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Las emociones: ¿capturadas desde

el mercado o alojadas desde la ESI?


Cita: Maltz, L. (2019) “Las emociones: ¿capturadas desde el mercado o alojadas desde la ESI?”,
En Revista Deceducando, Edición Digital. Número 6: Sobre el discurso de las emociones en la escena
escolar contemporánea. Artículos, ensayos. Buenos Aires: Ediciones Deceducando. 

POR LILIANA MALTZ


Desde hace tiempo, el mercado y las redes nos invitan a consumir propuestas
diversas para regular las emociones. Surgen aplicaciones y programas para medir la
felicidad, controlar el enojo y suprimir la tristeza. 

Desde hace tiempo, se vienen levantando voces críticas (voces que comparto) a la
educación emocional[1], la cual tiene un gran impacto en las empresas, y en las escuelas
pensadas como tales. 

Desde hace tiempo, me vengo preguntando si, entonces, tenemos que abandonar uno de
los cinco ejes propuestos y elaborados por el Programa Nacional de Educación Sexual
Integral: Valorar la afectividad, “entregándole al mercado” toda  posibilidad de dar
lugar a las emociones en la escuela.

Desde hace menos tiempo, fui encontrando algunas respuestas y más preguntas que


quisiera compartir en este artículo para que sirvan de disparador y para que vos, queridx
lector/a, puedas continuar con tus propios interrogantes sobre este tema tan
controvertido.
PROYECTO HISTÓRICO DE LAS COSAS O PROYECTO HISTÓRICO DE LOS
VÍNCULOS

Leyendo a Rita Segato en Contra pedagogías de la crueldad (2018) me


interpelaron  ciertos conceptos que “tomé prestados”. Creo que unx va haciendo eso con
lxs autorxs, textos, conceptos: animarse a amasarlos, recrearlos, aprovecharlos cual
lentes que mejoran el foco de nuestras miradas hacia los temas que nos preocupan y
ocupan. Decía, entonces, que ciertos conceptos de Segato me ayudaron a encontrar
palabras para entender dos concepciones diferentes para abordar las emociones.

Y al mismo tiempo que escribo el verbo abordar, dudo si ese es el término correcto y


registro nuevamente que estamos frente a un tema muy complejo. Los verbos con los
cuales decidimos acompañar al sustantivo emociones, no son ingenuos. Dan cuenta de
paradigmas diferentes: ¿expresar?, ¿compartir?, ¿alojar?, ¿trabajar?, ¿educar?,
¿gestionar?, ¿regular?… 

Dejo este verbo, abordar, provisoriamente y continuamos con Rita. Esta autora plantea
que existen dos proyectos históricos en curso en el planeta, con metas diferentes y
divergentes de felicidad: el proyecto histórico centrado en las cosas: que prioriza
la acumulación y el productivismo, el enriquecimiento y el lucro. Como meta de
satisfacción es funcional al capital y produce individuos, que a su vez se transformarán
en cosas. Segato plantea, justamente, que el capitalismo promueve la “vida
cosa”, promueve la crueldad que obstaculiza la empatía y la conexión entre las
personas.

El mundo de los dueños que habitamos necesita de personalidades no empáticas, de


sujetos incapaces de experimentar la conmutabilidad de las posiciones, es decir de
ponerse en el lugar del otro (…)  para (…) Matar sin que sea muerte, muerte humana.
(Segato, op. cit.: 78, 79)

Me impacta y me duele la dureza de esta afirmación: “Para matar sin que sea muerte
humana”. Me vienen a la memoria muchos ejemplos acaecidos en nuestro país en estos
tiempos y pienso que nuestra tarea en las escuelas es ir, justamente, por el camino
contrario, para que la vida y la muerte no se transformen en cosas; sean vidas y muertes
humanas.

En esa línea, esta brillante antropóloga, menciona al  proyecto histórico de los


vínculos: que es el que insta a la reciprocidad y produce comunidad. Este proyecto tiene
su centro en la sociabilidad y en el campo relacional. Alojar y dar lugar. Segato nos
invita a la incomodidad del otrx y plantea que con su diferencia, y en ese gesto
acogedor, la humanidad se expande.

