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INMUNOLOGÍA Y

CANCER
CANCER
El cáncer es una enfermedad por la que algunas células del
cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes
del cuerpo.
Es posible que el cáncer comience en cualquier parte del cuerpo
humano, formado por billones de células. En condiciones
normales, las células humanas se forman y se multiplican
(mediante un proceso que se llama división celular) para formar
células nuevas a medida que el cuerpo las necesita. Cuando las
células envejecen o se dañan, mueren y las células nuevas las
reemplazan.
A veces el proceso no sigue este orden y las células anormales o
células dañadas se forman y se multiplican cuando no deberían.
Estas células tal vez formen tumores, que son bultos de tejido.
Los tumores son cancerosos (malignos) o no cancerosos
(benignos).

ETIOLOGÍA
El cáncer es causado por mutaciones

genéticas que pueden ser heredadas,


inducidas por factores ambientales, o
resultado de errores en la replicación del
ADN.

Un nuevo estudio sugiere que dos tercios del


total de los casos de cáncer son causados
por los errores en el proceso de replicación,
acentuando la importancia de la detección e
intervención tempranas para reducir las
muertes causadas por los cánceres que
surgen de estos inevitables errores.

EL SISTEMA INMUNITARIO

Los glóbulos blancos, una parte del sistema

inmunitario, son el principal tipo de células


responsables de proteger el cuerpo contra
infecciones. Existen distintos tipos de
glóbulos blancos y cada uno tiene una
función en la defensa del cuerpo contra las
infecciones. Normalmente, la mayoría de
nuestros glóbulos blancos son neutrófilos.
Los neutrófilos son luchadores clave contra
las infecciones y forman una importante
defensa contra la mayoría de los tipos de
infecciones. Los otros tipos de glóbulos
blancos (linfocitos, monocitos y macrófagos)
también ayudan a combatir las infecciones.
PARTES CONSTA EL SISTEMA INMUNITARIO

Muchas células y órganos colaboran entre sí para proteger al cuerpo. Los glóbulos
blancos, también conocidos como leucocitos, desempeñan un papel importante en el

sistema inmunitario.
Hay un tipo de glóbulos blancos, llamados fagocitos, que devoran a los organismos
invasores. Otro tipo de glóbulos blancos, llamados linfocitos, ayudan al cuerpo a
reconocer a los invasores y a destruirlos.
Un tipo de fagocitos son los neutrófilos, que luchan contra las bacterias. Si a un médico
le preocupa que alguien tenga una infección bacteriana, lo más probable es que le pida
un análisis de sangre para saber si tiene una cantidad muy elevada de neutrófilos. Hay
otros tipos de fagocitos que desempeñan sus propias funciones para asegurarse de
que el cuerpo responde adecuadamente a los gérmenes invasores.
Los dos tipos de linfocitos son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos se fabrican
en la médula ósea y permanecen allí y maduran hasta convertirse en linfocitos B, o bien
se desplazan hasta la glándula del timo y maduran hasta convertirse en linfocitos T. Los
linfocitos B vienen a ser el sistema de inteligencia militar del cuerpo: detectan a los
invasores y los inmovilizan. Los linfocitos T actúan como si fueran soldados: destruyen a
los invasores que ha detectado el sistema de inteligencia.

LAS CÉLULAS TUMORALES

El proceso por el cual las células normales se transforman en cancerosas se


denomina carcinogénesis. La comprensión de este proceso se logró
principalmente por el desarrollo de técnicas de estudio genético. Mediante estas,
se estableció que la transformación progresiva de células normales a derivados
altamente malignos se originaba en alteraciones en el material genético

