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1.2 Contenidos
1. Ámbito normativo:
a. Está formado por todos los preceptos de la materia constitucional como la
constitución, las leyes, los tratados, etc y además por el derecho consuetudinario.
b. Es el ámbito más fácil para acceder porque podemos encontrar estas normas en
cualquier biblioteca o en internet. Pero también es el ámbito más dificultoso de
entender.
2. Ámbito fáctico:
a. Es un dato existencial que revela los comportamientos humanos.
b. Analiza el grado de acatamiento que hay sobre las normas.
c. Toda norma impone una conducta que debe ser cumplida. Las personas deciden si la
cumplen o si la desobedecen.
3. Ámbito axiológico:
a. Está dado por la realización de los valores.
b. El primer gran valor es la justicia.
c. Estos valores siempre se adaptan a los tiempos y a los lugares. Por eso se dice que
1.3 Objeto
Dimensiones:
Dimensión sociología: el orden de conductas está compuesto por comportamientos humanos.
Las conductas que interesan al orden sociológico o dimensión sociológica son las conductas
(justas o injustas) modelos y son aquellas que se proponen como modelo para ser imitadas o
repetidas en casos futuros similares.
Las demás conductas que no se consideran modelos no forman parte del orden de conductas
pero sí de la realidad constitucional. Las conductas ejemplares tienen vigencia sociológica
equivalente al derecho vigente.
Dimensión Normativa: el orden normativo se compone de normas, la norma es un ente lógico
y describe conductas. Las normas pueden o no estar formuladas expresamente. La
formulación expresa más difundida es la escritura y existen normas formuladas expresamente
sin estar escritas hay también normas no escritas o no formuladas escrita mente llamadas
normas consuetudinarias.
Dimensión Axiología:
El valor más importante en el mundo jurídico es la justicia, es un valor objetivo y trascendente
porque no es creado ni inventado por los hombres sino únicamente descubierto y conocido
por ellos. El valor vale o es valor por el hombre no se realiza sólo. Dicho valor vale aunque no
se realice con signo positivo en el mundo jurídico no es histórico pero si es histórico su ingreso
a una comunidad.
Teoría Constitucional:
La teoría es el conjunto de ideas, principios, concepto y posiciones doctrinarias que tratan
sobre los fundamentos, las instituciones y las finalidades de la Constitución es decir que
constituye la fuente de inspiración de cualquier texto constitucional.
Ciencia Constitucional:
Es el conocimiento sistemático y metódico del derecho constitucional de un estado. El objeto
de esta ciencia no es toda la constitución de un Estado sino el conjunto de normas
constitucionales positivas lo que se llama Constitución nacional.
Historia constitucional:
Toda constitución es fruto de una racionalización del poder que en cada estado debe prestar
una especial atención a todos los antecedentes que han formado la historia constitucional.
Dicha historia se dedica al estudio y análisis de las ideas e instituciones políticas que han
configurado el desarrollo del Estado constitucional de derecho a través del tiempo y del
espacio se constituye como una fuente insustituible que debe inspirar la sanción de la ley
fundamental.
2.2 Origen.
Origen:
Desde la antigüedad el Estado era considerado como un fin en sí mismo al servicio del
cual debería estar el hombre como un instrumento. De allí que el poder del Estado debía ser
absoluto y el hombre estaba subordinado a él pasaba a ser un objeto, no reconociéndosele sus
derechos fundamentales ya que todo poder absoluto tiende a negar o restringir los derechos
de la persona.
Esta concepción absolutista del Estado y del poder llegó a manifestarse en las monarquías
absolutas de derecho divino en las que el monarca se creía capaz para ejercer un poder
absoluto por haberle sido concedido por la voluntad de Dios y se sentía responsable ante él y
ajeno totalmente a una relación de responsabilidad con el pueblo a quien nada debía y de
quién todo podía exigir.
2.3 Antecedentes.
Antecedentes:
Los orígenes remotos del constitucionalismo podemos ubicarlos en el siglo XIII en la transición
de la Baja Edad Media al Renacimiento. Surge el principio de la ley como expresión de la
voluntad general y reguladora de la vida social. Entre sus principales manifestaciones jurídicas
podemos señalar:
La Carta Magna 1215:
Impuesta al rey Juan sin Tierra por los barones y confirmada luego por Enrique III, contiene
diversos principios constitucionales: reconocimiento del poder del parlamento frente al del
monarca y como órgano del que emana la ley participación del parlamento en la creación de
impuesto, la prohibición de arrestar, etc.
Los fueros españoles:
Consistían en estatutos jurídicos privilegiados que el rey o el señor feudal otorgaban a sus
súbditos especialmente en España medieval.
El más importante fue el fuero de Aragón 1293 el cual establecía su superioridad sobre la
voluntad del rey, los jueces y funcionarios junto a esta supremacía constitucional disponía la
protección de los derechos individuales estableciendo el Justicia Mayor (magistrado que en
nombre del rey administraba justicia, controlando el cumplimiento de los fueros y las
violaciones a los derechos de los súbditos.)
Las Leyes Fundamentales:
Son las que regulaban la organización del Estado y los principios constitutivos del reino por lo
tanto eran inviolables y se diferenciaban de las llamadas leyes circunstanciales.
Las consideraban presupuestos de la soberanía ya que el rey no las podía anular sin anularse a
sí mismo. Dan origen a las leyes constitucionales que surgen en Francia e Inglaterra en los
siglos XVII y XVIII.
Constitucionalismo Clásico:
Caracteres:
1) La organización política tiene como finalidad la protección de los grandes objetivos de
libertad seguridad y propiedad.
2) dicha organización política se asienta sobre dos principios necesarios: Los derechos y
garantías individuales; La división y equilibrio de los poderes.
3) Se determina una constitución elaborada anteriormente como fruto deductivo de la razón y
formulada en un texto escrito y solemnemente proclamado y rígido.
4) Está Constitución es una ley de garantías y suprema, porque es la fuente última de validez
de todo el ordenamiento jurídico.
5) Surge el Estado de derecho regido por la racionalidad de las normas jurídicas, la voluntad de
la ley por encima de la del monarca, un poder limitado y racionalizado por el derecho.
6) El poder debe estar dividido y equilibrado: Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, teniendo
presente que el Poder Legislativo es la expresión máxima de la soberanía y de la voluntad
popular y autor de la ley.
7) Afirmación del sistema representativo y republicano.
8) En lo social, prevalece el individuo. En lo político, el ciudadano.
9) Estado liberal abstencionista, es decir que sostiene la doctrina que apoya la abstención de la
política, no intervencionista y gendarme.
Contenido:
Posteriormente y culminando un proceso de varios siglos en la antigua lucha entre el poder y
la libertad, surge a partir del siglo XVII el constitucionalismo clásico como aquella doctrina
filosófica- política que protege la libertad mediante la afirmación de dos principios: la dignidad
de la persona humana y la limitación del poder.
Esta concepción humanista reconoce su fuente principal en el derecho natural, ya sea en su
versión cristiana como en la racionalista, surge el derecho constitucional que tratará a través
de la vía judicial tanto al poder como a las manifestaciones de la vida del hombre, del siguiente
modo:
a) La dignidad de la persona humana reconociendo y protegiendo los derechos y las garantías
individuales.
b) La limitación del poder que evite sus abusos, estableciendo la división y el equilibrio de los
poderes estatales.
Estos derechos y limitaciones debían estar incorporados para su plena vigencia en el texto de
una Constitución, como la ley de garantías, fundamental ,escrita, codificada y proclamada
solemnemente , ya que es preferible "el gobierno de la ley" al "gobierno de los hombres". Sólo
así la Constitución se manifiesta como la suprema garantía que por su cumplimiento efectivo
por la sociedad y el Estado asegura la mayor vigencia posible de la dignidad de la persona
humana y de un poder limitado y controlado.
Por eso es que el artículo 16 de la "Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano"
de la Revolución Francesa de 1789 disponía: "Toda sociedad en la cual no esté asegurada la
garantía de los derechos ni determinada la separación de los poderes carece de constitución".
Su crisis:
Según señala Fayt, el proceso constitucionalizador se difundió y expandió en Europa y América.
La Constitución escrita, fundamental y suprema vino hacer una necesidad del Estado Liberal
moderno. La difusión del constitucionalismo -según Friedrich- siguió de un modo bastante
paralelo la curva de la industrialización, ya que fue la clase media -es decir comerciantes,
industriales y profesionales liberales- quienes además de realizar la Revolución industrial
demandaron al gobierno constitucional. Fue tan violenta su difusión que se puede afirmar que
la expansión del constitucionalismo fue un movimiento jurídico-político similar a la difusión del
derecho romano.
Como consecuencia de esta Revolución industrial se produjeron profundas modificaciones en
la sociedad a partir de la mitad del siglo XIX, agobiaron el constitucionalismo, lo liberaron
ampliando el ámbito funcional del Poder del Estado. Luego decae el liberalismo político y
comienzan a crecer los procesos de socialización. El estado abstencionista no satisface las
necesidades de la época, ya que el juego de las libertades y la supuesta armonía que de sus
competencias se esperaba, no se produjeron y ascendieron como siempre al fuerte sobre el
débil.
Contenido:
Los derechos propios del constitucionalismo clásico cumplieron acabadamente los fines por los
que habían sido consagrados. Como el derecho debe adaptarse a las conductas humanas y a
los cambios sociales, llego un momento en el que los distintos acontecimientos provocaron
que ese modelo de constitucionalismo no fuera suficiente para regular los nuevos problemas.
No fueron revoluciones, ni guerras las que generaron estas modificaciones en los esquemas.
Fueron cambios pacíficos que se fueron dando en la estructura: la revolución industrial, la
creación de fábricas, las migraciones internas, el conflicto entre el capital y el trabajo y, en
definitiva lo que se denominó la cuestión social.
En la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (Francia 1789) se establecía que:
"la seguridad social reposa sobre la actividad de todos para garantizar a cada uno el goce y
conservación de sus derechos".
La doctrina social dela iglesia a fines del siglo XX fue la que llamó la atención sobre el problema
entre el capital y el trabajo.
En la encíclica del Papa León XIII recordó a los empresarios que "no deben considerar al obrero
como un esclavo; que deben respetar la dignidad de la persona humana". Deben recibir salario
razonable y adoptar medidas a favor del obrero con intervención del Estado.
En la encíclica del Papa Pío XI se sostuvo que surgió una nueva rama del derecho, que con toda
firmeza defiende los derechos de los trabajadores, derechos que parten de su dignidad de
hombres y de cristianos.
Las primeras constituciones en incluir normas sobre derechos económicos, sociales y culturales
fueron la mexicana y la alemana.
El estado dejo de ser un mero gendarme para pasar a ejercer el poder de policía, es decir que
deja de cumplir el rol pasivo que le asignaba el constitucionalismo clásico para tener un rol
activo, interviniendo en los conflictos sociales.
Desde el punto de vista económico, este modelo constitucional no fue acompañado por el
liberalismo sino por sus políticas.
Caracteres:
1) Junto a la libertad, propiedad y seguridad se afirman los valores de la justicia y la
solidaridad, transmitiendo toda una dimensión social del derecho.
2) La Constitución debe ser una elaboración racional de los aspectos históricos y sociológicos
de la concreta realidad común.
3) Surge un nuevo estado ya sea que se lo llamé Social de Derecho, de Justicia o de Bienestar.
4) Se produce una crisis en la división y equilibrio de los poderes, con un crecimiento del Poder
Ejecutivo (liderazgo) como motor impulsor del gobierno, con una disminución del Poder
Legislativo por crisis en el funcionamiento de los órganos parlamentarios y la delegación de
facultades legislativas.
5) Por sobre el individuo aislado surge el "hombre situado" el individuo integrado en toda la
realidad social y el constitucionalismo, asumiendo la problemática integral de la persona
humana. Desarrollo integral y armonioso de todo el hombre.
6) Socialización, como aumentó o refuerzo de las interrelaciones sociales, individuales y
grupales. Entre el Estado y el individuo aparecen infinidades de agrupamientos sociales
(grupos de intereses o de presión) que posibilitan el desarrollo integral, pero también crean
nuevos centros de poder con posibilidad de excederse en su ejercicio y afectando a la dignidad
de la persona humana.
7) Estado intervencionista, mediante un poder actor, promotor, planificador. A la plena
libertad de las relaciones económicas-sociales, la sustituye la libertad solidaria, mediante una
planificación democrática y participativa.
A continuación haremos mención de las principales tendencias que se han venido presentando
en el constitucionalismo a nivel mundial en los últimos años, sobre todo y básicamente en
Occidente (principalmente en Europa tanto occidental como oriental, en América Latina y en
algunos países de África) y en menor medida en algunos pocos países de Asia, y que por tanto
han motivado cambios en los textos constitucionales a veces parciales, o incluso hasta totales
ocasionando la expedición de nuevas constituciones.
Los antiguos derechos individuales que recibían su protección en los Códigos Civiles hoy en día
han sido transferidos a las constituciones, con lo cual los Códigos Civiles han dejado de tener la
función de protección “constitucional” de los derechos de las personas, trasladándose así esta
función de las más privada de las fuentes del derecho privado (el Código Civil) a la más pública
de las fuentes del derecho público: la Constitución.
La constitución ha pasado a ocupar el lugar central del sistema jurídico desde donde actúa
como filtro axiológico mediante el cual debe leerse el derecho civil.
Igualmente existen algunos nuevos mecanismos de participación ciudadana que no hay que
perder de vista y que cada vez han ido cobrando mayor trascendencia y que se han ido
implementando también en algunos países, tal es el caso de las audiencias públicas, el
presupuesto participativo y la participación ciudadana en la elaboración de normas generales
de carácter administrativo.
Otro aspecto fundamental en esta cuestión ha sido la actuación de los poderes públicos u
órganos de gobierno, a través de diversos mecanismos tales como la instauración de procesos
institucionales de rendición de cuentas, y el derecho de acceso a la información pública
otorgado a los particulares.
En los últimos tiempos hemos sido testigos de las transformaciones que ha sufrido el Estado
contemporáneo organizándose de forma diversa a como tradicionalmente lo había venido
haciendo. Así la organización tripartita de poderes tradicional en ejecutivo, legislativo y
judicial, se ha venido enriqueciendo con la creación de los llamados órganos constitucionales
autónomos. Incluso vale la pena mencionar que en los textos constitucionales el término de
“poderes” ha venido sustituyéndose por el de órganos de gobierno simplemente.
