parcial o totalmente imposible (mato a mi caballo para que vos no lo tengas) en perjuicio del
acreedor. En estos casos el deudor siempre responde, no había estipulación valida que dejara sin efecto el
dolo y la indemnización se cambiaba por una indemnización.

Culpa: era toda conducta reprensible que provocara incumplimiento sin que mediara intención del deudor.
Obedecía a la impericia o negligencia, siendo indiferente que esta consistiera en una acción u omisión.

La idea de culpa habría aparecido en el derecho romano aplicada al delito de daño injustamente causado,
regulado por la lex aquilia. Posteriormente el concepto se traslado a la esfera contractual para caracterizar la
conducta del deudor que no cumplía la prestación debida por una actitud negligente o descuidada. La culpa se
tipifica así como lo opuesto de diligencia. Se diferencia la culpa extracontractual o Aquiliana de la culpa
contractual.

La culpa en la compilación justinianea se divide en:

a) Grave: negligencia extrema, un máximo descuido, no ver lo que cualquiera hubiera visto. Se
equiparaba al dolo en cuanto a sus efectos.
b) Leve: cuando no observaba algo que podría observar un hombre normal. Era de dos tipos: in abstracto:
no observa lo que habría observado un buen pater; in concreto: cuando al deudor le es impuesto el
cuidado que suele emplear en sus propios negocios.
c) Levísima: falta de diligencia extremadamente cuidadosa solo concebible en hombres demasiado
inteligentes, habiendo estado referida al daño injustamente causado regulado por la lex aquilia.

Para determinar la responsabilidad del deudor en lo que respecta a la culpa leva había que tomar en cuenta
los términos del contrato, porque el libre acuerdo de las partes podía aumentar o disminuir la responsabilidad
de los contrayentes. A falta de convención, el principio general que resulta de las fuentes es que el deudor era
responsable de toda culpa, si obtenía ventajas del contrato, mientras que respondía por culpa grave cuando
no estaba en manera alguna interesado. La responsabilidad por la culpa a partir del derecho clásico se
regulaba por el principio de utilidad que el negocio hubiera producido a las partes.

Este principio aplicado a casos particulares, condujo a consecuencias distintas.

Si el contrato se había hecho en el solo interés de una parte, esta respondía de toda la culpa y la otra de culpa
grave solamente. Ejemplo: en el contrato de depósito, en el que el depositante cargaba con toda culpa,
mientras que el depositario solo lo hacía por la culpa grave, ya que no recibía retribución por la guarda de la
cosa depositada.

Esta regla no fue aplicada rigurosamente y la jurisprudencia introdujo varias excepciones. En el caso de la
gestión de negocios, el gestor respondía de toda culpa aunque su gestión no era remunerada, en razón de que
nadie debía realizar negocios por otro si no ponía en ellos los cuidados de un buen padre de familia. En el
mandato, el mandatario respondía también de la culpa leve, no obstante la gratuidad del contrato. Es que el
mandato suponía una gran confianza de parte del mandante y el mandatario debía rechazarlo si no ponía en el
cumplimiento de la convención la diligencia de un buen pater. Sin embargo, los tutores y curadores solo
estaban obligados por culpa leve in concreto, a causa de que sus funciones constituían una carga publica a la
que, en general, nadie podía rehusarse. El que había obtenido el uso precario de una cosa solo era
responsable de la culpa grave, a pesar de que la convención se hacía en su interés exclusivo. Esta decisión se
explica, no solo porque el acreedor podía exigir la restitución de la cosa en cualquier momento, sino también
porque el precario no era originalmente una convención civilmente obligatoria, por lo cual el acreedor
contaba solo con el interdicto de precario y la reivindicación para hacerse restituir la cosa.

Cuando el contrato ofrecía un interés para ambas partes, como ocurría en los contratos bilaterales de
compraventa y locación, cada uno de los contratantes respondía de toda culpa. También esta regla admitió
excepciones, como el caso de los socios, al que se equiparo el de los condóminos en la gestión de los negocios
comunes, que solo respondían por la culpa leve in concreto. Motivaba esta excepción la falta de interés
práctico en imponerles mayores cuidados que los que acostumbraban poner en sus propios negocios, ya que
una mala administración les era tan perjudicial como a sus cointeresados.

Caso fortuito y fuerza mayor: el caso fortuito son los sucesos o imputables al deudor, hechos de la naturaleza,
hechos jurídicos que sustrajeron la cosa del trafico jurídico o actos humanos realizados por 3° con empleo de
una fuerza irresistible (guerra). En estos casos el deudor se libera de forma ipso iure de la deuda, dado que no
le corresponde a él el suceso. La fuerza mayor eran aquellas ocasiones que habiendo sido previstas, ninguna
medida de prevención podría haberlo evitado. También extingue en forma ipso iure.

Mora: se entiende por mora el no cumplimiento culpable de la obligación a su debido tiempo por el deudor o
la no aceptación de la prestación por el acreedor.

-mora debitoris: retardo o mora del deudor

-mora creditoris: retardo o mora del acreedor

Mora del deudor: requisitos

- la obligación fuera valida y estuviera provista de acción

-un debito obligacional exigible y vencido, que el deudor demoraba en hacer efectivo por causas que le fueran
imputables

-en el derecho justinianeo se exigió una intimación o interpelación que debía formular el acreedor para que el
deudor satisfaciera la deuda.

Este último requisito en algunos casos no era necesario: cuando la obligación era a término, en las
obligaciones nacidas del delito, cuando se hubiera hecho imposible por ausencia del deudor, en legados a
favor de iglesias o fundaciones pías y en el supuesto que el retardo del cumplimiento de la prestación
equivaliera o significara un total incumpliendo.