Estas diferencias les ayudan a crecer, dividirse y formar tumores. Por ejemplo, las
células cancerosas adquieren la capacidad de migrar a otras partes del cuerpo,
un proceso llamado metástasis, y de promover el crecimiento de nuevos vasos
sanguíneos, un proceso llamado angiogénesis (que da a las células tumorales
una fuente de oxígeno y nutrientes). Las células cancerosas tampoco
experimentan muerte celular programada, o apoptosis, en las condiciones en
que las células normales si lo harían (por ejemplo, debido al daño del ADN).
Además, investigación emergente demuestra que las células cancerosas
pueden experimentar cambios metabólicos que contribuyen a un mayor
crecimiento y división celular.
LA METÁSTASIS
Las metástasis normalmente se desarrollan cuando las células cancerosas se
desprenden del tumor principal e ingresan al torrente sanguíneo o al sistema
linfático. Estos sistemas transportan fluidos por el cuerpo. Eso significa que las
células cancerosas pueden desplazarse hacia un lugar alejado del tumor original y
formar nuevos tumores cuando se asientan y crecen en una parte diferente del
cuerpo.
A veces, las metástasis también pueden desarrollarse cuando las células cancerosas
del tumor principal, habitualmente en el estómago o la cavidad abdominal, se
desprenden y crecen en áreas cercanas, como el hígado, los pulmones o los huesos.
Cualquier tipo de cáncer puede diseminarse. El hecho de que esto suceda o no
depende de varios factores, incluidos los siguientes:

El tipo de cáncer. Algunos tipos de cáncer son más propensos a diseminarse que
otros.
La velocidad con la que crece el cáncer.
Otros factores relacionados con el comportamiento del cáncer que su médico
puede determinar.
CÓMO SE FORMA EL CÁNCER
El cáncer es una enfermedad genética. Los cambios en los genes que
controlan el funcionamiento de las células, en especial, cómo se forman y
multiplican, causan el cáncer.
Los cambios genéticos que causan cáncer se producen por estos motivos:

Errores que ocurren cuando las células se multiplican.


Daños en el ácido desoxirribonucleico (ADN) por sustancias
perjudiciales en el medio ambiente, como las sustancias químicas en
el humo del tabaco y los rayos ultravioleta del sol.
Se pasan por herencia de padres a hijos.
En general, el cuerpo elimina células con daños en el ADN antes de que se
vuelvan cancerosas. Pero la capacidad del cuerpo disminuye a medida
que las personas envejecen. Por eso el riesgo de cáncer aumenta con la
edad.
El cáncer de cada persona es una combinación única de cambios
genéticos. A medida que el cáncer sigue creciendo, ocurren otros
cambios. Incluso dentro del mismo tumor, es posible que las diversas
células tengan cambios genéticos distintos.
CAMBIOS CANCEROSOS EN LOS TEJIDOS
Hiperplasia: aumento más rápido que lo normal del número de células en un

tejido del cuerpo que hace que se acumulen demasiadas células. Sin
embargo, las células y el tejido se ven normales cuando se observan al
microscopio. Hay varias causas de hiperplasia, como la irritación crónica.
Displasia: afección más avanzada que la hiperplasia. En la displasia,
también se acumulan demasiadas células. Pero las células se ven
anormales y cambia la estructura del tejido. En general, mientras más
anormal se vean las células y el tejido, más probable es que se convierta en
cáncer. Algunos tipos de displasia se deben vigilar o tratar y otros no. Un
ejemplo de displasia es el nevo displásico, un tipo de lunar anormal que
aparece en la piel. Aunque en la mayoría de los casos no ocurre, a veces el
nevo displásico se convierte en melanoma, un tipo de cáncer de piel.
Carcinoma in situ: enfermedad avanzada localizada. Aunque a veces se
llama cáncer en estadio 0 (cero), no es cáncer porque las células anormales
no se diseminan al tejido cercano, como ocurre con las células cancerosas.
Pero por lo general se trata porque es posible que algunos carcinomas in
situ se conviertan en cáncer.

