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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo aborda temas de gran importancia como lo es “el cáncer”, que se puede

definir como una enfermedad que ocurre cuando las células del cuerpo crecen y se multiplican en

forma descontrolada. El cuerpo está compuesto por diversos tipos de células, las que crecen y se

dividen para producir nuevas células que son necesarias para el organismo. Precisamente cuando

este proceso se descontrola, se produce una masa de tejidos llamada tumor. Los tumores pueden

ser benignos o malignos y sólo estos últimos constituyen cáncer.

Por ende, es importante conocer sobre el cáncer, porque la incidencia está en aumento

debido a una mayor detección y a la mayor expectativa de vida de la población. Siempre se ha

dicho que una de cada dos personas puede tener cáncer a lo largo de su vida y el riesgo aumenta

con la edad.

Con el conocimiento que se tiene actualmente, solo algunos tipos de cáncer pueden

prevenirse, en todo caso, el conjunto de tratamientos que se utiliza para tratar el cáncer, se

denominan de forma genérica, tratamiento antineoplásicos, la llamada quimioterapia

antineoplásica
EL CÁNCER (NEOPLASIA)

La definición oficial dada por los organismos que estudian esta enfermedad es la siguiente:

“El cáncer es una enfermedad por la que algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se

diseminan a otras partes del cuerpo”. Es posible que el cáncer comience en cualquier parte del

cuerpo humano, formado por billones de células. En condiciones normales, las células humanas

se forman y se multiplican (mediante un proceso que se llama división celular) para formar

células nuevas a medida que el cuerpo las necesita. Cuando las células envejecen o se dañan,

mueren y las células nuevas las reemplazan.

El cáncer es una enfermedad genética. Los cambios en los genes que controlan el

funcionamiento de las células, en especial, cómo se forman y multiplican, causan el cáncer. Los

cambios genéticos que causan cáncer se producen por estos motivos: errores que ocurren cuando

las células se multiplican, daños en el ácido desoxirribonucleico (ADN) por sustancias

perjudiciales en el medio ambiente, como las sustancias químicas en el humo de tabaco y los

rayos ultravioleta del sol o se pasan por herencia de padre a hijo.

En general, el cuerpo elimina células con daños en el ADN antes de que se vuelvan

cancerosas. Pero la capacidad del cuerpo disminuye a medida que las personas envejecen. Por eso

El riesgo de cáncer aumenta con la edad. El cáncer de cada persona es una combinación única de

cambios genéticos. A medida que el cáncer sigue creciendo, ocurren otros cambios. Incluso

dentro del mismo tumor, es posible que las diversas células tengan cambios genéticos distintos.
Algunos cambios en los genes, que son la unidad física básica de la herencia, causan el

cáncer. Los genes se organizan en largas hebras, repletas de ácido desoxirribonucleico (ADN)

que se llaman cromosomas.

Los cambios genéticos que contribuyen al cáncer suelen afectar a tres tipos principales de

genes: protooncogén, gen supresor de tumoral y gen de reparación de ADN. Estos cambios a

veces se llaman “oncoiniciadores”. Los protooncogenes participan en la formación y

multiplicación normal de las células. Pero cuando hay ciertos cambios en estos genes o hay más

actividad de la normal, podrían convertirse en genes que causan cáncer, llamados oncogenes.

Esto hace que las células se multipliquen y sobrevivan en casos en los que no deberían.
Por otra parte, El cáncer que se diseminó del sitio donde se inició a otra parte del cuerpo

se llama cáncer metastásico. Es por ello que, el cáncer metastásico tiene el mismo nombre y el

mismo tipo de células cancerosas que el cáncer primario. Por ejemplo, el cáncer de seno (mama)

que forma un tumor metastásico en el pulmón es cáncer de seno metastásico, no es cáncer de

pulmón.

Cuando se observan al microscopio, las células cancerosas metastásicas en general se ven

igual que las células del cáncer primario. Es más, las células cancerosas metastásicas y las células

del cáncer primario suelen tener características moleculares en común, como cambios específicos

en los cromosomas. En algunos casos, el tratamiento ayuda a prolongar la vida de las personas

con cáncer metastásico. En otros casos, la meta principal del tratamiento del cáncer metastásico

es evitar que se disemine o aliviar los síntomas de la enfermedad. La metástasis causa la mayoría

de las muertes.
Sin embargo, cuando ocurren cambios en los tejidos no siempre producen cáncer, Pero,

sin tratamiento, algunos cambios en los tejidos se podrían volver cancerosos. A continuación se

incluyen ejemplos de cambios no cancerosos en los tejidos, que se vigilan porque podrían

convertirse en cáncer.

Hiperplasia. Aumento más rápido que lo normal del número de células en un tejido del

cuerpo que hace que se acumulen demasiadas células. Sin embargo, las células y el tejido se ven

normales cuando se observan al microscopio. Hay varias causas de hiperplasia, como la irritación

crónica.

Displasia. Afección más avanzada que la hiperplasia. En la displasia, también se

acumulan demasiadas células. Pero las células se ven anormales y cambia la estructura del tejido.

En general, mientras más anormal se vean las células y el tejido, más probable es que se convierta

en cáncer. Algunos tipos de displasia se deben vigilar o tratar y otros no. Un ejemplo de displasia

es el nevo displásico, un tipo de lunar anormal que aparece en la piel. Aunque en la mayoría de

los casos no ocurre, a veces el nevo displásico se convierte en melanoma, un tipo de cáncer de

piel.

Carcinoma in situ. Enfermedad avanzada localizada. Aunque a veces se llama cáncer en

estadio 0 (cero), no es cáncer porque las células anormales no se diseminan al tejido cercano,

como ocurre con las células cancerosas. Pero por lo general se trata porque es posible que

algunos carcinomas in situ se conviertan en cáncer.