Cabe mencionar que ante las experiencias de algunas dictaduras, se ha dado también la
tendencia a acortar el mandato constitucional en los poderes ejecutivos y permitir su
reelección.
La crisis de la soberanía frente al nuevo orden jurídico ha originado que muchas cuestiones
que antes se consideraban como internas y por tanto de incumbencia exclusiva de cada Estado
en lo particular, hoy en día se consideren de la competencia también de la comunidad
internacional, y por tanto susceptibles de ser atendidas por la jurisdicción internacional. Tal es
el caso de la materia concerniente de los Derechos Humanos.
Actualmente la constitución ya no tiene por objeto sólo la distribución formal del poder entre
los distintos órganos estatales, sino que está dotada de un contenido material, singularmente
principios y derechos fundamentales que condicionan la validez de las normas inferiores
En el campo de los Derechos Humanos es preciso hacer notar también la relevancia de los
llamados Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los cuales sobre todo, a partir del último
cuarto del siglo XX han ido cobrando cada vez mayor importancia en el ámbito constitucional
de los Estados como un medio de hacer frente a las profundas desigualdades económicas.
En años recientes hemos sido testigos del surgimiento de nuevos derechos que antes no
habían sido considerados con seriedad. Por ejemplo el derecho a la alimentación, el derecho a
la salud, el derecho a la vivienda, el derecho al agua, el derecho al desarrollo de la libre
personalidad, el derecho a la identidad, el derecho a la cultura, el derecho a un medio
ambiente sano, el derecho a la paz, y por supuesto también los llamados Derechos Humanos
de cuarta generación vinculados a la ciencia y a la tecnología.
A pesar de todo lo anterior es necesario advertir que en los años más recientes, y sobre todo a
partir de los actos terroristas del 11 de septiembre de 2001 ocurridos en Nueva York, y algunos
otros que han acaecido en el mundo (2004 en Madrid y 2005 en Londres), ha surgido una
“contra-tendencia” en cuestión de Derechos Humanos, sobre todo tratándose de aquellos
referidos a la materia penal, en virtud de la cual se han hecho reformas y se han expedido
disposiciones normativas que han venido a restringir a los Derechos Humanos y a establecer
verdaderos estados de excepción, en aras de garantizar la seguridad pública y la del Estado,
frente a acciones provenientes del terrorismo, de la delincuencia organizada y de grupos
armados irregulares. Esta situación ha dado lugar a intensos e interesantes debates jurídicos
que hoy por hoy ocupan un lugar primordial no sólo en la agenda nacional sino también en la
internacional de todos los Estados.
En tal sentido la interpretación judicial y el rol del juez como creador del derecho han venido a
cobrar una importancia fundamental, dando origen a un desarrollo judicial del derecho, en
donde se ha dado un énfasis mayor a los argumentos jurídicos
En este sentido es cada vez más recurrente encontrarnos con el nuevo modelo de
constituciones abiertas, es decir constituciones que incorporan menos reglas y más principios,
pues hoy en día la constitución debe ser entendida como un marco de referencia que permite
distinguir lo que es y lo que no es constitucional, por lo cual es necesario encontrar en la
constitución misma las líneas de esta distinción.
Los países iberoamericanos desde la segunda mitad de la década del 70, comenzaron un
proceso de recibimiento del derecho internacional de los derechos humanos dentro de la
normativa estatal, a través de los distintos textos constitucionales.
Este proceso implica en cierto modo, volver a la fuente, es decir a la etapa previa de 1945 en
que los derechos se protegían solamente mediante normas nacionales, pero con el
complemento de que ya esa consagración normativa es ahora una obligación internacional del
Estado. Lo que se había elevado del plano interno al internacional por insuficiencia de aquél,
vuelve al ámbito interno, pero cuando está jerarquía constitucional de la obligación
internacionalmente asumida le otorga la rigidez de que gozan las constituciones y ocurre que
es mucho más difícil que un gobierno pueda desligarse de ella por el procedimiento de la
denuncia de los tratados, ya que en el caso en que estos gozan de jerarquía constitucional, la
denuncia implica una reforma de la Carta Magna o como mínimo, requeriría mayorías
calificadas en los órganos legislativos de los respectivos países.
Correlato de ello es que la persona humana tiene derechos anteriores y supremos frente al
Estado que la convierten en un fin en si misma, proposito que se realiza preservando la
dignidad del ser humano. El iusnaturalismo predica que existe, como su nombre lo dice,
naturalmente, un derecho instituido por un conjunto de normas que existen en la sociedad
con indepedencia del Estado o de los individuos sustentado en la equidad y justicia.
Mas que una propuesta metodologica la idea de un Derecho natural como contrapropuesta al
Derecho positivo, parece fruto de una direccion filosofica destinada a exaltar el capitulo de los
valores que es uno de los elementos del derecho.
Ademas, tambien es cierto que en la vida de los pueblos, casi por regla, los jueces, los jefes de
Estado, los legisladores y funcionarios en general, como tambien los habitantes, rigen su
actividad como gobernantes o gobernador respetando o desobedeciendo la normativa con
creta que emana del Derecho positivo y no la que -segun sus sostenedores- emana de un
orden natural anterior y superior al Estado
Metodo histórico
Empirismo, puesto que el derecho se presenta como algo externo su conocimiento deriva de la
experiencia no no existiendo principios jurídicos a priori;
Causalidad y determinismo, ya que todo fenomeno, y en consecuencia del derecho, tiene una
causa y aparecen ligados de tal modo que lo anterior determina lo posterior;
ta perspectiva.
método jurídico
Hans Kelsen asevera que existen dos mundos autonomos para la ciencia, el de los hechos y el
de las normas o sea el del "ser" y el del "deber ser" En el ambito normativo encontramos al
derecho que debe elaborarse y estudiarse con métodos propios que prescindan de objetos
extranos como la sociologia, la justicia, la historia, la economia, etc
Desde esa perspectiva la tarea del sujeto cognoscente debe realizarse, en primer lugar,
librando de elementos impuros al derecho. A se objetivo se accede cuando el estudioso limita
sus propositos a abstraer normas de los fenómenos jurídicos y deducir las consecuencias que
estás implican, a traves de la sistematizacion e interpretacion de las mismas.
Se sigue de ello que el estudio del Derecho Constitucional pasaría por un quehacer analitico de
las normas juridicas como unico medio idóneo para formular los principios de esta ciencia. De
adoptarse este metodo deberiamos restringir nuestro conocimiento, pura y exclusivamente, al
estudio de la constitucion, los tratados, las leyes y demás disposiciones constitucionales,
haciendo caso omiso a cualquier otro elemento. Serian ajenos a nuestro interes el grado
efectivo de acatamiento de esos preceptos, las razones que determinaron su inserción en el
ordenamiento, los valores que aspira a realizar, etc.
La sola enunciacion de sus lineamientos en los tiempos actuales le resta credibilidad cientifica
a tan parcial vision del fenomeno juridico, ya que limitar su existencia a la sola referencia
normativa importa desconocer la riqueza vital que lo anima. Hace tiempo que en el ámbito de
las ciencias juridicas se abandono la tradicion de un enfoque puro.Hoy la realidad es mucho
mas compleja y esta visto que aunque el precepto es importante, cobran enorme relevancia
numerosos factores ignorados por esta concepcion.
Metodo politico
Mientras los historicistas ponen el acento en el pasado, los formalistas en la norma y los
iusnaturalistas en el valor justicia, la técnica politica hurga el conocimiento a partir del examen
de las vivencias institucionales operadas a nivel del poder para el estudio del Derecho
Constitucional.
Si bien es cierto que este metodo combate acertadamente el pecado de investigar la forma
antes que la materia, aun reconociendo el valloso aporte de la ciencia politica para el estudio
del Derecho Contitucional, no podemos sin mas abrazar sus recomendaciones. Es que ellas,
teniendo bastante de razon, omiten considerar la otra parte de la verdad por el sentido
unidireccional de sus propuestas, ya que quedaria excludo del conocimiento constitucional
todo el segmento de los derechos y garantias que son tan importantes como la organización
del poder en un Estado.
En consecuencia, los fenomenos politicos, siendo valiosos, constituyen apenas una porcion de
un universo mucho mas amplio cuyo estudio no puede estar ausente, pero tampoco pretender
el monopolio que le asigna esta metodologia.
Metodo sociologico
El sociologismo juridico comporta la asimilacion por el jurista del metodo utilizado por la
sociologia juridica y, en su consecuencia, la reduccion juridica a investigacion
sociologicalsiderando que el derecho es solo eso: un producto sociológico, una manifestacion
de la vida social, propugnando la observacion, experiencia, constatación analisis y comparacion
de los hechos, tal como se ofrecen en la realidad, sin inquirir principios superiores de la razon,
con el fin de determinar las leyes a que aquellos responden
La admision del enfoque podria serviros para comprender, por ejemplo, la fragil memoria que
tiene el pueblo argentino a la hora de juzgar la obra de sus malos gobiernos o su tendencia a
recrear liderazgos que se conciben como insustituibles.
Siendo indiscutible que el derecho es fruto social nos quedaríamos a mitad de camino si
asimilaramos como exclusivas las enseñanzas del metodo sociological Todo ello sin perjuicio de
reconocer, como singular contribución del sociologismo, que su aparición permitió estudio de
una franja siempre resistida por la pura legalidad, toda vez que si algo preocupo al
sociologismo esa inquietud tuvo que ver con la necesidad de asumir de modo realista la
problematica metodológica concerniente al estudio del derecho, interes juridico adscripto al
dogmatismo de que el derecho solo podia hallarse en las normas escritas.
Metodo integral
Todos los metodos expuestos hasta aqui se amparan en la unicidad de sus propuestas,
encerrando modelos cuya adopción puede conducirnos a la limitada optica que deviene de sus
parcializados presupuestos.
El examen sectorial revela el deficit cientifico de que hacen galaEs que resulta imposible
estudiar derecho y mucho menos Derecho Constitucional con el "a priori" de que el acceso al
conocimiento puede realizarse transitando por una sola senda.
Ningun ingrediente puede quedar excludo de este emprendimiento o que conlleva al examen
de la norma en su conexion con la economia, la historia, la cultura, las costumbres, la
estimativa del pueblo, las vivencias institucionales, etc.
La teoria integral, exponia Bunge a principios del pasado siglo, se funda en la naturaleza del
fenomeno derecho, puesto que este, como los demas fenomenos sociales, se comprende de
una serie de elementos fisicos y quimicos y no podra ser conocido integramente si no se
estudian todos los elementos que lo componenbastara que se omita o descuide cualquiera de
ellos para que la concepcion resulte, aunque no forzosamente erronea, por lo menos trunca o
parcial... ya que en definitiva el hombre ha dividido su conocimiento en distintas ramas no
porque estas se hayan constituido objetivamente, sino porque con semejante procedimiento
mental facilita la investigacion
Entonces, trasladando esas ensenanzas al Derecho Constitucional y esto vale para el estudio de
todas las instituciones, cuando nos ocupemos del federalismo, por dar un ejemplo, apelaremos
a la historia para explicar porque el constituyente adopto esa forma de Estado; recurriremos a
la constitucion y las leyes para saber de sus caracteristicas preceptivas; tendremos presente a
la axiologia que predica el iusnaturalismo para encontrar en ese tipo de estructura la justicia
de la descentralizacion; indagaremos en las costumbres del pueblo argentino para juzgar el
sentido de sus aportes constatando el grado de acatamiento de las normas y examinaremos el
rol que el instituto juega en relacion al poder.
Con su proverbial pluma, el desaparecido Cesar Enrique Romero definio a este procedimiento
como "realista, esto quiere decir que se tendran en cuenta los diversos aspectos que ofrece la
realidad social e historica... para hallar la verdad practica, el funcionamiento efectivo de las
instituciones: su realidad politica... porque nuestra disciplina es materia distinta de las demas
ramas del saber juridico y social; opera en area que le otorga una jerarquia impar y conlleva
una trascendencla comunitaria que no puede soslayarse
• Se la utiliza para referirse a una organización que promociona determinado objetivo. Ej. “La
Universidad Nacional de Salta es una institución educativa de importancia regional”.
• Es empleada también para mencionar a personas que gozan de especial respeto. Ej. “Favaloro
fue una institución de la medicina argentina”.
• Sirve para referirse a modelos de relacionamiento social. Ej. ”La familia es una institución
conformada por personas unidas por vínculos de parentesco”.
• Por último la palabra es utilizada para hacer mención a reglas, normas, principios.
A la palabra la utilizaremos según esta última acepción, que viene del latín “institutio” que significa
crear o establecer precisamente reglas.
En lo que hace al momento a partir del cual existen las reglas, los autores que dieron origen al
contractualismo social, señalan que en un principio no había reglas y que se vivía en un estado de
naturaleza que era la guerra de todos contra todos. Thomas Hobbes dice que “…durante el tiempo en
que los hombres viven sin un poder común….se hallan en el estado que se denomina de guerra, una
guerra tal que es la de todos contra todos [….] existe un continuo temor y peligro de muerte
violenta”.
De esta vida brutal y peligrosa, se sale cuando los hombres comprenden la necesidad de vivir en
sociedad con una autoridad común y con reglas que regulan la convivencia y que son acatadas por
todos.
De esta manera podemos definir a las instituciones como el “Conjunto de reglas expresas o tácitas
que resguardan la libertad, garantizan los derechos, organizan el Estado y regulan la convivencia
entre los hombres, orientando su conducta hacia la cooperación y el progreso social”.
Podríamos simplificar esta definición de instituciones, diciendo que son las reglas que organizan el
Estado y regulan la convivencia, pero la referencia a la libertad y a los derechos nos parece esencial,
porque la calidad institucional nunca puede existir en un estado totalitario.
Dentro de las reglas expresas podemos mencionar en primer lugar a las normas jurídicas, tales como
la Constitución, las leyes, los decretos reglamentarios, los decretos simples, las ordenanzas
municipales, resoluciones ministeriales, circulares del Banco Central, etc.
En lo que respecta a las normas jurídicas, se distingue entre una dimensión formal, relacionada con
el cumplimiento de los procedimientos establecidos para legitimarlas como expresión de la voluntad
popular, y una dimensión sustancial que hace al contenido de las leyes, que deben ser respetuosas
de los derechos fundamentales. Luigi Ferrajoli señala que en las constituciones rígidas se plasma la
“ley de la razón”, que garantiza con sus principios la libertad y los derechos básicos, poniéndole así
límites a la “ley de la voluntad” que en la democracia es la ley del número a través del principio de
mayoría. De esta manera “la validez de las leyes depende no solo de las normas procedimentales
sobre su formación, sino también de las normas sustanciales sobre su contenido” .
