Paciente identificado: Es aquel paciente con síntomas que conduce a la familia a ir a
terapia. Estos son pacientes definidos por la familia como “el que tiene problemas” o “el que es el problema”. Si la familia aplica el término “paciente” a uno de sus miembros se considera que los síntomas de este paciente identificado como un recurso para mantener el sistema o mantenido por el sistema. Sistema: Puede construir una expresión de una disfunción familiar o haber sido suscitado en el miembro individual de la familia debido a sus condiciones de vida particulares y ser apoyado por el sistema familiar. Esto último refuerza la idea de que en algún nivel el síntoma de la persona con problemas es reforzado por el sistema. Familia: Considerándola como sistema sociocultural abierto se enfrenta constantemente a requerimientos de cambios inducidos por cambios biopsicosociales en los miembros y estímulos provenientes del sistema social. Familia disfuncional es aquel sistema que responde a los requerimientos internos o externos de cambio estereotipando su funcionamiento. Terapeuta: Su función consiste en ayudar al paciente identificado y a la familia, facilitando la transformación del sistema familiar. Pasos fundamentales (inseparables) que tiene que cumplir el terapeuta: 1. El terapeuta se asocia a la familia en una posición de liderazgo (Implicando responsabilidad del terapeuta de lo que ocurre.) 2. Saca a luz y evalúa la estructura familiar subyacente. 3. Crea circunstancias que permitirán la transformación de la estructura. Consecuencia de la terapia: La familia se transforma, por lo tanto, se produce cambios en el conjunto de expectativas que gobiernan a la conducta de sus miembros. Esta transformación es significativa para todos los miembros de la familia, pero particularmente para el paciente identificado. Transformación – Cambio: La transformación o la restructuración del sistema familiar conduce al cambio, o a una nueva experiencia del individuo. Por lo general la transformación no cambia la composición de la familia. Mientras que el cambio se produce en la sinapsis, el modo en que algunas personas se relacionan entre sí DESEQUILIBRIO EN LAS TRANSFORMACIONES Transformar el sistema familiar: Para esto, el terapeuta debe intervenir de tal modo que desequilibre el sistema. Hayley señalo los riesgos de constituir una asociación estrecha con un miembro de la familia, mostrando que, si el terapeuta forma una coalición con un cónyuge contra el otro en una sesión particular, debe repararlo y reconstituir el equilibrio uniéndose o aliándose con el otro. Esta técnica de compensación puede ser útil (puede hacer que el terapeuta incremente la flexibilidad de la familia y su capacidad de superar sus conflictos ayudándola a alcanzar el equilibrio) o no (está técnica cristaliza la rigidez de la familia) Terapeuta de orientación estructural: Puede pasar que sea percibido como poco equitativo por los miembros de la familia. El proceso total de terapia revelará que el terapeuta mantiene un sentido de contacto con los miembros de la familia de tal modo que estos lo siguen, aunque lo consideran poco equitativo. Por lo tanto, el terapeuta debe prestar atención a la dinámica de los miembros de la familia, apoyándolos y reforzando algunos aspectos de su personalidad, aunque los descalifique en otras áreas. Todo terapeuta que no tenga la capacidad de proporcional a la familia un intenso sentido de respeto para cada uno de ellos como individuos y de demostrarles su firme voluntad de cura, perderá a la familia en el proceso de transformación. Cuando el terapeuta desequilibra un sistema familiar al asociarse con un miembro, los otros miembros experimentan un stress. Su respuesta puede ser la de insistir en la conservación del sistema. El terapeuta debe contrarrestarlo incitando a los miembros de la familia en la dirección de los objetivos terapéuticos mientras soportan las incertidumbres del período de transición. Este movimiento es facilitado por la compresión y apoyo del terapeuta y por su confirmación de las necesidades experimentadas por los miembros de la familia. Familias aglutinadas: En este tipo de familia los procesos de diferenciación son desalentadas. A nivel patológica, la falta de diferenciación de la familia determina que toda separación de su seno sea vivida como un acto de traición. El sentido de pertenencia domina la experiencia vivencial, a expensas de la experiencia de separación de sus miembros. En algunas ocasiones el entrelazamiento de separación e integración es factible en el seno de la familia. Por ejemplo, cuando un niño se encuentra en proceso de separación de una triada rígida y de integración al subsistema fraterno, el límite alrededor del subsistema conyugal puede ser consolidado para fomentar la unión entre los esposos. Además, es posible