Efectos:

- Tenía el efecto de agravar la responsabilidad.


- El vínculo obligacional subsistía
- Se obligaba por los daños y perjuicios, por los frutos naturales y civiles, de los intereses del capital
debido computado desde el día de la mora.
- No se libera de la obligación por caso fortuito o fuerza mayor sobreviniente a la caída en mora.

Mora del acreedor: cuando este rechazaba sin causa justificada, la oferta del pago integro y efectivo de la
prestación debida por el deudor. Para que el acreedor incurra en moda debe haber una oferta real por parte
del deudor y una interpelación. En la época justinianea si el acreedor seguía en mora tras la interpelación se
dio el “pago por consignación” de esta forma se depositaba el dinero y el deudor extinguía la obligación de
manera ipso iure.

Cesación de la mora:
 Deudor: por el cumplimiento de la prestación o por ofertas válidamente realizadas de pago integro de
la deuda.
 Acreedor: aceptación del pago realizado o por manifestación inequívoca de que estaba dispuesto a
recibir la prestación debida.
 Se extinguía por acuerdo expreso o tácito de las partes. Y se purgaba en caso de retardo reciproco.

Sanción por el incumplimiento de las obligaciones: los daños y perjuicios debían abarcar:

 Daño emergente: la pérdida realmente sufrida, o sea la disminución del patrimonio.


 Lucro cesante: la utilidad o ganancia que hubiera dejado de percibir por el incumplimiento de la
obligación.

Revocación de los actos realizados por el deudor en perjuicio o fraude del acreedor : esto se configuraba
cuando un deudor consciente realizaba actos fraudulentos de transmisión de bienes, tanto a titulo oneroso
como gratuito, con la intención de caer en insolvencia para perjudicar a su acreedor.

En esta situación el pretor comenzó dando interdictos restitutorios hasta que se configuro la Acción Pauliana:
para ejercerse debía haber una merma real en el patrimonio del deudor, debía haber un 3° cómplice, debía
haber intención fraudulenta.

Podía ser exigida por el acreedor y se daba contra el 3° que conociendo la situación de fraude había realizado
el acto excepcionalmente contra el de buena fe adquiriente a título gratuito.

Efectos: volver todo al estado anterior para que lo tenga el deudor.

Cumplimiento forzado (bonorum venditio ): era el procedimiento por el cual se perseguía el cumplimiento de
una obligación y consistía en la enajenación del bloque del patrimonio del deudor (tanto bienes como deudas)
y tenía 3 etapas: a) missio in bona: desapoderamiento de los bienes del deudor ordenado por el magistrado,
que los ponía en posesión del acreedor y si era más de 1 al curador bonorum; b) actos preparativos de la
venta: designación del magister que realizaba un inventario, administraba; c) enajenación al mejor postor: se
subastaba al bonorum emptor. Este procedimiento tachaba de infamia.

Extinción de las obligaciones: conceptos generales: hay extinción de la obligación cuando cesa la relación que ligaba a los
sujetos con las consecuencias jurídicas que de ella se siguen. En el derecho romano las causas de extinción producían
distintos efectos. Unas veces el deudor quedaba liberado de pleno derecho (ipso iure) por lo que se consideraba
extinguida sin más la relación obligacional, desaparecida total y definitivamente el vínculo que ella entrañaba. Otras
veces la obligación subsistía, pero se la privaba de eficacia, denegando el pretor la acción, o lo que era más frecuente,
concediendo al deudor una exceptio para enervar la actio ejercitada por el acreedor. Esta privación de eficacia per
exceptionem, exceptionis ope, era propia del derecho honorario.

Modo de extinción ipso iure: la obligatio se extinguía de pleno derecho cuando el deudor observaba el
comportamiento a que estaba obligado frente al acreedor. En el derecho quiritario, sin embargo, el simple
cumplimiento de la prestación no extinguía el vínculo, y si la obligación se había constituido por un contrato
solemne, como fueron los del primitivo derecho, era menester para su extinción una análoga e inversa
solemnidad. Tal fue la solutio per aes et libram respecto de las obligaciones nacidas con las formalidades de la
mancipatio y la acceptilatio para las obligaciones contraídas verbis.

Solutio per aes et libram era un modo formal iure civile que se realizaba con el mismo rito de la mancipatio,
es decir, mediante el procedimiento del cobre y la balanza. El deudor pronunciaba una formula por la cual se
proclamaba independientemente y liberado del vinculo que lo sometía al acreedor, y golpeando la balanza con
un trozo de cobre lo consignaba a favor del titular del crédito.

Al principio era un acto de pago efectivo por cada obligación que se debía extinguir. Después se fue
transformando en un medio formal y simbólico, aplicable a pocos casos. Por fin, abolidas las formas del agere
per aes et libram en el derecho justinianeo, desapareció la solutio como modo de extinguir las obligaciones.

Acceptilatio otra causa solemne de extinción de las relaciones obligacionales fue la acceptilatio, consistente
en una respuesta del acreedor, que a la pregunta del deudor respondía haber recibido el pago. En un principio
sirvió para extinguir, después de efectuado el pago, las obligaciones nacidas verbis, esto es, las que se
perfeccionaban con solemnidades orales. Más adelante se transformo también en una imaginaria solutio,
llegando a ser un medio formar de remisión o condonación de una deuda, tanto para los contratos verbis,
cuanto para los litteris, siendo necesario en este caso una anotación en los libros de contabilidad del acreedor.