Existen reglas expresas que no son normas jurídicas y que tienen alto grado de acatamiento, como es
el caso de las reglas religiosas respetadas por los creyentes, tal es el caso de los Diez Mandamientos
que constituyen la Ley de Dios. De igual manera, si somos miembros de un club, de una fundación o
de otra asociación civil, estamos obligados a acatar sus estatutos. Los contratos a su vez contienen
acuerdos que obligan a las partes, y son otro ejemplo de reglas expresas.
Las reglas tácitas integran la herencia cultural. Son las más estables porque representan hábitos y
valores. Una norma jurídica puede ser cambiada de la noche a la mañana por la autoridad que la
emitió. En cambio los comportamientos culturales evolucionan lentamente.
Podemos definir a la cultura como la “trasmisión de una generación a la siguiente, por imitación o
enseñanza, de conocimientos, informaciones, valores, hábitos de comportamiento, usos y
costumbres”.
Cuando saludamos a personas a las que conocemos, cuando cedemos el asiento a una embarazada o
persona de edad avanzada, estamos respetando reglas tácitas que nos han enseñado desde la niñez.
Hasta la seducción tiene sus reglas tácitas .
Indicadores de la cultura de una sociedad, son también la limpieza de las calles y lugares públicos, o
el tránsito ordenado que indica respeto por las reglas.
La familia tiene una gran importancia en la trasmisión de la cultura, pero también influye el entorno
social. Por ejemplo escombros o residuos tirados al lado de una ruta, constituyen una invitación a
que se tiren allí más escombros y residuos. Es decir la “ejemplaridad” es muy importante, porque las
conductas tienden a imitarse.
El filósofo político norteamericano John Rawls, autor de la “Teoría de la Justicia”, dice que las reglas
“Son decisiones pretéritas que permiten al observador predecir comportamientos futuros”.
La gran ventaja de las reglas, consiste en que la vida en sociedad se vuelve predecible. Si se da
determinado supuesto, sabemos de antemano como va a reaccionar la mayoría de la población que
acata las reglas. Al tener predictibilidad, tendremos confianza en la sociedad.
Douglas North dice que “La función principal de las instituciones en la sociedad es reducir la
incertidumbre, estableciendo una estructura estable (pero no necesariamente eficiente) de la
interacción humana. Pero la estabilidad de las instituciones de ningún modo contradice el hecho de
que están en cambio permanente.
North dice también que son como las reglas de juego de un deporte competitivo y señala que “El
propósito de las reglas es definir la forma en que el juego se desarrollará”.
Kelsen dice que “El carácter racionalista de la democracia es en su aspiración a organizar el orden
estatal como un sistema de normas generales, preferentemente escritas, en las que los actos
individuales de la administración y la jurisdicción se hallen determinados del modo más amplio
posible, pudiendo considerarse como previsibles” .
La máxima certidumbre está dada por las constituciones rígidas que en el decir de Ferrajoli ,
constituyen un “derecho sobre el derecho”, ya que no solo regulan la forma de producción de las
normas, sino que además enuncian contenidos como son los derechos fundamentales.
Para que exista calidad institucional, la conducta de las personas debe adecuarse a las reglas, es decir
deben ser cumplidas, pero además es necesario que las mismas sean eficientes, es decir induzcan a
las personas a cooperar con conductas orientadas al progreso social.
O´Donnell dice que cuando las reglas razonablemente se cumplen, las mismas “son buenas
predictoras del comportamiento y las expectativas, se puede decir que todas o la mayoría de las
instituciones y reglas formales han alcanzado plena institucionalización. Cuando la adecuación o
conformidad es escasa o prácticamente inexistente, debemos enfrentar la doble tarea de describir el
comportamiento real y de especificar las reglas…” .Diversos autores consideran precisamente que
existe “consolidación democrática” cuando hay una efectiva adecuación entre reglas formales y
comportamiento real.
El requisito de la eficiencia nos conduce a analizar, las reglas y comportamientos eficientes que
ayudan al crecimiento y las reglas y comportamientos ineficientes constituyen un obstáculo para el
desarrollo.
Buenas reglas de tránsito acatadas por todos, hacen más eficiente y segura la circulación. La ausencia
de corrupción hace más eficiente al Estado y disminuye la carga fiscal de los ciudadanos. Un estado
eficaz en la lucha contra el delito y el crimen organizado, determina un mayor nivel de seguridad.
Cumplimiento y eficiencia de las reglas, constituyen las claves para construir calidad institucional.
SEGURIDAD JURIDICA: Podemos decir que una sociedad tiene seguridad jurídica cuando existe una
“cultura de respeto de los derechos y de cumplimiento de la Constitución, las leyes, las normas
jurídicas en general y los contratos”.
Las ciencias del derecho y la economía se han ocupado de la importancia de la seguridad jurídica y la
calidad institucional para el progreso de las sociedades.
Nino publicó en 1992, su obra “Un país al margen de la ley”, en un momento como señala Roberto
Gargarella en el prólogo en que “se mostraba desencantado con los modos en que había
evolucionado la vida política del país, luego de los primeros años de entusiasmo democrático”. Las
preocupaciones de Nino giraban en torno a que él advertía que habíamos recuperado la democracia,
pero que no estábamos construyendo una democracia de calidad.
El autor dice que “En 1913 el producto de la Argentina era comparable con el de Suiza, el doble del
de Italia y casi la mitad del de Canadá, mientras que en 1978 las proporciones entre el producto
argentino y de esos países fueron respectivamente menos de un sexto,. Yo agregaría que en 1922 el
PBI Argentino era la mitad del de América del Sur, mientras que hoy es el 13%, porque nuestro lugar
fue ocupado por Brasil.
Para Nino el progreso está asociado al cumplimiento de las normas o reglas de la sociedad, ya su
observancia es la que genera en definitiva cooperación, es decir un accionar colectivo común.
En este sentido califica a la anomia como “boba”, es decir tonta, ya que es auto frustrante y
perjudicial para todos. Veamos algunos ejemplos prácticos: la falta de respeto por las reglas de
tránsito, la falta de limpieza, la contaminación ambiental, la evasión tributaria afectan al conjunto,
etc.
Menciona que en sus orígenes Buenos Aires fue una ciudad de contrabandistas, los que se dedicaban
a traer productos desde la portuguesa Colonia del Sacramento; puntualiza que en los territorios de la
América Española muchas disposiciones emanadas desde la Península no se cumplían, menciona las
luchas civiles y los enfrentamiento que tienen lugar en el extenso periodo que va desde 1810 hasta
1853; el fracaso de las Constituciones unitarias de 1819 y 1826; la falta de cumplimiento del Pacto
Federal de 1831; el autoritarismo de Rosas; Urquiza y la Organización Nacional como un buen
momento de institucionalización del país; pero luego el fraude electoral, los golpes militares, luego la
violencia de los años 70 entre querían cambiar la realidad por las armas y la represión al margen de
la ley que incluso comienza en un gobierno democrático; y luego Nino mira la realidad de su tiempo
con tendencia al híper-presidencialismo; privatizaciones y regulaciones desordenadas;
contaminación; economía negra; evasión impositiva; corrupción, y llega así a la conclusión de que
estamos frente a un problema cultural, de una sociedad que tiende a la anomia y a la ilegalidad.
Frente a esta realidad, Nino sugiere con total actualidad: 1) Asumir el problema; 2) Debatirlo
públicamente; 3) Educación popular para promover en la sociedad lealtad normativa.
A esta altura, me parece importante señalar que la Argentina demoró cuarenta y tres años en
institucionalizarse, que es el período de tiempo que va desde 1810 hasta 1853 en que se dicta la
Constitución. Incluso en la propia Constituyente se debatió si era el momento para dictarla, porque
subsistían enfrentamientos y Buenos Aires se había separado para reintegrarse recién en 1860, pero
triunfa la sabia tesis de Gorostiaga según la cual la Constitución iba a crear “hábitos y costumbres”.
La verdad es que la Argentina institucionalizada creció espectacularmente y cientos de miles de
inmigrantes comenzaron a llegar a un territorio despoblado que ofrecía nuevas oportunidades de
vida.
Hemos analizado los estudios de Nino y el aporte de la teoría institucionalista desde la economía.
Podríamos ahora preguntarnos cuál es la mirada del hombre común. Según su criterio, ¿Tenemos
instituciones sólidas? ¿Los argentinos somos respetuosos de las reglas?
En este sentido, la Asociación Argentina de Derecho Constitucional, durante la Presidencia de un
estudioso y entusiasta del tema como lo es Antonio María Hernández, encargo una Encuesta de
Cultura Constitucional que realizó Manuel Mora y Araujo y que se publicó en el año 2005 .
La encuesta es muy completa y una amplia mayoría del 86% de los entrevistados considera que la
mayor parte del tiempo Argentina vive al margen de la ley; el 88% opina que los argentinos son
transgresores; el 86% considera que las reglas necesarias para una buena convivencia social no son
respetadas por la gente; y el 90% cree que en la Argentina las personas no se respetan unas a otras.
Estos datos refuerzan la tesis y el camino de solución marcado por Nino, ya que estamos frente a un
problema cultural.
• La reelección (art.90) a la que hay que agregarle la posibilidad de la sucesión entre miembros
de una misma familia, prohibida por algunas constituciones comparadas.
• La posibilidad de dictar D.N.U - Decretos de Necesidad y Urgencia (art.99-3) con fuerza de ley,
a lo que ahora hay que agregarle la particular reglamentación de esta facultad por Ley 26.122,
sancionada en el año 2006, por la cual para rechazar un D.N.U. se necesita el concurso de las dos
Cámaras, con lo cual basta que una Cámara no trate el D.N.U para que el mismo se mantenga
vigente, aun cuando la otra lo rechace.
• La Delegación Legislativa.
En el sistema de la Constitución, la mayor fortaleza del Poder Legislativo está en la sanción de la ley.
Frente a este poder, el texto constitucional le da al Poder Ejecutivo la posibilidad del veto para
impedir que la ley entre en vigencia.
Ahora bien, cuando es el Poder Ejecutivo el que decide si una norma tiene fuerza de ley, por vía de
un D.N.U. o de una sanción por el Poder Legislativo, es porque este último ha quedado vaciado en la
atribución que constituye su razón de ser.
Cuando un Poder se desborda en sus atribuciones y va más allá del texto constitucional, el que
marca los límites es precisamente el Poder Judicial.
Debemos señalar que los partidos, están en crisis, como consecuencia de la quiebra de la
participación de los ciudadanos y de su desinterés por los asuntos públicos. Como dice Ferrajoli “Son
pocos los jóvenes que participan en la vida de los partidos por razones ideales y no con la esperanza
de encontrar empleo” . Cuanto más se agrava esta situación ante la falta de apoyo desde el Estado.
Con relación a los partidos, un tema no menor es el relativo a su financiamiento, se financia con
recursos públicos, entre ellos gastos reservados, y aportes de contratistas y proveedores que
terminan generando “sobreprecios”. Los partidos que están en la oposición, tienen escaso
financiamiento. Por lo tanto cobra importancia el ser oficialista o el disponer de una fortuna
personal.
Hoy hacer política con posibilidades de éxito requiere de recursos importantes, ya que hay que tener
presencia y llegar a los electores, además del control del acto electoral, con el consiguiente costo,
además de los gastos operativos de una campaña.
Con encuadre en la disposición constitucional se sancionó, a fines del año 2006, la Ley 26.215 de
Financiamiento de los Partidos Políticos, modificada en el año 2009 por la Ley 26.571 de
Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral, las cuales
disponen aportes que hasta el momento han sido insuficientes para atender los gastos de
funcionamiento, campaña y control de los actos electorales.
Para comprender los cargo de los partidos, basta citar en materia de control el caso de la Provincia
de Buenos Aires con 31.519 mesas electorales y voto de papel con boletas que se roban o destruyen
y una larga lista sábana que hay que escrutar en todas sus categorías. El propio Juez Electoral del
distrito en vísperas de la elecciones del 2011 declaró a la prensa “Lo digo con todo respeto: el fraude
se evita teniendo fiscales. Si no, corres el riesgo de que te vuelquen el padrón
Argentina debería establecer un sistema de financiamiento público de los partidos y de las campañas
electorales, que implique “transparentar” el financiamiento del oficialismo y garantizar
oportunidades a las demás fuerzas políticas que compiten.
Guillermo O’Donnell analizando nuestra realidad manifiesta que en la Argentina “…la idea es que
una vez elegido, el presidente o la presidenta sienten el derecho, sino también la obligación, de
gobernar según les parece mejor, sin restricciones institucionales, que serían simplemente molestias
impuestas por el régimen democrático a las que hay que tratar de anular, hacerlas lo más inefectivas
posible, para que el Ejecutivo elegido decida frente a sí lo que mejor le parece para el país, bien o
mal, en mala o buena fe. Luego agrega “…..yo gané, entonces tengo el derecho de dirigir el país de
acuerdo con lo que a mí me parece y vos que perdiste lo único que podes hacer es esperar hasta las
próximas elecciones a ver si ganas, y tal vez tengas derecho de hacer las cosas inconsultas que yo
hago hoy.
En temas esenciales, un país no puede cambiar el rumbo con cada nuevo gobierno, de allí la
necesidad de políticas de estado, que dan sus frutos en el mediano y largo plazo. Solo es posible
construirlas en el marco de un cambio cultural.
Es el caso de la Reforma Constitucional Argentina de l994, que estableció el mandato de cuatro años
con la posibilidad de una reelección.
Otros países vedan la reelección inmediata tal es el caso de nuestros vecinos de Chile y Uruguay. En
Guatemala, Honduras, México y Paraguay, quien fue Presidente no puede volverse a postular para el
cargo. En Venezuela y Cuba impera la reelección indefinida. En Nicaragua, el Presidente Ortega
obtuvo un pronunciamiento judicial polémico, que le permitió volver a presentarse y ser reelecto.
George Washington, luego de dos mandatos como Presidente, se negó a un tercero porque no era
republicano. Esta tradición fue luego incorporada por la Constitución de Estados Unidos, la que
además prescribe de que el ciudadano que desempeñó el cargo por dos períodos no puede volver a
ser Presidente. El principio de la no reelección es particularmente fuerte en México, que lo consagró
en la Constitución de 1917, después de la dura experiencia de décadas de dictadura
En definitiva, está claro que un sistema presidencialista de calidad requiere de límites a las
reelecciones. El ex Presidente Lula lo dijo con claridad “Cuando un líder político comienza a pensar
que es indispensable y que no puede ser sustituido, comienza a nacer una pequeña dictadura” .