TIPOS DE CÁNCER
CARCINOMA
Los carcinomas son el tipo más común de cáncer. Consisten de células epiteliales, que son las células
que recubren las partes internas y externas del cuerpo. Hay muchos tipos de células epiteliales.
Cuando se observan al microscopio, parecen pequeñas columnas.
Los carcinomas tienen nombres distintos según el tipo de célula epitelial donde se inician:
Adenocarcinoma: cáncer que se forma en las células epiteliales que producen líquido o moco. El
tejido con este tipo de células epiteliales a veces se llama tejido glandular. La mayoría de los
cánceres de seno (mama), colon y próstata son adenocarcinomas.
Carcinoma de células basales: cáncer que se forma en la capa inferior o de base de la epidermis,
que es la capa de piel externa de una persona.
Carcinoma de células escamosas: un cáncer que se forma en las células escamosas, que son
células epiteliales que están justo debajo de la superficie externa de la piel. Las células escamosas
también recubren muchos otros órganos, como el estómago, los intestinos, el pulmón, la vejiga y
los riñones. Cuando se observan en el microscopio, las células escamosas se ven planas, como si
fueran escamas de un pez. Los carcinomas de carcinoma de células escamosas a veces se
llaman carcinomas epidermoides.
Carcinoma de células transicionales: cáncer que se inicia en un tejido que se llama epitelio
transicional o urotelio. Este tejido tiene muchas capas de células epiteliales que se agrandan y
achican. Se encuentra en el revestimiento de la vejiga, los uréteres y la pelvis renal (una parte del
riñón), y en otros órganos. Algunos cánceres de vejiga, uréter y riñón son carcinomas de células
transicionales.
SARCOMA
Los sarcomas son cánceres que se forman en el hueso y los tejidos
blandos, como los músculos, la grasa, los vasos sanguíneos, los vasos
linfáticos y el tejido fibroso (tendones y ligamentos).
El osteosarcoma es el cáncer de hueso más común. Los tipos más
comunes de sarcoma de tejido blando son: leiomiosarcoma, sarcoma de
Kaposi, histiocitoma fibroso maligno, liposarcoma y
dermatofibrosarcoma protuberante.

LEUCEMIA
Los cánceres que comienzan en el tejido de la médula ósea roja que se
transforma en células sanguíneas se llaman leucemias. Estos cánceres no
crean un tumor sólido. En cambio, se acumulan grandes cantidades de
glóbulos blancos anormales (células leucémicas y blastocitos
leucémicos) en la sangre y la médula ósea, que desplazan a las células
sanguíneas normales. La concentración baja de células sanguíneas
normales hace que sea más difícil para el cuerpo llevar oxígeno a los
tejidos, controlar el sangrado o combatir infecciones.
Hay cuatro tipos comunes de leucemia: aguda o crónica (según cuán
rápido empeora), y linfoblástica o mieloide (según el tipo de célula
sanguínea donde se inicia). Las leucemias agudas son de crecimiento
rápido y las leucemias crónicas son de crecimiento lento.
MIELOMA MÚLTIPLE
El mieloma múltiple es un cáncer que se inicia en las células plasmáticas,
otro tipo de célula inmunitaria. Las células plasmáticas anormales,
llamadas células de mieloma, se acumulan en la médula ósea y forman
tumores en los huesos de todo el cuerpo. El mieloma múltiple también se
llama mieloma de células plasmáticas o enfermedad de Kahler.

MELANOMA
El melanoma es un cáncer que se inicia en células que se convierten en
melanocitos, que son células especializadas que producen melanina (el
pigmento que da a la piel su color). La mayoría de los melanomas se
forman en la piel, pero a veces aparecen en los tejidos pigmentosos, como
los del ojo.