A fin de que pudiera empleársela para extinguir también otras obligaciones, se acostumbraba a cambiar estas
en un contrato verbis por medio de la stipulatio llamada Aquiliana, por el nombre del jurisconsulto de la época
republicana Aquilio Galo, quien fue el primero en sugerir tal procedimiento. En el derecho justinianeo, caída
en desuso la antigua obligatio litteris, solo quedo subsistente la acceptilatio verbis.

Pago: el modo natural de extinguir las obligaciones con todos sus accesorios lo constituye el pago. En su
acepción más amplia significa la disolución del nexo obligatorio y, en consecuencia, comprende todos los
modos de extinción de las obligaciones. Para que el pago se produzca ipso iure sus efectos liberatorios tienen
que reunir ciertos requisitos:

 Sujetos de la relación: aptitud legal del deudor para pagar. El mismo deudor debe realizar el pago o un
representante legitimo.
Que el acreedor fuera capaz de recibir el pago, caso contrario, debía pagarse a un representante legal.
 Prestación: debía satisfacer íntegramente y tal como lo habían convenido las partes. Hubo
excepciones:
a) Beneficio de competencia: se reconoció a ciertos deudores pagar parcialmente, reservándose lo
indispensable para su subsistencia. Justiniano lo extendió a todo deudor que se encontrara en
situación de insolvencia, quedando obligado por el saldo de lo pagado cuando mejorase de fortuna.
b) Dación en pago: satisface la deuda con una prestación distinta de la convenida. Justiniano
estableció que cuando el deudor fuera solvente y no pudiera procurarse dinero, debía ofrecer en
pago bienes inmuebles, valuados mediante justa estimación.

Lugar: atenerse a lo convenido, a falta de convención, si era inmueble donde estuviere situado, si eran
cosas muebles donde se encontraran. No pudiéndose aplicar estos principios, el lugar de pago era el
domicilio del deudor.
Tiempo: el deudor podía liberarse pagando antes de su vencimiento. Si no se había convenido termino
alguno, el acreedor le era permitido solicitar el pago cuando deseare, incluso inmediatamente pero
tenía que invitar al deudor a pagar formalmente.

 Instituciones de pago:
Imputación de pago: varias deudas en dinero con un mismo acreedor y no se había convenido la forma
en que debía satisfacer la prestación debida. Reglas de preferencia.
a. Se entendía 1° extinguida la deuda vencida que la no vencida
b. Se entendía 1° extinguida la deuda más gravosa que la menos grave.
c. Se entendía 1° extinguida la deuda por interés, que por capital.
 Pago por consignación: ante la mora del acreedor el derecho romano autorizo al obligado a consignar
en público la cosa debida. En el derecho justinianeo el pago de deudas resultantes de documentos
debía probarse con 5 testigos o mediante recibo, el que solo tenía validez si pasados 30 días el
acreedor no lo impugnaba mediante la exceptio non numérate pecuniae.

Novación: sustitución de una obligación por otra, o la transposición del contenido de una primitiva por otra
nueva.

Clases:

 Subjetiva: sustituye el sujeto.


Activa: acreedor
Pasiva: deudor
 Objetiva: sustituye el objeto (es admitida en el derecho justinianeo)

Requisitos:

 Existencia de una obligación precedente, que debía quedar extinguida


 La obligación nacida tenía que ser civil o naturalmente valida
 Que se verificara mediante l contrato verbal de stipulatio
 Que la novación contuviera un elemento nuevo que diferenciara la naciente obligación de la anterior
 Derecho clásico se exige que tuviera idéntico objeto que la primitiva obligación. En el derecho
justinianeo desaparece el concepto clásico de novatio y deja de exigirse el idéntico objeto.
Justiniano inspirado en las escuelas romano orientales, introduce como nota característica de la
novación un elemento subjetivo o intencional, el animus novandi, que viene a reemplazar al elemento
objetivo del ídem debitu.

Efectos:

 Extinción de pleno derecho de la obligación anterior


 Se extinguían los derechos pignoraticios y las finanzas constituidas
 Cesaba el devengo de intereses
 No se podían oponer las excepciones que admitía la extinguida, salvo la nulidad (si estaba viciada la
obligación precedente).

Confusión: se extinguía ipso iure la relación obligacional por confusión, cuando venía a reunirse en una sola
persona las cualidades de acreedor y deudor. Operaba mediante sucesión a titulo universal, como si el deudor
resultaba heredero del acreedor o viceversa, y en algunos casos por título singular, como cuando el acreedor
hipotecario adquiría de su deudor el inmueble sometido a hipoteca. Este modo de extinción no era solo
aplicable a los derechos creditorios, sino que se presentaba también en los derechos reales sobre cosa ajena,
como ocurría en las servidumbres reales, que se extinguían por confusión en caso de que el fundo dominante
y el sirviente se hicieran de propiedad de la misma.

Muerte y “capitis deminutio”: habían ciertas obligaciones que se extinguían ipso iure por la muerte de uno de
los sujetos. Casos como por ejemplo las obligaciones delictuales (las derivadas de la sponsio y la fidepromissio
y las intuitu personae) que se extinguían por la muerte del deudor- otras obligaciones fundadas en relaciones
de confianza también se extinguían por la muerte de cualquiera de los sujetos de las relaciones contractuales,
tales como los contratos de sociedad o de mandato.

Con respecto a la capitis deminutio el pretor procuraba defender el interés de los acreedores, es por eso que
admitió que cuando halla:

 capitis deminutio minima (el sui iuris pasa a ser alieni iuris por adrogación, legitimación o conventio in
manu) una ficción la tuviera por no sucedida a fin de que los acreedores pudieran seguir al deudor con
las mismas acciones que tenían antes de la capitis deminutio.
 Si en cambio se trataba de capitis deminutio máxima, el pretor concedió a los acreedores del deudor
una acción para dirigir contra los que hubieran adquirido sus bienes.
 En caso de capitis deminutio media, la obligación no se extinguían ya que los acreedores entraban en
posesión de los bienes del deudor, a quien podían ejecutar para el cobro de sus créditos.