En lo que respecta a los sistemas electorales, los mismos regulan el procedimiento mediante el cual
los sufragios emitidos por los ciudadanos se transforman en cargos electivos.
En las provincias, los que resultan objetables son los “sistemas electorales hegemónicos”, que son
aquellos diseñados para asignar a un solo sector político más de los dos tercios de las bancas
legislativas. Otro ardid es el de asignar sobrerrepresentación a las áreas rurales en detrimento de los
centros urbanos, con lo cual se viola el principio de igual valor del voto de cada ciudadano. El
resultado de estas estratagemas es una concentración de poder prácticamente total, ya que con esa
mayoría de más de los dos tercios se puede desde declarar la necesidad de reforma de la
constitución hasta desplazar de sus cargos a magistrados judiciales, decisiones para las cuales en la
arquitectura constitucional se requieren precisamente los dos tercios, en el entendimiento de que
nadie logra ese porcentaje sin consenso pluripartidario. En este sentido son particularmente
objetables los sistemas electoras de La Rioja, Santa Cruz y Salta.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación en los casos “Editorial Río Negro S.A. c/Neuquén, Provincia
del s/acción de amparo” y “Editorial Perfil S.A. c/Estado Nacional-Jefatura de Gabinete-SMC
s/amparo” ordenó al Estado “disponga la distribución de publicidad oficial en las distintas
publicaciones de la editorial amparista, respetando un equilibrio razonable con aquellas de análogas
características”. Los dos fallos citados, sientan un valioso precedente en contra de la utilización de
recursos públicos para premiar o castigar a medios de comunicación.
Ferrajoli con acierto dice que “Es claro que no existe un derecho a la información “verdadera”, que
estaría en conflicto con la libertad de información. Solo puede hablarse de un derecho a “recibir”
informaciones. Sin embargo, existe un derecho negativo a la no desinformación, consistente en una
libertad negativa, es decir, en la inmunidad frente a las desinformaciones y la manipulación de las
noticias. Esta libertad negativa es un corolario de la libertad de conciencia y de pensamiento, esto
es, de la primera libertad fundamental que se afirmó en la historia del liberalismo y que implica el
derecho a la no manipulación de la propia conciencia provocada por la desinformación en torno a los
hechos y a las cuestiones de interés público”, a lo cual le agrega “Si además se considera al lector
como un consumidor, el derecho a la no desinformación y a la no manipulación de las noticias
equivale al derecho a no recibir mercancía averiada” .
• GRADO RAZONABLE DE SEGURIDAD FÍSICA: Las personas tienen derecho a su integridad física y
a la protección de sus bienes, como consecuencia directa del pacto social, del que es garante el
Estado-
En América Latina las “maras” de Centro-América, el narcotráfico en México, los altos índices de
criminalidad de Caracas, la guerrilla de Colombia, las favelas de Brasil controladas por delincuentes,
constituyen una realidad.
El estado y la sociedad, deben estar alertas a fin de de evitar que el crimen y el narcotráfico se
infiltren en las fuerzas de seguridad, la justicia y los niveles gubernamentales, como ya ha acontecido
en otros países.
Por Ley 24.937 del año l998, se reglamentó el funcionamiento del Consejo con una composición de
veinte miembros, número al que se llegó entre el oficialismo y la oposición en la Cámara de
Diputados y posteriormente entre esta última y el Senado. De este número de integrantes surgió un
equilibrio, ya que ningún sector tenía por sí solo mayoría, ni poder de veto.
Pero en la Argentina en el año 2006 por Ley 26.080, se modificó la integración reduciéndose el
número de Consejeros a trece, con cambios en los equilibrios, lo que determina que hoy el
estamento político tenga mayoría.
Es necesario también que las ternas que el Consejo de la Magistratura envía al Poder Ejecutivo, sean
consideradas con agilidad, en cuanto al envío del pliego con el candidato seleccionado al Senado, y
que este último trate con prontitud el acuerdo que posibilita la designación. Las demoras determinan
subrogancias extensas y precarias que atentan contra la eficacia e independencia de la justicia.
Un “Pacto de Estado de Justicia” similar al implementado en España, podría realizarse en la
Argentina, en busca de una justicia independiente, eficaz y oportuna. Las reformas que podrían
implementarse son variadas y deben tener como objetivo principal agilizar las causas.
• SOLIDEZ MACRO ECONÒMICA: Luego de las duras experiencias de las crisis cíclicas de la
economía argentina, resulta razonable para un país como la Argentina, ajustarse a ciertas reglas
económicas, al financiamiento genuino del gasto público, a un adecuado ratio deuda pública/PBI,
inflación controlada, tipo de cambio competitivo, cumplimiento de las obligaciones, adecuado nivel
de inversión y a la restauración de la confianza para gozar de crédito accesible.
La periódicas crisis nos enseñan que en economía los grandes errores se cometen en tiempos de
prosperidad y se pagan en la adversidad, cuando cambia el ciclo económico y los márgenes de
maniobra se estrechan.
El resultado es que hace cincuenta años estábamos entre los 30 países con mejores ingresos, hoy
entre los 60. Cumplir las sanas reglas de macro-economía que hemos expuesto, constituye por lo
tanto un imperativo necesario.
Los sistemas que favorecen la corrupción, deben ser objeto de atención por las autoridades. Hay
toda una tarea para realizar, como por ejemplo evitar normas ambiguas, limitar la discrecionalidad y
la demora en resolver, suprimir habilitaciones innecesarias, eliminar las contrataciones dirigidas y los
pliegos hechos a medida, etc.
La sociedad sabe que la corrupción ha aumentado y que muchas veces los controles no funcionan
adecuadamente. También tiene la sensación de que existe impunidad para quienes gozan de
protección política.
Es muy importante también que el Estado garantice un amplio acceso a la información pública,
porque de esta manera los ciudadanos pueden al tanto de la marcha del Estado y controlar los actos
de los gobernantes.
• ESTADO EFICIENTE: Es aquel que respeta las reglas, brinda adecuados servicios públicos y de
una manera idónea cumple las tareas que le corresponden como autoridad pública.
Se suelen utilizar diversos tipos de indicadores para medir la eficiencia, como por ejemplo cuanto
tiempo demora un emprendedor en obtener todos los permisos que se requieren para habilitar su
actividad. Si estos trámites son expeditivos y transparentes, los costos de instalación serán menores y
por lo tanto habrá aliento a la inversión.
El preámbulo contiene condensa las decisiones políticas fundamentales, las pautas del
régimen, los fines y objetivos, los valores y principios propugna dos, el esquema del plan o
programa propuesto por el Constituyente.
Los fines, principios y valores que enuncia en su proyecto obliga a los gobernantes y a
gobernados a convertirlos en realidad dentro de régimen político. Esos mismos fines y valores
mantiene en permanente actualidad, son aptos para encarnarse en nuestra sociedad
contemporánea y además gozan de suficiente consenso por parte de la misma sociedad.
Diríamos, por eso, que goza de legitimidad sociológica.
Cuando Consigna que la Constitución se establece “con el objeto de…” el enunciado abarcador
de seis fines, bienes o valores, condensa la ideología de la Constitución y el proyecto político
que ella estructura:
b) Justicia; afianzar la justicia es reconocerla como valor Cúspide del mundo jurídico-político.
No se trata solamente de la administración de Justicia que está a cargo del poder judicial.
Abarca a la justicia como valor que exige de las conductas de gobernantes y gobernados la
cualidad de ser justas. La corte ha dicho que esta cláusula es operativa, y que obliga a todo el
Gobierno Federal.
c) Paz interior; consolidar la paz interior fue también, un propósito tendiente a evitar y
suprimir las luchas civiles, ya encauzar los disensos dentro del régimen político. Hoy se
actualiza significando la recomposición de la unidad social, de la convivencia tranquila, del
orden estable, de la reconciliación.
e) Bienestar general; promover el bienestar general es tender al bien común público; la corte
ha dicho que el bienestar general del preámbulo coincide con el bien común de la filosofía
clásica. Este bienestar contiene la prosperidad, al Progreso, al desarrollo, con todos sus
ingredientes materiales e inmateriales que abastecen la buena convivencia humana social. El
“estar bien” o “vivir bien” los hombres en la convivencia compartida en la sociedad
políticamente organizada.
f) Libertad. Asegurar los beneficios de la libertad presupone que la libertad es un bien que
rinde beneficios. La libertad es un valor primordial, como que vine a la esencia del sistema
democrático, exige erradicar el totalitarismo, Y respetar la dignidad del hombre como persona,
más sus derechos individuales. Sin libertad no hay justicia, y sin justicia no hay libertad.
Cuando el preámbulo enuncia “para nosotros para nuestra posteridad y para todos los
hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, hemos de interpretar varias
cosas:
B) Una indicación de que los fines y valores de su proyecto político deben realizarse ya y
ahora, en cada presente, para “nosotros”, los que convivimos “hoy”, sin perjuicio de su
prolongación para los que no sucedan en el tiempo; el futuro no relegan y amputa al presente
Finalmente viene La invocación a Dios, “fuente de toda razón y justicia”. Por el Constituyente,
la medida de lo razonable Y de lo justo proviene de Dios, los valores que el preámbulo
contiene un denso raíz última en Dios. Nuestro régimen no es ateo ni neutro, si no teísta. Y el
patrón o estándar para el derecho positivo justo es el derecho natural.
La parte dogmática, llamada en nuestra C.N “Primera Parte”, es aquella que básicamente
contiene las disposiciones constitucionales que se refieren a ciertas creencias y valores
perennes e irrefutables, atendiendo a su jerarquía axiológica superlativa.
Allí están, las declaraciones, que hacen a la Nación en sí misma, en su relación con las demás
naciones, con las provincias y con todos los hombres. Así también, están los derechos que
nacen de la dignidad de la persona humana y de los que gozan individuos y la sociedad entera.
Finalmente, están las garantías, resguardo y seguridades que cumplen la función de afianzar el
más pleno y razonable ejercicio de los derechos.
La parte orgánica, es aquel sector del texto constitucional que contiene básicamente todas las
normas que se refieren a la organización y competencias del poder político tanto en sentido
vertical (Forma de Estado) como en el sentido horizontal (Forma de Gobierno). Esta segunda
parte de la Constitución se refiere a las Autoridades de la Nación, que se divide en: el primero
Gobierno Federal y el segundo Gobierno de las Provincias. Abarca los artículos desde el 44 al
129 y establece la organización del Estado.
Normas programáticas son, las que proponen un programa y, por ende, son incompletas,
viendo se requería de otra norma ulterior que las reglamento y les permita funcionar
plenamente. Se suele decir que son de aplicación diferida, hasta que aquella Norma posterior
las complete. Y eso no es así, porque de serlo, se plantea un serio problema en relación con la
Supremacía de la Constitución. Si se dice que una norma programática contenida en la
Constitución no puede funcionar hasta que los órganos de poder la reglamentan mediante otra
Norma derivada más precisa, la supremacía de la Constitución queda postergada hasta que el
órgano del poder actúa, Y si acaso no actúa, la falta de reglamentación de la Norma
programática enerva (desequilibra) aquella misma Supremacía.
Los jueces pueden acogerse alegato y declarar que hay inconstitucionalidad por omisión, la
que ha de recibir el remedio en causa judiciales mediante integración de la carencia de Norma
legal, haciendo aplicación directa de la norma programática constitucional que acusa esa
carencia reglamentaria, ello significa que la sentencia ha de crear una norma individual que
tome en cuenta a la Norma constitucional programática, y que suple la falta de ley
reglamentaria a través de la integración del orden legal lagunoso
• Impiden que se dicten normas opuestas, a las que, en todo caso, convierten en
inconstitucionales
Hay cláusulas programáticas que dejan plazo al Congreso para que las reglamente, en tanto
otras demuestran que el Constituyente ha impuesto el deber de reglamentación inmediata
Tipología Constitucional. Concepto. Diversos tipos. Análisis. Clasificación de las Constituciones.
Análisis.
c. Profesar la creencia la fuerza estructurada de la ley, es decir, en qué las normas son el
principio ordenador del régimen constitucional y de que tienen en sí mismas, y en su pura
fuerza normativa, la eficiencia para conseguir que la realidad sea tal como las normas la
describen;
Se puede decir que el tipo historicista y El tipo sociológico se apartan (total o parcialmente) de
la planificación racional y abstracta, porque Ven a la Constitución como un producto del medio
social, o sea, como Constitución material.
LAS CLASES DE CONSTITUCIÓN
Totalmente no escrita
PODER CONSTITUYENTE
Por “poder” entendemos una competencia, capacidad energía para cumplir un fin, y por
“Constituyente” el poder que constituye o da Constitución al Estado, alcanzamos con bastante
precisión el concepto global: poder Constituyente es la competencia, capacidad o energía,
para constituir o dar constitución al Estado, es decir, para organizarlo, para establecer su
estructura jurídico-política.
Haro
Recordándole teoría del Estado podemos definir básicamente al Estado como la organización
política de la convivencia social, de base territorial dotada de poder soberano qué, mediante la
creación e imposición del orden jurídico, crear las condiciones necesarias para alcanzar el bien
común.
La manifestación más superlativa de ese poder político, es el poder Constituyente (PC) Cómo
potestad Suprema que tiene una comunidad para dictarse o reformarse las normas
fundamentales de su organización jurídico – política a través de la canción originaria o la
reforma de una constitución.
CLASIFICACIÓN
El poder Constituyente formal es aquel que se ejerce de conformidad con los procedimientos
establecidos para la sanción de normas constitucionales, ya sea tanto que consideremos los
que fueron forjando el proceso Constituyente Originario ( acuerdo de San Nicolás) cómo los
establecidos por este en el expreso texto de la Constitución para ejercer el poder
Constituyente derivado o reformatorio.
El poder Constituyente material es aquel que produce pautas criterios y normas iones que
alcanza de ejemplaridad sobre cuestiones fundamentales del estado, siempre en materia
constitucional, y que puede surgir Por una parte, de los propios poderes constituidos, tanto del
órgano legislativo como de la jurisprudencia constitucional de la Corte Suprema de Justicia
nacional. El poder Constituyente material viene así a desarrollar y completar contenido del
texto constitucional, o sea, del poder Constituyente formal, siempre que, no violencia ejercicio
el principio de supremacía constitucional.