Creo, entonces, que las emociones pueden ser abordadas en las escuelas como una
mercancía funcional al capital, es decir, de la mano del proyecto histórico de las cosas, o
bien se las puede pensar para consolidar y fortalecer lazos comunitarios, como  propone
la ESI y ligo al proyecto histórico de los vínculos. Puede resultar complejo. Voy a ir
compartiendo como lo fui pensando y espero poder ir aclarando estas ideas.
EDUCACIÓN EMOCIONAL Y  PROYECTO HISTÓRICO DE LAS COSAS

Vaya que lío


con las emociones
que tiene el monstruo 
de los colores.
Amarilla es la alegría
la tristeza es azul
y la ira será roja. 
Siempre que te enfades tú
pintarás de negro el miedo
y la calma verde es. 
Y si estás enamorada
será rosa 
tu pared

Canción del monstruo de los colores. Juan Muñoz 

A las emociones se las puede analizar desde el proyecto histórico de las cosas cuando
son consideradas como un recurso útil para el “emprendedurismo”; ¡tantas palabras
difíciles que hoy se inventan! (¿permitirá la RAE este término?) con la idea de ponerlas
al servicio del aprovechamiento productivo. Es decir, trabajarlas para convertirlas en
habilidades útiles al mercado laboral. A la vida “cosa”.

Desde esta perspectiva, se resalta el manejo, gestión y control individual de las


emociones para producir mejor y ser más eficientes y competitivxs. Servirle al amo
mercado. Sería eso de respirar hondo, mucho “ommmm” y aprender a soportar
pasivamente e individualmente todo lo que nos pasa. Entonces, qué mejor idea
que  comenzar con una gestión emprendedora desde el Jardín. Estas propuestas
comenzaron a circular desde hace algunos años en espacios de capacitación a docentes.

Lxs invito a una breve recorrida que ofrece el mercado y circula por las redes:

 “Aprende a transformar tus emociones negativas en todo lo que anhelas y descubre


con e-motion las claves para conseguirlo”…“Deja de mirar al pasado. Camina hacia
el futuro”[2]

“Descubre e-motion, un documental revelador en el que expertos en emociones de


todo el mundo comparten su sabiduría y las técnicas de eliminación de emociones
negativas.”

“Taller manejo del enojo! ¿Tenés miedo de perder vínculos importantes por tus
enojos? ¿Te da culpa cuando gritás, explotás de bronca, perdés el control? A veces
sentís síntomas físicos cuando te guardas la furia? no te aísles y vení a reflexionar
grupalmente! Son 8 encuentros en total. $2500 x mes.”

Y para lxs más pequeñxs:


“10 cuentos para gestionar y regular las emociones.”

“Componentes fundamentales del autocontrol emocional en niñxs.”

“Cuentos (y consejos) para potenciar la autoestima  de los niños. Guía práctica


(+cuentos)  para educar la emociones.”

Reconozco que me da cierto escozor (sigo pensando en los verbos que “acompañan” a
las emociones) leer la palabra emoción unida a regular, gestionar, autocontrolar, educar.
Lo mismo me sucede con el mandato de dejar el pasado. Es decir, nos invitan a
abandonar nuestra historia para centrarnos en un futuro desanclado de nuestros vínculos
y tomar el control de nuestro bienestar, ya que solo depende de nosotrxs, de nuestra
voluntad y de ciertos ejercicios. ¡Así de sencillo! ¿Así de sencillo?  

Continuemos con más invitaciones que circulan por las redes:

“Cómo te sientes sí que importa. Si te sientes estresado, ansioso, deprimido o si estás


lidiando con pensamientos negativos constantes, Happify te brinda herramientas y
programas efectivos para tomar el control de tu bienestar emocional.”

“Nuestras técnicas comprobadas son desarrolladas por destacados científicos y


expertos que han estado estudiando intervenciones basadas en la evidencia de los
campos de la psicología positiva, la atención plena y la terapia cognitiva conductual
durante décadas.”

“Prepárate a reducir el estrés, superar los pensamientos negativos y desarrollar una


mayor capacidad de resiliencia. ¡El 86 % de las personas que usan Happify
regularmente dicen que se sienten mejor acerca de sus vidas en 2 meses!.”