Las células normales a veces se vuelven cancerosas. Antes de que las células cancerosas se

formen en los tejidos del cuerpo, las células pasan por cambios anormales que se llaman

hiperplasia y displasia. En la hiperplasia, hay un aumento en el número de células en un órgano o

tejido, que se ve normal al microscopio. En la displasia, las células se ven anormales al

microscopio pero no son cancerosas. En ambos casos, la hiperplasia y la displasia a veces, pero

no siempre, se convierten en cáncer.

Tipos de cáncer:
Hay más de 100 tipos de cáncer. En general, los tipos de cáncer llevan el nombre de los

órganos o tejidos donde se forma el cáncer. A continuación se describen algunos tipos de cáncer

que se nombran según las células específicas en donde comienza el cáncer.


Carcinoma. Son el tipo más común de cáncer. Consisten de células epiteliales, que son

las células que recubren las partes internas y externas del cuerpo. Hay muchos tipos de células

epiteliales. Cuando se observan al microscopio, parecen pequeñas columnas.

Los carcinomas tienen nombres distintos según el tipo de célula epitelial donde se inician:

Adenocarcinoma. Cáncer que se forma en las células epiteliales que producen líquido o

moco.

Carcinoma de las células basales. Cáncer que se forma en la capa inferior o de base de

la epidermis, que es la capa de piel externa de una persona.

Carcinoma de las células escamosas. Un cáncer que se forma en las células escamosas,

que son células epiteliales que están justo debajo de la superficie externa de la piel. Las células

escamosas también recubren muchos otros órganos, como el estómago, los intestinos, el pulmón,

la vejiga y los riñones.

Carcinoma de células transicionales. Cáncer que se inicia en un tejido que se llama

epitelio transicional o urotelio. Este tejido tiene muchas capas de células epiteliales que se

agrandan y achican. Se encuentra en el revestimiento de la vejiga, los uréteres y la pelvis renal.

Sarcomas. Los sarcomas son cánceres que se forman en el hueso y los tejidos blandos,

como los músculos, la grasa, los vasos sanguíneos, los vasos linfáticos y el tejido fibroso

(tendones y ligamentos).

Leucemia. Los cánceres que comienzan en el tejido de la médula ósea roja que se

transforma en células sanguíneas se llaman leucemias. Estos cánceres no crean un tumor sólido.

En cambio, se acumulan grandes cantidades de glóbulos blancos anormales (células leucémicas y

blastocitos leucémicos) en la sangre y la médula ósea, que desplazan a las células sanguíneas
normales. La concentración baja de células sanguíneas normales hace que sea más difícil para el

cuerpo llevar oxígeno a los tejidos, controlar el sangrado o combatir infecciones.

Linfoma. Es un cáncer que se inicia en los linfocitos (células T o células B). Estos

glóbulos blancos que luchan contra las enfermedades son parte del sistema inmunitario. En el

linfoma, los linfocitos anormales se acumulan en los ganglios y vasos linfáticos, y en otros

órganos del cuerpo.

TUMOR

Un tumor es cualquier alteración de los tejidos que produzca un aumento de volumen. Es

un agrandamiento anormal de una parte del cuerpo que aparece, por lo tanto, hinchada o

distendida. El tumor, junto con el rubor, el dolor y el calor, forman la tétrada clásica de los

síntomas y signos de la inflamación.

En este caso, los tumores ocurren cuando las células se dividen y se multiplican

excesivamente en el cuerpo. Normalmente, el cuerpo controla la división y el crecimiento de las

células. Se crean nuevas células para reemplazar a las viejas o para desempeñar nuevas

funciones. Las células que están dañadas o que ya no se necesitan mueren para dar paso a las

células de reemplazo sanas. Si se altera el equilibrio de división y muerte celular, se puede formar

un tumor.

Sin embargo, esta masa anormal de tejido que aparece cuando las células se multiplican

más de lo debido o no se mueren cuando deberían, en ocasiones son benignos (no cancerosos) o

también malignos (cancerosos), Las masas benignas a veces crecen mucho pero no se diseminan
y tampoco invaden los tejidos cercanos ni otras partes del cuerpo. Las masas malignas suelen

diseminarse o invadir los tejidos cercanos, y también es posible que se diseminen a otras partes

del cuerpo a través de la sangre y el sistema linfático. También se llama neoplasia y tumoración.

En todo caso, Un tumor benigno es un tipo de neoplasia que carece de la malignidad de

los tumores cancerosos. Por definición, este tipo de tumor no crece en forma desproporcionada ni

agresiva; no invade tejidos adyacentes y no hace metástasis a tejidos u órganos distantes.

Ejemplos comunes de tumor benigno son el nevus melanocítico y mioma uterino.

Por ende, los tumores malignos invaden, destruyen, reemplazan y pueden ocasionar la

muerte si no se diagnostica y suministra tratamiento. Las células cancerosas pueden invadir y

dañar tejidos y órganos cercanos al tumor. Las células pueden separarse del tumor maligno y

entrar al sistema linfático o al flujo sanguíneo, que es la manera en que el cáncer alcanza otras

partes del cuerpo. El aspecto característico del cáncer es la capacidad de la célula de crecer

rápidamente, de manera descontrolada e independiente del tejido donde comenzó.


ANTINEOPLÁSICOS

Los antineoplásicos son sustancias que impiden el desarrollo, crecimiento, o proliferación

de células tumorales malignas. Estas sustancias pueden ser de origen natural, sintético o

semisintético. Los diferentes fármacos antineoplásicos pueden actuar sobre una o varias fases del

ciclo celular o sobre los mecanismos de control de la proliferación celular.

Según el mecanismo de acción se clasifican básicamente de dos tipos, aquellos que actúan

contra la célula tumoral en un determinado ciclo de la división celular denominados ciclo-

específicos y aquellos ciclo-inespecífico que afectan a la célula durante todo su ciclo de


desarrollo. Muchos de los antineoplásicos son profármacos, es decir, se administra un

medicamento que es menos tóxico, o tiene mejores características farmacodinámicas, y una vez

en el organismo se convierte en otro fármaco más eficaz, seguro y selectivo frente a su diana

terapéutica.