2. De segundo grado ejercido por las provincias al dictarse sus propias constituciones
TITULAR
El poder Constituyente originario tiene como titular al pueblo o la comunidad, por qué es la
colectividad toda la que debe proveer a su organización política y jurídica en el momento de
crearse el Estado. La nación responde a la búsqueda de la legitimidad en el uso del poder
Constituyente originario.
El preámbulo de nuestra Constitución de 1853 – 1860 acoge este principio definitorio cuando
incluye la fórmula de “nos los representantes del pueblo”
Esa residencia titularidad del poder Constituyente en el pueblo solo debe reconocerse “en
potencia” no hay nadie predeterminado o investido para ejercerlo.
LIMITES
Se dice que el poder Constituyente originario es ilimitado. Eso significa que no tiene límite de
derecho positivo. No hay ninguna instancia Superior que la condicione. Ahora bien, la
limitación no descarta:
Los límites que pueden derivar con lateralmente del derecho internacional público. Ej.
tratados.
En cuanto al poder Constituyente se debe añadir un tipo de límite que puede provenir de
tratados internacionales, que con anterioridad a la reforma constitucional se han incorporado
al derecho interno, aun cuando se hayan incorporado en el nivel infra constitucional, después
de que un Estado se hace parte de un tratado no puede, ni siquiera mediante reforma de su
Constitución, incluir en esta ningún contenido ni ninguna Norma que sean incompatibles con el
tratado, o violatorias de él.
PODERES (Haro)
Antecedentes históricos: Reformas de 1860; 1866; 1898; 1949; 1957; y 1994. Control judicial:
“Juana Ana Soria de Guerrero c/ S.A Bodegas y Viñedos Pulenta Hnos. Recurso extraordinario”
- 29/09/63 - CSJN; “Shiffrin, Leopoldo Héctor c/ Poder Ejecutivo Nacional s/ acción declarativa”
- 28/03/2017 - CSJN. Dinámica Constitucional. Análisis. Mutaciones Constitucionales.
Concepto. Clases. Desconstitucionalización. Evolución
Reforma constitucional:
La vida de la sociedad está sujeta a permanentes cambios en su progresiva evolución, ya Sea
que esos cambios se manifiesten en los aspectos antropológicos y sociales, como en los
culturales y políticos. De allí la necesidad de que la Constitución Nacional acompañe con sus
principios y sus normas ese proceso.
El artículo 30 de la Constitución Nacional del texto de 1853 con las modificaciones introducidas
por la reforma de 1860, con motivo de la incorporación de la provincia de Buenos Aires y
establece lo siguiente: "La Constitución puede reformarse en el todo o en cualquiera de sus
partes. La necesidad de la reforma debe ser declarada por el Congreso con el voto de dos
terceras partes, al menos, de sus miembros; pero no se efectuará sino por una Convención
convocada al efecto”.
Por lo tanto existen dos etapas en el proceso para la reforma constitucional. 1) Una etapa
pre-constituyente que involucra la actuación del Congreso de la Nación. 2) Otra etapa
constituyente que se refiere a la actuación de la Convención Reformadora.
Etapa preconstituyente:
¿Totalidad o parcialidad de la reforma?
Podríamos afirmar que la reforma puede ser total o parcial, pero debemos reconocer que en el
primer caso, ya no se trataría de una reforma sino del dictado de una nueva constitución, lo
cual podría aceptarse en excepcionales circunstancias legitimantes, luego de haberse padecido
una dictadura o una autocracia respaldadas en una constitución que las justificase.
De otro lado, no debe olvidarse que las personas que componen la sociedad, si bien pueden
modificar aspectos de su personalidad, jamás podrán cambiarla la Constitución totalmente.
Esa parte no reformable, es lo que se llamaba "la parte imponente de la Constitución” por
Bagheot.
No existen normas inflexibles o duras en su redacción, ya que las formas gramaticales pueden
cambiarse siempre. Lo que no pueden cambiarse son los contenidos duros, es decir, esos
contenidos históricos, políticos, culturales que hacen a la esencia de la sociedad; sus creencias,
ideas y valores que constituyen el núcleo básico e inmodificable de la sociedad.
El Congreso:
La doctrina mayoritaria y la práctica institucional, afirman que la declaración de necesidad de
la reforma la debe realizar cada Cámara funcionando separadamente.
¿Dos tercios de los miembros presentes o del total de cada Cámara?
Es lógico advertir, que esta mayoría calificada de 2/3 sobre el total de miembros de la Cámara
se exige precisamente porque se trata de una reforma a la Constitución Nacional como Ley
Suprema de la Nación, y de este modo se evita facilitar las tendencias reformistas de los que
siempre creen que los males institucionales se encuentran en los supuestos defectos
normativos, y no en los comportamientos personales.
Por otra parte, sostenemos que esta posición se ha visto reforzada a partir de la reforma de
1994, cuando el articulo 75 inc. 22 prescribe que un tratado o convención sobre derechos
humanos aprobado por el Congreso, requerirá el voto de las dos terceras partes de la totalidad
de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional.
Carácter de la declaración:
La historia institucional nos pone de manifiesto que las diversas declaraciones de necesidad
formuladas por el Congreso en las reformas constitucionales habidas, han tomado "forma" de
ley y se les ha asignado su pertinente número.
Esta presentación como "leyes", es una pura "formalidad" que no afecta la "sustancialidad" de
ser un acto declarativo que se agota en sí mismo. Por ello, la declaración de necesidad no se
trata de una ley ordinaria del Congreso ya que esta podría ser vetada por el Poder Ejecutivo
porque es intolerable. Por el contrario, afirmamos que es una competencia suprema del
Estado en cabeza del Congreso de un "acto de naturaleza pre-constituyente", indispensable
para habilitar el procedimiento de la reforma constitucional que formalizara la Convención en
ejercicio del poder constituyente derivado.
Función y contenido de la declaración de necesidad:
Es evidente que "la declaración de necesidad por el Congreso", indispensablemente ha
requerido proyectos y debates en ambas cámaras, dirigidos a explicitar su pensamiento
respecto ¿qué normas o partes de la Constitución Nacional deben reformarse?; ¿cuándo es
necesario hacerlo?; ¿por qué razones? y ¿con qué objetivos o finalidades?, pues en el fondo,
se trata del acto racional del Congreso al declarar la necesidad de la reforma.
Pero en ningún caso, el Congreso podría avanzar hasta llegar al exceso de redactar el texto de
las normas a considerar por la Convención, como pasó en la Reforma de 1994.
Ese es en general el espíritu que ha animado a las diversas leyes declarativas y a la mayoría de
la doctrina especializada. Por voluntad del poder constituyente originario, la Convención tiene
una potestad soberana de decisión, pero en los límites que le fija el Congreso, insisto, ya sea
para rechazar la reforma o para aceptarla, y en este caso, modificar, suprimir o incorporar las
normas.
Etapa constituyente:
Competencia temporal: La Convención sólo tiene competencia decisional, durante el tiempo
que le ha fijado para sus sesiones la declaración de necesidad del Congreso, que generalmente
ha sido de 30 o de 90 días, En ningún caso se puede "auto-prorrogar" las sesiones.
Competencia material: La Convención solo tiene atribuciones para tratar las normas o partes
de la Constitución, cuya reforma fue declarada necesaria por el Congreso, por lo que no puede
ella por si misma declarar la necesidad y entrar a considerar otras normas u otras partes. Esta
posición fue fundada en la Convención Reformadora de 1898.
Es el texto del artículo 30 de la Constitución Nacional en el que el constituyente ha querido que
sea el congreso quien declare la necesidad, es decir que establezca cuales son las partes que a
su criterio se deben reformar, suprimir o incorporar de otras nuevas.
Por lo tanto la Convención tiene facultades soberanas dentro de los límites fijados por el
Congreso, pudiendo rechazar o aceptar la reforma.
En la reforma existen tres etapas:
a) La etapa iniciativa o de declaración, en la que se establece qué es necesario proceder a
la reforma y se la impulsa. La iniciativa está a cargo del congreso la cual inicia con una
declaración política que no está sujeta a veto por el Poder Ejecutivo dicha declaración
es necesaria para la reforma y por tradición tiene forma de ley al ser aprobada por los
2/3 de miembros que integran ambas cámaras.
b) Luego la etapa de revisión (o constitutiva), en la que la reforma se lleva a cabo. Esta ya
no pertenece al congreso, la Constitución la remite a un órgano especial que es la
Convención reformadora. (Convención constituyente).
El artículo 30 no dice cómo se compone tal convención, ni de dónde surge. El derecho
espontáneo determina que el cuerpo electoral es convocado para elegir
convencionales Constituyentes. El congreso no puede integrar la convención con sus
propios legisladores. Al declarar la necesidad de la Reforma al congreso establecerá un
plazo para la Convención en caso de no hacerlo nadie puede limitarle el tiempo
después y existen ciertos límites que dicho órgano debe respetar:
No se puede apartar el temario, las reformas se deben llevar a cabo dentro de
este.
Todo que se establezca fuera del plazo que el Congreso determina para
deliberar es nulo y disuelto.
Los contenidos pétreos como por ejemplo la Democracia, la función
Republicana, el Federalismo, son contenidos fundacionales o acuerdos
fundamentales a partir de los cuales se unieron las provincias y no se pueden
reformar solo respetar.
Los tratados con Jerarquía constitucional los cuales no integran el texto de la
Constitución Nacional pero forma parte del bloque de constitucionalidad el
cual está compuesto por el texto escrito, es decir los 129 artículos más dichos
tratados que no pueden ser reformados.
c) La etapa ratificatoria (o de eficacia) nuestra Constitución no añade la etapa de
ratificación de la Reforma constitucional, carece de sentido ya que esta se basa en que
órganos distintos a la propia Convención Constituyente dicten normas promulgando o
poniendo en vigor la enmienda. Ningún órgano de poder constituido inviste
competencia para ello.
Antecedentes Históricos:
Constitución de 1853: se aprobaron la mayoría de sus artículos sin discusión, salvo algunos
referente a la religión, a la libertad de cultos, la cuestión de la capital, el juicio político a los
gobernadores y algunos aspectos impositivos. Fue una Constitución unificada, de tipo rígido,
de ideología mixta, su fisonomía se mantiene en la actualidad
Pacto de San José de Flores: determinaba que la provincia de Buenos Aires se declaraba parte
integrante de la Confederación y se compromete a efectuar la revisión de la Constitución de la
Confederación.
Reforma de 1860: la primera ocurrió en la provincia de Buenos Aires y la segunda en Santa Fe.
Los cambios fueron muy significativos se acentuó la forma federal del gobierno, elimino la
jurisdicción federal en el conocimiento de los conflictos de poderes de una provincia, inserto la
cláusula de los derechos no enumerados, cambio el nombre de la Constitución que paso a
llamarse de la Nación Argentina.
Reforma de 1866: estuvo dirigida a suprimir la prohibición, en cuanto limitaba hasta 1866 la
percepción para el Tesoro Nacional de los derechos de exportación
Reforma de 1898: modifico el número de ministros del Poder Ejecutivo Nacional y la base
poblacional de la Cámara de Diputados de la Nación.
LEY 24.309
b. Temas habilitados Luego, en el art 3', y bajo el título "Temas que son habilitados por el
Congreso Nacional para su debate por la Convención Constituyente ", se enumeran diez y seis
temas de relevancia institucional.
Acerca de la procedencia del despido y su respectiva indemnización. Para que este despido sea
indemnizable es necesario que la legalidad de la huelga sea expresamente declarada por los
jueces de la causa.
El Juez de 1era instancia declaro la legalidad de la huelga, por lo tanto esto dio lugar a la
demanda por considerar arbitraria la medida tomada por la Sociedad, ya que durante la huelga
no se había incurrido en injuria personal contra los intereses del patrón. La Cámara de
apelaciones confirma la sentencia. La S.A. demandada interpuso recurso extraordinario
alegando la inconstitucionalidad del art.14 bis. De la C.N porque al sancionarse este artículo no
se cumplió con normas del reglamento interno de la Convención Reformadora que exigía una
reunión posterior para aprobar el acta y la versión taquigráfica ( escritura al ritmo del habla) de
la sanción.
2 – No constituye cuestión justiciable el examen del modo cómo el Poder Legislativo cumplió
las prescripciones constitucionales referentes al procedimiento de formación y sanción de las
leyes.
Casos en que cabría el Control Judicial: en los supuestos de incumplimiento de los requisitos
constitucionales mínimos e indispensables que condicionan la creación de la ley o el
procedimiento de reforma Constitucional, tendiendo así a garantizar la separación de los
poderes del estado
Carlos Santiago Fayt integraba la Corte Suprema de Justicia de la Nación pese a una cláusula
constitucional que lo prohíbe expresamente. En la reforma de 1994, se introdujo el artículo
99, que en su inciso cuarto dispone que los jueces pueden mantenerse en su cargo hasta los
75 años. Para renovarlo, deberán obtener un nombramiento con acuerdo del Senado; caso
contrario, su mandato termina.
Todos los nombramientos de magistrados cuya edad sea la indicada o mayor se harán por
cinco años, y podrán ser repetidos indefinidamente, por el mismo trámite." La Disposición
Transitoria Undécima establece además que “la caducidad de los nombramientos y la
duración limitada previstas en el artículo 99, inciso 4º, entrarán en vigencia a los cinco años
de la sanción..." de la reforma constitucional.
La cláusula constitucional debía entrar en vigencia el 22 de agosto de 1999, pero tres días
antes, el 19 de agosto, la Corte Suprema la dio por anulada. En una medida que fue calificada
de insólita, el máximo tribunal del país declaró nula una parte de la Constitución por primera
vez en la historia.
Fayt, que en ese momento tenía 81 años, se había presentado ante la Justicia porque
consideraba que la norma atentaba contra la inmovilidad de los magistrados, garantizada
por la Constitución. En un fallo de 27 fojas firmado por el entonces presidente del tribunal,
Julio Nazareno se defendió el derecho de Fayt a permanecer en su cargo. Lo que el fallo de la
Corte hacía no era invalidar la cláusula, sino prohibir su aplicación para los jueces que
hubieran jurado antes de la reforma
La demanda Schiffrin Leopoldo Héctor declara la nulidad e inaplicabilidad del tercer párrafo
introducido por la Convención Reformadora del año 1994 en el art.99 inciso 4. El párrafo en
cuestión establece respecto de los jueces federales que será necesario para mantenerse en el
cargo a cualquiera de estos magistrados, una vez que cumplan la edad de setenta y cinco años
un nombramiento con acuerdo del Senado y un nombramiento del Poder Ejecutivo el cual
tendrá una vigencia de cinco años y podrán ser repetidos indefinidamente por el mismo
trámite.
