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Capadocia, Asia y Bitinia, 2elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del
Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean
multiplicadas.
Una esperanza viva
3
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos
hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4para una
herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 5que
sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada
para ser manifestada en el tiempo postrero. 6En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un
poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que sometida
a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con
fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 8a quien amáis
sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y
glorioso; 9obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.
10
Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente
indagaron acerca de esta salvación, 11escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu
de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las
glorias que vendrían tras ellos. 12A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros,
administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio
por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.
Llamamiento a una vida santa
13
Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo
en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14como hijos obedientes, no os
conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15sino, como aquel que
os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo. 17Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de
personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra
peregrinación; 18sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20ya destinado desde
antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de
vosotros, 21y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria,
para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
22
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu,
para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23siendo
renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y
permanece para siempre.
24
Porque:
Toda carne es como hierba,
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae;
25
Mas la palabra del Señor permanece para siempre.
Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.1
1Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
DOS ESTILOS DE VIDA EN 1 PEDRO 1:13-25
Bosquejo
1. UNA VIDA SIN CRISTO
1) Conforme a los deseos antiguos. 1:14
Conforme. (Del lat. conformis). adj. Igual, proporcionado, correspondiente. || 2. Acorde
con alguien en un mismo dictamen, o unido con él para alguna acción o empresa.
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a. Hay un molde o estilo de vida que gobierna el mundo ese es el que nos gobernaba y
que aún lo hace en quienes no han sido liberados de esa manera de vivir.
b. Vivimos una etapa social que pondera que el principio de todo bien se halla en el
placer. De ahí que se dé la libertad de acceder a todo tipo de deseos bajo la
condición de que si da placer, entonces es bueno.
c. Esta es una batalla constante, de todos los días. Muchos aseguran que cambiarán, y
buenos deseos no les falta, pero están esclavizados de esos malos deseos: excesos en
la comida y la bebida; desenfreno sexual; exaltación desmedida de lo estético; gastos
desequilibrados de dinero en gustos o deseos descuidando lo prioritario; búsqueda de
significado en pertenecer a grupos (tribus urbanas), o usar cierta ropa, hablar con
ciertos acentos, tatuarse, usar aretes u otras prendas, etc. Todos buscan y proclaman
ser originales pero terminan siendo copias.
a. Una vida improductiva. Trabajan mucho y despilfarran tanto o más de lo que ganan.
No va a ningún lado. Sin sueños, sin metas, sin posibilidades.
b. Una vida vacía. Sin importar lo que logre o adquiera, lo que use, lo que se arregle, o
los placeres que disfrute, en la soledad, donde fingir no cursa y donde tiene que
enfrentarse a la realidad, solo encuentra el sinsentido.
c. Una vida de soledad. Amor fingido, relaciones interesadas o circunstanciales;
amigos sólo para gastar y disfrutar –ausentes en el dolor. Pensando únicamente en sí
mismo.
Reportándose
El hombre dijo que trabajaba cerca y tenía media hora libre para el almuerzo y
aprovechaba ese momento para orar, “sólo me quedo unos instantes, sabe, porque la
fábrica queda un poco lejos, así que sólo me arrodillo y digo: “Señor, solo vine
nuevamente para contarte cuán feliz me haces cuando me liberas de mis pecados…
no sé muy bien orar, pero pienso en Ti todos los días… así que Jesús, este es José
Luis reportándose”.
El Ministro sintiéndose un poco avergonzado, le dijo a José Luis que estaba bien y
que era bienvenido a la Templo cuando quisiera.
El Ministro se arrodilló ante el altar, sintió derretirse su corazón con el gran calor del
amor y encontró a JESÚS, mientras lágrimas corrían por sus mejillas; en su corazón
repetía la plegaría de José Luis:
“SÓLO VINE PARA DECIRTE, SEÑOR, CUÁN FELIZ FUI DESDE QUE TE
ENCONTRÉ A TRAVÉS DE MIS SEMEJANTES Y ME LIBERASTE DE MIS
PECADOS… NO SÉ MUY BIEN COMO ORAR, PERO PIENSO EN TI TODOS
LOS DÍAS… ASÍ QUE, JESÚS, SOY YO REPORTÁNDOME”.
Cierto día el Ministro notó que el viejo José Luis no había venido. Los días siguieron
pasando sin que José Luis volviese para orar. Continuaba ausente, por lo que el
Ministro comenzó a preocuparse, hasta que un día fue a la fábrica a preguntar por él;
allí le dijeron que él estaba enfermo, que pese a que los médicos estaban muy
preocupados por su estado, todavía creían que tenía oportunidad de sobrevivir.
La semana que José Luis estuvo en el hospital trajo muchos cambios, él sonreía todo
el tiempo y su alegría era contagiosa.
La enfermera jefe no podía entender porqué José Luis estaba tan feliz, ya que nunca
había recibido ni flores, ni tarjetas, ni visitas.
El Ministro se acercó al lecho de José Luis con la enfermera y ésta le dijo, mientras
José Luis escuchaba:
“La enfermera está equivocada… pero ella no puede saber que TODOS LOS DÍAS,
desde que llegué aquí, a mediodía, y aunque no lo veo puedo ver, estoy seguro que
un querido amigo mío, se sienta aquí en la cama, me agarra las manos, se inclina
sobre mí y casi puedo escucharle decir: “SÓLO VINE PARA DECIRTE, JOSÉ
LUIS, CUÁN FELIZ FUI DESDE QUE ENCONTRÉ TU AMISTAD Y TE
LIBERÉ DE TUS PECADOS. SIEMPRE ME GUSTÓ OÍR TUS ORACIONES,
PIENSO EN TI CADA DÍA… ASÍ QUE JOSÉ LUIS, ESTE SOY YO, JESÚS,
REPORTÁNDOSE”.
c. Valora y cuida lo que costó tan alto precio: Vida a precio de sangre.