Modos de extinción exceptionis ope

Compensación: “contribución de una deuda y de un crédito entre sí”. Se presentaba cuando el deudor oponía
al acreedor un crédito que tenía a su vez contra este.

Evolución:

 Derecho antiguo: no podía ser opuesta por el deudor por excepciones, por el procedimiento de las
acciones de la ley, no cabía la al demandando interponer la exceptio.
 Procedimiento formulario: se admitió la exceptio pero solo alcanzo los juicios de buena fe, en los
juicios de derecho estricto no cabía compensación
 Derecho justinianeo: la compensación se convirtió en una institución única (desaparecida la distinción
entre los juicios de buena fe y de derecho estricto ) y generalizada para operar la extinción de las
obligaciones.

Exigencias:
 Era necesario que hubiera identidad de los sujetos
 Que ambas deudas fueran validas
 De cantidad cierta
 Exigibles civilmente
 De plazo vencido
 Y si fuesen condicionales, que se haya cumplido la condición
 Que el crédito fuera de = naturaleza que el contrato.

Transacción: pacto por el cual las partes, mediante concesiones reciprocas, ponían fin a un pleito planteado
entre aquellas y evitaban un litigio por sobrevenir, ya versare sobre las obligaciones o derechos de origen
extracontractual, se denominaba transacción. Para hacer efectiva la transacción, el derecho clásico otorgo 2
defensa: exceptio doli (tendiente a impedir que uno de los sujetos de la relación pretendiera hacer revivir la
obligación extinguida), exceptio pacti (como medio de tutela general para garantizar el cumplimiento del
acuerdo) En el derecho justinianeo fue un contrato innominado, por lo que contaba con la APV.

Requisitos:

 La obligación de que se tratara fuera litigiosa o discutida judicialmente o insegura para las partes
 Que los sujetos se hicieran concesiones reciprocas, renunciando o sacrificando parte de sus exigencias

Efectos:

 Extinción de las obligaciones a las cuales las partes habían renunciado al celebrar el acuerdo
 Al tratarse de obligaciones litigiosas, producían consecuencias análogas a la cosa juzgada o juramento
decisorio, que ponían fin al litigio
 Las garantías que acompañan las obligaciones objeto de la transacción se extinguían dado por su
carácter accesorio

Prescripción liberatoria: si el acreedor ejercitaba su acción para el cobro de crédito, vencido el término legal
(30 años fijado por Teodosio II) podía el deudor repeler la pretensión con una exceptio temporis. Evitaba una
condena, dado que el transcurso del tiempo había operado la liberación de la deuda

Unidad 18. Cuasidelitos


Delitos: el delito es todo acto ilícito castigado por una pena. Se conocieron 2 categorias: delitos públicos,
llamados crimina, que lesionaban a la comunidad como tal y que el Estado perseguía y sancionaba con una
pena publica, y los delitos privado, llamados delicta, que eran hechos antijurídicos que provocaban lesión a un
particular, a su familia o su patrimonio, y que se castigaban con una pena privada de carácter pecuniario.

En tiempos antiguos esta penalidad (el castigo por el cual se infligía al autor para que expiara su delito y diera
satisfacción a la victima) tenia carácter retributivo y podía hacérsela efectiva bajo forma de venganza privada,
en el cuerpo del autor, solo restringida luego por la ley del talion. Posteriormente la venganza es reemplazada
por una “composición” que primero fue voluntaria y después legal, y que asumió el carácter de una pena
pecuniaria, fija, impuesta por el juez ante la acción del ofendido y a favor de este. Tenía efecto una sanción
pecuniaria de carácter privado que debía pagarse a la parte lesionada, la cual contaba con el derecho de
proceder judicialmente para obtener el resarcimiento cuando hubiera también experimentado un daño
patrimonial.

La categoría de delitos privados de delitos privados se fue reformando y así reconoció el derecho clásico 4
clases de ello: el hurto, rapiña, el daño injustamente causado y la injuria.

En tanto a lo referente a los crímenes del derecho publico, nos vamos a enfocar en los delicta, en tanto ellos
constituyeron fuentes de obligaciones reguladas por el derecho privado. Postclasica es la categoría del
cuasidelito, integrada por los actos ilícitos que el pretor perseguía por actiones in factum y que mas adelante
ingresaron al cuadro de obligaciones quasi ex delicto nascuntur.

La primera particularidad de las acciones emergentes de los delitos privados del derecho civil en la
“intransmisibilidad”, ya que ellas no pasaban a los herederos del ofendido, ni se daban contra los herederos
del ofensor. Esta característica fue restringida al admitirse la transmisión de las acciones a favor de los
herederos de esta, a excepción de las llamadas actiones vindictam spirantes, que nacian en aquellos casos en
que la ofensa aparecia como estrictamente personal.

Otra característica a las acciones penales es la “acumulabilidad” que hacia que el ejercicio de una acción no
impidiera al ofendido intentar cualquier otra a la vez.

Las acciones nacidas de los delitos privados se caracterizaban por la “noxalidad”, que autorizaba a perseguir a
la entrega del autor del delito al ofendido. La acción no era intentada contra el autor sino que contra el
dominus o el pater, quienes se podían librar pagando la indemnización.