2. Al revocar la doctrina del caso “Fayt”, la decisión de esta Corte en el presente caso
“Schiffrin” devuelve la validez a la única norma de la Constitución Nacional que fue declarada
nula -en toda la historia constitucional de la Argentina- por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
3. Este fallo restableció entonces la potestad del Congreso y del Presidente de la Nación -
como poderes políticos reconocidos por la Constitución- de ejercer las funciones que el
constituyente reformador les otorgó para decidir como representantes del pueblo si un juez
puede continuar ejerciendo su función después de los 75 años.
5. En el fallo, la Corte Suprema declaró por una mayoría de votos compuesta por los doctores
Lorenzetti, Maqueda y Rosatti -con disidencia del Doctor Rosenkrantz- la plena validez y
vigencia de la norma señalada y, con ello, de la totalidad de las cláusulas de la Constitución
Nacional, con las reformas incorporadas por la Convención Constituyente de 1994.
6. Mediante la decisión mayoritaria conformada por los votos concurrentes individuales de los
doctores Lorenzetti, Maqueda y Rosatti, los señores Ministros dejaron expresamente en claro
que concordaban absolutamente con respecto a que:
d) La ley 24.309 (artículo 3°, tema e), al habilitar a la Asamblea reformadora de 1994 a
actualizar las atribuciones del Congreso y del Poder Ejecutivo contenidas en la Constitución
Nacional.
f) La única vez en la historia argentina en que la máxima autoridad del Poder Judicial declaró la
nulidad de una cláusula de la Constitución Nacional fue en el caso “Fayt” sentencia en la cual la
Corte había puesto en ejercicio un control restrictivo entre los temas habilitados y las cláusulas
adoptadas, que limita severamente la competencia del órgano reformador.
g) La doctrina utilizada en el caso “Fayt” debe ser abandonada y sustituida por un nuevo
estándar de control, que sea deferente y respetuoso de la voluntad soberana del pueblo.
Dinámica constitucional
Hay algunas que tienen vigencia sociológica, es decir, Qué son eficaces y se cumplen o
aplican
Hay algunas que son programáticas y se hayan bloqueadas por omisión reglamentaria
En este supuesto, los derechos que esas normas pueden reconocer suelen quedar sin
posibilidad de ejercicio, Por qué el derecho judicial es renuente a suplir la omisión
legislativa.
Cada una de estas situaciones puede ser permanente, o tener una duración transitoria. Lo
importante radica en reiterar que, a nuestro juicio, las normas de la Constitución formal
mantienen su vigencia nomológica mientras que no son objeto de reforma (supresión,
sustitución, modificación, etcétera) y que, por ende, cualquiera sea el reflejo de que pueden
ser objetos en la Constitución material, conservan la supremacía que da pie para su aplicación
inmediata.
Mutaciones constitucionales.
Podemos proponer dos ejemplos: a) entre el acuerdo con la santa sede de 1966 y la reforma
de 1994 (que suprimió las normas sobre patronato, pasé y administración de órdenes
religiosas) dichas normas perdieron vigencia sociológica en virtud del citado acuerdo. B) el
juicio por Jurado nunca diría vigencia sociológica porque tampoco el Congreso dictó la
legislación de desarrollo para aplicarlo.
Mutación por interpretación: En ella las normas de la Constitución formal adquieren
un modo de vigencia sociológica que no coincide con la norma escrita en su
formulación expresa.
Reconocemos que estos cambios habitualmente ocurren, pero debemos aspirar a que sean
mínimos.
La voz "derechos humanos" tiene su origen en la frase "derechos del hombre" acuñada en la
Revolución Francesa de 1789, cuya declaración distinguió esos derechos de los derechos del
ciudadano. Las ideas subyacentes eran que el hombre tenía derechos por el solo hecho de ser
tal. Sus redactores se inspiraron en el concepto de "derechos inalienables" de las
Declaraciones de Virginia y Filadelfia (1776).
-Pérez Luño entiende a los derechos humanos como "...conjunto de facultades e instituciones
que, en cada momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la
igualdad humanas, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos
jurídicos a nivel nacional e internacional". El autor los diferencia de los derechos
fundamentales, que son "aquellos derechos humanos garantizados por el ordenamiento
jurídico positivo, en la mayor parte de los casos en su normativa constitucional... Se trata de
derechos delimitados espacial y temporalmente, cuya denominación responde a su carácter
básico o fundamentador del sistema jurídico político del Estado de Derecho".
-Pérez Luño, ella deja de lado el importante tema de las garantías que esos ordenamientos
deben brindar a tales derechos. Al respecto Peces Barba agrega: "...y con garantía de los
poderes públicos para restablecer su ejercicio en caso de violación o para realizar la
prestación", por cuanto no se trata sólo del reconocimiento de tales derechos porque la
existencia de un derecho es inescindible de la existencia de una acción que lo ampare en caso
de violación o menoscabo. Pero aquí comienza el problema: al incluir dicho requisito en la
definición la estaríamos acotando al plano del derecho positivo, el cual, según señala Bidart
Campos, "...no está ligado a ningún deber (ni moral ni jurídico) que le venga impuesto desde
afuera o desde más arriba... los derechos serán sólo lo que el derecho positivo diga que son” la
doctrina concilia las filosofías iusnaturalista y positivista e incluir las garantías en dicha
definición.
- Otro intento de conciliar ambas posturas es el de considerar a los derechos humanos como
derechos morales, y en ese sentido Austin los define como "una porción del derecho positivo o
de la moral positiva...formada por normas humanas, legales o morales, que han existido en
todos los tiempos y en todos los lugares... estas normas humanas, legales o morales, han sido
diseñadas a partir de la ley de Dios mostrada por el sentido moral o, adoptando el lenguaje de
los juristas clásicos romanos, estas normas...han sido diseñados a partir de la ley Divina
conocida por la razón natural...".
- Nino entiende por derecho subjetivo moral: "Se adscribe a alguien el derecho moral de
acceder a una situación S... cuando el individuo en cuestión pertenece a una clase C y se
presupone que S implica normalmente para cada miembro de C un bien de tal importancia que
debe facilitarse su acceso a S y es moralmente erróneo impedir tal acceso".
- Los derechos humanos han sido calificados como exigencias éticas entendidas como
"derechos que los seres humanos tienen por el hecho de ser hombres y, por tanto, con un
derecho igual a su reconocimiento, protección y garantía por parte del poder político y el
Derecho... independientemente de cualquier contingencia histórica o cultural, característica
física o intelectual, poder político o clase social".
a) Son innatos o inherentes: Todo ser humano nace con derechos y la única intervención que le
cabe al Estado es a efectos de reconocerlos, declararlos y protegerlos normativamente, pero
no conferirlos u otorgarlos. Surge de la declaración de Virginia y el Pacto de San José de Costa
Rica.
b) Son necesarios: derivan de la propia naturaleza humana (y lo único que hace el Estado es
reconocerlos), deben ser considerados necesarios. Pero no sólo en el sentido literal de
"necesidad", es decir que es ineludible su reconocimiento por el orden jurídico
c) Son inalienables: ya que pertenecen al ser humano por su condición de tal, son inescindibles
de su ser y no pueden transmitirse ni renunciarse. Los Convenios de Ginebra de Derecho
Humanitario de 1949 y su Protocolo I de 1977 establecen que "las personas protegidas no
pueden, en ningún caso, renunciar parcial ni totalmente, a los derechos reconocidos" en ellos.
d) Son imprescriptibles: no se pierden con el transcurso del tiempo, ni con el desuso, sea que
el sujeto no lo ejerza por propia voluntad o por verse impedido de hacerlo.
e) Son oponibles "erga omnes": Al no depender de concesión ni de pacto alguno que los
otorgue, los derechos humanos pueden hacerse valer frente a cualquier otro sujeto de
derecho, sean personas físicas o jurídicas particulares; personas de derecho público estatales y
no estatales; funcionarios, etc.
f) Son universales: son de todos los seres humanos y deben ser respetados por todos.
Sostiene que el proceso de positivización de los derechos es un requisito mas para alcanzar el
efectivo y real disfrute de los derechos humanos, cuya verdadera vigencia depende, en
realidad, de las condiciones económico-sociales que se den en cada Estado. Se da por sentado
entonces, que existe un consenso generalizado acerca del fundamento de los derechos
humanos y, en consecuencia, se atiende de modo especial a establecer las condiciones que
permitan su ejercicio generalizado
La historia de los derechos humanos es la historia de la humanidad misma, por cuanto hablar
de derechos del hombre es hablar del hombre en sí mismo y en su relación con los demás.
Antecedentes preconstitucionales
a) Las primeras normas relativas a los derechos humanos las encontramos en los libros
sagrados de las distintas religiones, tratándose de normas no jurídicas, sino religiosas. Ejemplo
los mandamientos bíblicos.
c) El Imperio Romano aportó: la Ley de las Doce Tablas que asegura la libertad, la propiedad y
la protección de los derechos del ciudadano; el Curator Civitatis a quien se encomendó la
protección de los niños y de las clases más humildes contra las autoridades; el Defensor Plebis
con la finalidad de simplificar la administración de justicia y acabar con los abusos de poder.
d) Los Concilios de Toledo, que eran reuniones del clero celebradas en esa ciudad española
(636, 638 y 653) donde los obispos católicos aprobaron normas referidas a la propiedad, la
libertad, y algunas garantías judiciales.
e) El Imperio Carolingio (851) adoptó ciertas normas y así prometieron a sus súbditos que en el
futuro "no condenarían ni deshonrarían ni oprimirían a nadie contra el derecho y la justicia".
En el Imperio Germánico las autoridades efectuaron concesiones similares: Federico I en 1183
y Federico II en 1231.
f) Posteriormente, como producto de las luchas feudales: el reconocimiento de determinados
derechos llamados "fueros" (agujeros) es decir, porciones del territorio donde el monarca
carecía del poder que tenía en otros. Los más destacables son los Fueros de Castilla, León
(tales como la propiedad, la libertad ambulatoria y la inviolabilidad del domicilio) y Aragón de
los siglos XI y XII.
g) La Carta Magna inglesa de 1215 fue impuesta por los barones y el clero al rey Juan Sin
Tierra. Ese documento contiene el reconocimiento escrito de ciertos derechos esenciales, a fin
de evitar sus constantes abusos de poder, pero además presenta caracteres propios de un
texto de tipo constitucional, por cuanto consagra los mecanismos necesarios para la garantía
de esos derechos y una de división del poder y de control al gobernante.
Antecedentes: el constitucionalismo clásico surge A fines del siglo XVIII con la Revolución
Norteamericana (1776) y la Revolución Francesa (1789). Hasta ese momento, el sistema de
gobierno típico en la mayoría de los estados era el absolutismo Monárquico. Bajo este sistema,
el poder del monarca prácticamente no tenía límites, y las personas eran víctimas constantes
del ejercicio abusivo del poder por parte del Estado. Sin dudas las personas necesitaban
urgentemente que sus derechos fueran reconocidos de algún modo, fue debido a esta
situación que a fines del siglo XVIII se produjeron dos hechos históricos que cambiaron el
panorama mundial: la revolución norteamericana de 1776 y la Revolución Francesa de 1787.
Ambas revoluciones tuvieron como objetivo limitar el abuso del poder por parte del Estado, y
lograr que los derechos del hombre sean reconocidos. Lo consiguieron a través de la creación
de distintos textos:
Consecuencias:
5- El Estado debe abstenerse de violar estos derechos. A este tipo de Estado se los denomino
“Estado Abstencionista”
6- El Estado debe vigilar que los individuos no violen sus derechos entre sí, denominado
“Estado Gendarme”.
De esta forma, queda configurado un Estado que reconoce y respeta formalmente los
derechos individuales del hombre, pero que no ayuda a llevarlos a cabo. Por ejemplo: el Estado
reconoce al hombre el derecho a trabajar pero no le da trabajo ni le otorga las posibilidades
como para que lo consiga. Este rol pasivo del Estado comienza a cambiar a fines del siglo XIX.
Se trata de una nueva etapa del constitucionalismo denominada constitucionalismo Social.
Constitucionalismo social
Antecedentes: A partir de la segunda mitad del siglo XIX comienzan a producirse en el mundo
grandes crisis sociales y económicas que hacen necesaria la intervención del estado en la vida
social de las personas. La gran desigualdad económica y la acumulación de riqueza en manos
de algunos sectores llevaron a que no todas las personas pudieran gozar realmente de
aquellos derechos civiles y políticos reconocidos durante el “Constitucionalismo Clásico”.
Ejemplo si bien todas las personas tenían reconocido formalmente el derecho a la salud
aquellos sectores más pobres no podían ejercer realmente este derecho por no contar con el
dinero suficiente.
Ya en ese entonces existía, dos clases sociales: el empresario (dueño de los medios de
producción) y el trabajador (empleado). La relación entre ambas clases sociales era
sumamente abusiva y desproporcionada, sobre todo en los países más industrializados. Por
ejemplo: en algunos países era común hacer trabajar a menores de cuatro o cinco años, o
hacer trabajar durante jornadas larguísima a los adolescentes y mujeres pagándoles muy poco.
Los derechos sociales: la situación de desigualdad instaurada en el mundo llevo qué algunos
países comenzaron a crear normas destinadas a proteger al sector más débil: el trabajador. Los
derechos proclamados en este tipo de normas y otros derechos tendientes a lograr el bien
común y un orden económico social justo, fueron denominados “derechos sociales”. Ya no se
lo ve al hombre como un individuo aislado, sino que los legisladores comienzan a ocuparse de
regular la existencia de distintos grupos, como los gremios, las asociaciones, la familia,
etcétera.
Desde principios del siglo XX, en forma paralela y simultánea al nacimiento del
constitucionalismo social descripto en el punto anterior, que se desarrolló dentro de las
fronteras de los Estados; aparecen las primeras normas del DIP directamente aplicables al
individuo y no a las relaciones entre Estados.
a) En 1906 se celebraron dos tratados internacionales regulatorios del trabajo nocturno de las
mujeres y de la utilización de ciertas sustancias tóxicas en el trabajo, antecedentes inmediatos
de la tarea iniciada en 1919 por la Oficina Internacional del Trabajo, predecesora, a su vez, de
la OIT, en cuyo marco comenzó a discutirse, internacionalmente, la situación de los
trabajadores, independientemente de su nacionalidad.
