Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Contextualizando la
dislexia, la discalculia y el
TDAH
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
1.1. Introducción y objetivos 4
1.2. Marco clínico: trastornos del neurodesarrollo 5
1.3. Marco educativo: necesidades específicas de
apoyo educativo 11
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
A fondo 21
Test 22
Esquema
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
La presente asignatura aborda tres trastornos que, a día de hoy, son muy comunes
dentro de las aulas y que se engloban bajo la terminología clínica de trastornos del
neurodesarrollo. Existen distintas perspectivas que analizan cada uno de ellos y, en
este sentido, centraremos el objeto de estudio de este tema, tratando de dibujar una
perspectiva integral. En este tema se proponen tres marcos o perspectivas
diferenciadas para entender los trastornos más a fondo:
Discapacidad intelectual.
Trastornos de la comunicación.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Tabla 1: Categorías del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Fuente: elaboración propia.
• Inatención: seis (o más) de los siguientes síntomas han persistido por lo menos
durante seis meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en
relación con el nivel de desarrollo y que tiene un impacto directamente sobre
las actividades sociales y académicas/ laborales (dentro de este se describen
explícitamente la sintomatología asociada, la cual revisaremos en el tema
correspondiente).
Criterio D. Hay una clara evidencia de que los síntomas interfieren o reducen la
calidad de su funcionamiento social, académico o laboral.
Comorbilidad
Con respecto a la dislexia y TDAH, considerando los subtipos del TDAH (inatento e
hiperactivo/impulsivo), se ha encontrado que la dislexia es más común en el subtipo
inatento que en el hiperactivo (Willcutt et al., 2000).
De forma similar, se ha evidenciado que los problemas escolares de las personas que
presentan simultáneamente TDAH y discalculia se basan en los procesos cognitivos
que están alterados en ambos trastornos, como lo son la atención, el control
inhibitorio y la memoria de trabajo; estos interfieren en el procesamiento de la
información y en la adquisición de nuevos conceptos. En este sentido, la atención y
el control de impulsos son habilidades fundamentales para el desarrollo de las
matemáticas. De esta manera, los estudiantes/as con TDAH examinan la información
por menos tiempo, lo que ocasiona que cometan más errores (no ordenan
correctamente los números en las operaciones multidígitos, no identifican los signos
en las operaciones, cometen errores en las llevadas) y sean más lentos. Así, la
coocurrencia de estos trastornos acentúa las dificultades que se presentan cuando
se manifiestan individualmente (Zentall y Javorsky, 2007).
Para comenzar este apartado debemos considerar las siglas usadas para referirnos a
los trastornos que competen a la presente asignatura. Como hemos visto, la dislexia
y la discalculia son trastornos específicos del aprendizaje, quedando recogidas dentro
de los trastornos del neurodesarrollo. La nomenclatura usada mayoritariamente por
la comunidad científica responde a dificultades específicas de aprendizaje (lectura,
escritura y matemáticas), por ello nos referiremos en la presente asignatura a estos
trastornos como se ha venido haciendo en las últimas décadas. No obstante,
tengamos claro que el DSM-5 los refiere como trastornos específicos del aprendizaje.
Bajo este marco legal general funcionan las comunidades autónomas, las cuales
tienen competencia directa sobre los criterios de identificación usados para detectar
cada una de las NEAE nombradas anteriormente (Grañeras, 2013).
respuesta a problemas conductuales dentro del aula, pudiendo quedar así recogida
cierta sintomatología característica del TDAH, la investigación centró su interés en los
trastornos específicos de aprendizaje y es lo que, a día de hoy, cuenta con mayor
evidencia empírica. Por ello, tomaremos en consideración las características básicas
Por tanto, el RTI se caracteriza por ser un modelo preventivo de las dificultades
específicas de aprendizaje (DEA). Desde las primeras definiciones de DEA (Kirk, 1962),
entre otros criterios, se ha descrito explícitamente que esta no puede ser debida a
una «instrucción inadecuada», es decir, que ha de ser identificada tras la evidencia
de que la instrucción recibida está siendo adecuada y óptima. Este modelo no rechaza
la importancia de las diferencias individuales, sino que expande el concepto y pone
el énfasis en la importancia de la instrucción (Speece y Case, 2001). Asume que la
dificultad puede ser intrínseca al individuo, motivada por la instrucción o ambas.