 “Entrená para ser feliz con ejercicios para convertir la felicidad en hábito”.

¿A qué refieren estas propuestas? A la happycracia o ciencia de la felicidad. ¿Qué


significa esto? Es estar obligadxs a ser felices y sentirnos culpables si no
podemos sobreponernos individualmente a las dificultades. Como mandato de época, se
nos impregna el “deber” de estar alegres, eliminar nuestros sentimientos “negativos”,
deseos improductivos o pensamientos derrotistas y así nos sentimos responsables
cuando no podemos lograrlo.

Estar desocupadxs, no llegar a fin de mes, no poder pagar medicamentos o tarifas,


advertir el dolor ajeno, no “debería” tener ninguna incidencia en nuestro malestar. Es
decir que, desde esta mirada, no hay problemas sociales estructurales que impactan en
nuestro ánimo, en nuestras emociones, sino deficiencias psicológicas individuales que
se resuelven solo con el esfuerzo de cada unx. Ideas ligadas a la literatura de autoayuda,
de la psicología positiva y de las neurociencias. 
El concepto de  happycracia ha sido desarrollado por Edgar Cavanas, psicólogo español
y Eva Ilouz, socióloga israelí:

Cabanas, profesor de la Universidad Camilo José Cela, señala que se propone una
felicidad que es “(…) un estilo de vida que apunta hacia la construcción de un
ciudadano muy concreto, individualista, que entiende que no le debe nada a nadie, sino
que lo que tiene se lo merece. Sus éxitos y fracasos, su salud, su satisfacción, no
dependen de cuestiones sociales, sino de él y la correcta gestión de sus emociones,
pensamientos y actitudes.
En las empresas obligan a pasar cursos de resiliencia y mindfulness para aprender que
eres tú el que ha de encontrar la forma de estar mejor en el trabajo, de eso depende la
productividad. Y en la educación se dice que el objetivo es hacer que los alumnos sean
felices. Habría que ver qué tipo de ciudadano queremos construir. Crítico y centrado
en el conocimiento del mundo o un alumno emocional centrado en el conocimiento de
sí mismo. Es complicado que la psicología en vez de ser una herramienta pase a dictar
lo que debe ser la educación.
(Barrancos, 2019)

Por todo lo compartido anteriormente creo que, desde la perspectiva de la happycracia,


también se ligan las emociones al proyecto histórico de las cosas. Se abordan en las
escuelas con una mirada individualista, utilitaria, para poder servir mejor al capital.
Incluso, desde este mandato para ser feliz, se dejan afuera afectos “incómodos” o
negativos, como se los llama en la educación emocional, tales como el enojo, la bronca,
el asco, la vergüenza y la tristeza. 

Hoy no podemos darnos el lujo de duelar una pérdida, necesitamos elaborarla rápido
para poder ser competitivxs y eficientes. En el mejor de los casos y para volver pronto
al ruedo, es válido empastillarnos con algún antidepresivo que hoy figura en la cartera
de toda dama y caballero, o tomar globulitos de Ignatia, de acuerdo al gusto de cada
quien.

Por otra parte, también se las puede relacionar al proyecto histórico de las cosas
cuando se las quiere recortar, aislar, etiquetar, encasillar y pedagogizar imponiendo una
verdad. Por ejemplo, enseñar que “esto es la alegría, “esto da miedo y esto no”, desde
supuestas verdades únicas y universales. Desde colores universales. Definiciones
universales. Modos de expresarlas y sentirlas, también universales.

Una docente comentaba en un espacio de capacitación, que su hijo, después de haber


compartido en la sala el famoso cuento El monstruo de los colores (Llenas, 2012),
estaba convencido de que las emociones solo podían representarse con el color del
cuento y que ningún otro era posible. Y si no, recordemos la letra de la canción con la
que comienza este apartado. No es de mi interés demonizar al pobre Monstruo de los
colores ni cuestionar a las docentes que lo usan. Simplemente abrir la pregunta respecto
de si no es más rico jugar con las ambigüedades y confusiones de las emociones (o sea,
la vida misma) o que cada unx elija su propio color, si es que así lo desea. ¿Qué pasaría
si sacudimos o abrimos los frascos, mezclamos los afectos y dejamos que se escapen
para tomar múltiples y variadas formas y tonalidades?
¿Se van aclarando los conceptos? Avancemos un poco más.

