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Universidad Nororiental Privada

“Gran Mariscal de Ayacucho”

Facultad de Derecho

Núcleo Cumaná

Delitos Económicos en Venezuela

Docente:

Valmore Rodríguez Realizado por:

Ruiz Adriana C.I 28.499.386

Cumaná, 17 noviembre 2021


INTRODUCCIÓN

Entre las normas constitucionales reguladoras de los poderes del Estado y


las que reconocen los derechos individuales, hay una conexión sinérgica, o una
total o parcial inestabilidad, lo que incide en la homogeneidad y coherencia de los
órdenes legales que conforman e interactúan en el sistema jurídico, pues, aun
admitiendo que por su generación y evolución, es propio que haya desequilibrios,
incluso en la Constitución; sin embargo, si alcanzan un nivel máximo, entonces
ocurre el predominio, generalmente precario y opresivo, de unos elementos sobre
otros,2 para restablecer el equilibrio extraviado
La coherencia y la homogeneidad están entre los atributos más abstractos y
propios del sistema jurídico, al menos en el sentido aproximativo propio de la
teleología del quehacer doctrinario y legislativo, sin logros irremplazables, pues
como creación humana es susceptible de cambios, no siempre queridos ni
previsibles, que propician incertidumbre y tensiones. Además, el desarrollo y
evolución de la sociedad y su orden ético, político y jurídico, son fuentes de
relativa y permanente tensión, pero cuando se fractura el continuum evolutivo
surgen las crisis y una relación distinta: un orden diferente que sustituye al
precedente. El alivio y salidas a las tensiones se debe procurar, primeramente,
con una estructura constitucional propia de un sistema jurídico constitucional, que
legitime el subsistema jurídico penal, u orden jurídico penal al que pertenece el
penal económico; sin embargo, estos objetivos se frustran si la estructura
constitucional padece de desequilibrios irreconciliables, o si los desequilibrios se
salvan con el dominio de un espacio autoritario o tendencialmente totalitario, sobre
el de los derechos humanos. Un elemento relevante del orden jurídico penal es el
bien jurídico, que puede ser también considerado vínculo con el orden
constitucional, por lo cual es punto de referencia obligado para la interpretación de
los tipos, pues permite arribar al fin de la norma y a la ratio de la incriminación. La
funcionalidad del bien jurídico actúa, asimismo, en la articulación de los poderes
del Estado, incluyendo los económicos, con los derechos individuales. Además,
dota de materialidad al injusto, cuya lesión o peligro, se conecta con lo
social,donde adquiere horizonte y sentido el orden jurídico punitivo.
La génesis del bien jurídico es capítulo abierto en la dogmática; sin
embargo, no puede negarse que, para su fundamentación, explicación y
comprensión, la Constitución es relevante porque ella representa los valores
nucleares de la sociedad. Por tanto, el legislador, el juez y el intérprete están
vinculados, aunque distintamente, a los valores que la Carta reconoce y proclama,
explícita o implícitamente. Asimismo, de este horizonte normativo, los agentes
jurídicos deben acercarse, por intermedio del caso concreto, a la realidad social y
política,6 valiéndose del recurso de la lógica, pero sin desprenderse del respeto
sustancial a las garantías constitucionales.
Delitos Económicos en Venezuela

  Los delitos económicos constituyen el contenido de éste y finalmente luego


de hacer un interesante recorrido histórico por la evolución de las leyes penales en
Venezuela desde Bolívar hasta llegar a la actualidad, adentrándonos en la
abundante y dispersa legislación venezolana, encontrando, aunque no
precisamente bajo esa denominación muchos de estos delitos en el código penal y
en leyes especiales penales y no penales.

En Venezuela, los delitos económicos son mencionados en la Constitución


Nacional en su artículo 114, el cual establece:

“El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la


cartelización, y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo a la
ley”.

El mencionado artículo es el marco de regulación de los delitos económicos


y si bien es cierto en nuestro país no existe un texto normativo especial para
regular los delitos económicos, si realizamos un análisis de las conductas que la
doctrina ha denominado como tales encontramos que en nuestra abundante y
dispersa legislación sustantiva penal, están descritos tipos penales que atentan
contra el orden económico, los cuales denominados delitos económicos, siendo
éstos los que forman parte del derecho penal económico tal como se dijo
anteriormente.

Delitos Económicos contra los Consumidores

“En un sentido genérico, especular significa efectuar operaciones comerciales


financieras con la esperanza de obtener beneficios derivados de las variaciones
de los precios o de los cambios; en un sentido restringido, puede ser definida
como la operación comercial que se efectúa con mercaderías, valores o efectos
públicos con fines de lucro desproporcionado”.

