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Imanol Zubero
Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
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All content following this page was uploaded by Imanol Zubero on 14 February 2018.
SKIDELSKY
Salidas de la competitividad febril
Robert Skidelsky y Edward Skidelsky
La generación de economistas de Keynes asumía que, a medida que las personas
fuesen cada vez más eficientes en la satisfacción de sus deseos, trabajarían menos
—y es lo que deberían hacer, como seres racionales— y disfrutarían más de la vida.
Hemos identificado dos obstáculos al cumplimiento de la profecía de Keynes: los
provocados por relaciones de poder y los que surgen de la insaciabilidad de los
deseos humanos. Ambos se combinan para producir una ética de codicia, que
condena a las sociedades a un creación de riqueza continua y sin objeto, algo que
antes no existía y que, en cierto modo, es una peculiaridad del capitalismo.
Las rivalidades internacionales avivan el fuego de la codicia. A pesar del alto grado
de prosperidad alcanzado, constantemente se nos recuerda que nos preparemos
para mayores desafíos, especialmente por parte de los chinos y de otros países
pobres, pero diligentes.
Por mantenernos «al máximo de nuestras posibilidades» mantenemos un sistema
que sigue festejando la codicia a costa del placer.
La suposición de abundancia, y el consiguiente rechazo de la tecnología y distanciamiento
psicológico del mundo del trabajo, fue el imaginativo telón de fondo de los movimientos
utópicos norteamericanos de la década de 1960.
La cuestión es: ¿por qué la percepción de la inminencia de la felicidad absoluta de la
década de 1960 condujo al resurgir del capitalismo darwiniano en la década de 1980? ¿Qué
alzó al poder a Reagan y a Thatcher y propició el renacimiento del fundamentalismo del libre
mercado?
¿Por qué el crecimiento económico llegó, de una forma tan rápida y contundente, a triunfar
sobre todos los demás objetos de la política económica? La respuesta es simple, aunque
sorprendente: con el supuesto logro de pleno empleo permanente a través de la política, ya
no quedaba ningún otro objeto de política económica. El pensamiento económico quedaba
libre para concentrarse de nuevo en la eficiencia de la producción: congruente con el espíritu
de maximización de la economía. Que el crecimiento pudiera convertirse en un objeto de
política económica fue debido, en gran medida, al desarrollo de la estadística de ingresos
nacionales —el PIB—, que permitía comparar los rendimientos económicos de los distintos
países. Y, en el período subsiguiente a dos guerras inmensamente destructivas, hacer que los
pueblos se hiciesen más ricos, en lugar de hacer que las naciones fuesen más belicosas,
parecía una aspiración más civilizada.
Más razones: Occidente en su conjunto creía que tenía obligación de acelerar su tasa de
crecimiento para poder mantener la carrera armamentística con el bloque soviético.
Los apóstoles del crecimiento en la década de 1960 eran sobre todo economistas y
políticos de izquierda que habían abandonado —o, en el caso de Estados Unidos, nunca
habían adoptado— la propiedad pública como mecanismo, pero que conservaban sus
aspiraciones socialistas de una sociedad más igualitaria. Anhelaban una versión
democrática del sistema de planificación soviético, que inyectase mayor energía a la
empresa privada a base de objetivos, subsidios e incentivos fiscales, al tiempo que se
asignaba una parte cada vez mayor de los frutos de la empresa a educación, y servicios
sociales y públicos. Este escenario resultaba especialmente atractivo en una Gran Bretaña
que crecía a un ritmo muy lento.
El ingrediente esencial que Thatcher y Reagan agregaron a la filosofía del crecimiento fue
una fe ideológica en el sistema de mercado. La forma de crecer más rápido no residía en la
planificación, sino en liberar los mercados de la burocracia, mejorar los incentivos mediante
la disminución de impuestos, reducir el poder de los sindicatos y ampliar los mercados
mediante la privatización y la desregulación. La combinación de estas medidas aumentaría
la eficiencia de la distribución del capital. El régimen Thatcher-Reagan también consideraba
aceptable el aumento de la desigualdad de ingresos, en tanto en cuanto mejoraba los
incentivos de los «creadores de riqueza»: generaría un «goteo» de los ricos a los pobres.
Este conjunto de ideas se convirtieron en lo que Adair Turner denomina la «sabiduría
convencional instrumental» en toda la esfera política durante los siguientes treinta años.
Para cumplir los requisitos de la buena vida, tendremos que apartarnos de
las orillas de la integración económica, al menos mientras la igualación de
las situaciones de unos y otros países sea una realidad, no una simple
aspiración.