LA EDUCACION SEXUAL INTEGRAL Y EL PROYECTO HISTÓRICO DE LOS


VÍNCULOS.  

Emociones que fabrican ilusiones


inventando los colores
como por arte de magia.
Emoción por inventar las emociones
por explorar las emociones
que recorren mi cabeza.
Emoción por desvelar las emociones
por liberar las emociones.

Emociones. Jarabe de Palo

Te  propongo un pequeño rodeo y comenzar por el eje Valorar la afectividad para


pensar la relación entre la ESI y el proyecto histórico de los vínculos. Recordemos que
la perspectiva integral de la sexualidad es impensable si no incluye la dimensión
afectiva. El mandato que muchxs recibimos de “dejar fuera del aula lo que sentimos” es
imposible para llevar adelante nuestra tarea y alojar los afectos de chicxs y familias. 

Se plantea en el desarrollo de este Eje[3]:

 Encontrar modos de expresar los sentimientos y emociones, hacerse entender y


poder también leer en el otro sus expresiones de afectividad, reflexionar junto con
otros sobre los vínculos humanos y su repercusión en la vida socio-emocional de
cada ser humano, son aprendizajes que nos llevan toda la vida, pero que es preciso
acompañar desde la escuela de diferentes maneras.
 Frente a las banalizaciones y simplificaciones de la afectividad que los medios de
comunicación y los mercados pueden hacer en un marco cultural signado por
valores y discursos consumistas, es necesario que la escuela enseñe
sistemáticamente a reflexionar sobre actitudes como la escucha, la empatía, la
solidaridad, la inclusión, el respeto, el amor.

Interesante propuesta que pone el acento en la posibilidad de armar lazo.

Seguimos reflexionando sobre los verbos: en vez de gestionar, regular, controlar…


elegimos dar lugar, expresar, escuchar, compartir, empatizar, hacerse entender,
reflexionar… Por eso, considero que a este modo de entender la afectividad, lo
podemos ligar al proyecto histórico de los vínculos. 

Este Eje se cruza con todos los otros propuestos por el Programa ESI del Ministerio de
Educación; Presidencia de la  Nación. Veamos algunos ejemplos[4]:
 Reconocer la perspectiva de género: al interpelar afectos que les están
“permitidos” o no a cada unx por ser nena o nene. Abordar la perspectiva de género
implica pensar en términos de igualdad de derechos la relación entre hombres y
mujeres. Implica desnaturalizar y revisar tanto la construcción de la femeneidad
como la de la masculinidad. Conectar a los varones desde pequeños con sus afectos,
que puedan reconocerlos y expresarlos así como conectarse con los de lxs otrxs; que
puedan tramitar de otro modo situaciones que les generan malestar sin recurrir a la
violencia, puede ser un camino que colabore en este proceso de revisión de
mandatos y de modelos estereotipados de masculinidad: los hombres si lloran, se
enternecen y tienen miedo. 

Una pequeña anécdota ligada a esto. Una docente de sala de 5 comenta en un espacio de
capacitación que estaba contando la historia del cruce de Los Andes, destacando y
resaltando la figura de San Martin. Un nene de la sala le pregunta, asombrado: “Pero
San Martin, ¿no tenía miedo?”. Es decir, el pequeño no podía identificarse con esa
figura tan valiente y todopoderosa que se suele transmitir de los próceres, más cercana a
los superhéroes que a los humanos. “¡Por supuesto que tenía miedo!» le contestó,
reconociendo que esta pregunta la interpeló en su modo de transmitir los hechos
históricos.

