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Edgard Morín plantea como problema la linealidad tradicional de la hominización, y en especial del
pensamiento racional sobre la idea de muerte del hombre de Neanderthal, donde los hitos evolutivos se
conciben como entidades separadas; y propone apreciar el sistema sociocultural de cada periodo como
un eslabón que se retroalimenta y reproduce en la cadena evolutiva. Para él, el logro distintivo es el
vasto complejo de significaciones que alcanza el Homo Sapiens constituyéndose en una concepción
novedosa de las causas y realidad de su avance.
La tesis del capítulo apunta a establecer que la característica principal y el logro que verdaderamente lo
destaca como Homo Sapiens son los rasgos que se desprenden del la “sepultura y la pintura”,
relevando la creencia de que las adquisiciones que lo determinaban tal, a saber: técnica, sociabilidad,
lógica eran su aporte novedoso. Para esto estructurará su tesis desarrollando puntualmente elementos
como Muerte, Imaginación, Magia, Rito, Mito y Estética , en primer termino, como aspectos causales, y
en segundo lugar, Error, Placer y Desorden como consecuencias. Estos últimos, que dejan ver como
delirante al Homo Sapiens, y negativos desde la visión racionalista, constituyen para el autor, los
aspectos complementarios y verdaderos motores del triunfo de su genio. La obra aporta una visión
antropológica reveladora que valoriza y unifica aspectos que la historia de la investigación no ha
desarrollado.
La hipótesis principal, basada en la biología evolucionista, y a la cual todos los desarrollos siguientes
estarán subordinados, sostiene que el tamaño del cerebro es el patrón evolutivo, partiendo del hombre
de Neanderthal como poseedor de uno mayor al de sus antecesores.
Sus hipótesis de sustento sobre sepultura y pintura, descartan el entierro con fines profilácticos,
proponen que la posición fetal del muerto sugiere la creencia en un nacimiento ulterior, que los restos de
polen encontrados en ella sugieren una ceremonia funeraria con flores, que el ocre en los huesos habla
de canibalismo o funerales posteriores a la descomposición y que el hecho de proteger los restos con
piedras y acompañarlos con armas y alimentos sugiere la creencia también en la supervivencia
espectral del difunto.
Planteos a partir de la Sepultura : 1- La aparición de una nueva conciencia: comprender la Muerte como
un cambio de estado, dotada de pleno poder coercitivo es un salto cualitativo en la conciencia del H.
Sapiens. 2- Adquiere la creencia de que el transformado conserva su identidad postmortem. 3- En la
aparición de lo imaginario, el mito oficia como productor de su destino. 4- La coexistencia de mortalidad
y su horror, y creer en la vida más allá, produce una sensación confusa que impregna la vida con la
idea de la muerte, transforma en síntomas objetivos lo que proviene de su perturbación subjetiva,
generando la zona de error y consecuente desorden.
La sensibilidad ESTÉTICA de Sapiens produce figuración y fantasía al resonar con el universo. El arte
se desarrolla en el marco de la magia, la religión y las actividades sociales, pero siempre satisface un
placer estético. Para el autor la estética es un rasgo fundamental de Sapiens que marcará las
diferencias de las culturas futuras. “
Homo Sapiens experimenta una ambigüedad entre el cerebro y el medio ambiente que lo obliga a optar,
decidir y escoger mediante operaciones lógico empíricas que conllevan el enfrentamiento de lo
imaginario y lo real, conformando una fuente permanente ERROR que estraga su relación con el medio,
consigo y en su sociedad. De este modo Sapiens trae el DESORDEN al mundo. “El orden natural está
mucho más controlado por la homeostasia, la regulación, la programación. En cambio el orden
humano nace bajo el signo del desorden”
En su CONCLUSION E. Morín afirma que el delirio propio que transforma en Sapiens al hombre, se
reduce a esa ambigüedad entre lo real y lo imaginario que lo obliga al error y al desorden, y es al mismo
tiempo la clave de su éxito. Estos rasgos encontrados lo condujeron hasta el presente confiriéndole la
designación "Homo Demens". Su teoría tiene lógica propia y este párrafo final expresa la esencia de su
tesis: “Ya no es posible oponer sustancial y abstractamente razón y locura. Por el contrario,
debemos superponer sobre el rostro serio, trabajador y aplicado de homo sapiens el semblante,
a la vez otro e idéntico, de homo demens. El hombre es loco-cuerdo. La verdad humana trae
consigo el error. El orden humano implica el desorden. Así pues, se trata de preguntarnos si los
progresos de la complejidad, de la invención, de la inteligencia y de la sociedad se han
producido a pesar, con o a causa del desorden, del error y del fantasma. Y nuestra respuesta es
a causa, con y a pesar de a un mismo tiempo, pues la buena respuesta sólo puede ser compleja
y contradictoria”