TUMORES DE ENCÉFALO Y MÉDULA ESPINAL


Hay distintos tipos de tumores de encéfalo y médula espinal. Estos tumores
llevan el nombre de las células en que se forman y el sitio donde aparece el
tumor en el sistema nervioso central. Por ejemplo, un astrocitoma se inicia
en los astrocitos (células de encéfalo en forma de estrella), que ayudan a
mantener sanas las células nerviosas. Los tumores de encéfalo son
benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).
SÍNTOMAS DEL CANCER

Fatiga
Bulto o zona de engrosamiento que puede palparse debajo de la
piel
Cambios de peso, como aumentos o pérdidas de peso no
intencionales
Cambios en la piel, como pigmentación amarillenta,
oscurecimiento o enrojecimiento de la piel, llagas que no se
curan o cambios en los lunares existentes
Cambios en los hábitos de evacuación de la vejiga o los
intestinos
Tos persistente o dificultad para respirar
Dificultad para tragar
Ronquera
Indigestión persistente o malestar después de comer
Dolor muscular o articular persistente, sin causa aparente
Fiebre o sudoraciones nocturnas persistentes, sin causa
aparente
Sangrado o hematomas sin causa aparente
CAUSAS DEL CANCER

El cáncer es ocasionado por cambios


(mutaciones) en el ADN dentro de las células.
El ADN que hay en una célula está dentro de
un gran número de genes, cada uno de los
cuales contiene un grupo de instrucciones que
le indica a la célula qué funciones realizar, y
cómo crecer y dividirse. Los errores en las
instrucciones pueden provocar que la célula
detenga su función normal y se convierta en
una célula cancerosa.
MUTACIONES GENÉTICAS DEL CANCER

Una mutación genética puede indicarle a una célula sana que haga lo
siguiente:
Que permita un crecimiento acelerado. Una mutación genética puede
indicarle a una célula que crezca y se divida con mayor rapidez. De esta
forma, se crean muchas células nuevas que tienen la misma mutación.
Que no detenga el crecimiento descontrolado de las células. Las células
normales saben cuándo detener el crecimiento para que tengas la
cantidad adecuada de cada tipo de célula. Las células cancerosas
pierden los controles (genes supresores de tumores) que les indican
cuándo detener el crecimiento. Una mutación en un gen supresor de
tumores permite que las células cancerosas continúen creciendo y
acumulándose.
Que cometa errores al reparar errores en el ADN. Los genes de
reparación del ADN buscan errores en el ADN de las células y los
corrigen. Una mutación en un gen de reparación del ADN puede implicar
que no se corrijan otros errores, lo que transforma a las células en
cancerosas.
TRATAMIENTO CONTRA EL CÁNCER
Muchos procedimientos y medicamentos están disponibles para el tratamiento contra el
cáncer, con muchos de ellos aún bajo estudio. Algunos de estos tratamientos son de tipo
"local", como la cirugía y la radioterapia cuya aplicación se hace hacia un tumor o a una parte
del cuerpo en específico. Los tratamientos con medicamentos (como lo son la quiioterapia, la
inmunoterapia y la terapia de medicamentos dirigidos) a menudo son clasificados como del
tipo "sistémico" por tener un alcance en el cuerpo entero del paciente al momento de ser
aplicados. Aprenda más sobre los tipos más comunes de tratamientos contra el cáncer.
Cirugía del cáncer
Quimioterapia
Radioterapia
Terapia de medicamentos dirigidos
Inmunoterapia
Trasplante de células madre o médula ósea
Terapia hormonal
CONCLUSION
El estudio del cáncer con una visión inmunológica ha permitido desarrollar diferentes
conceptos como el de la respuesta inmune normal hasta el desarrollo celular de carácter
maligno celular. El descubrimiento de la formación de antígenos tumorales, el
reconocimiento de los antígenos que llevarán a montar una respuesta eficiente con
células citolíticas, la identificación de componentes de comunicación celular como las
citoquinas son conceptos que fueron desarrollados a través del estudio del Sistema
Inmune y han sido de gran beneficio para el entendimiento de cuadros clínicos con
carácter de malignidad. A pesar de los grandes avances en este campo, es fundamental
desarrollar más estudios para dilucidar conceptos que podrían aportar en el manejo y
tratamiento de estas patologías.

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