Los países desarrollados deberán basarse en mayor medida en sus propios
medios de producción para satisfacer sus necesidades.
Las economías de mercado en vías de desarrollo deberán abandonar sus
modelos de crecimiento de la exportación, que se apoyan en una demanda
de consumo en perpetuo crecimiento en los países desarrollados. Si los
países ricos se integran menos con los pobres, lo más probable es que
estos salgan beneficiados.
Aun deberíamos, sin embargo, mantener nuestros mercados abiertos a los
países más pobres de África.
DE-CRECIMIENTO / NO-CRECIMIENTO
Está muy bien reducir individualmente el consumo de carne y de agua: pero nos hace
falta –si de veras aspiramos a ecologizar la economía y la sociedad— socializar la
banca y el sector energético. La reciente reflexión decrecentista se centra en el
consumo (a menudo con una perspectiva individual). Veamos una definición típica: “El
decrecimiento es una gestión individual y colectiva basada en la reducción del
consumo total de materias primas, energías y espacios naturales gracias a una
disminución de la avidez consumista, que nos hace querer comprar todo lo que
vemos”. Pero consumo y producción van de la mano. Productivismo-y-consumismo:
producir más para consumir más para producir más para… (Otra forma de verlo:
producir por producir y consumir por consumir.) Pero la rueda que mueve la máquina
infernal está oculta detrás del vistoso primer plano: es la acumulación de capital. Nos
oponemos al productivismo/ consumismo (producción por la producción acoplada con
el consumo por el consumo), y no puede obviarse la dimensión de los cambios
estructurales que son necesarios. Dicho de forma un poco provocadora: no solamente
necesitamos fomentar organizadamente el consumo responsable, sino también la
socialización responsable de los medios de producción (de una parte esencial de los
mismos). […] La posible trampa en el decrecimiento es el simple consumerism: hemos
de ser conscientes de ella y estar atentos para desactivarla.
JORGE RIECHMANN: http://tratarde.org/una-nota-sobre-consumo-consumerism-y-ecosocialismo/
Carecemos de una guía segura como la que proporciona a los demás
animales un aparato de instintos bien ajustado a su entorno. Por ello para el
ser humano resulta inesquivable la moral como estructura en el sentido de
José Luis L. Aranguren: “La realidad moral es constitutivamente humana; no
se trata de un «ideal», sino de una necesidad, de una forzosidad, exigida por
la propia naturaleza, por las propias estructuras psicobiológicas.”
REPRODUCCIÓN
LEGITIMACIÓN
externalización
FRAMING
objetivación /
PERSONA SOCIEDAD
institucionalización
internalización / socialización
CONSTRUCCIÓN DEL
CONSENTIMIENTO
CAPITAL ECONÓMICO +
CAPITAL CIULTURAL -
http://biblioteca.udgvirtual.udg.mx
/eureka/pudgvirtual/Bourdieu2.pdf
Bourdieu advierte sobre el carácter ruinoso de la división entre objetivismo y
subjetivismo:
El hecho mismo de que esta división renazca sin cesar bajo formas apenas
renovadas, bastaría para atestiguar que los modos de conocimiento que
distingue le son igualmente indispensables a una ciencia del mundo social
que no puede reducirse ni a una fenomenología social ni a una física social.
La firme intención (y, en mi opinión, la más importante) que guía mi trabajo
ha sido superar» la oposición entre objetivismo y subjetivismo (1989).
DISPOSICIÓN
TOMA DE POSICIÓN
“Las estructuras sociales se organizan en torno
a las relaciones de producción/consumo, poder
y experiencia, cuyas configuraciones espacio-
temporales constituyen las culturas. Son
promulgadas, reproducidas y finalmente
transformadas por los actores sociales,
enraizados en la estructura social y sin embargo
comprometiéndose libremente con prácticas
sociales conflictivas, que llevan a resultados
impredecibles”.
Manuel Castells
http://www.mecd.gob.es/dctm/revista-de-
educacion/articulosre2001/re20010410351.pdf?documentId=0901e72b8125dd24
“Decenas de miles de personas, socios y
colaboradores de nuestras organizaciones aspiran a
que España pueda ser algún día un referente ético en
el mundo global. ¿A qué esperan nuestros partidos
políticos? La sociedad civil espera sus respuestas”.
¿De verdad?
http://elpais.com/elpais/2014/04/10/planeta_futuro/1397151779_
831837.html
Si un damnificado por el terremoto de Nepal, o
una mujer que lucha por la paz y la reparación ¿Saldrá algún día
en Colombia, o un niño que quiere ir a la
escuela en Mozambique, tuvieran puesta alguna
la solidaridad
expectativa en las elecciones del próximo del armario?
domingo, ésta se vería frustrada por una dura
realidad. Apenas importan. Apenas aparecen en
los programas de los partidos, menos aún en los
discursos.
