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1) “Siento que debo morir antes del Año Nuevo (Rasputín fue, en efecto, asesinado el 29 de diciembre de 1916).

Quiero
hacer presente, no obstante, al pueblo ruso, al Padre, a la Madre de Rusia y a los muchachos, que si yo soy asesinado
por comunes asesinos, y especialmente por mis hermanos aldeanos rusos, tú, Zar de Rusia, no tengas miedo, permanece
en tu trono, gobierna y no temas por tus Hijos, porque reinarán por otros cien o más años. Pero si soy asesinado por los
nobles, sus manos quedarán manchadas por mi sangre y, durante veinticinco años, no podrán sacarse de la piel esta
sangre. Ellos deberán abandonar Rusia. Los hermanos matarán a los hermanos; ellos se matarán entre sí. Y durante
veinticinco años, no habrá nobles en el País. Zar de la tierra de Rusia, si tú oyes el tañido de las campanas, que te
anuncian que Grigorij (Rasputín) ha sido asesinado, debes saber esto: Si han sido tus parientes quienes han provocado
mi muerte, entonces ninguno de tu familia, o sea ninguno de tus hijos o de tus parientes, quedará vivo durante más de
dos años. Ellos serán asesinados por el pueblo ruso… ¡Rogar, rogar, sed fuertes, pensad en vuestra bendita familia”.

2) “Cada vez que abrazo al zar y a la Madre, y a las muchachas y al hijo primogénito del zar, mi espalda es recorrida por
un escalofrío de terror. Es como si entre los brazos estrechara cadáveres. Y entonces, ruego por esta gente, porque
siento que en ésta, nuestra Rusia, es la que tiene más necesidad. Y ruego por toda la familia Romanov, porque sobre ella
está calando la sombra de un largo eclipse”. (Los integrantes de la familia Romanov – el zar Nicolás II, su esposa la zarina
Alejandra y sus cinco hijos: Olga, Tatiana, María, Anastasia y Alekséi-, tal como temía Rasputín, sería fusilados por los
bolcheviques el 17 de julio de 1918).

3) “No tendrán paz los vivos y no tendrán paz tampoco los muertos. Tres lunas después de mi muerte, veré de nuevo la
luz, y la luz se convertirá en fuego. Será entonces cuando la muerte volará libremente en el cielo y se posará también
sobre la familia imperial. Pasarán veinticinco años y la muerte volverá de nuevo a volar… Pasarán más años y la muerte,
de nuevo, volará. El primer vuelo será para recoger el oro. El segundo vuelo será para recoger el plomo. El tercer vuelo
será para recoger el grano” ( Se cree que este vaticinio Rasputín predijo la caída del zarismo y el advenimiento de la
revolución rusa, con tres “vuelos” que probablemente representaban a Vladimir Lenin, José Stalin y Nikita Krushev,
respectivamente).

4) “En ese tiempo volverán los grandes sembradores para esparcir la simiente, pero una parte de la tierra estará
humeante y un tercio de la simiente se quemará. Otra parte de la tierra será estéril y la simiente morirá, pero la tercera
parte dará cosechas tan copiosas como nunca habían sido vistas sobre la tierra. En este tiempo, toda la tierra estará bajo
el signo de un evangelista, la gran isla estará bajo la sombra del león; pero el león perderá las garras, la tierra justa y el
corazón de Europa”. 

5) “La cruz será arrojada en la bodega. Los martillos golpearán sobre los altares y las llamas devorarán las iglesias… De la
cruz se blasfemará y llegará el día en que no habrá tierra suficiente para sepultar a los muertos… Pero el imperio durará
poco. Cuando se desencadene el sol, no crecerá más hierba a la altura del Volga. Sólo después de una gran desolación y
una gran turbación, la cruz de la Santa volverá de nuevo a los altares” (hablando supuestamente de las purgas
estalinistas, la instalación del ateísmo después de la revolución rusa y la persecución del cristianismo durante la época
del comunismo soviético).

6) “Sobre Petersburgo caerán las tinieblas. Cuando su nombre sea cambiado, el imperio habrá terminado. Y cuando su
nombre otra vez sea cambiado, sobre Europa entera estará a punto de desencadenarse la ira de Dios. Retornará
Petersburgo cuando el sol haya acabado de llorar y la Virgen de Kazan ya no esté. Petersburgo será la capital de la nueva
Rusia y de sus entrañas se levantará un tesoro, que será llevado a todas las tierras de la Madre Santa” (refiriéndose a los
futuros cambios de nombre de la ciudad de San Petersburgo, que pasó a llamarse Petrogrado entre 1914 y 1924, a raíz
del conflicto con Alemania durante la Primera Guerra Mundial; y Leningrado, después del triunfo de la revolución rusa y
tras la muerte de Lenin entre 1924 y 1991; después de ese año y de un plebiscito, volvería a llamarse San Petersburgo).