Solamente fortaleciendo de forma sistemática la calidad de la instrucción y midiendo
la respuesta que el niño tiene a dicha intervención se podrán hacer inferencias sobre
la posibilidad de que el déficit sea intrínseco (Speece et al., 2003). Por ello, las
características de la instrucción y el rol del profesor son claves para prevenir los
trastornos específicos de aprendizaje, desde el punto de vista de este modelo. Así
pues, con el modelo RTI,
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Figura 1. Aspectos básicos del modelo de Respuesta a la intervención. Fuente: elaboración propia
Figura 2: Características básicas de las medidas basadas en el currículo. Fuente: elaboración propia.
Dicho lo anterior, la base de «cómo enseñar» es la instrucción directa, esta debe ser
entendida como una instrucción sistemática, explícita y activa (Carnine et al., 2004).
Existen cinco requisitos básicos que todo profesor debe tener presente a la hora de
ofrecer una instrucción directa y de calidad (Crespo, 2014):
1. Evaluación: se toman medidas al inicio de curso de todos los niños para detectar
los que rinden por debajo de lo esperado.
Por ello, tras este primer tema introductorio, la asignatura quedará organizada de la
siguiente manera:
Baker, D. L., Park, Y., y Baker, S. K. (2012). The reading performance of English learners
in grades 1-3: the role of initial status and growth on reading fluency in Spanish and
English. Reading and Writing, 25(1), 251‐281.
Carnine, D. W., Silbert, J., Kame’enui, E. J., y Tarver, S. G. (2004). Direct reading
instruction. Merrill Prentice Hall.
Cena, J., Baker, D. L., Kame’enui, E. J., Baker, S. K., Park, Y., y Smolkowski, K. (2013).
The impact of a systematic and explicit vocabulary intervention in Spanish with
Spanish‐speaking English learners in first grade. Reading and Writing, 26(8), 1289‐
1316.
Crespo, P., Jiménez, J. E., Rodríguez, C., Baker, D., y Park, Y. (2018). Differences in
growth reading patterns for at-risk Spanish-monolingual children as a function of a
tier 2 intervention. The Spanish journal of psychology, 21, 1-16.
De Smedt, B., y Boets, B. (2010). Phonological processing and arithmetic fact retrieval:
evidence from developmental dyslexia. Neuropsychologia, 48(14), 3973-3981.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Tannock, R., Martinussen, R., y Frijters, J. (2000). Naming speed performance and
stimulant effects indicate effortful, semantic processing deficits in attention-
deficit/hyperactivity disorder. Journal of abnormal child psychology, 28(3), 237-252.
Willcutt, E. G., Pennington, B. F., Boada, R., Ogline, J. S., Tunick, R. A., Chhabildas, N.
A., y Olson, R. K. (2001). A comparison of the cognitive deficits in reading disability
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
En este enlace puedes acceder a los principios básicos del Modelo de Respuesta a la
Intervención, cómo funciona, cuáles son los beneficios, o cómo un profesor puede
hacer seguimiento a sus estudiantes. La web presenta estos objetivos en el contexto
norteamericano.
4. El modelo RTI:
A. Es un modelo preventivo y de identificación temprana.
B. Propone al orientador como agente central de la identificación.
C. Propone una instrucción indirecta.
D. Sus siglas se corresponden con modelo de respuesta a la interacción.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
B. La discalculia.
C. La comorbilidad entre la discalculia y la dislexia.
D. Al TDAH.