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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD


PROGRAMA NACIONAL DE FORMACION AVANZADA EN SEGURIDAD
CIUDADANA
CATEDRA: SEMINARIO II

ARTÍCULO CIENTÍFICO

Profesora: Edicta González Participante: Simón A. Fernández C.


C.I 10.685.437

Caracas, abril de 2021


INTRODUCCION

Ningún lugar está exento de delitos, violencia y victimización, una realidad que
puede conducir a situaciones como las siguientes: países con elevados
porcentajes de jóvenes que mueren antes de hacerse adultos; sociedades con
familias que han perdido a alguno de los suyos o tienen miembros en prisión, que
viven en la pobreza y sin acceso a ayudas o fuentes legítimas de ingresos; barrios
donde se producen guerras entre bandas o donde parece haber escasa protección
y seguridad pública; mujeres sometidas a violencia doméstica o que corren el
riesgo de sufrir agresiones sexuales en espacios públicos; barrios cuyos niveles
de criminalidad e inseguridad han hecho que los comercios y las familias se aíslen
de los demás ciudadanos y la vida pública resguardándose tras rejas y medidas
de seguridad privada; y migrantes y grupos minoritarios que viven en áreas
deterioradas y aisladas o asentamientos improvisados y son objeto de acoso
racista y victimización.

Todos los países se esfuerzan por garantizar la seguridad de sus ciudadanos y


mejorar su calidad de vida. En el presente estudio llevaremos a cabo una revisión
de las herramientas usadas por la Policía Municipal de Chacao, en comparación a
las directrices recomendadas en el Manual para la prevención del delito de la
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), establecidas
en el 2011 con la finalidad de chequear si durante esta década hemos dado
cumplimiento a las recomendaciones ahí establecidas.

Dada la creciente concentración de delincuencia y victimización en las ciudades,


las Directrices prestan especial atención a la forma de diseñar y aplicar la
prevención del delito en áreas urbanas. Recomiendan que los proyectos de
cooperación para prevenir esa delincuencia se basen en un enfoque local de los
problemas de criminalidad y el uso de un plan de acción preventivo integrado que
debería partir de un diagnóstico local de tales problemas y comprender una serie
de participantes, tener en cuenta la importancia de factores como la vivienda, la
salud y la educación, y considerar la posibilidad de tomar medidas que vayan
desde la prevención primaria hasta la de la reincidencia.

Asimismo, las Directrices establecen algunas de las obligaciones que las


autoridades de cualquier nivel deben cumplir al ejecutar el plan de acción, entre
ellas respetar los principios fundamentales de derechos humanos, fomentar o
realizar tareas de capacitación e información adecuadas, y evaluar de manera
regular las estrategias aplicadas para determinar su eficacia y revisarlas cuando
sea necesario.

PREVENCIÓN DEL DELITO BASADA EN EL CONOCIMIENTO

Las Directrices para la prevención del delito hacen especial hincapié en la


importancia de aplicar conocimientos e información adecuados para promover una
comprensión fundamentada de la situación actual de la delincuencia, sus causas
subyacentes y las posibles estrategias preventivas. Los responsables de formular
políticas y los investigadores que trabajan en el ámbito de la prevención designan
esos conocimientos con una variedad de términos, entre ellos los de “prevención
basada en datos objetivos” y “prevención orientada a la objetividad”.
Independientemente del término empleado, la idea es que los datos se recogen de
manera sistemática a partir de diversas fuentes fiables, y que se utiliza información
científicamente válida derivada de investigaciones y evaluación de proyectos
sobre el terreno.

Tal como se ha señalado en anteriores ensayos y trabajos, dado que existen


muchos tipos de delitos y victimización, y numerosos factores causales, es
importante recabar información de una amplia gama de sectores de servicios y
fuentes. En casi todos los países, muchos delitos nunca son denunciados a la
policía, de modo que es posible que la información de la policía sobre la
localización y las víctimas de delitos no sea exacta ni completa. Los archivos
policiales sobre los delitos denunciados pueden ser complementados con datos
cuantitativos de encuestas relativas a victimización, registros hospitalarios sobre
lesiones, registros escolares, datos de servicios sociales y de justicia, además de
datos cualitativos tales como información resultante de entrevistas con interesados
o grupos.

Tipos de conocimientos necesarios

Los gobiernos y los especialistas, tanto para elaborar estrategias nacionales,


regionales o locales, o planificar una intervención programática concreta,
necesitan diferentes tipos de conocimientos basados en datos objetivos. En cada
etapa de la elaboración de una estrategia o programa de prevención del delito es
preciso disponer de conocimientos basados en la objetividad para evaluar la
envergadura y el alcance de los problemas de delincuencia, analizar sus causas,
determinar las posibles soluciones y seleccionar y evaluar programas.