) “Los hombres están caminando hacia la catástrofe. Serán los menos capaces quienes llevarán las riendas. Así será en
Rusia, igual que en Francia, en Italia y otros lugares… La humanidad será aplastada por el alboroto de los locos y de los
malhechores. La sabiduría será encadenada. Serán el ignorante y el prepotente quienes dictarán la ley al sabio y también
al humilde. Y después, la mayor parte de los hombres creerán en los potentes y no creerán más en Dios… El castigo de
Dios llegará tarde, pero será tremendo. Y esto sucederá antes de que nuestro siglo acabe. Después, finalmente, la
sabiduría será desatada de las cadenas y el hombre volverá de nuevo a confiar plenamente en Dios, como el niño se
confía a su madre. Siguiendo este camino, el hombre llegará al paraíso terrestre”. 

8) “El útero de la mujer será como la tierra de los ríos; estériles serán ambos. Y ello será incluso una gracia, porque el
útero no estéril y la tierra no estéril parirán monstruos. Día desventurado será aquel en que el útero materno será
comercializado, como se comercializa la carne de los bovinos. En este tiempo, el hombre, criatura de dios, se convertirá
en criatura de la ciencia”.

9) “Los venenos abrazarán a la Tierra como un fogoso amante. Y en el mortal abrazo, los cielos tendrán el hálito de la
muerte, y las fuentes no darán más que aguas amargas, y muchas de estas aguas serán más tóxicas que la sangre
podrida de la serpiente. Los hombres morirán a causa del aire, pero se dirá que han muerto del corazón o de los
riñones… El aire que hoy desciende a nuestros pulmones para llevar la vida, llevará un día la muerte. Y llegará el día en
que no habrá montaña ni colina; no habrá mar ni lago que no sean envueltos por el hálito fétido de la Muerte. Y todos
los hombres respirarán la Muerte, y todos los hombres morirán a causa de los venenos suspendidos en el aire.
Enfermarán las plantas y morirán una tras otra. Los bosques se convertirán en un enorme cementerio, y entre los
árboles secos vagarán sin rumbo hombres aturdidos y envenenados por las lluvias venenosas” 10) “Llegará el tiempo en
que el sol llorará sobre la tierra y sus lágrimas caerán como chispas de fuego, quemando las plantas y a los hombres. Los
desiertos avanzarán como caballos enloquecidos sin jinete, y los pastos se volverán arena, y los ríos serán el ombligo
pútrido de la tierra. Desaparecerá la hierba tierna del prado y la hoja, puesto que reinarán los dos desiertos: el desierto
de la arena y el desierto de la noche. Y bajo el Sol encendido el frío gélido apagará la vida”

11) “Los mares penetrarán como ladrones en las ciudades y en las casas, y las tierras se volverán saladas. Y la sal entrará
en las aguas y no habrá agua que no sea salada. Las tierras saladas no darán más fruto y, cuando lo den, será un fruto
amargo. Por eso veréis terrenos fértiles transformarse en pantanos salados. Y otras tierras serán secadas por un calor
que irá aumentando. El hombre se encontrará bajo las lluvias saladas y caminará sobre tierras saladas, y andará errante
entre sequías y aluviones”

12) “Cuando Sodoma y Gomorra vuelvan de nuevo a la Tierra y los hombres vistan de mujer y las mujeres de hombre,
entonces veréis pasar la Muerte cabalgando sobre la peste blanca. Y las antiguas pestilencias serán como una gota de
agua en el mar, respecto a la peste blanca. Montañas de cadáveres serán amontonados en las plazas, y millones de
hombres llevarán la muerte sin rostro. .. Ciudades, con millones de habitantes, no encontrarán brazos suficientes para
sepultar a los muertos, y muchos pueblos con campos serán cancelados con una única cruz… Ninguna medicina logrará
frenar la peste blanca, porque ésta es la antesala de la purificación. Y cuando nueve hombres de cada diez tengan la
sangre podrida, será echada sobre la Tierra la guadaña, porque habrá llegado el tiempo de regresar a casa”. 

13) “Dos príncipes sanguinarios tomarán posesión de la Tierra: Wiug vendrá de Oriente y volverá esclavo al hombre con
la pobreza; Graiug vendrá de Occidente y volverá esclavo al hombre con la riqueza. Los príncipes se disputarán la tierra y
el cielo y el terreno de la gran batalla será en la tierra de los cuatro demonios. Los dos príncipes serán vencedores y los
dos príncipes serán vencidos. Pero Graiug entrará en casa de Wiug y sembrará sus antiguas palabras, que crecerán y
devastarán la tierra. Así terminará el imperio de Wiug… Pero llegará el día en que también el imperio de Graiug será
destruido, porque las dos leyes de vida eran equivocadas y ambas producían la muerte. Tampoco sus cenizas se podrán
utilizar para cultivar el terreno, sobre el cual crecerá la nueva planta de la tercera luz”.