Oxfam Intermón, junto con varias federaciones
de ONGD, hemos realizado un análisis riguroso
e independiente de los programas de los
partidos que concurren a las elecciones. En la
web de vigilancia ciudadana La realidad de la
ayuda se recoge la metodología y las
conclusiones de este análisis y se anima a
presionar a las candidaturas en estas últimas
horas.
José María Vera, Director general Oxfam Intermón.
21/05/2015. http://www.huffingtonpost.es/jose-maria-
vera/cooperacion-al-desarrollo_b_7313586.html
“Deberían ser tenidos en cuenta, pero no pueden hacer oír su voz. Excluidos de la
comunidad de los argumentos, tales personas son extranjeros. Excluidos de la
reciprocidad de las miradas, son invisibles. Excluidos de la “comunicación”
pública, son mudos.
Incluir a los excluidos, convertir en visibles a los invisibles, facilitar el uso de
la palabra a quien social o institucionalmente está sancionado como áfono o
afásico se cuentan entre los primeros deberes que se desprenden de nuestro
genérico y precioso ideal de igualdad.
Los rostros de la exclusión, de la invisibilidad y de la afonía social son múltiples. Se
identifican con los numerosos rostros del sufrimiento socialmente evitable. La
maximización de la atribución y de la salvaguarda universalista de los derechos
exige paralelamente el compromiso a favor de la minimización del sufrimiento
socialmente evitable generado por la multiforme exclusión” (VECA).
Cooperación para
“Nos interesa Asumirlo:
“OTROS” combatir el el desarrollo en
condiciones de GLOTZ
subdesarrollo”
escasez (límites)
“En nombre de la ideología nos negábamos ayer
a dejarnos engañar por el sufrimiento.
Enfrentados al sufrimiento, y con toda la miseria
del mundo al alcance de la vista, nos negamos
ahora a dejarnos engañar por la ideología”.
Alain Finkielkraut
¿Qué hacer?
Humanitarismo vs.
Repolitización
http://www.marxistsfr.org/espanol/lenin/obras/1900s/quehacer/index.htm
El humanitarismo moderno nace de las cenizas de la idea de humanidad. Pero
también de la confianza en la humanidad.
Como señala Finkielkraut: “En Solferino, Henri Dunant descubre que la misma
guerra que enfrenta a los combatientes une en el sufrimiento a las víctimas de
los combates.
«Tutti fratelli», dicen las mujeres de Castiglione que,
siguiendo su ejemplo, no hacen ninguna distinción de
nacionalidad y tratan de prestar asistencia tanto a los
heridos italianos como a los heridos enemigos”.
La idea humanitaria, en cuanto hecho social, tiene
todas las características propias de un invento: un
sujeto inventor, un tiempo y un lugar, un motivo. El
sujeto es Henri Dunant, hombre de negocios suizo. El
tiempo y el lugar, el 25 de junio de 1859 en Solferino.
El motivo, el horror.
http://www.icrc.org/spa/assets/files/other/icrc_003_p0361.pdf
El sol del día 25 alumbró uno de los más espantosos espectáculos que puedan ofrecerse a la
imaginación. Todo el campo de batalla está cubierto de cadáveres de hombres y de caballos; los
caminos, las zanjas, los barrancos, los matorrales, los prados están sembrados de cuerpos
muertos que, en los accesos a Solferino están, literalmente, amontonados [...]
Los desdichados heridos recogidos durante todo el día están pálidos, lívidos, anonadados;
unos, y más en particular los muy mutilados, tienen la mirada entontecida y, al parecer, no
comprenden lo que se les dice; sus ojos son de sonámbulos, pero esa visible postración no les
impide sentir sus sufrimientos; a otros agitan una conmoción nerviosa y un temblor convulsivo;
aquellos, con heridas abiertas, en las que la inflamación ya ha comenzado, están como locos de
dolor; piden que los rematen y, con el rostro contraído, se retuercen en los últimos estertores de
la agonía.
Más allá, desafortunados no solamente alcanzados por balas o por fragmentos de obús que los
abatieron, sino también con las piernas o los brazos rotos porque sobre sus cuerpos pasaron
las ruedas de piezas de artillería. El impacto de las balas cilíndricas hace que los huesos se
esquirlen en todas las direcciones, de modo que la herida resultante es siempre gravísima; los
fragmentos de obús, las balas cónicas producen también fracturas extremadamente dolorosas y,
a menudo, terribles estragos internos. Esquirlas de toda índole, fragmentos de hueso, retazos de
vestimenta, partículas de objetos de equipo o de calzado, tierra, trozos de plomo complican e
irritan las heridas y duplican los sufrimientos.