Las enfermedades neoplásicas se deben tratar con la máxima dosis tolerable para producir
el mayor porcentaje de muerte celular posible. El tratamiento debe realizarse de forma secuencial,
en ciclos, con el fin de optimizar el resultado y permitir la recuperación de los tejidos sanos. En
general, se deben administrar al menos dos fármacos que actúen sobre diferentes dianas
terapéuticas y sin toxicidad cruzada. De este modo se reduce la toxicidad, se aumenta la eficacia
sobre el tumor y disminuyen las posibilidades de que aparezcan resistencias.

Antineoplásicos que actúan sobre el ADN:

En esta primera parte de la revisión de los antineoplásicos consideraremos el primer grupo de la


clasificación.

Alquilantes.

Estos fármacos, los más utilizados en quimioterapia antineoplásica, lesionan el ADN e


interfieren en la replicación celular. Provocan su acción citotóxica mediante la formación de
enlaces covalentes entre sus grupos alquilo y diversas moléculas nucleófilas presentes en las
células, especialmente las bases nitrogenadas del ADN. De este modo, bloquean la replicación
del ADN celular y la transcripción del ARN y, por tanto, la mitosis y la síntesis de proteínas.
Ejercen su acción durante todo el ciclo celular, pero son más activos sobre las células en rápida
división.

Los fármacos de este grupo tienen en común la toxicidad aguda ocasionada en la médula
ósea en forma de mielosupresión e inmunosupresión. Además, afectan a la gametogénesis y
pueden causar esterilidad masculina permanente; en las mujeres, pueden reducir el período
reproductivo con el inicio de una menopausia prematura. También se asocian a un incremento
notable de la incidencia de la leucemia aguda no linfocítica, sobre todo cuando se combinan con
radioterapia extensa.

Los agentes alquilantes se pueden dividir en tres grupos: alquilantes clásicos


(ciclofosfamida, clorambucilo, ifosfamida, melfalán, trofosfamida), nitrosoureas (carmustina,
estramustina, fotemustina) y tetrazinas (dacarbacina, temozolomida).

Ciclofosfamida. Es el agente alquilante más utilizado. Se trata de una molécula inactiva


que requiere activación hepática, con la que da lugar a la fosforamida, que es el principal
metabolito activo. Por ello se puede administrar por vía oral y no es vesicante cuando se
administra por vía intravenosa. Sus principales efectos tóxicos son: mielosupresión, alopecia,
náuseas y vómitos. También puede causar cistitis hemorrágica por la acción de algunos de sus
metabolitos, como la acroleína, sobre el epitelio de la vejiga; una ingesta elevada de líquidos
durante 24 o 48 horas puede evitar esta complicación. Es un fármaco muy utilizado en oncología
y forma parte de los esquemas de poliquimioterapia, ya que se ha demostrado su actividad en
diversas neoplasias (leucemias, linfomas, cáncer de mama, cáncer de ovario y sarcomas).
También forma parte de los principales regímenes de inducción previos al trasplante de médula
ósea.

Ifosfamida. La ifosfamida es un fármaco análogo a la ciclofosfamida, pero requiere dosis


más altas para conseguir el mismo efecto antitumoral. Se administra exclusivamente por vía
intravenosa, siempre con una hidratación adecuada y mesna como medidas profilácticas.

Clorambucilo. El clorambucilo es estable en solución acuosa, por lo que se absorbe casi en


su totalidad después de la administración oral. Se metaboliza en el hígado y presenta el
metabolito con acción alquilante PAAM (mostaza del ácido fenilacético). Los efectos adversos
son infrecuentes, a excepción de la supresión medular. Sin embargo, puede causar una erupción
generalizada grave que evolucione en un síndrome de Stevens-Johnson o una necrólisis
epidérmica tóxica. En caso de erupción, el tratamiento posterior con clorambucilo está
contraindicado. Este fármaco se utiliza para el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica, los
linfomas no hodgkinianos y la macroglobulinemia (primaria) de Waldenström.

  Busulfán. Es un agente alquilante bifuncional de tipo éster que interfiere en la replicación


del ADN y actúa sobre los precursores de la sangre inhibiendo su aumento de forma prolongada.
Puede causar complicaciones como la fibrosis pulmonar y suprarrenal, así como infertilidad. Se
ha empleado en la fase crónica de la leucemia mieloide, pero actualmente se utiliza sólo en
algunos regímenes de quimioterapia de inducción en el trasplante de médula ósea.
Melfalán. El melfalán se desarrolló pensando en el tratamiento del melanoma, por actuar
de forma selectiva sobre las células tumorales que emplean de forma activa tirosina. Sin
embargo, en esta neoplasia ha mostrado escasa actividad. Actualmente, su principal indicación es
el mieloma múltiple y ha demostrado su eficacia, a dosis convencionales, en el carcinoma de
ovario y en los linfomas, y a dosis altas, en el carcinoma de mama y en la leucemia aguda
mieloide.
Alquilantes  Nitrosoureas.
Carmustina. La mayoría de los fármacos del grupo de las nitrosureas ha caído en desuso
y ha sido sustituido por otros agentes alquilantes. La carmustina se comercializa en una nueva
presentación para la administración de implantes intralesionales en el acto quirúrgico después de
la resección tumoral. Se ha mostrado eficaz en el tratamiento complementario de las recidivas de
gliomas extirpados.

Alquilantes Tetrazinas.

Dacarbacina y temozolomida. Se trata de moléculas pequeñas diseñadas para liberar


químicamente durante su degradación un ión diazóxido altamente reactivo, capaz de alquilar el
ADN celular. Al igual que con otros alquilantes, la toxicidad principal es la mielosupresión,
aunque también causan náuseas y vómitos. Están indicadas en la enfermedad de Hodgkin y el
melanoma maligno metastático.
Dacarbazina es un agente citostático. El efecto antineoplásico se debe a una inhibición del
crecimiento de la célula, que es independiente del ciclo de la célula y se debe a una inhibición de
la síntesis del ADN.