(i) Se establecieron normas relativas a las colonias desprendidas de las potencias vencidas.
(ii) Se concertaron normas que regulaban el trato a las minorías mediante acuerdos con
Estados.
(iii) El art. 23 del Pacto se refería a "condiciones de trabajo equitativas y humanas; tratamiento
justo a los habitantes nativos; contralor general del comercio de armas; libertad de las
comunicaciones y el tránsito; combatir las enfermedades".
(iv) En 1921, se creó una organización temporaria para atender el problema de los refugiados
(emigrados de Rusia) a los que se les otorgó un certificado a manera de pasaporte. Y en 1933 y
1938 se adoptan sendas convenciones sobre el Estatuto de los Refugiados.
(v) En 1926 se celebró en Ginebra la Convención sobre la Esclavitud, en la cual las partes se
comprometieron a "prevenir y reprimir la trata de esclavos".
Esos son los primeros antecedentes de tratados internacionales en los cuales los Estados parte
no prevén derechos u obligaciones para sí, sino que coinciden en consagrar derechos a favor
de ciertos individuos sujetos a su jurisdicción.
d) Los más de seis millones de víctimas de las persecuciones llevadas a cabo por los
autoritarismos que gobernaron hasta 1945 revelaron a la comunidad internacional la
insuficiencia de los regímenes de protección de los derechos humanos a nivel nacional. Esto
hizo nacer una nueva rama dentro del DIP: el DIDH, que cobró vigor a partir de 1945 puesto
que allí comenzó la preocupación de la comunidad internacional de crear un sistema que
sirviera de barrera y de contención a los gobiernos despóticos.
Otro fenómeno que coadyuvó a la generalización de la idea de proteger los derechos humanos
a través del derecho internacional: los internacionalistas del siglo XIX eran mayormente
filósofos positivistas y sostenían que el Estado sólo estaba obligado por los compromisos que
expresa o tácitamente aceptaba, pero durante la segunda y tercera década del siglo veinte,
este autor advierte un cambio en la ideología predominante, en el sentido de aceptar que los
individuos también pueden ser sujetos de derecho internacional y que pueden estar sujetos a
obligaciones y ser titulares de derechos en ese orden normativo, y paralelamente a ello, la
posibilidad de que los Estados estén sujetos a un orden internacional de derechos humanos
a) La Carta de la ONU (de 26 de junio de 1945) menciona, como uno de los propósitos que se
perseguía con su creación, el de "realizar la cooperación internacional... en el desarrollo y
estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos" (art.
1o, inc. 3o) y califica los fines de tal cooperación: promover "el respeto universal a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos
de raza, sexo, idioma o religión, y a la efectividad de tales derechos y libertades" (art. 55, inc.
c).
Asimismo, la Proclamación de Teherán de 1968, adoptada por ciento veinte Estados y sin
ninguna oposición, la declaró "...solemnemente obligatoria para la comunidad internacional".
Justamente para aventar aquellas dudas respecto de su obligatoriedad, se vislumbraba ya
desde 1948 la necesidad de reforzar la normativa de cara al futuro. Pero fue un avance gradual
el que permitió hacerlo, gracias al empuje que a esta rama del derecho le dieron los siguientes
instrumentos:
c) La Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, adoptada un día antes
de la DUDH para llenar el vacío normativo con que se encontraron los encargados de juzgar a
los jerarcas del eje en los juicios de Nuremberg y Tokio, luego de finalizada la Segunda Guerra.
En ella, los Estados se comprometieron a "adoptar las medidas legislativas necesarias para
asegurar la aplicación de (sus) disposiciones y especialmente a establecer sanciones penales
eficaces para castigar a las personas culpables de genocidio" (art. V). Pero más importante fue
la interpretación que de ella realizó la Corte Internacional de Justicia, en su opinión consultiva
de mayo de 1951 al dictaminar que dicha convención contiene "principios reconocidos por las
naciones civilizadas, obligatorios para todos los Estados al margen incluso de todo vínculo
convencional".
4. Asimismo, la referida convención creó la Corte IDH, que entró en funciones recién en 1979,
con competencia consultiva y contenciosa, siendo en este último caso solamente la Comisión o
los Estados los habilitados para ocurrir ante ella. La jurisprudencia de la Corte implicó un
importantísimo avance para la ciencia de los derechos humanos, transformándose en
referencias obligadas de todos los autores.
Esta etapa comienza en 1970, con la adopción de la resolución 2625 de la AG de la ONU, que
consagra como derechos fundamentales de los Estados:
declaraciones del máximo órgano deliberativo de la ONU y de programas adoptados por los
Estados miembros. Como ejemplo de esas declaraciones podemos citar:
e. La Declaración sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz, adoptada por la AG de la ONU, res.
39/11 del 12 de noviembre de 1984.
Los países iberoamericanos, desde la segunda mitad de la década del '70, comenzaron un
proceso de recepción del DIDH en un nivel privilegiado dentro de la normativa estatal, a través
de los distintos textos constitucionales.
Este proceso de recepción del DIDH en el máximo nivel jerárquico de la normativa estatal,
implica, en
cierto modo, volver a la fuente, es decir a la etapa previa a 1945 en que los derechos se
protegían
solamente mediante normas nacionales, pero que se había elevado al plano internacional por
insuficiencia
de aquél, y ahora vuelve al ámbito interno para retroalimentarse de él, por cuanto esta
jerarquía
constituciones y deviene así mucho más difícil que un gobierno pueda desligarse de ella por el
procedimiento de la denuncia de los tratados, ya que en los casos en que éstos gozan de
jerarquía
constitucional, la denuncia implica una reforma de la Carta Magna o, como mínimo, requerirá
mayorías
La década de 1990
La década de 1990
Esta fue la década de las grandes conferencias mundiales auspiciadas por la ONU, la mayoría
de las cuales tenía un fuerte contenido de derechos humanos entre los temas a tratar. Dentro
de ellas podemos destacar las siguientes:
7. El Noveno Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente (El Cairo, 1995).
10. La Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Estambul,
1996).
12. La Novena Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Midrand,
1996).
Dicha conferencia implicó el nacimiento de una nueva etapa en los derechos humanos,
inspirada en los arts. 9o y 12 de la Declaración de Viena: Art. 9o: "...la comunidad
internacional debe apoyar a los países menos adelantados que han optado por el proceso de
democratización y reforma económica...". Art. 12: "La Conferencia Mundial de Derechos
Humanos exhorta a la comunidad internacional a que haga cuanto pueda por aliviar la carga de
la deuda externa de los países en desarrollo...".
A la luz de esas conclusiones, sostenemos que la comunidad internacional debe velar no sólo
para que todos gocen de los derechos sino también para que todos los gocen de igual manera,
especialmente comparando los países desarrollados del norte (acreedores de la deuda
externa) con los subdesarrollados del sur (deudores).
Definición
La Convención de Viena sobre Derechos de los Tratados define al tratado como: “un Acuerdo
Internacional celebrado por escrito, entre Estados y regidos por el Derecho Internacional”.
La Doctrina amplia ese concepto a: “Los Acuerdos celebrados entre sujetos de Derecho
Internacional”, aunque no sean Estados ya que la categoría de Sujeto de derecho Internacional
excede a la de Estado. Además de los Estados hay otros sujetos internacionales que no son
estados.
5.1.2 Caracteres.
Este Tratado Internacional está incorporado al derecho argentino por lo que es de aplicación
obligatoria. Se aprobó en octubre de 1972 a través de la Ley Nº 19.865; y se ratificó en
diciembre de 1972.
La competencia del Poder Ejecutivo surge del Artículo 99 inc. 11: “El Presidente concluye y
firma tratados, concordatos y otras negociaciones requeridas para el mantenimiento de
buenas relaciones con las organizaciones internacionales y las naciones extranjeras, recibe sus
ministros y admite sus cónsules”.
y del Articulo 27 de la Constitución Nacional: “El Gobierno federal está obligado a afianzar sus
relaciones de paz y comercio con las potencias extranjeras por medio de tratados que están en
conformidad con los principios de derecho público establecidos en esta Constitución”.
La competencia del Congreso surge del Artículo 75 inc. 22: “Corresponde al Congreso aprobar
o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones
internacionales y los concordatos con la Santa Sede…”
Cuando nuestro Estado adhiere a un Tratado que no ha sido objeto de Firma, también necesita
la aprobación del Congreso antes del Acto Internacional de Adhesión /Ratificación, es decir
que requiere la intervención de ambos poderes, Ejecutivo y Legislativo.
La Aprobación o Rechazo del Congreso se realiza a través del dictado de una ley. El efecto de
la ley aprobatoria del Congreso es solamente la de abrir un paso para que después el Poder
Ejecutivo, si lo estima, ratifique el Tratado, de ninguna forma incorpora el Tratado al Derecho
Interno Argentino, ya que esto ocurre recién a partir de la Ratificación.
Luego de la Aprobación, el Tratado para poder entrar en vigor, necesita la Ratificación en Sede
Internacional, que es cumplida por el Poder Ejecutivo.
La vigencia del Tratado comienza a partir de la Ratificación, es decir, que en ese momento se
asume la obligación internacional y se incorpora el Tratado al Derecho Interno. Por lo tanto,
ratificar es dar cumplimiento con los trámites internacionales de comunicar a los respectivos
Estados, que la Republica Argentina se obligó a tal o cual Convención.
En este tema se plantea la duda de cuál órgano es el que tiene competencia para formular una
reserva. Podemos plantearnos varias casos o hipótesis:
c.- Si el Congreso al aprobar el tratado decide que la ratificación deberá hacerse con reservas,
el Ejecutivo deberá respetarlas si es que decide ratificar el Tratado.
d.- Si el Congreso aprueba un Tratado sin realizar reservas o modificaciones, el Ejecutivo puede
formularlas en la ratificación.
Se basa en el principio de soberanía de los estados. Al igual que los estados pueden vincularse
a otros contrayendo obligaciones mediante los tratados, pueden desvincularse por su mera
voluntad mediante una denuncia.
Se discute si la denuncia de un Tratado por el Poder Ejecutivo necesita previa aprobación del
Congreso. Existen dos alternativas o tesis, una afirmativa y la otra negativa.
La afirmativa considera que la denuncia por el Poder Ejecutivo requiere la previa aprobación
por el Congreso.
La negativa considera que dicha aprobación no hace falta, ya que el Poder Ejecutivo puede
decidirla por sí solo, porque también fue él quien resolvió ratificar internacionalmente el
Tratado que se denuncia.
Nuestra Constitución admite la denuncia internacional de los Tratados que han adquirido
Jerarquía Constitucional. El presidente de la Nación debe requerir la aprobación o
consentimiento del Poder Legislativo y solo procede si se reúne la mayoría agravada de los dos
tercios de los miembros totales de cada cámara.
Articulo 75 inc 22 última parte: …” solo podrán ser denunciados por el Poder Ejecutivo, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada cámara”.-
5.2.1 Los Tratados sobre Derechos Humanos: Definición.
La Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados define al tratado como: Un
acuerdo Internacional celebrado por escrito, entre Estados y regidos por el Derecho
Internacional. La Doctrina amplia ese concepto a: “Los Acuerdos celebrados entre
sujetos de Derecho Internacional”.
5.2.2 La penetración e integración del derecho internacional de los derechos
humanos en el derecho interno: a) posición monista y dualista;
Los tratados ingresan al derecho interno como lo define la convención de Viena. El derecho
público internacional delega en la voluntad soberana de cada Estado los mecanismos para
integrar los tratados internacionales
1. Dualista:
a. El modo de integración es el de incorporar normas internacionales mediante
un acto formal, propio de cada Estado.
b. Existen 2 ordenamientos jurídicos separados y estables: el internacional y el
estatal (interno).
c. Hasta que no se incorpore la norma internacional, no tiene vigencia en el
orden interno, a pesar de tener vigencia en el orden internacional.
2. Monista:
a. Existe un único ordenamiento jurídico.
b. Las normas internacionales forman parte “ipsu facto” del ordenamiento estatal.
c. Si se afirma esto, hay que terminar el grado de prelación entre las normas para evitar
un choque. Existen 3 sistemas:
i. Monismo son supremacía internacional: en la cúspide están las normas
internacionales.
ii. Monismo con supremacía de derecho interno: la norma internacional no
puede ir en contra de una norma estatal. Si hay un conflicto, prevalece la
norma estatal. Existen 2 variantes:
1. Monismo con supremacía absoluta estatal
2 Monismo con supremacía del Derecho Constitucional: este sistema
adopta Argentina. Ninguna norma internacional debe contradecir a
la Constitución de un Estado.
3. Monismo con supremacía en el derecho natural: es la posición de
la filosofía del Derecho. En la cúspide está el Derecho natural.
1. Concordatos.
6. Acuerdos simplificados: la Constitución Nacional no los menciona como tratados, pero son
de contenido internacional.
5.3.1 Los Tratados sobre Derechos Humanos con jerarquía constitucional. Art 75
inc 22. CN.
Aunque el articulo 75 inc. 22 debe articularse con lo dispuesto en los arts. 27 y 31 de la
Constitución Nacional – normas que establecen la supremacía de la Ley Suprema sobre
el ordenamiento interno argentino – la sanción de aquella norma en 1994 puso en
cuestión el principio de supremacía.
En la Convención Constituyente de 1994 la ubicación de los Tratados Internacionales
en el ordenamiento jurídico y en especial la de los Tratados de Derechos Humanos,
produjo intensos debates. Las posiciones oscilaban entre declarar la supremacía de los
Tratados sobre Constitución o acordar a aquellos convenios primacía sobre todo el
derecho positivo interno, pero por debajo de la Constitución.
A favor de lo resuelto en el caso “Ekmekdjian c/ Sofovich”, quedaba claro en la
Convención Constituyente de 1994, que las convenciones internacionales cualquiera
fuese su tipo o modalidad, debían prevalecer sobre las leyes. Sin embargo, el acuerdo
no alcanzo hasta otorgar primacía a todo el derecho internacional por sobre la
Constitución Nacional. En consecuencia, la Constitución mantuvo supremacía por
sobre los Tratados, con la excepción de los Tratados de Derechos Humanos que
obtuvieron jerarquía constitucional y los que la adquieran en el futuro, de acuerdo con
el procedimiento establecido en el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional.