también introducir elementos extrafamiliares en el sistema, por ejemplo, estimulando a la madre a encontrar un trabajo que le proporcione satisfacciones fuera de su familia. El terapeuta debe controlar el impacto de la terapia y de las circunstancias de la vida sobre la familia y estar dispuesto a proporcionar ayuda. El cambio a través de la terapia se acompaña con tensión. El desequilibrio producido por la introducción del terapeuta en el seno de la familia y su acomodamiento a éste pueden ser útiles en sí mismo, pero es posible que no siempre coincidan con los objetivos terapéuticos. TRANSACCIONES ALTERNATIVAS EN TRANFORMACIÓN El terapeuta considera a la familia como la matriz de la curación, se centraliza en la manera en que las personas pueden influirse y ayudarse mutuamente. El objetivo es el acomodamiento y el apoyo mutuo. EVOLUCIÓN EN TERAPIA Familia: Acude a terapia solicitándola solamente al terapeuta para que alivie sus problemas actuales. Por lo tanto, los miembros de esta familia deben permitir y asimilar las intervenciones del terapeuta, sus cuestionamientos y su insistencia en el cambio. Terapeuta de familia: Cuestiona la percepción de la realidad de los pacientes. Le dice a un miembro de una familia que sus experiencias son discutibles, ya que el terapeuta sabe que la realidad es más compleja. El terapeuta apoya a los miembros de la familia, pero surgiere que más allá de lo que han percibido hay orea cosa. El terapeuta debe convencer a los miembros de la familia que sus indicaciones de “si, pero” o “si, y” derivan de sus propias naturalezas. Su posición de duda debe apoyarse en señalamiento que los miembros de la familia consideren correctos sobre la base de sus propias experiencias previas. Aunque los cuestiona basándose en la consideración de que puede ver más allá que ellos, y debe ser capaz de aferrarse a posibilidades de alternativas, o a códigos alternativos, de los que los miembros de la familia puedan disponer. Familia en terapia: Cuando toda la familia es vista en terapia, se observa con claridad que los niños y la madre forman una coalición que ha aislado al padre, llevándolo a una posición periférica y haciendo recaer una parte excesiva del proceso de socialización en la madre. Los niños actúan como una patrulla de salvamento. Cuando el padre impone reglas, lo hace de un modo tan pomposo que hace sentir a la madre frustrada y desamparada. Los niños comienzan a portarse mal de un modo que desvía la cólera del padre sobre ellos. El niño más pequeño es experto en ello y la relación entre él y el padre es tensa. Táctica del terapeuta: Consiste en romper la coalición de los niños con la madre, clarificando el límite alrededor del subsistema conyugal y desarrollando la proximidad entre el marido y la mujer, y entre el padre y los niños. Familia: El padre, la madre y el hijo son ubicados en una nueva posición por las intervenciones del terapeuta. En donde aceptan los cambios de posición debido a que el terapeuta les ofrecía alternativas dentro de su esfera y les planteaba una promesa de disposiciones más satisfactorias. La transformación de la familia se mantiene cuando el terapeuta no se encuentra presente debido a que la transformación ha activado nuevas dinámicas entre los miembros de la familia y a que apoyan las nuevas pautas transaccionales. Por lo tanto, estas nuevas pautas transaccionales tienden a automantenerse. Evolución de los pacientes: Tiene tres causas. En primer lugar, se cuestiona su percepción de la realidad, en segundo lugar, se les proporcionan posibilidades alternativas que les parecen adecuadas y en tercer lugar una vez que ensayaron las pautas transaccionales alternativas aparecen nuevas relaciones que se refuerzan a sí mismas. SE HACE CAMINO AL ANDAR Transformación: Este concepto se relaciona con evoluciones considerables en el marco de la terapia que se producen a lo largo del tiempo. El terapeuta debe saber como proyectar esos objetivos y debe saber cómo facilitar los pequeños movimientos que llevan a la familia en dirección de estas metas. La capacidad de una persona de pasar de una situación a otra depende del apoyo que recibe. Por lo tanto, es vital que el terapeuta proporcione sistemas de apoyo en el seno de la familia para facilitar el movimiento de una posición a la siguiente. Contacto terapéutico: se produce en un nivel de proximidad interpersonal dentro de un contexto específico. El contenido de una sesión depende de muchos factores de idiosincrasia. Pero este contenido se relaciona en forma estrecha con la experiencia de la vida cotidiana de una familia. La dinámica y la estructura de una familia se trasmiten a través del contenido de las comunicaciones entre sus miembros al igual que a través del orden de esas comunicaciones. Por lo tanto, el contenido de una sesión es influido también