14) “Cuando se avecine el tiempo de la cosecha, al hombre le serán enviados siete signos. Y cada sabio comprenderá
que el grano está maduro, y no faltará mucho para que sea echada la guadaña sobre la tierra… Los temblores de la
tierra, en este tiempo, irán en aumento; tierras y aguas se abrirán y entre sus heridas engullirán a los hombres y otras
cosas. La violencia la encontraréis todas las mañanas en la puerta de casa, porque el hombre volverá a convertirse en
bestia y, como todas las bestias, agredirá o será agredido; este hombre no sabrá ya más distinguir el bien del mal. Lo que
sea honesto, o que sea moral, se volverá amoral… El alimento, en este tiempo, será cada vez más escaso, porque todo
estará envenenado…En este tiempo, la angustia se casará con el hombre, y de su unión espiritual nacerá la
desesperación; una desesperación como jamás se ha visto en la Tierra. Y en este tiempo, también las estaciones estarán
angustiadas, porque la rosa florecerá en diciembre y la nieve caerá en junio”.
14) “Cuando se hable mucho del hombre, será el tiempo en que se descuidará el hombre. Y cuando se hable del
bienestar, será el tiempo en que un malestar sutil serpenteará entre la gente. Montañas de palabras se gastarán para
nada, y trampas entre palabras confundirán los caminos del buen sentido. Muchos hombres serán destruidos por las
pestilencias; muchos hombres serán destruidos por las armas, y muchísimos serán destruidos por las áridas palabras.
Porque, cuando los tiempos maduren, el hombre será rico de lengua, pero pobre de corazón”.

15) “Cuando los tiempos estén cercanos al precipicio, el amor del hombre hacia el hombre será una planta seca. En el
desierto de aquel terreno florecerán solamente dos plantas: la planta del provecho y la planta del egoísmo. Las flores de
estas plantas podrán ser, sin embargo, cambiadas por las flores de la planta del amor. Toda la humanidad, en este
tiempo maldito, será engullida por la indiferencia. ¡Ay entonces de los que sufran, de los ancianos, de los inválidos, de
los afligidos de corazón, porque estarán solos en un mar de gentes! ¡Y ay de los puros de corazón, de los simples, de los
hombres con el corazón de niño, porque serán ultrajados y ridiculizados! Cuando oscurezca el triste día del homo-
sapiens, no quedará más que el desierto de la nada, porque precisamente la planta del amor fraterno estará muerta
desde hace tiempo. Y el amor fraterno es la Gran Medicina. Las Verdades de Dios son hechas distintas por los hombres,
pero la llama es única”.

16) “Mahoma dejará su casa, recorriendo el camino de los padres. Y las guerras estallarán como temporales de verano,
abatiendo plantas y desbastando campos, hasta el día en que se descubrirá que la palabra de Dios es una aunque sea
pronunciada en lenguas distintas. Entonces la mesa será única, como único será el pan”.

17) “Durante tres días el sol desaparecerá del cielo, y durante treinta días una niebla de humo y de dolor hará de la
tierra un gris sudario. El hombre vagará como un perro enloquecido en este mar de desesperación; su vida será una
agonía, y su única esperanza será la muerte”.

18) “Cuando llegue a Roma el hombre señalado en la frente, sonarán las campanas de la paz, pero bien pocos serán los
que notarán que quien tira de las cuerdas es la muerte. Sutiles engaños se preparan para el mundo entero, porque el
ratón escapará del gato, y el gato será comido por el ratón. En este tiempo, las glorias se repetirán rápidamente. Y se
repetirán los dolores. Los Cesares pasarán como el agua del río y las palabras serán nubes. El hombre señalado en la
frente será puesto en el altar; pero cuando deba madurar aún la quinta espiga el hombre señalado será depuesto sobre
la tierra desnuda y con sus carnes se hará un banquete. ¡Pobre gloria del mundo, que pasas como una sombra furtiva!
Tu tiempo está siempre señalado, antes aún de que tu perfume se expanda. ¡Pobre gloria del mundo, vestida de oro y de
plata, pero hecha de cenizas! No volváis a mirar los caminos señalados, porque sobre estos se abatirá el viento y borrará
toda señal. Y el viento abrirá las tierras, desplazará las montañas, y borrará la ciudad con el signo del mar. No os volváis
en este tiempo para preguntar si el viento sopla de Occidente o de Oriente, porque, cuando os hayáis girado, el viento
ya habrá pasado”.

19) “La historia de Caín y Abel se repetirá en el lugar rodeado por las murallas, con siete torres y un águila. Esta vez será
el pacífico Abel quien matará al pérfido Caín, y nada quedará de esta historia, porque también el nombre de la ciudad
será cambiado, y la tierra abrazará amorosamente al bien y al mal. Pero en la ciudad de las siete torres se desatará una
chispa que enseñará una nueva palabra y una nueva ley. Y la nueva ley enseñará al hombre una nueva vida, porque en la
casa nueva no se podrá entrar con los hábitos viejos. Y cuando el sol se ponga, se descubrirá que la nueva ley es la
antigua ley y que el hombre había sido creado por esta ley”.

20) Nacerán monstruos, que no serán ni hombres ni animales. Y muchos hombres, que no estarán señalados en la carne
ni en la mente, llevarán el signo en el alma. Cuando después los tiempos maduren, encontraréis en cuna a monstruo de

los monstruos: el hombre sin alma”

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