En el análisis de la estructura del tipo tenemos que éste presenta un sujeto


activo indeterminado y un núcleo rector complejo alternativo que consta de tres
verbos rectores, a saber: vender, alterar y condicionar; el objeto material es
determinado, porque pese a que se refiere a “los bienes” en sentido general, son
solamente aquellos bienes en los cuáles la autoridad competente le haya fijado un
precio, con lo cual quedan excluidos de este tipo penal aquellos bienes en los
cuales el Estado no haya fijado un precio de venta al público.
Acaparamiento

Este tipo penal posee dos verbos rectores que forman un núcleo del tipo
complejo alternativo, esos verbos en infinitivo son: y retener, según el Diccionario
de la Real Academia de la Lengua Española restringir significa “Ceñir,
circunscribir, reducir a menores límites” y retener refiere “Interrumpir o dificultar el
curso normal de algo”.

Esto significa que si nos ajustamos a la semántica de los verbos rectores


este tipo penal debió denominarse de otra manera que no fuera acaparamiento,
sin embargo, si ubicamos el significado del verbo “acaparar” encontramos que el
mismo es “Adquirir y retener cosas propias del comercio en cantidad superior a la
normal, previniendo su escasez o encarecimiento”.

Así pues, podemos establecer una conexión entre el verbo rector retener y
acaparar con lo que estaría definido enteramente el precepto de la conducta
sancionable.

Boicot

Este tipo penal, quizás el más conocido de los delitos económicos, acoge el
nombre de Charles Cunningham Boycott, quien fue el primer administrador
irlandés a quien se aplicó el boicoteo, en 1880, para lograr una redistribución de
las tierras y mejorar la situación de los granjeros en alquiler, por iniciativa de la
“Irish Land League” que sugirió suspender todo tipo de tratos con él, como una
alternativa no violenta para obligar al capitán a ceder una rebaja de los
arrendamientos:

“Excluir a una persona o a una entidad de alguna relación social o comercial


para perjudicarla y obligarla a ceder en lo que de ella se exige” o “Impedir o
entorpecer la realización de un acto o de un proceso como medio de
presión para conseguir algo”.

Al comparar la denominación del tipo con la definición de la misma


encontramos que el legislador establece como punible la acción de impedir la
producción, fabricación, importación, acopio, transporte, distribución y
comercialización de bienes.

Sin embargo, no establece con cuál fin se llevaría a cabo tal tropiezo,
porque si se trata, aunque no se especifica de impedir para ejercer presión
tampoco se especifica sobre quien se ejercería esa presión.
Producto de la antes mencionada comisión legislativa podría sancionarse a
quienes por ejemplo impidan la producción, fabricación, importación, acopio,
transporte, distribución y comercialización de alimentos en mal estado o aquellos
que en su proceso de elaboración han presentado algún defecto, lo cual luce
desproporcionado siendo que persiguen in fin lícito.

Alteración fraudulenta de precios 

Ente los delitos económicos tenemos el delito de Agio que encuentra su


antecedente legislativo en el Código Penal de Venezuela, el cual en el capítulo V
referido a los delitos económicos de fraudes cometidos en el comercio, las
industrias y almonedas (subastas) en el marco del título VI del libro segundo del
libro II denominado “De los delitos contra la fe pública”, en el artículo 334.

Según Grisanti (2007B, p.1093), este precepto apareció por primera vez en
el Código Penal de 1897, como texto del artículo 297 y luego en el Código de
1904, expone este es de los delitos económicos de los agiotistas y citando al Dr.
Guillermo Cabanellas, aquellos que:

“se dedican al agiotaje, a especular acaparando artículos escasos, para así


obtener ganancias abusivas en jugadas poco limpias de bolsa”.

En la versión más novedosa del delito de agiotaje recogida en la ley


especial, se utiliza el verbo difundir, en detrimento de los verbos propalar,
propagar o divulgar, lo cual resulta irrelevante ya que todos los mencionados
verbos tienen el mismo significado.

Delitos Económicos contra el Mercado Alteración fraudulenta de

condiciones de oferta y demanda  

En cuanto a los delitos económicos contra el mercado, tenemos la opinión


de Córdoba y Ruíz (2003, p.246), que:

“Para la estructuración del tipo penal se requiere la presencia de un


ingrediente subjetivo, consistente en que el autor pretenda alterar las condiciones
del mercado, que deben ser entendidas como las condiciones normales dentro del
sistema capitalista, y que tienen fundamento en varias normas constitucionales.
En consecuencia, podemos afirmar que se trata de un delito de resultado,
como quiera que es indispensable que efectivamente se destruyan, inutilicen,
hagan desaparecer o deterioren los bienes a que hace alusión el tipo penal.