 Antibióticos antitumorales.

Estos medicamentos no son como los antibióticos que se usan para tratar infecciones.
Ejercen su acción al cambiar el ADN dentro de las células cancerosas para impedir que crezcan y
se multipliquen.
Antraciclinas.
Las antraciclinas son sustancias coloreadas producidas por el hongo Streptomyces y con un
mecanismo de acción múltiple. La molécula de antraciclina se intercala entre las bases del ADN
y produce alteraciones de la replicación y la transcripción proteica. Además, estos compuestos
provocan una inhibición de la topoisomerasa tipo II, enzima que mantiene la estructura terciaria
del ADN, lo que da lugar a la rotura del ADN y la alteración de los procesos de reparación
(muerte celular). Finalmente, producen una alteración de la membrana celular uniéndose a
proteínas específicas, como la cardiolipina, que dan lugar a la producción de radicales libres,
causantes de la cardiotoxicidad de estos compuestos.

Las antraciclinas se distribuyen por todo el organismo pero no pasan al sistema nervioso
central. La mayor parte del metabolismo es hepático, por lo que se debe modificar la dosis de
administración en caso de insuficiencia hepática. La toxicidad limitante de dosis es la cardíaca,
que puede ser aguda o crónica. La aguda es independiente de la dosis administrada y se presenta
con la primera dosis en horas o días. En cambio, la toxicidad cardíaca crónica depende de la dosis
total acumulada.

 Algunos ejemplos de antraciclinas son:

 Daunorubicina
 Doxorrubicina (Adriamicina)
 Doxorrubicina liposomal
 Epirubicina
 Idarubicina
 Valrubicina
Doxorubicina. La doxorubicina o adriamicina es el antibiótico antraciclínico más utilizado.
Está indicado en leucemias agudas; carcinoma de mama, vejiga, ovario y tiroides; neuroblastoma;
tumor de Wilm; linfomas de Hodgkin y no hodgkinianos, sarcomas de tejidos blandos y
osteosarcoma. La doxorrubicina también desempeña un papel paliativo en el tratamiento de otras
neoplasias. Los efectos tóxicos principales son: mielosupresión, alopecia, náuseas, vómitos y
miocardiopatía relacionada con la dosis. También es vesicante y puede causar ulceración cutánea
grave con la extra- vasación. Con la dosis máxima recomendada (550 mg/m2), pocos pacientes
presentaran cardiotoxicidad.

Las adriamicinas liposomales se han introducido recientemente en la práctica clínica. Su


menor volumen de distribución y sus menores concentraciones plasmáticas estacionarias
favorecen la administración de dosis más pequeñas con vida media más larga y mejor perfil de
seguridad. Se han utilizado con éxito en el sarcoma de Kaposi y en el cáncer de ovario y mama.

Daunorubicina. Se utiliza en las leucemias agudas. Su toxicidad es similar a la de la


doxorrubicina. La dosis máxima recomendada es de 600 mg/m 2 y es un fármaco ampliamente
utilizado en las leucemias agudas.
Epirubicina. Presenta menor cardiotoxicidad. Pueden alcanzarse dosis máximas de 850
mg/m2. Es eficaz en numerosas neoplasias: cáncer de mama, de ovario, cáncer microcítico de
pulmón, linfomas, sarcomas, entre otros.
Un problema importante que se debe tomar en cuenta en la administración de estos
medicamentos es que pueden dañar permanentemente el corazón si se administran en altas dosis.
Por esta razón, frecuentemente se establecen límites en las dosis (también llamada dosis
acumulativa) de estos medicamentos que se pueden recibir a lo largo de la vida.
Actinomicina D.

La actinomicina D inhibe la proliferación de las células mediante la formación de un


complejo estable con el ADN e interfiriendo en la síntesis de ARN dependiente del ADN,
ejerciendo un efecto antineoplásico.

No se absorbe bien por vía oral por lo que hay que darla por vía parenteral, generalmente
intravenosa. Se elimina lentamente y su vida media llega a las 36 horas con lo que a dosis altas se
administra una sola vez por semana. Se metaboliza escasamente siendo excretada de forma activa
por la bilis y la orina. A dosis altas impide la correcta replicación del ADN, a dosis bajas y altas
altera la síntesis de ARN.

Es altamente tóxica, la toxicidad principal es de tres tipos: gastrointestinal, mielosupresión


y dérmica. Es muy vesicante y altamente inmunosupresora. Se utiliza en tumores de rápida
proliferación, fundamentalmente infantiles.

Es particularmente útil en le coriocarcinoma, el rabdomiosarcoma y el tumor de Wilms,


también se aplica en el sarcoma de Ewing, carcinoma testicular y de útero, sarcoma de Kaposi,
melanoma, osteosarcoma y leucemia no linfocítica aguda.

Mitomicina C.

Está producida por Streptomyces verticillus. Actúa también como agente alquilante. Se
absorbe mal por vía oral por lo que se utiliza por vía intravenosa o intravesical. Se distribuye por
todos los tejidos, pero no atraviesa la BHE Se inactiva en el hígado.

Es bastante tóxica, su toxicidad más importante es la aparición de anorexia, náuseas,


vómitos y mielosupresión con trombocitopenia y neutropenia. Es vesicante y puede originar
fibrosis pulmonar.
Su uso está muy restringido en la actualidad por su toxicidad. Se utiliza en ciertos
carcinomas como el de pulmón de células no pequeñas, páncreas, cuello, colon y recto y en el
melanoma.

Bleomicina.