Quien recorre este interminable teatro de los combates de ayer encuentra a cada paso, y en una
confusión sin igual, indecibles desesperaciones y todo género de miserias.
El movimiento humanitario surgido en los primeros años de la década de los Setenta
(organizaciones como Médicos Sin Fronteras, Francia, 1971), entronca con la tradición
inaugurada en 1864 por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), cuya idea fuerza
es la de la neutralidad de la acción humanitaria:
El corpus de la doctrina del CICR sobre la cuestión de la neutralidad está bien
establecido. “Las instituciones de la Cruz Roja deben evitarla [la política], ¡como se
evita el fuego! Se juegan la propia vida”, escribía hace 20 años Jean Pictet, uno de
los principales pensadores de la organización. “A decir verdad, como un nadador en
el agua, está zambullido en la política hasta el cuello. Pero si el nadador se apoya en
el agua, no debe tragarla, so pena de ahogarse. El CICR debe, pues, tener en cuenta
la política, pero nunca ha de dejarse ganar por la misma”. El CICR trata de mantener
y proteger su fuerza moral negándose a comprometerse en cuestiones muy
politizadas. “No se puede ser, a la vez, campeón de la justicia y de la caridad; hay
que elegir. El CICR ha elegido, desde hace mucho tiempo, ser una obra asistencial”.
O, en palabras de otro miembro del CICR, Jacques Moreillon: la finalidad de la Cruz Roja
es “ayudar, no condenar. Debe poder socorrer a las víctimas en todas las partes, lo cual
implica una moderación en sus críticas. ¿Se puede realmente pretender ayudar y condenar
en el mismo país?”. En definitiva, la finalidad de la neutralidad es la acción.
Los ideólogos posmarxistas, marginados del
Estado por los neoliberales, han hecho una
virtud de su impotencia. Absorbiendo
acríticamente la retórica antiestatal que les
llega desde arriba, la trasmiten hacia abajo.
Los posmarxistas tratan de justificar los
vehículos organizativos (las ONG) que
utilizan para lograr movilidad hacia arriba,
con el argumento de que operan fuera del
Estado y en la sociedad civil, cuando de
hecho, están financiados por gobiernos
http://vientosur.info/articulosabier extranjeros para trabajar con los gobiernos
tos/vs_0031.pdf
nacionales.
En marcado contraste con los primeros noventa, no hay a principios del siglo XXI trabajador
humanitario experimentado a quien haga falta recordarle la nueva sabiduría convencional,
según la cual no hay soluciones humanitarias a los problemas humanitarios.
Pero de esta sencilla verdad pueden extraerse conclusiones diametralmente opuestas
acerca de lo que debería ser, o en qué necesita convertirse la acción humanitaria.
http://economiaufac.files.wordpress.com/2011/09/la-logica-de-la-accion-colectiva.pdf
Vida cotidiana y opciones últimas
MARCO DE MARCO DE
MARCO DE
VALORES VALORES
VALORES Objetivo A
A B
Objetivo A Objetivo B Objetivo A Objetivo B
Medio A
Medio A Medio B Medio A Medio B
M
ELECCIÓN ELECCIÓN
RAZÓN 4: Es la única manera de empezar a combatir la
tiranía de los modos de vida.
ULRICH BECK:
La irresponsabilidad organizada.
http://inicia.es/de/cgarciam/Beck01.htm
Los modos de vida nos gobiernan y se nos escapan de las manos.
La manera según la cual se imponen estos modos de vida no es la de
la planificación voluntaria –ya que nadie ha tenido el propósito explícito
de fabricar una sociedad tecnológica-, ni es la del puro azar histórico.
Su manera de evolucionar es más bien la de la emergencia, donde una
multitud de acciones aisladas terminan imponiéndose, por su efectos
acumulados y convergentes, consecuencia general, esta, que nadie ha
querido como tal.
Lo propio de la emergencia es precisamente esto: hacernos pasar de
la adaptación progresiva al hecho consumado, sin solución de
continuidad.
Los modos de vida no tratan de explicar cómo los actores asimilan
esquemas de comportamiento o disposiciones duraderas que son como la
marca de la sociedad depositada en cada individuo; persiguen más bien
poner en evidencia la manera según la cual el sistema produce expectativas
de comportamiento que se convierten en la condición de la socialización de
los individuos.