No obstante, no se hace necesario que se surta una efectiva alteración de


las condiciones del mercado, de suerte que es un delito en el que basta la mera
puesta en peligro del orden económico social para la configuración del delito”.

Ahora bien, lo que si resulta ininteligible es la denominación del tipo penal


ya que en su contenido no se encuentra descrita ninguna circunstancia expresada
bien en adverbio o en gerundio que se refiera a la alteración fraudulenta de las
condiciones de oferta y demanda.

Contrabando de extracción

En su criterio Graziani (2004, p.572) expone que:

“como uno de los delitos económicos considera Huertas al contrabando, al


expresar que la sustracción de las mercaderías al control aduanero, como
presupuesto único para que se configurara el delito de contrabando, respondía a
un concepto arcaico y así se amplió el ámbito de la figura del contrabando, a fin de
que la represión más que al clásico contrabando tributario, alcanzara al
contrabando económico, tendiente a evitar los controles que el estado moderno
ejerce sobre las operaciones de importación o exportación por medio de
restricciones de tipo económico, en resguardo de sus divisas en el comercio
internacional”.

Usura Genérica y Usura en las operaciones de financiamiento, como


delitos económicos

El legislador venezolano en estos dos delitos económicos reguló la


ganancia excesiva por una prestación en relación a la contraprestación y fruto del
análisis a los preceptos encontramos que el aparte único del artículo 144 se refiere
a la misma conducta que la descrita por el artículo 145 de la ley especial, lo cual
plantea una gran inseguridad jurídica al no conocerse con certeza, cuál es la
disposición aplicable mas si la primera establece una pena menor.

Para el autor Silvio Ranieri en su obra Manual de Derecho Penal (1975,


p.147), al referirse a los delitos económicos, menciona el delito de usura en los
siguientes términos:

“Usura es el hecho de quien, aprovechándose del estado de necesidad de


una persona, se hace dar o prometer de esta, en cualquier forma, para sí o para
otra, en compensación de dinero o de otra cosa mueble, intereses u otras ventajas
usurarias; o también el hecho de quien le procuras a una persona, en estado de
necesidad, una suma de dinero u otra cosa mueble, haciéndose dar o prometer
para sí mismo o para otro, por su mediación, una compensación usuraria”.

La Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela


con ponencia del magistrado Jorge L. Rosell Senhenn, se refiere a los delitos
económicos en la sentencia 1.228 del 28 de septiembre de 2000, estableció que:

“la usura es un atentado contra los intereses económicos generales, en


virtud de que el interés que se pacte debe ser superior al permitido por la ley».

Te sugerimos seguir leyendo la segunda parte del presente artículo para


revisar los delitos económicos en Venezuela referidos al sistema financiero.

La Constitución Nacional en su artículo 114 establece la base legal de los


delitos económicos:

“El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la


cartelización, y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo a la
ley”.

El mencionado artículo es el marco de regulación de los delitos económicos


en Venezuela, también existen abundantes tipos penales que atentan contra el
orden económico, siendo éstos los que forman parte del derecho penal
económico.

Así tenemos que otros delitos económicos en Venezuela que encontramos


en nuestra legislación son los siguientes:

Captación Indebida

Estos delitos económicos en Venezuela, en opinión de Granadillo (2008,


p.16):

“las acciones punibles previstas en este tipo penal adolecen de serios


errores de técnica legislativa que atentan contra el principio de tipicidad
inequívoca, siendo capaces de inducir en graves errores a los operadores de
justicia ante conductas descritas en forma tan amplia e imprecisa.

Así, por ejemplo, la captación de recursos del público de manera habitual


está concebida bajo una redacción amplísima e imprecisa, capaz de subsumir
dentro del tipo penal diversas conductas que no guardan relación exclusiva con la
actividad bancaria, circunstancia que desvirtúa la finalidad de la norma”.

Apropiación o Distracción de Recursos de Instituciones Financieras  


  En lo que concierne a los delitos económicos en Venezuela de Apropiación
o Distracción de Recursos de Instituciones Financieras, es preciso mencionar las
consideraciones expresadas por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, con ponencia de la magistrada Luisa Estela Morales Lamuño, en fecha 27
de mayo de 2011.

Dicha decisión se refiere a la situación jurídica presentada por la sucesión


de leyes que regulan el sistema bancario, siendo que la Ley de Instituciones del
Sector Bancario, publicada el 28 de diciembre de 2010, en Gaceta Oficial
Extraordinaria N°. 6.015, en su artículo 213, al referirse al delito de Apropiación o
Distracción de Recursos de Instituciones Financieras.