 Respetar la diversidad sexual: al hacerle lugar a las múltiples emociones y afectos


que generan las diferencias. Y alojar también a los prejuicios para interrogarlos.
Abrir las puertas a diversas sexualidades, diversos géneros, diversas orientaciones
sexuales, diversas familias, diversas comunidades, diversas culturas. Diversos
mundos. Y arrimarnos, así, un “poco” hacia la empatía para alejarnos un “mucho”
de la tolerancia. Concepto que encubre una idea de superioridad que necesitamos
revisar. Porque ¿desde dónde se define quién es el/la que tolera y quién el/la
toleradx?

 Cuidar el cuerpo y la salud: al compartir e interpelar lo que sentimos al “mirarnos


al espejo” para construir miradas más amorosas sobre nuestros cuerpos y los de lxs
demás. E incluso poder revisar, desde edades tempranas, de donde vienen esos
modelos o ideales de belleza y de salud que inciden en nuestras percepciones y
afectos.

 Ejercer nuestros derechos: al expresar las emociones que nos generan las caricias


o abrazos consentidos y los que no, para manifestar nuestro acuerdo o desacuerdo.
Al expresar el dolor que causan las situaciones de maltrato y poder intervenir en
función de lo que amerite o requiera cada contexto. Al generar espacios para que
todxs puedan expresar sus opiniones sin censura y en un marco de respeto y cuidado
por lxs demás.

Dar lugar a las emociones desde la ESI implica alojar y respetar lo que lxs niñxs traen.
No se trata, como estuvimos analizando, de una nueva propuesta para “enlatar”
y  consumir ni tampoco de obligar a participar y a expresar sus sentimientos a quienes
no quieren o no pueden. Ni abrazar por mandato a quienes están tristes. No se trata de
clasificarlas en positivas y negativas, dejando afuera las que «nos molestan», o bien,
anulando las causas “políticamente incorrectas” que generan esas emociones.
En una escuela de CABA, Escuela 16 DE 19 “William C. Morris”, durante una Jornada
de ESI, eligieron abordar el eje Valorar la afectividad. La propuesta apuntaba a
expresar lo que a cada unx le despierta un determinado afecto para compartirlo y poder
acompañarse. A contramano de lo que propone la happycracia, se
compartieron  cuestiones ligadas al contexto y a la época en la que estamos, junto a
otras más personales. Por ejemplo, frente a la consigna: Escribí situaciones que te
despierten tristeza, lxs adultxs expresaron: “pobreza», “discriminación», “desempleo»,
«pérdida de un ser querido”; Alegría: «que todxs tengan los mismos derechos»,
«igualdad de oportunidades», «mis hijxs», «mi familia”; Miedo: «falta de sensibilidad
frente a problemas ajenos», «la violencia de la sociedad”, «ser maltratadx». 

Se trata  de habilitar espacios de circulación de palabras que armen trama. Que armen
lazo. Por otra parte, para que el lazo “enlace”, es necesario advertir el peligro o la
tentación de entrar en un terreno de moralidad y “deber ser” con intervenciones al estilo
de “tienen que darse un beso”,“no hay que enojarse”, “no tengas miedo”. Nos interesa
generar escenarios en los cuales se pueda pensar en qué me puede ayudar mi
compañerx para acompañar en la tristeza, saber y respetar qué le genera bronca o rabia
para pensar en qué puedo ayudarlx. 

Por ejemplo: reconocer que cada unx necesita diferentes cosas cuando está triste. Que a
Juan le gustan los masajitos y a Paula que nadie la toque, y que se van a respetar; a Juan
le vamos a ofrecer un masajito porque le gusta y lo calma, pero a Paula no se lo vamos a
hacer. Es decir, saber que cada unx tiene diferentes necesidades, gustos, características,
deseos, cuerpos, y aprender a darles lugar en toda su diferencia. Sentir que si «a mí no
me pasa lo mismo que a usted»,  eso no es o no debería ser un problema para estar
juntos.

Justamente de eso se trata, de aprovechar la ESI como una oportunidad para aprender a
vivir juntxs en un contexto en que las presencias reales en tiempos y espacios reales,
como sucede en las escuelas, devienen en obstáculo, frente a la idealización que la
virtualidad propone. En tiempos en los que, cuando algo nos molesta del otrx, en vez de
decirle que estamos enojadxs o con rabia, en vez de explicitar y hablar sobre el
desacuerdo, preferimos apretar delete para  “solucionar” el problema, eliminándolo de
nuestros espacios compartidos.

