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Un rico y un pobre.

Salmos 63:3-5

Intro, Cuanta diferencia existe en estos dos personajes.

Está hablando, de un rico pero no de alguien que tiene mucho dinero, sino de alguien que está preparado para la
vida, El pobre estaba desprovisto para la vida en la tierra. El rico estaba totalmente desprovisto para vivir la
eternidad, sin embrago el pobre estaba provisto para vivir la eternidad.

Hay una frase que dijo el rey David que puede resumir lo que quiero decir esta noche,- “porque mejor Señor es tu
constante amor que la vida”

Que recibe para usted, vida o el constante amor de Dios. El cristiano no le teme a la muerte por que está preparado
para vivir.

Contexto.

Jesús empieza a hablar en presencia de los Judíos, y para la mirada de ellos el bendecido era el rico, y el maldecido
era el pobre. ¿Porque? Si guardares mis mandamientos, bendito será en tu entrada y tu salida, bendito tu buey,
bendita tu oveja, bendita tu artesa de amasar, te bendeciré te prosperare. Parece que el rico había adquirido todas
estas bendiciones por guardar mandamientos. Pero si no guardares mis mandamientos, maldito serás en tu entrada,
en tu salida… lo que esta diciendo es que Dios tenía un hijo y este era el pobre.

¿Por qué había un mendigo entre los hijos de Dios? Había un mendigo entre los pobres por una razón. Saben que
oración hizo una vez el rey David. Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia
que mendigue pan. Salmo 37:25

Como es que David no vio un mendigo en Israel? Porque en el reino de David se guardaba los mandamientos, se
cumplía la ley. Y cuando la ley se aplicaba había una norma en la escritura, que mandaba a todo acreedor perdonar
las deudas de su prójimo, para que así no haya mendigos en Israel. David ha crecido y vivido y no ha visto mendigos
en las calles del su reino. Pero ahora vino Cristo y dice que entre los verdaderos israelitas hay un mendigo. ¿Por qué?
Porque después del reinado de David, los que gobernaron no hicieron lo recto delante los ojos de Dios. No aplicaron
la ley y surgieron mendigos entre el pueblo. Hay muchos hoy a causa de no aplicar la palabra de Dios entre el pueblo.

Que sabemos del rico, que vestía de lino y de purpura, hacia banquete con esplendidez, dice que era un hombre
bueno, daba de comer a los pobres.

El lino presenta: las acciones justas de los santos.

Purpura: simboliza el gobierno humano.

Es decir que cada acción justa que hacia iba gobernada para un propósito soberbio. Hay quien da para un beneficio,
hay quien da para recibir.

Sin embargo la biblia nos dice que este mendigo era un justo. Guardaba en su corazón la palabra de Dios, aunque la
vida no le fue favorable. Lazaro guardaba la palabra de Dios, a pesar que la palabra de Dios no se cumplía en él. La
mayoría de nosotros guarda la palabra para que ella se cumpla en la su vida. Este la guardaba a pesar que no recibía
beneficio en esta vida. (Guardo tus mandamientos, vivo para ti, y debo mendigar alimento) Lázaro guardaba la
palabra aunque la palabra no se cumplía en él.

Lázaro sacrifico la vida por la fe, a pesar de no ver un cambio una mejoría, decidió creer en lo que había recibido en
su corazón. Abraham, sacrifico un hijo por la fe. El rico sacrifico la fe por la vida. Jesús dijo, El que quiera salvar su
vida la perderá, y el que pierda su vida por causa mía la salvará. Cuando hemos sacrificado el pecado, la carne, el nos
pide que entreguemos lo bueno, es decir la vida. Sacrificar lo bueno causa dolor, el evangelio se basa en la
experiencia de hombres y mujeres que pasando situaciones difíciles deciden continuar con su fe puesta no
únicamente en la recompensa, sino en el dador de la vida.

Cuesta seguir a Cristo.

Ninguna persona en su sano juicio seguiría a alguien que se dirigiera a un abismo, ya que esto va en contra del
instinto natural de preservación. Y si elegimos el camino del sacrificio, por lo general buscamos un bien superior.
Podría ser algún beneficio que esperamos disfrutar al final, un ideal que creemos que es más importante que nuestra
propia vida, o una manera de ayudar a otras personas.

Cuando un joven rico fue desafiado a renunciar a lo que más valoraba y seguir al Señor, quedó devastado porque el
precio era demasiado alto. Desde su perspectiva, tal acción era el equivalente a seguir a Cristo a un abismo. No tenía
ojos para ver lo que Cristo le prometía a cambio: un tesoro en el cielo. No estaba dispuesto a sacrificar su seguridad,
comodidad y posiciones terrenales para recibir beneficios eternos.

Este el precio

¿Alguna vez ha intentado seguir a dos personas al mismo tiempo? Esto funciona solo cuando van en la misma
dirección. Pero, ¿qué sucede si los caminos de esas personas se bifurcan? Por ejemplo, imagínese caminando por un
sendero con unos amigos, y llega a una encrucijada. Si una persona quiere ir a la derecha y otra piensa que debe
girar a la izquierda, usted debe elegir a cuál seguir.

Este fue el dilema que enfrentaron los discípulos. Cuando comenzaron a seguirlo, esperaban que Cristo estableciera
su reino mesiánico, los liberara de la dominación romana, y les diera lugares de honor y autoridad. Pensando que
pronto serían exaltados en el reino, estuvieron dispuestos a sufrir las privaciones temporales de hogar, seguridad y
comodidad. Pero entonces el Señor les dijo que su camino los llevaría al sufrimiento y a la muerte, y que, si querían
seguirlo, debían negarse a sí mismos y tomar su cruz.

Por el contrario, los discípulos habían dejado todo —familias, trabajos, seguridad económica y estatus social— para
seguir a Cristo, porque consideraban que su Mesías era más valioso. Mientras veían al joven rico alejarse, el Señor
les aseguró que el sacrificio de ellos por la verdad no sería ignorado. Un día se sentarían en doce tronos, juzgando a
las doce tribus de Israel en el glorioso reino de Cristo.

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