La mencionada Ley, incurrió en la omisión de los verbos rectores derivado


del nombre de dicho tipo penal”, sin embargo situación que se subsano con el 
vigente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma Parcial de la Ley
de Instituciones del Sector Bancario, publicado en Gaceta Oficial número 39.527
del 02 de marzo de 2011.

Defraudación Tributaria 

  En opinión de Vásquez (2006, p.418):

“nuestra legislación tributaria general comete defraudación el que por


mecanismo de simulación, ocultamiento, maniobras o cualquier forma de engaño,
obtenga para sí o para un tercero un provecho indebido a expensas del sujeto
activo de la obligación Tributaria.

El Fraude a la ley tributaria, se produce cuando el sujeto pasivo de la


obligación tributaria, obtiene un ahorro fiscal con fundamento a una ley tributaria,
aplicando la forma jurídica para un fin distinto, para la cual la norma jurídica fue
específicamente creada.

Se trata de la obtención de resultados económicos a través de la utilización


de mecanismos jurídicos no gravados o gravados en cuantía distinta a los
mecanismos racionales a la actividad normal.

En estos casos, la norma jurídica aplicable en forma normal se deja de lado


causando el fraude a la ley con el objeto de reducir o eliminar la carga tributaria y,
se utiliza la norma jurídica que permite en forma anormal realizar las actividades y
así obtener ventajas fiscales”.

Como afirma Ibarra (2006, p.52):


“no nos olvidemos que el fraude ha existido desde siempre, acompaña a la
propia naturaleza y únicamente consideramos reciente la conciencia de ser un
problema unitario.

La forma antigua arranca de la compilación justinianea en la que se logra


una definición general de fraus legis, sin que esto suponga la recepción de un
tratamiento unitario del fenómeno.

El concepto Antiguo de fraude supone que el acto o contrato en cuestión,


respetando la letra de la ley, viola su espíritu, sin que ello dejara de aplicarse la
referida ley”.

Sigue explorando nuestra web tenemos el mejor análisis de los delitos


económicos en Venezuela como por ejemplo el delito de Corrupción Privada.

¿Cuáles son los delitos económicos en Venezuela?

En la legislación se pueden encontrar delitos de índole económica dentro de


la constitución, código penal y otras leyes especiales. Estas definiciones son
entendidas desde el Derecho penal económico como las faltas que el Estado debe
sancionar para garantizar una economía saludable. En este artículo te
explicaremos algunos de esos delitos económicos en Venezuela y cuáles son las
leyes que los penalizan.

¿Cuáles son las leyes venezolanas que definen los delitos


económicos?

Si bien no podemos encontrar una ley específica sobre delitos económicos,


existen varias leyes que establecen delitos asociados a la economía del país.
Actualmente podemos encontrarlos en las siguientes regulaciones:

La Constitución Nacional en su artículo 114 establece la primera base sobre


los delitos que se incluyen dentro del ejercicio económico en el país. Este artículo
señala: “El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la
cartelización, y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo a la
ley”. Dando el marco de regulación para las penalizaciones de las siguientes faltas
que les explicaremos a continuación.

Legitimación de capitales

El artículo 35 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y


Financiamiento al Terrorismo define este delito como la conversión, transferencia,
traslado, ocultamiento, resguardo, inversión, encubrimiento y cualquier otro tipo de
actividad relacionada a bienes, capitales, haberes o beneficios procedentes de
actividades ilícitas.

Las personas que, por imprudencia, impericia, negligencia, favorezcan o


contribuyan a la comisión de este delito serán penados con prisión de tres a seis
años.

Defraudación tributaria

El Código Orgánico Tributario define este delito económico en Venezuela


como:

Artículo 116. Incurre en defraudación tributaria el que mediante simulación,


ocultación, maniobra o cualquiera otra forma de engaño induzca en error a la
Administración Tributaria y obtenga para sí o un tercero un enriquecimiento
indebido superior a dos mil unidades tributarias (2.000 U.T.) a expensas del sujeto
activo a la percepción del tributo. La defraudación será penada con prisión de seis
(6) meses a siete (7) años.

Esta sanción será aumentada de la mitad a dos terceras partes, cuando la


defraudación se ejecute mediante la ocultación de inversiones realizadas o
mantenidas en jurisdicciones de baja imposición fiscal. Cuando la defraudación se
ejecute mediante la obtención indebida de devoluciones o reintegros por una
cantidad superior a cien unidades tributarias (100 U.T), será penada con prisión de
cuatro (4) a ocho (8) años.