La bleomicina pertenece al grupo de citostáticos polipéptidicos y se obtiene de una cepa de


Streptomyces verticillus. Se une al ADN y forma enlaces con el cobre y el hierro (por reacciones
de quelación). Esta unión actúa como un catalizador que reduce el oxígeno y genera radicales
libres que actúan sobre el ADN, rompiendo cadenas simples o dobles. Es muy soluble en agua y
se puede administrar por vía intravenosa, intramuscular, subcutánea, etc. Se metaboliza por
hidrolasas en todos los tejidos excepto en los que carecen de esa enzima, como el tejido pulmonar
y la piel.
Los efectos adversos más frecuentes son la aparición de fiebre en las 48 horas siguientes a
su administración. La toxicidad principal y específica es la inducción de fibrosis pulmonar, de
patogenia desconocida, pero también se ha descrito toxicidad cutánea (eritema, descamación de
la piel e hiperpigmentación). La bleomicina se utiliza en el tratamiento de tumores germinales,
linfomas y carcinomas de cabeza, cuello, laringe y tracto genitourinario.

Antimetabolitos:

Los antimetabolitos interfieren con el ADN y el ARN sustituyendo los elementos


fundamentales para formar estas moléculas. Cuando esto sucede, el ADN no puede hacer copias
de sí mismo la célula no puede reproducirse

¿Cómo funcionan los antimetabolitos?.


La respuesta a esta pregunta se explica con la interacción de los antimetabolitos con la
timidilato sintasa, Por ejemplo, el 5-fluorouracilo (abreviado como 5-FU), un antimetabolito,
inhibe la síntesis normal del ADN al prevenir la síntesis de la timina a partir de nucleótidos de
uracilo. La timina se distingue del uracilo ya que contiene un grupo metil (unidad de un carbono)
en el quinto carbono del anillo de pirimidina. Una enzima denominada timidilato sintasa, añade
este grupo metil. Si una molécula de 5-FU se encuentra en el nucleótido en vez del uracilo, la
enzima no logra añadir el grupo metil al quinto carbono. Esta alteración de la pirimidina normal
le da el nombre al fármaco. La adición del metil es necesaria poder convertir un nucleótido de
uracilo a un nucleótido de timina. Sin este paso, los nucleótidos no se producen y por
consiguiente no se encuentran disponibles para la síntesis del ADN.

A seguir se encuentra una ilustración del proceso normal (la parte superior del diagrama) y
la inhibición del proceso por 5-FU (la parte inferior del diagrama).
Algunos ejemplos de antimetabolitos son:

 Azacitidina.
 5-fluorouracilo (5-FU).
 6-mercaptopurina (6-MP).
 Capecitabina (Xeloda).
 Cladribina.
 Clofarabina.
 Citarabina (Ara-C).
 Decitabina.
 Floxiridina.
 Fludarabina.
 Gemcitabina (Gemzar).
 Hidroxiurea.
 Metotrexato.
 Nelarabine.
 Pemetrexed (Alimta).
 Pentostatina.
 Pralatrexato.
 Tioguanina.
 Combinación trifluridina/tipiracilo.
Estos fármacos tienen una estructura similar a la de los componentes del metabolismo
intermediario celular, de modo que interfieren en su metabolismo y en concreto en la síntesis de
ácidos nucleicos. Ejercen su acción principalmente sobre tumores en rápido crecimiento.

Antagonistas de Folato.

Los antagonistas de folato, también conocidos como antifolatos, inhiben la dihidrofolato


reductasa (DHFR), una enzima involucrada en la formación de nucleótidos. Cuando esta enzima
está bloqueada, los nucleótidos no pueden ser formados, interrumpiendo la replicación del ADN
y la división celular. Son compuestos análogos del ácido fólico.

Metotrexato. Es el antagonista de folato primordial usado como un agente


quimioterapeútico, y se lo puede administrar por sí solo, o en conjunto con otros fármacos
anticancerosos. El metotrexato tiene una gran semejanza estructural con el ácido dihidrofólico. Se
une a la dihidrofolato reductasa, con lo que inhibe el paso de dihidrofolato a tetrahidrofolato. Este
último actúa como donante de grupos monocarbonados para la síntesis de purinas y pirimidinas y,
por tanto, de los ácidos nucleicos.

Su actividad antitumoral es de muy amplio espectro. Se utiliza para tratar diferentes


neoplasias y desempeña un papel importante como adyuvante en el tratamiento del cáncer de
mama. Como el fluorouracilo, el metotrexato es mielotóxico, pero las náuseas y los vómitos son
mínimos. También produce mucositis. La alteración renal reduce la excreción de metotrexato y
puede exacerbar la toxicidad.

Pemetrexed. Funciona interrumpiendo los procesos metabólicos dependientes del folato


esenciales para el rápido crecimiento de los tumores. Se usa para el tratamiento del mesotelioma
maligno, así como también para el tratamiento del cáncer de pulmón no microcítico después de la
administración de quimioterapia previa.

Folinato cálcico. Se administra para contrarrestar la acción antagónica de los folatos del
metotrexato y acelera la recuperación de la mielosupresión o lamucositisinducida por
metotrexato. No se recomienda en la anemia perniciosa u otras anemias megaloblásticas por
déficit de vitamina B12. La inyección intratecal de folinato cálcico está contraindicada.

El ácido fólico es un factor de crecimiento que provee carbonos individuales a los


precursores usados en la formación de nucleótidos durante la síntesis de ADN y ARN. Los
antifolatos, bloquean el sitio activo de la dehidrofolato reductasa (DHFR), una enzima que
transforma al ácido fólico a su forma activa. A esta forma activa se la denomina folato, una
coenzima esencial para la metilación (agregación de un grupo metilo, unidades de un átomo de
carbono). Por ende, la inhibición de la dihidrofolato reductasa mantiene al ácido fólico en su
estado inactivo. Se presume que una disminución en la cantidad de folatos activos provoca una
disminución en la metilación, inhibiendo un paso necesario en la formación de purinas y
timidilatos. Cuando es afectada la formación de ácidos nucléicos debido a la falta de nucleótidos,
el crecimiento celular se interrumpe.

