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Examen Promocional 2022
Examen Promocional 2022
Tanto el fallo como el tema han sido elegidos en base a mis preferencias personales, con
la ayuda del Dr. Ricardo Abad, ya que crecí en una familia de oficiales de policía lo
cual me llevo a escuchar en más de una ocasión que alguien estaba siendo “sumariado”.
De ahí la curiosidad y el interés por el procedimiento en cuestión.
En el fallo en cuestión se interpone un recurso de casación en contra de la sentencia de
la Cámara contencioso-administrativa de Segunda Nominación, en la cual se discute el
rechazo de una acción de plena jurisdicción en contra del acto administrativo dictado
por el Tribunal de Disciplina de la Provincia de Córdoba en el cual se le imponen
sanciones al actor.
Es importante destacar al respecto del agravio manifestado que, tanto a nivel nacional
como a nivel provincial, la legislación que regula de alguna forma la realización de
sumarios administrativos exige que el sumariado antes de prestar declaración tiene que
ser informado de los hechos que se le imputan de forma detallada y circunstanciada, así
como de las pruebas que hay en su contra, todo ello a los fines de que pueda ejercer
correctamente su derecho de defensa en todo momento, tanto durante el interrogatorio
como posteriormente en el descargo y el ofrecimiento de pruebas.
En el caso, el tribunal a quo y el voto mayoritario del tribunal ad quem al resolver sobre
este recurso (Dres. Lafranconi y Ferrer) determinaron que no existía tal agravio y se
basaron en el hecho de que, a pesar de la irregularidad que se presenta en el inicio del
procedimiento sancionador, el casacionista tuvo la posibilidad de defenderse ya que
realizó un descargo oportunamente.
En este caso, conforme al voto mayoritario del tribunal (Dres. Lafranconi y Ferrer), las
conductas que se le imputaban al actor atentaban contra la dignidad y provocaban
vejaciones inútiles a los magistrados en general (art. 21 inc. 15 ley 5805), cuestión que
había sido determinada por el Tribunal de Disciplina del Colegio de Abogados (art. 50
ley 5805), y así resolvieron.
Al respecto, considero que el tribunal obvio considerar que es el propio art. 21 en su inc.
15 el que establece el contexto dentro del cual la falta debe ocurrir, es decir, “excederse
en las necesidades de la defensa…”. Considero que si bien el Tribunal de Disciplina
tiene la facultad de determinar si en el caso concreto la conducta del actor provoca las
vejaciones o atenta contra la dignidad del magistrado (art. 50 ley 5805), no tiene la
facultad de obviar sin más uno de los requisitos establecidos por el artículo para su
aplicación. Por ello, yo pienso que la aplicación del mentado art. 21 inc. 15 no es
procedente para resolver la cuestión.