El modo de vida se sitúa pues en la interfaz del sistema y de la
experiencia social tal como es vivida por los propios actores. Los modos de
vida designan así las expectativas de comportamiento impuestas de forma
duradera por el sistema a los individuos y a los grupos, y que se imponen
independientemente de la voluntad de los actores.
El sistema se impone afectivamente porque sabe ir en la dirección de
nuestras inclinaciones individuales, favoreciendo nuestra comodidad,
explotando nuestra fascinación técnica, excitando la pasión infantil de
provecho, competición, distinción y temor a la sanción que él mismo nos ha
inculcado, convirtiéndonos en utilitaristas individualistas.
La historia nos enseña que no hay posibilidad alguna de animar "por
decreto“ propuestas emancipatorias. Estas formas emancipadas de vida
sólo tienen sentido en la medida en que surgen de las posibilidades que la
misma realidad ofrece.
Es preciso mostrar en la práctica que desde ahora mismo es posible, para la
mayoría de las personas, empezar a vivir de otra manera. Zonas liberadas
en las que sea realmente posible hacer que florezca lo inédito viable de la
realidad, pues esta es la única manera creíble de mostrar en la práctica que
nuestras propuestas de transformación son posibles.
Manuel Sacristán: “No se puede seguir hablando contra la contaminación
y contaminando intensamente".
Jorge Riechmann: "No necesitamos vanguardias omniscientes; pero en
cambio son inexcusables las minorías ejemplares“.
DESOBEDECER
“Si la capacidad de desobediencia
constituyó el comienzo de la
historia humana, la obediencia
podría muy bien provocar el fin de
la historia humana”.
http://www.enxarxa.com/biblioteca/FROMM%20El%
20Miedo%20A%20La%20Libertad.pdf
El surgimiento del actor moral
El punto fundamental es reconocer que los actores ya no están motivados por sus
intereses sociales y económicos, sino por la voluntad de defender sus derechos, es
decir, de basar su deseo de libertad y de justicia en la conciencia que tienen de ser
sujetos humanos.
El fundamento de su actuación es la defensa de unos derechos que deben ser
directamente humanos, y no solamente sociales.
Bauman: Sociedad individualizada
Beck: Individualismo institucionalizado
La individualización, en la actualidad, no significa –
necesariamente- atomización y aislamiento, ni
tampoco emancipación y autonomía; sino disolución
y desmembramiento de las formas de vida
características de la sociedad
industrial/estatonacional (organizadas en función de
identidades y roles estables asociados a la
ciudadanía nacional, la clase, la familia, la profesión
o el sexo), que son crecientemente sustituidas “por
obra de otras en las que los individuos tienen que
montar, escenificar e improvisar sus propias
biografías” (Beck).
En esta situación, la biografía “normal” es cada vez
más una biografía necesariamente elegida o
construida, casi siempre de manera artesanal.
https://filosinsenti
do.files.wordpress.
com/2013/07/317
7.pdf
YO POROSO
vs.
YO BLINDADO
Para el yo poroso, la idea misma de que exista un límite neto que permita
definir una “zona interior” separada del resto carece de sentido. El yo poroso
está enraizado en el cosmos (es vulnerable a los espíritus, a las fuerzas
cósmicas) y en la comunidad.
En cambio, para el yo blindado moderno existe la posibilidad de distanciarse,
de separarse de todo lo que se encuentra fuera de la mente. Distingue
claramente entre interior y exterior. Vivimos con una percepción mucho más
firme del límite que separa el yo de lo demás (de lo que no es yo).
DANILO MARTUCCELLI:
Sociología del individuo
[9:40] 6:15
http://www.reis.cis.es/REIS/PDF/REIS_1
https://www.youtube.com/watch?v=0HoW3o3_9zw
49_071420724059872.pdf
Del sujeto-individuo a la acción colectiva
“Es preciso que el reconocimiento del otro como sujeto impulse a participar
en los esfuerzos del otro para librarse de coacciones que le impidan vivirse
como sujeto. Y hacerse cargo de esto no puede ser puramente individual,
porque, si el sujeto es siempre personal, los obstáculos a su existencia son
casi siempre sociales” (1993: 353).
“Sin este paso al movimiento social, el sujeto corre el peligro de disolverse
en la individualidad; sin este recurso a un principio no social de acción n la
vida social, la idea de movimiento social cae en la tentación alienante de
conformarse al sentido de la historia. No hay sujeto sin compromiso social;
no hay movimiento social sin apelación directa a la libertad y a la
responsabilidad del sujeto” (1993: 365).
Relevancia de la noción de estilo de vida
ELECCIÓN ELECCIÓN
¿Nos movilizaremos para exigir(nos) austeridad?