Podemos decir entonces que, el individuo se desarrolla en un ambiente social


específico, de tal manera que él mismo puede influir en su estilo de
comportamiento, destacando que la familia y la escuela constituyen los primeros
grupos sociales del individuo, y donde se encuentran todos aquellos que se
identifican como parte de un grupo como son: barrios, los poblados,
urbanizaciones con sus diferentes ambientes de deportes, cultura y áreas
recreativas, entre otros.

Es aquí donde se hace imperante la aplicación de planes, mecanismos o


estrategia de prevención del delito que permitan contrarrestar la violencia, la
deserción escolar, la violencia intrafamiliar y que permitan minimizar los eventos
de inseguridad para que conlleven a una sociedad más armónica, justa para todas
y todos sus habitantes.
Por su parte, Mayorca, J. (2002) señala que: “la prevención del delito implica la
creación y refuerzo de mecanismos, para reducir la acción delictual a límites
tolerables, en una determinada sociedad”.

Según este autor es fundamental la implementación de tareas como la


información, educación y concientización de las ciudadanas y ciudadanos; de
acciones comunales como culturales, recreativas y esparcimiento, pero sobre todo
la capacitación de los individuaos de la sociedad que carecen de educación y
formación para el trabajo de manera tal, que puedan formar parte positivamente
en su entorno habitacional y laboral.

Por otro lado la aplicación de operativos de seguridad como los puntos de control
policial en zonas específicas o vulnerables con el fin de evitar que se cometan
hechos delictivos.

Dentro de estas perspectivas, la delincuencia como todo acto punible cometido por
individuos o asociaciones espontáneas de personas. No obstante, indican que
estas definiciones engloban distintas realidades como: la delincuencia en sentido
propio; tiene un nivel de infracción penal menos grave pero más frecuente; la
violencia que afecta a los medios más diversos; La falta de civismo, que incluye
comportamientos asociales o antisociales, como sería más apropiado decir; que
no constituyen una infracción penal.

Es importante señalar que los ciudadanos que infringen la ley necesariamente


deben ser sancionados de acuerdo a los ordenamientos jurídicos existentes
mediante penas privativas de libertad la cual se entiende como la facultad de todo
ser humano desde su nacimiento, de hacer y actuar sin romper con las normativas
legales, de la condición que se disfruta en los países bien gobernados, de hacer y
decir cuánto no se oponga ni a las leyes ni a las buenas costumbres o de la
facultad y condición del ciudadano que no está privado de su libertad.
Para la prevención y control de la delincuencia se deriva la creación y acción
policial y Según Gómez, G (2002) define la función policial como:
Mantener la paz y la seguridad dentro de las fronteras del Estado, por ello que la
policía es uno de los medios con que cuentan los gobiernos para ejercer esa
función, y es un organismo de aplicación de la ley y representa un instrumento
importante para gobernar un Estado.

Evidentemente, velando por el mantenimiento del orden público, lo cual implica


necesariamente el respeto del sistema democrático y de los Derechos Humanos
dejando claro que cualquier trasgresión cometida por los agentes del Estado sean
sancionados de acuerdo al ordenamiento jurídico vigente.

Es importante señalar que, a pesar de la existencia de una situación de violencia


en el país, los agentes policiales no pueden alterar la obligación de proteger y
respetar los Derechos Humanos, en la realización de sus actuaciones policiales
frente a los grupos delictivos que resultan responsables de actos que atenten
contra el resto de la población, no se puede permitir la violación de la Constitución
y demás leyes del Estado.

Es oportuno destacar, que el Estado está obligado a perseguir, aprehender y


castigar a los delincuentes buscar soluciones óptimas mediante programas de
prevención para la disminución del índice delictivo.

Conocimientos sobre la incidencia y la prevalencia de los problemas de


Criminalidad

Implican recopilar información cuantitativa y cualitativa de una variedad de


sectores, sin ceñirse únicamente a la información comunicada por la policía u
otros sectores de seguridad. Las encuestas de victimización permiten recabar
información sobre la prevalencia e incidencia de los delitos no denunciados y del
temor al delito. Se puede obtener información significativa y fiable sobre los
problemas de delincuencia y sociales a partir de diversas fuentes como los
consejos comunales, asociaciones de vecinos, servicios hospitalarios de
urgencias, departamentos escolares; de servicios familiares y sociales.

Las organizaciones cívicas y las comunidades locales son un importante recurso.


Suelen poseer amplia experiencia y sólidos conocimientos sobre determinados
grupos de difícil acceso, como los niños de la calle, los jóvenes en situación de
riesgo o integrantes de bandas juveniles, mujeres víctimas de violencia y
poblaciones socialmente marginadas. Las entidades dedicadas a estos grupos
pueden ser útiles para contactarlos y conocer sus puntos de vista. La información
cualitativa generada por entrevistas y observaciones también será provechosa
para complementar los datos cuantitativos.