Muy por el contrario, en los espacios escolares, nos interesa intervenir para promover
aprendizajes grupales que requieran poner en palabras y “amasar” los desacuerdos,
hacerles lugar para poder pensarlos y buscar modos de resolverlos colectivamente. Sin
“bajadas de línea”. Por eso, el valor de alojar los afectos en sus múltiples maneras
de expresarlos considerando como único límite, que no se lastime al otrx. Alojarlos en
todas sus diferencias, para dar lugar a la empatía. Ese pedacito que forma parte de la
ternura.  

Antes de continuar, me interesa compartir muy brevemente de qué hablamos cuando


hablamos de ternura y de empatía. 
Ilustración que expresa ternura realizado
por chicxs de la sala celeste (5 años) del
JII1 DE 11ª cargo de la docente Verónica
Guerriero.

Fernando Ulloa (2003) plantea que el escenario preferencial en el que el sujeto “(…) no


sólo adquiere estado pulsional, sino su condición ética” es la ternura, y refiere a dos
producciones que son ejes de la misma. Por un lado, la “empatía” que es el lazo que
garantiza el suministro de lo necesario para el/a niñx (recursos tangibles como alimento
o calor y no tangibles como el arrullo, la palabra, el gesto) y el “miramiento” que alude
al mirar con interés, con afecto amoroso, a quien se reconoce como sujeto ajenx y
distintx a unx mismx. Si la empatía garantiza los suministros necesarios a la vida, el
miramiento promueve el gradual y largo desprendimiento de este sujeto hasta su
condición autónoma. Es decir, me conecto con el/la otrx ( empatía) respetando,
aceptando y alojándolo en toda su diferencia (miramiento). 

Por todo lo que fuimos desarrollando, creo que el abordaje del eje Valorar
laafectividad nos da una gran mano para “amasar” (¡me gusta ese verbo!) algo del
orden de la empatía. 

Para ir concluyendo, comparto  algunas actividades realizadas en Jornadas de ESI, en


Jardines públicos de CABA. Experiencias que fueron socializadas en el marco de
capacitaciones en servicio, organizadas desde Escuela de Maestros, que es la escuela
de capacitación docente gratuita del GCABA, en la que trabajo. 

Quitapenas realizado por


chicxs de la sala celeste (5
años) del JII1 DE 11.

En algunas jornadas, las familias junto a sus hijxs confeccionaron muñecxs quitapenas,
a partir de la narración del cuento Ramón preocupón, de Anthony Browne (2007).
Brevemente, el cuento refiere a que Ramón tiene muchos miedos, muchas
preocupaciones, y su abuela le propone poner debajo de su almohada muñequitxs
quitapesares, propios de Guatemala. Finalmente, Ramón decide hacer muñecxs
quitapenas para sus muñecxs quitapenas. Hermosa cadena de cuidados. 

Comentaban las docentes, con asombro, que al día siguiente a la Jornada, lxs chicxs
traían sus muñequitxs y no lxs querían soltar de la mano, pero sí compartían entre nenes
y nenas de la sala, de qué miedo lxs cuidaba a cada unx el quitapena. Por ejemplo:
“Soñé con fantasmas”, “Tengo miedo que se muera mi papá.”

En otros jardines (como en el JII2 DE 15) la propuesta fue hacerlo en casa con mamá,
papá o algún otro familiar, con materiales dados por el jardín; y las familias contaban
sorprendidas cómo sus hijxs lxs ponían debajo de la almohada para poder dormir sin
miedos. Y pensábamos en nuestros encuentros con las docentes porqué lxs quitapenas
podían quitar tan bien los miedos y los pesares. Y compartimos que esxs muñequitxs
llevaban puesto no solo telitas y botones, sino el amor de mamá, de papá, de la abuela,
de la docente o de cualquier otrx adultx que le demostraba de ese modo sus ganas de
cuidarlx y protegerlx. Ese vínculo, ese cuidado amoroso es lo que lxs protege y nos
protege del miedo. Y esto tiene que ver, y mucho, con la idea de ternura; con el
proyecto histórico de los vínculos. 