por el aporte del terapeuta. FORMACIÓN DEL SISTEMA TERAPÉUTICO Terapeuta: Sus métodos para la creación de un sistema terapéutico y situarse a sí mismo como líder se designan como operaciones de asociación. Si el terapeuta no puede asociarse a la familia y establecer un sistema terapéutico, la reestructuración no puede producirse y todo intento de alcanzar los objetivos terapéuticos fracasarán. UNIÓN Y ACOMODAMIENTO Unión: Se utiliza cuando se pone el acento en las acciones del terapeuta tendientes directamente a relacionarse con los miembros de la familia o con el sistema familiar. Acomodamiento: Se utiliza cuando se pone el acento sobre las adaptaciones del terapeuta tendientes a lograr la alianza. Terapeuta: Debe de aislarse al sistema familiar y aceptar la organización y el estilo de la familia, y poder fundirse con ellos. Debe experimentar las pautas transaccionales de la familia y la fuerza de estas pautas Debe seguir un camino de comunicación, descubriendo cuales de los miembros se encuentran abiertos, cerrados o bloqueados. Cuando traspasa los umbrales familiares, debe estar alerta ante los mecanismos de estabilidad del sistema. Los choques de la familia en relación con el terapeuta constituyen los factores que le permiten conocer a la familia. Este proceso no puede ser unilateral: del mismo modo que el terapeuta se acomoda para unirse a la familia, la familia debe acomodarse para unirse a él. Este terapeuta se une a la cultura cuyo estudio a encarar. Experimenta las presiones del sistema familiar, observa el sistema realizando deducciones que le permiten transformar su experiencia en un mapa familiar en el que basa sus objetivos terapéuticos, la compresión y conocimiento de una familia de este modo íntimo y experimental constituye un elemento vital de la terapia familiar. Familia: Se modifica solamente si el terapeuta ha logrado incorporarse al sistema de un modo sintónico a éste. Por lo tanto, el terapeuta intenta modificar la cultura a la que se une y dispone de las cualidades requeridas para lograrlo. Intervenciones del terapeuta: Intentan desplazar al sistema terapéutico en la dirección de las metas terapéuticas. El terapeuta debe responder a los elementos inmediatos de cada sesión. Estas respuestas inmediatas pueden discrepar con las metas finales del tratamiento. Mantenimiento: Se relaciona con la técnica de acomodación de proporcional un apoyo programado a la estructura familiar. El sistema puede ser mantenido en todos los niveles, desde la estructura familiar como un todo hasta las características de los miembros individuales. El terapeuta puede optar por mantener las pautas transaccionales específicas de un subsistema familiar. Un terapeuta reconoce la posición ejecutiva de los padres en una familia cuando les dirige las primeras preguntas, cuando respuesta la necesidad de la familia de ser contactada a través de aquel definido como conmutador central, o cuando acepta temporariamente el etiquetamiento del paciente identificado. El terapeuta apoya los subsistemas familiares cuando alienta a los cónyuges a apoyarse mutuamente al encarar el subsistema adolescente. Las operaciones de mantenimiento requieren a menudo que se ratifique y apoye el potencial y la fuerza de un individuo, o se afiance la posición de un miembro en la familia. En los entrelazamientos de la terapia, las operaciones de mantenimiento pueden desempeñar una función de reestructuración. Cuando el terapeuta apoya a un subsistema, otras partes de la familia pueden verse obligadas a reestructurarse o acomodarse a este apoyo. Rastreo: Constituye una de las técnicas de acomodación. El terapeuta sigue el contenido de las comunicaciones y de la conducta de la familia y los alienta para que continúen. Actúa como una púa que busca los surcos en un disco. Significa el planteamiento de preguntas que clarifiquen lo que está en juego, la realización de comentarios aprobadores o el estímulo para la amplificación de un punto. El terapeuta se ubica a sí mismo como una parte interesada. El rastreo fortalece a los miembros de la familia al estimular la información. El terapeuta no inicia una acción, él conduce siguiendo. Convalida a la familia tal como es, estimulando y aceptando sus comunicaciones. Puede utilizarse como una estrategia de reestructuración. Liebman utilizaba el rastreo para crear un límite transitorio entre los padres de una niña anoréxica y la paciente. Mimetismo: Es una operación humana universal. Un terapeuta puede usar esta operación para acomodarse a un estilo familiar y a sus modalidades afectivas. Por lo tanto, adopta el ritmo familiar de comunicación disminuyendo su ritmo. Es decir, que el terapeuta se asemeja a los miembros de la familia en todos los rasgos universales de la condición humana. Por lo tanto, se plantearán situaciones en las que tienen