La “perpetuidad” es otra característica que permitía al lesionado poder accionar en cualquier momento sin
que el transcurso del tiempo afectara su derecho. Las acciones que nacían de los delitos pretorianos no
presentaban tan peculiaridad, porque se extinguían en el transcurso de un año a contar desde el momento en
que se había cometido el acto ilícito.

Furtum era la sustracción fraudulenta cometida con un fin de lucro de una cosa mueble ajena, como el uso
ilícito o la indebida apropiación elle por parte de quien ya retenía la cosa con el consentimiento del
propietario. De ahí que en el derecho justinianeo los casos de furtum abarcaran las hipótesis siguientes: la
sustracción de la cosa (furtum rei), el uso ilícito (furtum usus) y la indebida apropiación (furtum possessionis).

El hurto requiere varios elementos.


a) Uno objetivo, la ilícita injerencia en la cosa, en cuyo concepto está comprendido tanto el furtum rei
como el furtum usus y el furtum possessionis.

b) Uno subjetivo, que se traducía en la intención fraudulenta del acto dirigida a obtener un provecho o
lucro.

c) El delito tenía que recaer sobre una cosa mueble. Aunque en el derecho antiguo se reconoció el hurto
de inmuebles, que desde la época clásica quedo desechado.

Desde la ley de las XII tablas el derecho romano distinguió el furtum en manifestum y nec manifestum.
Manifestum se denominaba aquel en el cual el ladrón era sorprendido en flagrante delito, nec manifestum si
se trataba de un hurto no flagrante. Si el autor de un furtum manifestum era aprehendido de noche, o siendo
de día se defendía con armas, podía ser matado por la victima, una vez que hubiera requerido a los vecinos
como testigos.

Los jurisconsultos republicanos distinguieron también el furtum conceptum, que implicaba la tenencia de la
cosa furtiva prescindiendo del hecho de ser autor del delito, del furtum oblatum, que era el acto de poner la
cosa hurtada a disposición de un 3° para que fuera en poder de él que se la encontrara.

La persona víctima de un furtum podía valerse de acciones penales para obtener el pago de una suma de
dinero a su favor en concepto de pena y de reipersecutorias para lograr la recuperación de la cosa sustraída.

El pretor avanzando sobre las disposiciones de la lex de las XII tablas, introdujo una actio furti manifesti por el
cuádruplo del valor de la cosa sustraída.

Además del lance licioque adquiere posterior desarrollo un registro domiciliario hecho simplemente ante
testigos. Al convicto del hurto no se lo consideraba ya fur manifestum y respondía por el triple del valor de la
cosa que se demandaba por medio de la actio furti concepti. Si el objeto del hurto era ocultado en la casa por
el verdadero autor, el dueño o habitador podía dirigirse contra el delincuente por la actio furti oblati para el
exigirle el triple del valor de la cosa ocultada. Posteriormente se crearon otras dos acciones, la actio furti
prohibiti X4 cuando se prohibía el registro, y la actio furti non exhibiti, contra aquel que no presentaba ante el
juez las cosas halladas en su casa como consecuencia de la requisa.

Sin perjuicio de la actio furti y en razón de que la víctima no perdía por el hurto los derechos que como
propietario o contratante le correspondían, podía valerse también de acciones reipersecutorias como la
reivindicatio, la actio ad exhibendum, la actio depositi o la actio commodati para lograr la restitución de la
cosa o el pago de la indemnización por los daños y perjuicios sufridos por su privación. Todavía le era
concedida al propietario con fines reipersecutorias una condictio furtiva o ex causa furtiva ejercitable aun
contra los herederos del autor, porque no tenía carácter pernal, ni se necesitaba que el demandado estuviese
poseyendo la cosa.

Rapiña: furtum agravado por el ejercicio de violencia, o por ser llevado a cabo en banda 66 a.c se crea la actio
vi bonorum raptorum y con ella se confecciona este delito. Perseguía el cuadruplum del valor de la cosa (3/4
de pena y ¼ para el damnificado por eso algunos la veían como mixta y no solo penal). Todos debían
responder por todo. Pasado el año solo el valor simple. La victima contra los actores.

La actio vi era acumulable con la actio furti siempre que se usara primero la furti.
Iniuria en su acepción especifica, era una lesión física o corporal infligida a una persona, o cualquier otro
hecho que importara un ultraje u ofensa.

En una evolución posterior el pretor modifico el sistema de la ley de las XII tablas, dando cabida en el concepto
de injuria a las ofensas morales de cualquier índole. También en esta época aparece restringido el delito a los
casos en que el autor hubiera obrado con intención dolosa, quedando al margen los daños físicos o morales
provocados por culpa o imprudencia. También se debe al pretor la concesión de una acción especial para
castigar los casos de injuria, la actio iniuriarum, llamada también actio aestimatoria. Por medio de ella el
ofendido podía perseguir el pago de la pena que él estimaba, en relación a la ofensa recibida, salvo eventuales
reducciones efectuadas por el juez, quien juzgaba ex bono et aequo. En las injurias atroces, la aestimatio la
hacia el pretor. La condena resultante de la actio iniuriarum tenía carácter infamante y la acción no se
transmitía, ni activa ni pasivamente, a los herederos.

Con la lex Cornelia de iniuriis del tiempo de Sila y luego con el derecho imperial se agregan mas concepto a
esta clase. Se llegan a comprender las lesiones más leves corporales y las lesiones menores de los derechos de
la personalidad.