Apropiación o distracción de recursos de instituciones financieras

En la Gaceta Oficial Nº 6.015 con fecha del 28 de diciembre del 2010 se


define este delito de la siguiente manera:

Artículo 213: Apropiación o distracción de recursos Quienes con la intención


de defraudar a una institución del sector bancario y a los efectos de celebrar
operaciones bancarias, financieras, crediticias o cambiarias, presenten, entreguen
o suscriban, balances, estados financieros, y en general, documentos o recaudos
de cualquier clase que resulten ser falsos, adulterados o forjados, o que
contengan información o datos que no reflejen razonablemente su verdadera
situación financiera, serán penados con prisión de diez a quince años y con multa
igual al cien por ciento (100%) del monto total distraído.

Con la misma pena serán castigadas, las personas naturales que señala el
artículo 186 de la presente Ley, de las instituciones sometidas al control de la
Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario, que conociendo la
falsedad de los documentos o recaudos antes mencionados aprueben las
referidas operaciones.

Alteración fraudulenta de condiciones de oferta y demanda

En el Código Penal de Venezuela se penalizan las falsificaciones y otro tipo


de engaño con información fraudulenta. En el artículo 334 se establece:

“Cuando se hubiere cometido alguno de los delitos especificados en los


artículos precedentes, con el objeto de procurarse un medio de probar hechos
verdaderos, el culpable será penado con prisión de tres a doce meses si, se trata
de actos públicos; y con prisión de quince días a tres meses, si se trata de un
documento privado.”

De la estafa y otros fraudes

El Código Penal de Venezuela en su artículo 464 señala:

“El que, con artificios o medios capaces de engañar o sorprender la buena


fe de otro, induciéndole en error, procure para sí o para otro un provecho injusto
con perjuicio ajeno, será penado con prisión de uno a cinco años.”

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Conclusión
El esclarecimiento de los principios de la Constitución Económica se puede
establecer considerando, primero, el modelo de Estado, así como del tipo de
relación, cercana o distante, conceptual y operativa, entre el sistema
socioeconómico, que la Constitución Económica comprende, y la defensa y
resguardo de los derechos humanos y los bienes jurídicos, lo que exige una tarea
crítica de los valores ético-políticos del sistema jurídico penal (jurídico penal
económico, en este caso), incluso cuando hay neutralidad. Esta tarea comienza a
partir de los derechos y deberes individuales y su relación con el Derecho Penal,
porque ellos revelan la concepción constitucional del hombre y su correlativa
dignidad, inseparable de la libertad y de su consecuencial responsabilidad, pues la
dignidad es anclaje de la primera y presupuesto de la segunda. En síntesis, la
Constitución puede abrigar preceptos incompatibles que conduzcan a una máxima
inestabilidad que, en definitiva, se decide a favor de algunos que predominan
sobre otros en aras de la estabilidad y coherencia del mundo normativo. Por otra
parte, el concepto de bien jurídico, fundamental en el orden jurídico penal, vincula
este último con la Constitución, pues ella es referente de los principios y valores
del sistema jurídico globalmente considerado, y en cuanto el Derecho Penal
Económico, el nexo se establece con la Constitución Económica, cuya
determinación está en función del modelo de Estado, su relación con el sistema
socio-económico, la defensa y resguardo de los derechos humanos y de los
bienes jurídicos, a los que se accede mediante juicios valorativos de carácter
ético-político. Antes de abordar los principios y valores claves de la Constitución
Económica y su relevancia jurídica-penal, es necesario detenerse brevemente en
la concepción, en la CV-99 de la persona humana, núcleo de los derechos
fundamentales.
En conclusión, lógica, topos y marco constitucional. Vale insistir en que el
tejido constitucional es decisivo para entender cuáles son los bienes jurídicos más
importantes para la organización social, pues provee parámetros críticos a las
decisiones legislativas y es guía, tanto para la creación como para la interpretación
y aplicación de las normas penales, al reconocer valores, principios y garantías
que configuran el modelo constitucional del Estado, y activan su programa. Es por
eso que la armadura constitucional del bien jurídico, constituye un mecanismo de
defensa y resguardo de los derechos humanos, ante los eventuales abusos del
poder. Si vale el símil, genera una funcionalidad inmunológica, ante ataques que
pueden surgir, incluso desde el mismo sistema jurídico, cuando es desnaturalizado
como simple instrumento del poder. El tejido constitucional incluye la Constitución
Económica que, en una primera aproximación, se puede definir como el conjunto
de normas reguladoras de la relación del agente económico con el poder.

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