experiencias comunes. El terapeuta puede poner el acento en ellas para mezclarse con la familia en una operación mimética. En el marco del sistema terapéutico, las operaciones miméticas son por lo general implícitas y espontáneas. DIAGNÓSTICO Diagnóstico: Es la hipótesis de trabajo que el terapeuta desarrolla a partir de sus experiencias y observaciones relacionadas con su proceso de unión con la familia. Diagnóstico psiquiátrico: Requiere la recopilación de datos de o acerca de el paciente y la atribución de un rótulo al complejo de información así reunido. Diagnóstico familiar: Requiere la acomodación del terapeuta a la familia para formar un sistema terapéutico seguido por su evaluación de sus experiencias de la interacción de la familia en el presente. Se logra a través del proceso interaccional de unión. Aparece en el mapa familiar y se relaciona íntimamente con las características de la idiosincrasia tanto de terapeuta como de la familia, el diagnóstico incluye también el modo en que la familia responde al terapeuta. Diagnóstico interaccional: Se logra a través del proceso de recopilar diferentes clases de información. Organizando en una secuencia lógica en términos de significación del material presentado, lo que las personas dicen es importante y también las comunicaciones no verbales. Se modifica constantemente a medida que la familia asimila al terapeuta, se acomoda a él y reestructura o resiste las intervenciones reestructurantes. Diagnóstico individual: Es un rótulo estático, que pone el acento sobre las características psicológicas más notables del individuo e implica que ellas resisten a los cambios en el contexto social. Terapia familiar: Se considera que los individuos y las familias se relacionan y cambian de acuerdo con su contexto social. La ventaja de un diagnóstico evolutivo relacionado con el contexto consiste en el hecho de que proporciona aperturas para la intervención terapéutica. Por lo tanto, el diagnóstico y la terapia se hacen inseparables. Enfoque de la terapia: La terapia con respecto a su problema se orienta por lo general hacia el individuo y hacia el pasado. La familia llega debido al sufrimiento o anomalía de un miembro, el paciente identificado. El objetivo de sus miembros consiste en que el terapeuta cambie al paciente identificado. Pretenden que el terapeuta cambie la situación sin modificar sus pautas transaccionales habituales. Terapeuta: Considera al paciente identificado simplemente como el miembro de la familia que expresa un problema que afecta al sistema en su totalidad. Pero la familia en su totalidad debe ser el blanco de las intervenciones terapéuticas. Se concentran en seis áreas fundamentales al evaluar las transacciones de la familia: 1. Considera la estructura de la familia, sus pautas transaccionales preferibles y las alternativas disponibles. 2. Evalúa la flexibilidad del sistema y su capacidad de elaboración y reestructuración, tal como lo revela la modificación de las alianzas y coaliciones del sistema y de los subsistemas en respuesta a las circunstancias cambiantes 3. El terapeuta examina la resonancia del sistema familiar, su sensibilidad ante las acciones individuales de los miembros. Todas las familias ocupan un lugar determinado en una escala entre el aglutinamiento, o una sensibilidad tan extrema a las intervenciones de cada uno de sus miembros que el umbral para la activación de los mecanismos de estabilidad es inadecuadamente bajo. 4. El terapeuta examina el contexto de vida de la familia, analizando las fuentes de apoyo y de stress en la ecología de la familia. 5. Examina el estadio de desarrollo de la familia y su rendimiento en las tareas apropiadas a este estadio 6. Explora las formas en que los síntomas del paciente identificado son utilizados para el mantenimiento de las pautas preferidas por la familia. Contenido de las comunicaciones: Por lo general esta cuidadosamente organizado y ha asumido un carácter rígido debido a las frecuentes repeticiones. EL CONTRATO TERAPÉUTICO Elemento esencial de la formación de un sistema terapéutico: Esta constituido por el acuerdo en relación con un contrato terapéutico. La familia desea que el problema que presenta sea resuelto sin interferencias con sus pautas transaccionales preferidas. Pero el cambio del paciente identificado dependerá probablemente de la transformación de la familia. Por lo tanto, la familia y el terapeuta deben lograr un acuerdo en lo que concierne a la naturaleza del problema y los objetivos del cambio. Contrato: Plantea una promesa de ayuda para la familia con el problema que ha traído a su terapia. Explícita la logística de la terapia. El tratamiento puede realizarse en el consultorio, en la casa, en la escuela, puede desplazarse de un lugar a otro. El terapeuta puede restringirse a los problemas intrafamiliares