El ácido fólico, la estructura base de todos los folatos, no se considera útil hasta que se
reduce químicamente. La enzima que reduce el ácido fólico es la dihidrofolato reductasa
(DHFR). Primeramente, la DHFR reduce al ácido fólico para producir un dihidrofolato.
Seguidamente, la DHFR reduce al dihidrofolato, formando un tetrahidrofolato (folato activo), un
compuesto que sirve como un 'donador' de grupos metil. Los grupos metil se unen al N-5 y/o al
N-10 del tetrahidrofolato que transporta a estos grupos metil hacia otros compuestos. La enzima
timidilato sintasa (TS) cataliza la transferencia del carbono del tetrahidrofolato a las moléculas
deseadas. Para poder hacer esto, la TS debe oxidar el anillo de folato del tetrahidrofolato,
reviertiéndolo a un dihidrofolato. Para que se repita este proceso, las células deben emplear un
uso repetido de la DHFR para reducir el dihidrofolato en su forma activa, el tetrahidrofolato. Esto
requiere una actividad continua de DHFR.

El metotrexato inhibe la actividad de la DHFR al formar una unión con la enzima, estrecha
pero reversiblemente, desactivándola. El metotrexato entra a célula a través de receptores
específicos a los folato, transportadores de folatos de pH bajo, o unidos a portadores de folatos
reducidos. Una vez dentro de la célula, el metotrexato se une a la DHFR. Esta unión reduce la
cantidad de DHFR disponible en la célula, y detiene la reducción de los precursores del
tetrahidrofolato, como el ácido fólico y el ácido hidrofólico. Sin el tetrahidrofolato, el folato
activo, la célula no puede crear nuevos nucleótidos de purinas y timidinas para la síntesis del
ADN. Sin la replicación, el crecimiento se bloquea.

Análogos de pirimidinas.

Constituyen un grupo farmacológico muy importante en el tratamiento antineoplásico, con


actividad de amplio espectro.

Los antagonistas de pirimidinas actúan al bloquear la síntesis de los nucleótidos que


contienen pirimidinas (la citiosina y la tirosina en el ADN; la citosina y el uracilo en el ARN).
Los fármacos que bloquean la construcción de estos nucleótidos tienen estructuras parecidas al
compuesto natural. Al actuar como "señuelos", estos químicos pueden prevenir la producción de
los nucleótidos. Estos antagonistas pueden ejercer sus efectos en distintas etapas de este proceso
de producción, y por ende, pueden inhibir directamente a varias enzimas cruciales. Los
antagonistas de pirimidinas también se pueden incorporar dentro de la cadena creciente del ADN
y provocar la suspensión del proceso.

Para que una célula pueda reproducirse, primero debe replicar todo el ADN de su genoma
con exactitud. Durante la síntesis del ADN, las moléculas de pirimidinas y purinas deben estar
disponibles, pues son los componentes básicos de los nucleótidos, y así poder llegar a la meta
final, la producción de nuevas moléculas de ADN. Una reducción en la disponibilidad de las
materias primas para construir ADN ocasionada por los antagonistas de pirimidinas, resulta en la
detención de la síntesis del ADN y la inhibición de la división celular.

Las células cancerígenas se encuentran dividiéndose rápidamente con frecuencia, y por lo


tanto realizando la síntesis de ADN a las mismas velocidades . La síntesis del ARN es necesaria
para la producción de las proteínas. Los antagonistas de pirimidinas inhiben los procesos
normales de la síntesis del ADN y/o ARN.
Algunos de los antagonistas de pirimidinas usados en la terapia del cáncer son:

 5-fluorouracilo.
 Arabinosilcitosina.
 Capecitabina.
 Gemcitabina.
 Decitabina.

El 5-fluorouracilo (5-FU). Es una pirimidina fluorada que actúa por inhibición competitiva
de la timidilato sintetasa, desplazando el sustrato natural y bloqueando la síntesis de timidilato.
Además, se incorpora al ARN y al ADN, y altera su función. Puede utilizarse junto con ácido
folínico para formar un complejo terciario más estable y aumentar así el bloqueo de la enzima,
con lo que se incrementa también el efecto citotóxico del 5-FU.

Produce mielosupresión y el síndrome palmo-plantar (eritema y descamación dolorosa de


manos y pies). Cuando su acción se ve modificada por otros fármacos (como el folinato cálcico),
su perfil de toxicidad puede alterarse; la mucositis y la diarrea pueden ser problemas importantes.

También puede producir neurotoxicidad central, sobre todo en forma de síndrome


cerebeloso. La toxicidad cardiológica es independiente de la dosis.

Se utiliza principalmente para el tratamiento adyuvante del cáncer colorrectal, el cáncer


gástrico y el de mama. En infusión continua también se emplea en el tratamiento de primera línea
de neoplasias de cabeza y cuello, y de diversos tumores gastrointestinales. Es también eficaz en el
cáncer de páncreas, ovario y endometrio, así como en tumores hepáticos.

El tegafur y el tegafur más uracilo. Son análogos al 5-FU. El tegafur es un profármaco que
se convierte en 5-FU mediante la enzima timidita fosforilasa, que se encuentra en
concentraciones más altas en el tejido tumoral que en el sano. Una vez metabolizado a5-FU, su
acción es similar.

El uracilo no tiene efectos citotóxicos cuando se administra de forma aislada, pero en


combinación con el tegafur inhibe la enzima encargada de catabolizar el 5-FU, que también tiene
concentraciones más altas en el tejido tumoral que en el sano.

La capecitabina. Es un profármaco oral del 5-FU de comercialización más reciente. Causa


eritrodisestesia palmo-plantar y mielosupresión con mayor frecuencia que otros compuestos del
mismo grupo. Está indicado en el cáncer colorrectal y el cáncer de mama metastáticos. Esta
inhibe la división celular e interfiere con el procesamiento del ARN y las proteínas.

Arabinosilcitosina o la citarabina (Ara-C). Es un análogo de la histidina y la


desoxicitidina. Produce inhibición de la ADN polimerasa y también puede causar efectos directos
sobre diversas quinasas ácidas y ejercer un efecto citotóxico directo sobre ácidos nucleicos.
Actúa sobre células en rápida proliferación.