Damnum inuiria datum es el acto ilícito realizado por una persona, con o sin intención de dañar, que irroga en
un perjuicio a otra. El desenvolvimiento de este delito proviene de la lex Aquilia de damno, 286 a.c, la ley
completo algunas figuras particulares de daños, consagradas desde las XII tablas, que contemplaban la
reparación del perjuicio injustamente inferido a cosas ajenas en diversos supuestos, para los cuales se
acordaban acción particulares. Así la actio de pauperie, por los daños producidos en los animales
cuadrúpedos; la actio de pastu pecoris, por la devastación de los pastos ajenos; la actio de arboribus succisis,
por la tala de árboles y el daño a las plantaciones y la actio de aedibus incensis, por el incendio de una casa.

La lex Aquilia, habría constado de 3 capítulos. El 1° establecía las penas aplicables a las personas que hubieran
dado muerte injustamente al esclavo de otro o a un animal perteneciente a un rebaño ajeno, casos en los
cuales se debía al propietario el valor máximo que tuvieran en el último año. El 2° extraño al tema del daño
injustamente causado, regulaba la indemnización que debía pagar el adstipulator que hubiera perjudicado al
acreedor al condonar sin su consentimiento, la obligación del deudor. El 3° capitulo consagraba una sanción
para la persona que hubiera ocasionado cualquier daño o deterioro sobre cosas pertenecientes a un tercero,
con el valor que ella tuvieran en el último año. Las normas del primero y del tercer capítulo permitieron a la
jurisdicción del delito, ya con la creación de nuevas hipótesis de daño y la concesión de acciones en casos y a
personas no previstas, ya por extensión de la valoración del daño al interés directo o indirecto que la cosa
tenia para el propietario que lo hubiere experimentado.

La lex Aquilia exigía para su aplicación la presencia de determinados requisitos:

a) Acción positiva que hubiera provocado el daño, no bastando la simple omisión.

b) Acción que fuera consecuencia de una Iniuria, esto es, no debida al ejercicio de un derecho o por la
autorización del propietario, ni por necesidad o legítima defensa.

c) Acción producida por dolo o al menos por culpa, aunque esta fuese mínima.
d) Se exigía un damnum corpore corpori, es decir, que el daño fuera consecuencia directa del esfuerzo
físico empleado por el autor sobre la cosa misma.

e) Era necesario que hubiera un nexo causal entre la acción y el daño irrogado.

También era aplicable en materia contractual si existía una relación obligatoria entre la víctima y el autor del
daño, en cuyo caso concurría, electivamente, con la acción del contrato. Así, cuando un depositario hubiera
destruido o deteriorado injustamente la cosa entregada en custodia, podía ser perseguido por el depositante
por medio de la actio legis Aquiliae o por la actio depositi.

Cuasidelitos: eran análogos a los delitos en el hecho objetivo. Su formación obedeció a una tendencia que
llego a asignar mayor relieve a la culpa en el concepto y en las consecuencias del delito. Sin embargo, el
derecho romano no habría percibido la diferencia estructural que media entre el delito y el cuasidelito,
caracterizado aquel por la intención dolosa y este por el hecho culposo o negligente.

Según Justiniano cuasidelito es “todo hecho que entrañara una actitud antijurídica”. Ya el derecho pretorio los
considero actos ilícitos y mediante el otorgamiento de acciones penales in factum conceptae se admitió que la
victima pudiera perseguir el pago de una indemnización de carácter pecuniario. La categoría justinianea de los
cuasidelitos se integra pos los siguientes actos ilícitos:

 Effusum et delectum: se daba la acción de effusis et deiectis contra el habitador de un edificio desde el
cual se arrojaba algo a un lugar de tránsito, ocasionando un daño.
- si el daño afecta a la cosa = respondía por el duplum
- si una persona libre resultaba muerta = indemnización de 50.000 sestercios
- si solo era herida = se sometía al arbitrio del juez la estimación de la indemnización.

 Positum et suspensum: acción de positis et suspensis se concedía por el pretor contra el habitador de
una casa que colocaba o suspendía un objeto de manera que con su caída causara daño a un
transeúnte. Era una acción popular, respondía por dolo o negligencia y la multa era de 10.000
sestercios.

 Si iudex litem suam facerit: el pretor otorgaba una acción in bonum et aequum conceptae, contra el
juez que por dolo o por negligencia haya pronunciado una sentencia fraudulenta o errada. La pena era
resarcir el valor del litigio.

 Responsabilidad de nautae, caupones y stabularii: los armadores, posaderos y encargados de establos


o caballerizas se obligaban mediante acciones in factum por el doble del valor de los hurtos y daños
cometidos por sus dependientes, en la nave, el albergue o el establo.
Unidad 24:
El derecho romano en la edad media:

Justiniano con convicción de evitar alteración alguna del trabajo codificado, prohibió con severas penas
cualquier publicación, mas siendo el latín, lengua ajena a los griegos y con la cual fue hecha la redacción y
publicación del corpus, pronto aparecieron traducciones griegas de las institutas, digesto y el código, y este
hecho fue más allá de lo deseado por el emperador, en tal aparecieron redacciones de índices, paráfrasis,
comentarios que a la mano dieron extensión a la ciencia del derecho, mas dieron un incierto a la compilación
de Justiniano. Así aparecieron los resúmenes de Teófilo, Doroteo, autores de las institutas y los profesores de
Constantinopla Cirilo y Estéfano.

En oriente: paráfrasis de Teófilo

Paráfrasis realizada en lengua griega a las Institutas de Justiniano, por el mismo Teófilo uno de sus redactores,
es una exegesis de tales institutas, realizado meses luego de la inmediata compilación. Allí radica el merito
para dar iluminación del verdadero significado de algún texto justinianeo con relación al derecho anterior.