o puede ayudar a la familia en sus dificultades con otras instancias. El contrato terapéutico especifica la frecuencia de las sesiones, y durante cuánto tiempo se extenderán. UNIÓN CON LOS SUBSISTEMAS Unión del terapeuta con el subsistema: Constituye una intervención reestructurantes, debido a que otros miembros de la familia deben reagruparse para absorber el impacto de la alianza del poderoso terapeuta con otro subsistema. Cuando el terapeuta trabaja con una familia, se asocia a los diferentes subsistemas en diferentes formas, acomodándose a las pautas de intercambio internas de cada uno, a su estilo, afecto y lenguaje. Este terapeuta debe ser capaz de acomodarse al lenguaje del niño, y a medida que va avanzando las sesiones va aumentando gradualmente la complejidad del lenguaje. Utilización de diferentes subsistemas familiares: Algunos terapeutas de familia sostienen que el tratamiento debe realizarse en presencia de todos los miembros de la familia, para poder lograr así comunicaciones abiertas. El trabajo exclusivamente en presencia de todos los miembros de la familia inhibirá sin duda el despliegue de los secretos y fantasmas familiares, pero a veces el trabajo con subsistemas separados constituye un recurso reestructurador sumamente útil Terapia: Cuando la terapia se inicia, el terapeuta invita a todos los miembros de un hogar a concurrir a las sesiones. Si sabe que se trata de una familia extensa, incluye a los abuelos. Si hay algún otro adulto relacionado en forma significativa con una familia en la que existe sólo una figura paterna, intenta establecer contacto con esa persona. Solicita a la familia que acuda con todos los hijos, incluyendo a los más pequeños, a las sesiones iniciales. Sus observaciones de toda la familia ayudan al terapeuta a identificar los diferentes modos en que los diferentes miembros de la familia participan en el mantenimiento de pautas transaccionales disfuncionales. También proporciona elementos para evaluar el poder relativo de los diferentes miembros de la familia para efectuar o para resistir cambios en el seno de la familia. La inclusión y la exclusión de los miembros de la terapia en la unidad terapéutica en curso constituyen una estrategia sumamente útil para explorar la forma en que funcionan los subsistemas en contextos cambiantes. En algunos casos de la familia, el terapeuta trabaja siempre con el grupo total. En otras, selecciona al grupo que en su opinión es el más adecuado. Y cuando trabaja con familias con hijos adolescentes, el terapeuta puede realizar sesiones individuales con cada adolescente, lo que le permite explorar desenlaces posibles en forma autónoma y establecer una relación con un adulto extrafamiliar significativo, lo que no sería posible dentro del marco del grupo familiar total. El terapeuta puede actuar como un delineador de límites dentro de la familia, asociándose a un subsistema de la familia y excluyendo a otros en el transcurso de las sesiones realizadas con la familia en su totalidad. UNIÓN Y RESTRUCTURACIÓN Separación entre unión y restructuración: Constituye una distinción artificial, que no caracteriza al despliegue natural de la terapia. Unidad terapéutica: Se encuentra en continuo movimiento, y el proceso de unión, exploración, observación, elaboración de un contrato terapéutico y producción del cambio se produce constantemente en una secuencia en caleidoscopio. Entrelazo que existe entre el acomodamiento y la reestructuración: Es interesante y complejo. Es posible clasificar a los terapeutas de acuerdo con su utilización confesa de las operaciones de acomodación y reestructuración. Los procesos de acomodación son considerados como una parte incidental de la terapia, que se debe controlar sólo si se llegan a ser contratransferenciales. Mientas que se considera que el proceso de reestructuración de la familia se produce como resultado de las interpretaciones del terapeuta. Por lo tanto, el terapeuta se encuentra en una posición exterior, mirando hacia adentro Grupo existencial: Se considera que el terapeuta y la familia se acomodan mutuamente. Se piensa que el cambio en la familia se produce como resultado de esta acomodación mutua, y, por lo tanto, se espera que el desarrollo será genérico y no específico. El terapeuta opera desde el interior, sin desligarse. Enfoque estructurar: Acá se considera que ambos tipos de operación son esenciales para la terapia. Los procesos de acomodación son operaciones específicas, mediante las cuales el terapeuta logra un conocimiento subjetivo de las modalidades de intercambio de la familia y se ubica a sí mismo como el líder del sistema terapéutico. Las operaciones reestructurantes, que pueden incluir la realización de tareas en el hogar fuera de la presencia del terapeuta, requieren cambios específicos en la organización familiar.