Reconocernos todxs con miedo, aunque a diferentes cosas, es poder encontrar puntos en
común en las diferencias. Y sumo a esto que, frente al miedo, decidimos crear
estrategias para cuidarnos colectivamente en vez de abroquelarnos y construir
muros o expandir el discurso de la seguridad. En vez de fortalecer murallas de un lado y
de otro lado, las abrimos y compartimos nuestras vulnerabilidades. 

Quitapenas realizadxs con las familias


en una Jornada ESI en la EI 2 DE 15.

Ya acercándonos al final, y retomando la pregunta del título de este artículo, considero


que es posible abordar las emociones desde la ESI, teniendo presente que:

Son alojadas desde la ESI cuando nos preocupa y ocupa fortalecer lazos colectivos.
Entendiendo que lo que nos pasa no depende solo de nosotrxs. Pero que lxs otrxs nos
pueden poner el hombro y la oreja. Y no es poco. 

Son alojadas desde la ESI cuando proponemos escenarios en los cuales


podemos pensar en qué me puede ayudar mi compañerx para estar un poco menos
enojadx o acompañar en la tristeza. Escenarios en los que respetemos que nos puede
generar vergüenza, bronca o rabia diferentes situaciones pero que eso no impide poder
estar juntxs.

Son alojadas desde la ESI cuando la invitación es a que sean exploradas, interrogadas,


mezcladas, jugadas, sentidas y compartidas. Dando lugar y respetando lo que lxs chicxs
traen. Atentxs a que no se nos cuele algún “deber ser”. 

De eso se trata, ni más ni menos. De aprovechar la ESI como una oportunidad para la


ternura. Para aprender a ponerme en el lugar del otrx y ayudarlx. Para aprender a vivir
juntxs. Hacer bluetooh. Esto es abordar las emociones desde la ESI. Es apostar a lo
comunitario. A no cosificar ni cuantificar la vida y los afectos. Es apostar al proyecto
histórico de los vínculos. 

«Solamente un mundo vincular y comunitario pone límites a la cosificación de la vida”,


nos recuerda Rita Segato (op. cit.). Cuando prenden fuego a indigentes, cuando linchan
a unx vecinx, cuando caminamos y dejamos de registrar el dolor ajeno, la vida se
transformó en cosa. Por eso, redoblemos la apuesta por la ESI.

 Ana Abramowski (2019) plantea que la educación emocional tiene como objetivo
[1]

principal que lxs niñxs aprendan a gestionar sus emociones. Que puedan reconocer qué
sienten para luego controlarlo. Se trata de domesticar las emociones para adaptarnos al
entorno y aumentar la productividad.  Se inspira en la inteligencia emocional y pone
énfasis en el éxito y en  lo positivo: crear climas positivos, tener actitudes positivas,
dado que la fuente que inspira a la educación emocional es la psicología positiva.

 Esta hipervaloración del presente es propia de una de las estrategias de “regulación


[2]

emocional” que hoy nos propone el mercado: el Mindfulness, que apunta a minimizar el


impacto negativo de una crisis desvinculándola del pasado, concentrándonos en el
presente y poder así mantenernos siempre productivxs.

 Eje: Valorar la afectividad. Programa Nacional de ESI.M de Educación Presidencia


[3]

de la  Nación.

 Desarrollo este tema en mi libro Educación Sexual integral. Una oportunidad para la


[4]

ternura. Bs. As. Ed Novedades Educativas 

BIBLIOGRAFÍA
Abramowski, A. (2019) El falso dilema que crea la educación emocional. Disponible
en https://laescolaridadhoy.blog/2019/07/14/el-falso-dilema-que-crea-la-educacion-
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Abramowski, A. (2019) El avance de la Educación emocional en la Argentina. Revista
Bordes. Respiración Artificial. Disponible en http://revistabordes.com.ar/respiracion-
artificial/

Barranco, J. (2019) Llega la happycracia o la obligación de ser feliz. Disponible


en www.lavanguardia.com/cultura/20190320/461140462148/felicidad-dia-
internacional-libros-happycracia.html?
fbclid=IwAR1XzK9O47YznvhEH_Vrr6tnuAdblPOuv0I8RUlhemUIrq567lOOL4qazBI

Browne, A. (2007) Ramón preocupón. México: Fondo de Cultura Económica.