Fuentes de datos y herramientas para aplicar un enfoque basado en el


conocimiento

Estadísticas de delincuencia
Los informes de la policía sobre delitos son de considerable utilidad para cualquier
análisis de la incidencia y prevalencia del delito, su localización y las personas que
podrían estar involucradas. Los datos estadísticos fiables sobre las tasas y
tendencias de la criminalidad son un componente básico de la prevención basada
en el conocimiento, pero no siempre son fáciles de obtener, o suficientes para
llegar a un entendimiento fundamentado de los problemas del delito. Existe un
reconocimiento universal de que las estadísticas policiales no se corresponden
exactamente con la sensación de delincuencia que experimenta la población. La
proporción de delitos denunciados a la policía dependen en gran medida de la
voluntad individual de efectuar la denuncia, de la capacidad de la policía para
registrarlos y de los propios sistemas de recopilación de datos.

Encuestas de victimización
Las encuestas de victimización son un recurso importante para recabar
información sobre el grado de delincuencia y victimización que padecen los
ciudadanos en un país o una ciudad. Como por lo general su base son los
hogares, también pueden proporcionar información sobre si las personas
denuncian o no los delitos y las razones de tal proceder, las sensaciones de
inseguridad y las cuestiones prioritarias en una zona determinada.

Las encuestas de victimización también sirven para analizar problemas de


delincuencia concretos o poblaciones afectadas, como la violencia contra la mujer
en el hogar o en público, la victimización de menores o la seguridad en la escuela.

Otras fuentes de información


Los censos de población y las encuestas de hogares facilitan información muy útil
sobre, por ejemplo, la magnitud, edad, origen étnico y género de la población, así
como su distribución geográfica, y también sobre la amplitud de la familia u hogar
y los factores relacionados con los ingresos. Las encuestas especializadas
sucesivas pueden facilitar información sobre la evolución de la familia y los hijos a
lo largo del tiempo. Estas encuestas longitudinales permiten seguir a los niños y
jóvenes a medida que van creciendo.

Las fuentes cualitativas incluyen una variedad de métodos para aportar


información detallada sobre grupos o vecindarios concretos o poblaciones de difícil
acceso como los niños de la calle. Ejemplos al respecto son las entrevistas en
comunidades, los grupos de debate, la toma de decisiones participativa, y los
mecanismos de evaluación participativos como paseos de seguridad con menores
o mujeres y auditorías sobre espacios públicos.
Referencias Bibliográficas:

 Manual sobre la aplicación eficaz de las Directrices para la Prevención


del Delito.
 NACIONES UNIDAS Nueva York, 2011. SERIE DE MANUALES SOBRE
JUSTICIA PENAL.
 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), Gaceta Oficial
número 36.860 del jueves 30 de diciembre de 1999, C Caracas.
 Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y el Adolescente. (2007) publicada
en la Gaceta Oficial numero 5.859, en su edición de fecha 10 de diciembre del
2007, Caracas.
 Ley de Policía Nacional y del servicio de Policía (2007), Gaceta Oficial número
38.617, de fecha 1 de febrero de 2007. Caracas.
 Fischer, G. N. (1990). Campos de intervención en Psicología social.
 Grupo-Institución, cultura, ambiente social. Madrid: Narcea.
 Garrido Genovés, V. (1987). Delincuencia Juvenil. Orígenes, Prevención y
Tratamiento. Madrid: Ed. Alhambra.
 Gómez, G (2002), Pulso de la Ciudad. Editorial Asecom 6ta Edición, Madrid
España.
 González, G (1999), Delincuencia juvenil. Madrid: Fundación Santa María.
 Gualberto (1994), Conducta antisocial evaluación, tratamiento y Prevención
en la infancia y adolescencia. Editorial Madrid, España.
 Ley del Estatuto de la Función Policial (2009) según gaceta oficial extraordinaria
número 39.333. Caracas.
 Mayorca, J (2002), Esquema para un Plan de Prevención del Delito.
 Ministerio de Justicia. Dirección de Prevención del Delito. Revista CENEPEC.
 Montero Edgar (2010), Delincuencia Juvenil, Instituto Universitario de la Policía
Científica. Caracas.
 Rondón Jose (2010) Integración de la Policía – Comunidad en los Comités de
Protección Social, Instituto Universitario de la Policía Científica. Caracas.
 Sabino, C. (2004). El Proceso de Investigación. Editorial Panapo. Caracas,
Venezuela.
 Kerlinger, R (1999), “Investigación-Acción, El cuestionario”, Editorial Panapo.
Caracas, Venezuela.

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