Con lo cual a partir de la Reforma de 1994 a todos los Tratados de cualquier naturaleza
se les reconoce rango superior a las leyes.
Los Tratados Internacionales enumerados en el artículo 75 inc. 22 tienen Jerarquía
Constitucional, revisten su misma Supremacía desde el vértice de nuestro
ordenamiento jurídico.
Los otros Tratados de Derechos Humanos, que no integran los citados, pueden adquirir
también Jerarquía Constitucional mediante un procedimiento especial previsto en el
artículo 75 inc. 22.
Todos los Tratados están por encima de las Leyes, pero por debajo de la Constitución
Nacional, salvo aquellos Tratados de Derechos Humanos con Jerarquía
Constitucional.
En el art. 75 inc. 22 encontramos enunciados 11 instrumentos Internacionales: 10
Tratados Internacionales y 1 Protocolo Facultativo con Jerarquía Constitucional.
Asimismo, fueron incorporados 3 Instrumentos mas mediante el procedimiento
previsto en el mismo inciso: en el año 1997 la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas, en el año 2003 la Convención sobre
Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y los Crímenes de Lesa Humanidad; y en
el año 2014 la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Los Tratados de Derechos Humanos no derogan artículos de la primera parte de la
Constitución, ya que se ha realizado un juicio de compatibilidad entre los mismos y la
Constitución para otorgarles Jerarquía Constitucional.
Esta parte ha generado un conflicto interpretativo. La postura mas fuerte sostiene que
los Tratados incorporados de Derechos Humanos componen, con la primera parte de
la Constitución Nacional, un Bloque de Constitucionalidad Federal que se impone
sobre todo el Derecho infra constitucional y por ende tiene una supremacía respecto
de toda otra norma; pero además tienen estos Tratados con la Parte Dogmática un
idéntico nivel entre sí.
Por eso deben entenderse como complementarios de los Derechos y Garantías
reconocidos por la Constitución, es decir que los derechos reconocidos en los Tratados
constituyen un plus que se adiciona a los declarados en el orden interno. Si el alcance
de aquellos fuera menor, prevalece el derecho interno, o, por el contrario, el del
Tratado que otorgue mayor protección.
5.3.2 Enumeración.
Enumeración
1. La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;
2. la Declaración Universal de Derechos Humanos;
3. la Convención Americana sobre Derechos Humanos;
4. el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
5. el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
6. y su Protocolo Facultativo;
7. la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio;
8. la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial;
9. la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer;
10. la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes;
11. la Convención sobre los Derechos del Niño
5.3.3 Incorporación de nuevos tratados.
Mecanismo de incorporación de nuevos Tratados
Otros o nuevos Tratados sobre Derechos Humanos necesitan la Declaración de
Jerarquía Constitucional. El articulo 75 inc. 22 prevé un mecanismo especial para ello.
El Poder Ejecutivo negocia y firma estos Tratados; el Congreso puede aprobarlos a
través de un trámite ordinario; el Poder Ejecutivo inicia los trámites de ratificación. Con
ello este Tratado nuevo ingresara al Derecho Positivo Argentino por sobre las leyes,
pero por debajo de la Constitución Nacional.
Si el Congreso decide otorgarle jerarquía constitucional deberán reunirse dos tercios de
los miembros totales de cada cámara y votar afirmativamente la cuestión.-
9.1.2 Antecedentes.
ANTECEDENTES
En Grecia Antigua (Atenas): la graphé paranomán.
Este instituto constituye un valioso y significativo antecedente del fundamental
principio de supremacía constitucional. Se trata de una acción criminal por
inconstitucionalidad que puso a la ley por encima de los caprichos populares y
de las luchas civiles, autorizando a todo ciudadano para actuar en su defensa
como acusador y aplicando sanciones capitales como garantía de su
soberanía. La democracia ateniense, en fin, sometiéndose a la graphé
paranomón hacía vana toda tentativa de anular la Constitución.
Antecedentes de España Medieval: los fueros.
Importante antecedente mediato de la doctrina de la Supremacía de la
Constitución, es el JUSTICIA DE ARAGÓN, que importaba la existencia de una
jurisdicción establecida como baluarte protector de los derechos personales
frente a la arbitrariedad. Era un funcionario público que entendía en casos de
fuerza y de agravio del rey, de los hombres ricos y de los tribunales
eclesiásticos y seculares.
El FUERO tenía valor de ley suprema y estaba por encima de la voluntad real.
El rey le debía obediencia al fuero en los mismos términos que sus súbditos, lo
que se hacía en contra del fuero era nulo ipso foro, y el juramento que
prestaban tanto el rey como sus funcionarios, era el de observar sus preceptos.
La norma era clara y precisa: todo lo que el rey hiciera en contra de él carecía
de valor y no podía aplicarse. El Justicia de Aragón era el fiel celador de las
leyes.
En el esquema político del reino de Aragón, los fueron eran supremos, y se
imponían sobre toda la regulación normativa, así como sobre los actos de los
gobernantes, incluido el propio rey.
Se encuentra, así, un antecedente verdaderamente notable al principio de la
Supremacía de la Constitución, inherente al constitucionalismo, como garantía
de la libertad, actuando el Justicia como real guardián de los Fueros y por ende
de las libertades de los habitantes, cuya legitima fama tuvo eco en la
Convención Constituyente de Filadelfia de 1787, que elaboró la Constitución de
los Estados Unidos.
9.1.3 Formulación de la doctrina de la supremacía constitucional.
FORMULACION DE LA DOCTRINA DE LA SUPREMACÍA
CONSTITUCIONAL
Algunos autores atribuyen el origen de la formulación de la doctrina de la
supremacía de la Constitución, a Inglaterra, país en donde siempre ha regido
una Constitución no escrita y flexible; y su autor sería el notable jurisconsulto y
magistrado británico Sir Edward Coke, cuando en 1610, al sentenciar un caso
dijo: “ Resulta de nuestras reglas, que en muchos casos el common law limitará
las leyes del parlamento, y algunas veces impondrá su invalidez total; cuando
una ley del parlamento es contraria al COMMON LAW y a la razón, o
repugnante, o imposible de aplicarse, el common law la limita e impone su
invalidez”.
La idea de la supremacía de una ley fundamental superior a las demás leyes, y
que se impone por igual a gobernados como a gobernantes, aparece más
nítida en los famosos documentos también ingleses: el Agreement of the
People, de 1647, y el Instrument of Government, de 1653.
El Agreement of the People o Pacto Popular, es un proyecto de
Constitución, que el ejército presenta a la Cámara de los Comunes para
ser aprobado y luego sometido al pueblo. La idea de sus autores es la
de establecer una ley suprema, colocada fuera del alcance de los
ataques del parlamento, limitando sus poderes y declarando, por la vía
de restricciones expresas, cuáles son los derechos que la nación se
reserva, y a los que ninguna autoridad podría allanar sin delito.
Esta verdadera Constitución quedó en estado de proyecto; sin embargo,
varias innovaciones que preveía fueron ejecutadas y en 1653, este
régimen fue establecido en una Constitución escrita: el Instrument of
Government.
El Instrument of Government o Instrumento de Gobierno, es un
documento elaborado por el consejo de oficiales. La necesidad de un
documento semejante fue explicada y fundamentada por Cromwell, en
sus discursos ante el parlamento del 12 de septiembre de 1654: “En
todo gobierno debe haber algo fundamental. Algo así como una Carta
Magna, que debería ser estable, inalterable. Si existe por un lado una
estipulación y es plenamente aceptada, como se pone de manifiesto en
lo que se ha dicho, tendría que haber, en rigor, un compromiso
reciproco…”.
Este documento (que es verdaderamente una Constitución escrita)
establece la separación entre el poder constituyente y los poderes
constituidos. Niega el primero al parlamento y declara nulas las leyes
contrarias a sus disposiciones; además establece requisitos esenciales
para su reforma.
El Instrument of Government fracasó porque el primer parlamento convocado
en virtud de este documento rehusó reconocerle obligatoriedad y pretendió ser
cuerpo constituyente a la vez que legislativo.
La concepción consagrada por la jurisprudencia inglesa a partir de la famosa
sentencia del juez Coke (1610) a la vez que por el Agreement of the People
(1647) y el Instrument of Government (1653), si bien no llegó a arraigar en
Gran Bretaña, encontró ambiente propicio en las colonias inglesas de América
del Norte y en los flamantes Estados que de las nacieron con la emancipación
de la madre patria.
De las teorías políticas y prácticas particulares de esos tiempos moldeadas
bajo nuevas condiciones surgieron dos de las notables contribuciones de los
Estados Unidos al arte del gobierno, a saber: 1) el concepto norteamericano de
una Constitución escrita; y 2) la práctica norteamericana de la revisión de los
actos legislativos por los tribunales.
Valiosos antecedente de la doctrina de la supremacía de la Constitución
pueden comprobarse en los Estados norteamericanos con anterioridad a la
sanción de la Constitución de Estados Unidos (1787), la que en su art.VI,
cláusula segunda establece: “esta Constitución, las leyes de los Estados
Unidos que en su consecuencia se dicten, y todos los tratados celebrados o a
celebrarse bajo la autoridad de los Estados Unidos, serán ley suprema del país,
y los jueces en cada Estado estarán sujetos a ella, no obstante cualquier
disposición en contrario contenida en la Constitución o en las leyes de
cualquier Estado”.
CASOS JURISPRUDENCIALES
“Marbury vs. Madison”
FICHA DEL CASO
1) HECHOS
Adams, ex presidente de los EEUU, elevó al Senado las nominaciones de los
candidatos para ser designados en cargos (entre ellos a William Marbury como
juez de paz del Condado de Washington, Distrito de Columbia.); el Senado
aconsejó y consintió estas designaciones; y las designaciones formales
nombrándolos jueces fueron firmadas por el presidente y, finalmente, el sello
de los EEUU estaba puesto en debida forma en tales designaciones por el
entonces secretario de Estado (John Marshall).
La petición de W.M. se dirige a obtener de la Corte un mandamiento que haga
efectiva la entrega de dichos nombramientos.
La Corte ha considerado y decidido las siguientes cuestiones:
1) ¿Tiene el solicitante derecho al nombramiento que demanda? Marshall dice
SI
2) Si lo tiene, y ese derecho ha sido violado, ¿proveen las leyes del país un
remedio a esa violación? SI
3) Si lo proveen, ¿es dicho remedio un mandamiento que corresponda a esta
Corte emitir?
La Constitución otorga a la Corte Suprema jurisdicción original y apelativa (las
decisiones de cortes menores son apeladas en la Corte Suprema); mientras
que jurisdicción original está limita da a demandas de embajadores y casos
donde el Estado sea una parte. Pero no postula nada en cuanto a la autoridad
de la Corte Suprema de emitir un mandato como solicita Marbury. Esa
autoridad se encontraba en la Ley del Poder Judicial de 1789. El juez Marshall
sostuvo que la parte de la ley del Poder Judicial que se extendía a la
jurisdicción original de la Corte Suprema era inconstitucional, porque el
Congreso no tenía poder para expandir la Constitución a través de legislación
regular.
Por ello, se rechaza la petición del demandante.
2) TEMA CONSTITUCIONAL EN DEBATE
Principio de supremacía y/o control de constitucionalidad: conflicto entre una
ley del Congreso y la propia Constitución.
3) SENTENCIA DE LA SUPREMA CORTE
Se rechaza la petición del demandante.
a) FECHA: 24 de febrero de 1803
b) FUNDAMENTOS: la parte de la ley del Poder Judicial que se extendía a la
jurisdicción original de la Corte Suprema era inconstitucional, porque el
Congreso no tenía poder para expandir la Constitución a través de legislación
regular.
Si el Congreso tiene la libertad de asignar a esta Corte competencia por
apelación en los casos en los que la Constitución le asigna competencia
originaria y fijarle competencia originaria en los casos en que le corresponde
ejercerla por apelación, la distribución hecha en la Constitución es la forma
carente de contenido.
La terminología especial de la Constitución de los EEUU. Confirma y enfatiza el
principio, que se supone esencial para toda constitución escrita, de que la ley
repugnante a la Constitución es nula, y que los tribunales, así como los demás
poderes, están obligados por ese instrumento.
Si el Tribunal no rehúsa a aplicar dicha legislación, es destruido el fundamento
de todas las constituciones escritas.
4) DOCTRINA JUDICIAL QUE EMANA DE LA SENTENCIA
La Constitución es una ley superior;
Un acto legislativo contrario a la Constitución, no es una ley;
Es siempre deber del Tribunal decidir entre dos leyes en conflicto;
Si un acto legislativo está en conflicto con la ley superior, la Constitución,
claramente es deber del Tribunal rehusarse a aplicar el acto legislativo;
Si el Tribunal no rehúsa a aplicar dicha legislación, es destruido el
fundamento de todas las constituciones escritas.
La Corte puede determinar lo que es y no es constitucional. (Principio de
revisión).
El Art. 31 dispone en su primera parte que esta Constitución, las leyes de la Nación que en su
consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley
suprema de la Nación, y las autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse a
ella. La Constitución Argentina se autodefine como una Ley Suprema que constituye la base de
todo el orden jurídico argentino. La Constitución establece la supremacía para:
1) las leyes nacionales: siempre que sean sancionadas en su consecuencia, solo aquellas leyes
nacionales que sean sancionadas en virtud de las facultades atribuidas al Congreso explícita o
implícitamente, tendrán tal carácter. Si el Congreso sancionara una ley nacional que
desconociera una facultad propia de las provincias, tal supuesta ley carecería de la supremacía
y de la constitucionalidad.
2) los tratados con las potencias extranjeras: los tratados requieren para gozar de supremacía
que sean, negociados y firmados por el Poder Ejecutivo, aprobados parcial o totalmente por el
Congreso y ratificados, en su caso, en sede internacional, si así estuviere previsto.
3) supremacía del derecho federal: la última parte del citado Art. 31 dispone que las leyes y
constituciones provinciales deben adecuarse a la Constitución Nacional, a las leyes nacionales
que sean su consecuencia y a los tratados ratificados en forma. Todo el derecho local de las
provincias debe adecuarse al orden federal siempre y cuando, por supuesto, al sancionar las
leyes no desconociera las facultades propias de las provincias
2. Tratados de Integración:
Subsiste la facultad del Congreso de aprobar o desechar los tratados concluidos con las demás
naciones y con las organizaciones internacionales y los Concordatos con la Santa Sede. Los
Tratados y Concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.