La citarabina se metaboliza mediante la histidina desaminasa, que es muy abundante en el


hígado. Se utiliza para el tratamiento de la leucemia aguda mieloide y los niños pueden tolerar
dosis altas mejor que los adultos. También está indicada en la fase blástica de la leucemia
mieloide crónica, la leucemia meníngea, la eritroleucemia y los linfomas no hodgkinianos. No es
útil en los tumores sólidos. Sus efectos dependen mucho de la pauta de administración. Produce
mielosupresión, mucositis, vómitos, síndrome seudogripal y, a dosis altas, neurotoxicidad central.

Es usada como tratamiento de leucemia no linfocítica aguda, leucemia linfocítica aguda y


leucemia mielocítica crónica. La citarabina es administrada como una infusión o una inyección
debajo de la piel.

Efectos secundarios comunes incluyen la supresión de la médula ósea, anorexia, náusea y


vómito, diarrea, inflamación o ulceración oral/anal, irritación, fiebre. La citarabina es un supresor
de la actividad de la médula ósea. Es importante monitorear los conteos de las células sanguíneas
y plateletas durante el curso del tratamiento.

Gemcitabina. La gemcitabina es un metabolito que actúa como un análogo de la


pirimidina. Ésta es incorporada en el ADN de la célula en división y causa la muerte celular. La
gemcitabina es administrada como una infusión intravenosa. Es usada en el tratamiento de cáncer
del pulmón de célula no pequeña (en conjunto con el carboplatino y el cisplatino) y cáncer
pancreático avanzado o metastático.

Decitabina. Es un análogo de los nucleósidos que incorpora directamente en el ADN y se


cree que inhibe ADN metiltransferasa. Puede funcionar en células de cáncer para restorar función
normal a los genes necesarios para el control de la proliferación de las células y promover
apoptosis de células dañadas.

Los efectos secundarios incluyen: conteos sanguíneos bajos (plaquetas, glóbulos blancos y
glóbulos blancos), infección, fiebre, mareos, constipación, diarrea y/o vomita.

Análogos de purinas.

Las purinas (la adenina y la guanina) son químicos que se emplean en la producción de
nucleótidos del ADN y del ARN. La otra clases de bases, las pirimidinas, cuenta con la timina y a
la citosina en el ADN, y con la citosina y el uracilo en el ARN.

Antes de que una célula pueda dividirse, debe duplicar su contenido de ADN, para que
cada célula hija tenga una combinación idéntica y completa de la información genética. Este
proceso de duplicación (denominado replicación) se compara con una línea de ensamblaje, en la
cual los nucleótidos se unen entre sí para formar una molécula de ADN nueva. Los grupos de
fosfato y las moléculas de azúcares se unen para crear largas cadenas de ADN. La incorporación
de un antagonista de purina previene el crecimiento continuo del ADN y previene la división
celular.
Los antagonistas de purinas funcionan al inhibir la síntesis del ADN de dos maneras
diferentes:

1. Estos pueden inhibir la producción de la adenina o de la guanina, componentes


importantes de los nucleótidos. Si una célula no consta suficientes purinas, el síntesis del
ADN se detiene y la célula no logra dividirse.5
2. Se pueden incorporar dentro de la molécula del ADN durante la síntesis del mismo. Se
presume que la presencia del inhibidor interfiere con la división celular.

Algunos ejemplos antagonistas de purinas son:

 6-Mercaptopurina
 Dacarbazina
 Fludarabina

6-mercaptopurina. Es un falso metabolito de la hipoxantina que compite con los sustratos


de enzimas responsables del paso del ácido inosínico a adenina y xantina. Se utiliza con
frecuencia en el tratamiento de leucemias y linfomas no Hodgkin, pero es ineficaz en tumores
sólidos.

Azatioprina. Es un precursor de liberación mantenida de la mercaptopurina, pero se utiliza


fundamentalmente como inmunosupresor. Se puede administrar por vía oral y los efectos tóxicos
más característicos son hematológicos, gastrointestinales y hepáticos.

6-tioguanina. Tiene indicaciones similares a las de la mercaptopurina, pero un mejor perfil


de toxicidad en los pacientes con afectación hepática.
Alopurinol. Es un análogo de la hipoxantina que no tiene efecto antitumoral, pero se
utiliza en oncología para evitar el síndrome de lisis tumoral en pacientes que presentan tumores
de gran volumen y rápido crecimiento, y van a comenzar un tratamiento con quimioterapia

Fludarabina. Se usa como tratamiento de la leucemia linfocítica crónica (LLC), incluso la


LLC que no ha respondido o ha recidivado después del tratamiento estándar. Terapia de rescate
para linfoma no Hodgkin y leucemias agudas.

La Fludarabina se administra por una vena, de forma intravenosa, IV. La cantidad de


Fludarabina que recibirá depende de muchos factores, incluyendo su altura y peso, el estado
general de su salud y sus otros problemas de salud, y el tipo de cáncer o enfermedad que padece.
Su médico determinará la dosis exacta para usted y el calendario de administración del fármaco.

Antagonista de adenosina.

Fludarabina. Es un fármaco que inhibe la ADN polimerasa y la ribonucleótido reductasa.


Es activo sobre linfocitos y produce una activación de la apoptosis. Se utiliza en trastornos
linfoproliferativos. Se administra en esquemas de3-5 días. Puede provocar mielosupresión e
inmunosupresión. Produce astenia como efecto secundario, y fiebre en el 20-30% de los
pacientes.

Pentostatina se obtiene a partir de Streptomyces antibioticus. Eleva los depósitos de ATP,


con lo que se reducen las reservas de otros desoxinucleótidos. Es activo en leucemias agudas de
linfocitos T, leucemias crónicas y tricoleucemias. Puede causar alteraciones del sistema nervioso
central, alteraciones de la función renal, conjuntivitis, etc.