Manuales de derecho de los emperadores bizantinos

Al ser olvidada la prohibición de Justiniano, la literatura jurídica bizantina aumento vertiginosamente,


ocasionando dificultad a la práctica del derecho en los tribunales de justicia, y al caer en desuso la lengua
latina, ocasiono el apresuramiento de los emperadores, a dar origen a codificaciones oficiales en lengua
griega con relación al caótico derecho del momento.

León el Isáurico, fue el primer emperador que quiso dar solución al problema promulgando una codificación
nueva llamada la Égloga, no para dar remplazo a la compilación justinianea, sino, para darle accesibilidad
tanto en su lengua como en su espíritu a la interpretación del derecho a su pueblo griego.

Corriente continuada por el emperador Basilico Macedonio que confecciono dos breves colecciones con
carácter general de la compilación justinianea, llamadas el prochiron y el Epanagoge.

Las basílicas

El mismo Basilico, quiso dar supresión a la compilación justinianea con la colección griega llamada las basílicas,
centrada en resúmenes griegos de aquello que era la esencia del derecho justinianeo, mas dicho emperador
murió antes de realizar dicha meta y fue su hijo León el Sabio, quien llevo a cabo dicha propuesta, tuvo elogios
e importancia y fue merodeada de amplias explicaciones llamadas Escolios, a los que se les otorgo valor oficial,
repercutiendo su maniobrabilidad en el mundo oriental puesto que quiso modernizar el derecho. Mas este
resulto también desproporcionado para la escasa cultura de la época, dando así decaimiento a la legislación
justinianea, en tal situación se dio origen a índices y repertorios que facilitaran su manejo, en los que se
nombran el índice Sinopsis Basilicorum y el repertorio llamado Tipucitus.

Hexabiblos
A finales del imperio bizantino, se realizo el postres intento doctrinal del derecho romano, por el juez de
Tesalónica, Constantino Armenopulo, que publica un manual legun en 6 libros, al que se le llama hexabiblos y
es así que por varios siglos subsiste el derecho romano en la Europa bizantina.

En occidente

Luego de la caída del imperio romano en occidente en el año 476, el derecho romano mantuvo su vigencia a
través de leyes romano bárbaras, promulgadas por caudillos germánicos, mas este débil sobrevivir se
fortaleció y enriqueció, luego de que Justiniano reconquistara la península en el año 554 y sancionara la
sanctio pragmática pro petition evigilii, en la que se disponía la aplicación del corpus en todo el territorio y se
diese la abrogación del edicto de Teodorico.

Poco tiempo después de la muerte de dicho emperador, dichos territorios fueron reconquistados por los
barbaros longobardos, pueblo que pone su ahínco en el desarrollo a su juridisprudencia con su escuela de
pavía, dejando al margen el derecho romano, este quedo en el oscurantismo, mas mantuvo un hilillo de vida
en una escasa literatura de epitomes de obras antiguas, pequeñas glosas agregadas a tales obras, algunas
colecciones de formularios etc. Mas al alborear del renacimiento y al trasladarse la escuela de Pavía a Bolonia,
resurge en dicha nueva escuela el derecho justinianeo y este con su autoridad a avasalladora pronto anulo el
derecho longobardo, y es así que por antonomasia se le considera uno de los primeros renacimientos que
causaron interés por el estudio de la antigüedad clásica griega y romana.

Irnerio y los glosadores

En 1090 el monje Irnerio, profesor de gramática de la escuela de Bolonia, descubrió en la biblioteca de Pisa un
manuscrito del digesto, llamado el manuscrito pisano y más tarde llamado el manuscrito florentino. Con un
momento político, económico y cultural propicio para la utilización de tal hallazgo, Irnerio inicia un estudio
filológico sobre él y esta llama la atención de distintos juristas, así, se agruparon ante la personalidad de
Irnerio un grupo de alumnos de distintos países europeos.

El método utilizado por la escuela de Bolonia, llamada escuela de los glosadores, era el unir sus propias
explicaciones al texto del corpus iuris, ya fuera intercalándolas en sus textos, o escribiéndolas al margen, con
el fin de buscar paralelismo den citas dispersas y completando así los déficits contradictorios. Dicho trabajo
sistemático en comentarios del derecho justinianeo, fue recolectado por Acursio en el año 1250, al que le
llamaron Gran Glosa o Glosa Acursiana.

Escuela de los comentaristas o postglosadores

Como continuación de los glosadores, alcanza su cumbre en el siglo XIV, la escuela de los comentaristas o
postglosadores, con sus eminentes figuras de Bartolo de Saxo ferrato y Baldo de Ubaldia. Estos, contrario a los
jurisconsultos romanos se extendieron en generalizaciones, con divisiones y subdivisiones y oposiciones
sutiles, más todo vacio de originalidad. A pesar de su repercusión, se alejaron de los textos de Justiniano
dando origen a teorías bastardas con disfraz justinianeo. Aunque fueron los autores de este terrible declive, se
les considera como la escuela fundadora de la juridisprudencia moderna.

Recepción del derecho romano en la Europa medieval


El fenómeno de recepción del derecho romano, fue la penetración del tal ordenamiento en la vida jurídica de
los diversos derechos de la edad media en los países europeos.

Alemania fue uno de los pioneros de tal evento, Francia se fracciono en dos, en uno escrito romanista, y el
otro consuetudinario germano hasta 1804 en que Napoleón da la unificación, España mantuvo el influjo
romanista con la lex romana visigothorum.

El único país europeo que se resistió a la recepción de derecho romano fue Inglaterra, dando así origen al
cammonlaw, con cierta impregnación romanista, de allí que surja el nuevo sistema jurídico anglosajón.

Derecho romano en la edad moderna

Con el advenimiento de esta edad, siglo XV, surgen series de escuelas que asumen distintas actitudes con
relación al corpus, como derecho Europeo fundamental.