Disponible en  https://www.youtube.com/watch?v=T36-d2J87Og

Byung – Chul Han (2017) La expulsión de lo distinto. Barcelona: Ed. Herder. 

Filidoro, N. ( 2019)  A mis emociones las quiero maleducadas. Articulo del


Observatorio Participativo de Políticas Públicas en Educación (OPPPEd)- FFyL-UBA.
Disponible en  http://iice.institutos.filo.uba.ar/sites/iice.institutos.filo.uba.ar/files/
filidoro.pdf

Garralon, A. ( 2018) El monstruo de colores se equivoca. O la insoportable idea de


gestionar las emociones con libros para niños. Anatarambana, Literatura infantil.
Disponible en http://anatarambana.blogspot.com/2018/09/el-monstruo-de-colores-se-
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Levin, E. ( 2018) ¿Hacia una infancia virtual? La imagen corporal sin cuerpo.Buenos
Aires: Ed. Noveduc.

Leyes de ESI: Ley 2110/06 CABA y Ley 26150 M. de Educación. Consejo Federal de
Educación de la Nación. Disponible
en  http://www.buenosaires.gob.ar/areas/educacion/cepa/leyes_referidas_educsex.php

Maltz, L. ( 2017) “Había una vez una caricia”. En Ramos, G. (coord.) La ESI en el


Nivel Inicial. Propuestas para seguir aprendiendo. Rosario: Ed. Homo Sapiens.

Maltz, L. ( 2018) Educación Sexual integral. Una oportunidad para la ternura. Bs .As.


Ed Novedades Educativas.

Martinez, M. ( 2014) Cómo vivir juntos. La pregunta de la escuela


contemporánea.Villa María, Córdoba: Ed. Eduvim.

Merieu, P( 2006) Educar en la incertidumbre. Revista El Monitor N°9.Bs. As.


Ministerio de Educación. Presidencia de la Nación.  
Ministerio de Educación.   Educación Sexual integral para la Educación Inicial,
Contenidos y propuestas  para el aula. Programa Nacional de ESI (2011). Serie
Cuadernos de ESI.Presidencia de la Nación. 

Parisi, J.(2019) Happycracia: «Detrás de esta ideología de la felicidad lo que hay es


neoliberalismo puro”. En Tiempo Argentino. Disponible
en:  https://www.tiempoar.com.ar/nota/detras-de-esta-ideologia-de-la-felicidad-lo-que-
hay-es-neoliberalismo-puro?
fbclid=IwAR1z4mR074tyXfgqSK7cyQXwhZ3oESyswxZF6kWN2rHZCZEicT6Yhuz5
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Segato, R.(2018) Contrapedagogías de la crueldad. Buenos Aires: Ed. Prometeo.

Ulloa, F. ( 2003) Escenarios de la ternura, resonancias en la educación maternal. Ciclo


de conferencias. Proyecto Fortalecimiento de la Tarea Educativa en Instituciones
Maternales. CePA ( 23 de Julio 2003)

Liliana Maltz es licenciada en Ciencias de la Educación (UBA). Psicóloga social (Escuela de Psicología
Social «Pichón Rivière»). Diplomada superior y especialista en «Gestión y conducción del sistema
educativo y sus instituciones» (FLACSO). Diplomada en Ciencias Sociales con Mención en Psicoanálisis
y Prácticas Socio-educativas (FLACSO). Capacitadora en espacios educativos y comunitarios.
Capacitadora docente en el área de Inicial y de Educación Sexual Integral en Escuela de Maestros
(Escuela de Capacitación Docente) perteneciente al Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Docente de la materia «Los conflictos vinculares en el ámbito escolar» y coordinadora de
Prácticas Pedagógicas en la carrera de especialización en «Psicología vincular de familias con niños y
adolescentes» y en la maestría en «Vínculos, familia y diversidad sociocultural» del Hospital Italiano.
Asesora externa y capacitadora en instituciones educativas y postítulos del ámbito privado.

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