 
Derivados del platino

Constituyen un grupo de fármacos importante para el tratamiento del cáncer.

Cisplatino y carboplatino. Son fármacos con mecanismos de acción y actividad


antitumoral similares, aunque difieren en el perfil toxicológico. Al activarse intracelularmente,
quedan libres dos valencias del ión platino, que forman dos enlaces estables con componentes del
ADN. El resultado es la alteración de la configuración tridimensional del ADN, la producción de
errores de transcripción y la imposibilidad de que las cadenas se separen para la replicación.

El cisplatino tiene una toxicidad variada e importante. Es el fármaco antineoplásico más


nefrotóxico, como se demuestra en el incremento de creatinina y de urea. Las lesiones renales
consisten en esclerosis glomerular, fibrosis y necrosis tubular, lo que origina hipomagnesemia,
hipocalcemia e hiponatremia. Es importante que el paciente esté bien hidratado y utilice manitol
con el fin de reducir la toxicidad renal. El carboplatino puede ser una alternativa para los
pacientes con deterioro progresivo de la función renal.

Otro efecto adverso importante del cisplatino son los vómitos y náuseas, que aparecen en
casi todos los pacientes con dosis habituales, por lo que es preciso un tratamiento antiemético. La
toxicidad neurológica se manifiesta por ototoxicidad, con la aparición de tinnitus e hipoacusia en
el intervalo de las frecuencias altas, así como neuropatía periférica. La toxicidad medular se
manifiesta con neuropatía, trombopenia y anemia moderada. La alopecia es poco frecuente.

El cisplatino tiene un amplio espectro de actividad tumoral y es el fármaco fundamental en


el tratamiento de tumores germinales. Es activo en carcinomas epidermoides (tumores de cabella,
cuello, cerviz, esófago y vejiga), de pulmón, estómago y endometrio, el osteosarcoma y el
neuroblastoma.

El carboplatino es diez veces más soluble que el cisplatino, por lo que se elimina más
fácilmente por el riñón. Por tanto, los efectos adversos son menos importantes que con el
cisplatino; el principal es la mielosupresión. También puede ocasionar reacciones de
hipersensibilidad con más frecuencia que el cisplatino.

Su principal indicación, como terapia de primera o segunda línea después de que otros
tratamientos hayan fallado, es el tratamiento del carcinoma de origen epitelial del ovario. Está
también indicado en el carcinoma de células pequeñas del pulmón y en el carcinoma de células
escamosas de cuello y cabeza.

Oxilaplatino. El oxilaplatino está relacionado con el cisplatino y el carboplatino, y actúa


sobre el ADN produciendo enlaces alquílicos que llevan a la formación de puentes inter e
intracadenarios que inhiben la síntesis y la replicación posterior del ADN. El oxilaplatino no
presenta la nefrotoxicidad característica del cisplatino ni la mielotoxicidad grave del
carboplatino, pero la toxicidad limitante es la neurológica. La neuropatía periférica aparece en el
95% de los pacientes, en forma de parestesias en los dedos y calambres.

Su perfil de actividad es más reducido que el de los otros platinos. Está indicado como
monodroga o en quimioterapia de combinación para el tratamiento del cáncer colorrectal
metastásico y de otras neoplasias en etapa avanzada susceptibles de respuesta con análogos del
platino, como el cáncer de ovario y el neuroblastoma.

Derivados de camptotecinas.

Son fármacos que tienen un origen natural, ya que la camptotecina es un alcaloide presente
en el árbol de origen chino Camptotheca acuminata. Actúan inhibiendo de forma selectiva e
irreversible la topoisomerasa tipo I, a través de la cual se impide que se desarrolle el proceso de
replicación del ADN. También inhibe la síntesis del ARN. Estos fármacos presentan un amplio
espectro de actividad antitumoral, con efectos más marcados sobre carcinomas colorrectales,
ováricos, mamarios, pulmonares y renales, incluidas las formas mulitirresistentes a
quimioterapia. El irinotecán está indicado en el cáncer de colon metastático, el cáncer de cerviz y
el carcinoma microcítico de pulmón.
Topotecán. Se administra en el cáncer de ovario, el cáncer microcítico de pulmón, los
glioblastomas recidivantes y los linfomas refractarios.

En el caso del topotecán, los efectos adversos más frecuentes son la mielosupresión, que
puede ser grave y de las series hematológicas, y en el caso del irinotecán, la diarrea tardía. Otros
efectos adversos que aparecen con ambos fármacos son: alopecia, náuseas, vómitos, mucosistis y
hepatotoxicidad. Durante la infusión de irinotecán aparece un síndrome colinérgico temprano
hasta en el 85% de los pacientes, con diarrea, dolor cólico, sudoración y otros efectos
colinérgicos. El paciente debe recibir atropina en los ciclos siguientes, ya que la probabilidad de
repetición es muy alta. La diarrea y la neutropenia febril requieren un control inmediato por el
riesgo de muerte tóxica. 
Fuentes bibliográficas:

https://fuca.org.ar/informacion-sobre-el-cancer/?gclid=CjwKCAiAsNKQBhAPEiwAB-

I5zaxtFjRxEY1qnRRq-QYQ9mUQMCTh5rI4vtw-MtoEaw8qMCr2fCjEChoCDxUQAvD_BwE

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%20son,importantes%2C%20tales%20como%20el%20cerebro.

https://www.msdmanuals.com/es-ve/hogar/c%C3%A1ncer/prevenci%C3%B3n-y-tratamiento-

del-c%C3%A1ncer/quimioterapia

https://amp.cancer.org/es/tratamiento/tratamientos-y-efectos-secundarios/tipos-de-tratamiento/

quimioterapia/como-funcionan-los-medicamentos-de-quimioterapia.html

https://www.cancerquest.org/es/para-los-pacientes/tratamientos/quimioterapia#4

https://www.salusplay.com/apuntes/apuntes-de-farmacologia/antibioticos-antitumorales/2

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