Escuela humanista

Es la primera escuela de dicha época, la cual toma posición ante el derecho romano, y lo expone solo como
tema de interés histórico o sociológico, puesto que consideraba que sus normas no eran aplicables ha dicho
cambiado tiempo, puesto que habían transcurrido más de 1000 años.

Juristas del humanismo tenemos a Alciato, Cujacio, Godofredo y Dónelo, estos reclamaron un regresar a las
fuentes, libres de falsificaciones, errores. Esta tendencia floreció en Francia y luego paso a Holanda y se
convirtió en la jurisprudencia elegante.

Escuela del derecho natural

Escuela que surge al mismo tiempo y fundamento su teoría en el racionalismo del siglo XVII y XVIII. Dicha
escuela rompe el equilibrio entre derecho natural y positivo. Dan defensa del primero y sostienen que en él, se
puede elaborar un derecho perfecto, eterno e inmutable a todo tiempo y lugar. Mostraron simpatía al
derecho romano, pues de allí afirmaban que era un derecho derivado de la razón misma, la que ellos mismos
pregonaban como la ideal.

Sus sostenedores eran Grocio, Heinecio, Tomasio y Leibniz

El derecho romano en la edad contemporánea

Escuela histórica

Surge a inicios del siglo XIX, con su exponente Savigny, es la reacción contra el derecho natural abstracto que
pretendía estar fundado en principios de validez universal. De igual busca la reivindicación a las fuentes sin el
utilitarismo de los teóricos. Afirma que el derecho es un producto del espíritu del pueblo a semejanza del
idioma, el arte, etc. Por tal busca el retorno al derecho romano, concebido como el más magnifico exponente
de la cultura occidental.

Escuela de las pandectas


Es la heredera de la escuela histórica, se le llama escuela de las pandectas, puesto que desarrollo sus
principios a la luz del derecho romano y propugno un retorno a él y aspirando que se le aplicase como
derecho vigente. Es así que se le llama segunda vida del derecho romano.

Movimiento codificador

Los movimientos surgidos por el humanismo, el iusnaturalismo racionalista, el historicismo y la pandectistas


alemana revitalizaron el derecho romano positivo y lograron la recepción medieval.

El movimiento codificador del siglo XIX puso fin al derecho romano como derecho vigente y allí tenemos el
código de Napoleón, herramienta básica para la interpretación de las legislaciones que en él se inspiraban. A
partir de 1900 con la sanción del código civil alemán y donde se determina la supresión de las pandectas,
pierde el corpus su influjo, fecha a la que se le llama la crisis del derecho romano.

Derecho romano en la república Argentina y su influencia en el derecho nacional.

Siguiendo el erudito trabajo del profesor Díaz Bialet, titulado la recepción del derecho romano en la
Argentina, término que luego el autor lo denomina como la trasfusión del derecho romano al derecho actual.

En dicho estudio, para la Argentina, se destacan 4 periodos.

El primero inicia a mitad del siglo XVI en que se inicia la organización político-jurídico colonial, hasta la
fundación de la universidad de Córdoba en el año 1614, aquí el aporte del derecho romano está implícito en
el aporte a la legislación canónica, a la de indias y a la castellana, aplicable a todos los dominios de Castilla; el
ordenamiento legal de Alfonso el Sabio fue el que tuvo su mayor difusión y su glosa su mayor propagación.

Segundo periodo, desde la fundación de la Universidad de Córdoba, hasta la creación de su cátedra las
Institutas en el año 1791, aquí la discreta bibliografía jurídica completa la incipiente del periodo anterior con
trabajos sobre teología y cánones, que son fundamento de los principios del derecho romano y se vinculan
obras de Godofredo, Vinnius, Cujacio, Heinecio, etc

Tercer periodo, desde la creación de dicha cátedra, hasta el año 1834, donde Dalmasio Vélez Sarsfield realiza
su trabajo en recordancias entre el derecho romano y el derecho patrio. Se forma la cátedra de derecho en la
que se impulsa la legislación romana y al surgir la juridisprudencia de Buenos Aires, se toma como estudio las
institutas de Justiniano como referencia de estudio académico.

El cuarto periodo, desde los estudios de Vélez, hasta la sanción del código civil argentino de 1869. De
importancia ya que se deja entrever la relación del derecho romano y el español y el derecho patrio.

El goteo trasfusionista no ha cesado en la Argentina con la sanción del código civil, sino, que se ha mantenido
y seguido por intermedio de la ley 17.711, incorporo en 1968 un siglo después, incorporo importantes
reformas a la obra de Vélez, con rancios estudios jurídicos románicos, que el autor había proscripto y los
juristas Argentinos vieron oportuno insertar, como la prodigalidad, la cautio damni infecti, etc.

Influencia del código nacional


Es lo más destacado de la trasfusión del derecho romano en el derecho argentino, pues de la compilación de
justinianeo se toman 799 artículos y existen además 1300 citas de las fuentes romanas que inspiraron otros
artículos del código civil.

Con lo dicho se ve que el derecho romano es la fuente del derecho civil argentino, en la que Vélez toma como
referencia a diversos autores romanistas, en los que se destaca Savigny.

De igual de los 2280 artículos que constituyen el código napoleónico, la mitad ha sido reproducidos en el
código argentino y 145 fueron escritos literalmente. De igual se tomo como herramienta el Esbozo de Freitas,
de Brasil, el cual estaba impregnado por el trabajo de Savigny.

Con lo dicho y según el profesor Elguera, el Código Civil Argentino es el más romanista de los derechos
modernos, punto que lo legitima en honor ya que dicho título es ostentado tal cual.

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