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Escuela normal del estado de Sonora “Prof.

Jesús Manuel Bustamante


Mungarro”

Lic. educación primaria

1° ‘‘D’’

Panorama actual de la educación básica en México

“¿La docencia es un oficio o una profesión?”

Maestro: Adán Enrique Méndez Mencher

Alumnas:

Arce Casillas Salma Nallely

Cortez Marín Ivana Almendra

Encinas Islas María José

Hermosillo, Sonora.

18 de septiembre del 2016


¿La docencia es un oficio o una profesión?

Antes de contestar el cuestionamiento anterior debemos tener claro cada uno de los
conceptos.

Como lo hemos estado manejando a lo largo del curso, la docencia es la actividad que
realizan las personas dedicadas a la enseñanza.

Un oficio es el trabajo que desempeña una persona a través de su esfuerzo físico o destreza
manual. El término se utiliza para hacer referencia a aquella actividad laboral que no
requiere de estudios formales. Podemos tomar como ejemplo al carpintero, pintor, cartero,
entre otros. Comúnmente las personas piensan: “Si no quieres ir a la universidad, por lo
menos aprende algún oficio que te permita ganar dinero.”

La profesión al igual que el oficio también es un empleo o trabajo que alguien ejerce. La
diferencia entre oficio y profesión es que ésta última requiere de un conocimiento
especializado y formal, que se adquiere mediante una formación universitaria. La persona
que ejerce una profesión cuenta con algún certificado o diploma que avala su competencia
para desempeñar cierta labor. En algunos casos, de todas formas, el límite entre profesión y
oficio es confuso.

Después de leer y analizar la lectura El arte del buen maestro, pudimos comprender que el
buen maestro es una combinación de vocación, valores y cualidades morales. Actualmente,
el discurso pedagógico moderno introdujo que además de estas cualidades debe tener
conocimientos pedagógicos y conocimientos de contenido.

A partir de que se haya promovido la “instrucción” de los maestros, se modifica


profundamente el oficio de enseñar y se fundamenta la necesidad de institucionalizar la
formación de docentes, creando así el sistema de escuelas Normales y la exigencia de un
título para ejercer la profesión.

“Si antes bastaba comprender el contenido para saber cómo enseñarlos, ahora se requiere
una práctica y un conjunto de instituciones (las Normales) especializadas para obtener ese
aprendizaje. Ya que el saber práctico se demuestra en la práctica” Tenti, E. (1988) El arte
del buen maestro. p. 218.
Actualmente no se considera suficiente la demostración práctica para garantiza la posesión
de ese saber pedagógico. Así como se menciona en el libro de “el arte del buen maestro”
sólo sabe quién puede acreditar el saber educativo, mediante una certificación institucional
que avale la capacidad para la docencia.

Uno de los apartados que nos pareció más interesantes y creemos que es en el que se
responde el cuestionamiento es La lucha por el reconocimiento social, pues ahí se narra
cómo la docencia comenzó a ser una profesión, en el entendido que no siempre fue así.

En tiempos remotos bastaba la vocación para dedicarse a la enseñanza. El magisterio


comenzó a notar que el hecho de que no fuera una profesión hacía que disminuyera su
estatus social. Por lo que se propuso, para elevar la condición social, formalizar su
formación profesional.

Con el nacimiento de las escuelas Normales se tenía un doble objetivo: profesionalizar al


docente y elevarlo socialmente.

“El Dr. Ruiz comparaba el antiguo profesorado ‘que no era ni en su esencia ni en su


representación social todo lo que hubiera sido de desearse’ con el nuevo educador ‘titulado
y de reconocida aptitud’. Por último, agregaba que ahora ‘No escasean en su conjunto los
profesores de verdadera importancia social’. ” Tenti, E. (1988) El arte del buen maestro p.
209-210.

Además de que, como se menciona en el libro, los criterios y estilos de aprendizaje


particulares tuvieron que ser reemplazaos por otros de validez más general, por lo que este
proceso supone un aprendizaje formal y una acreditación de los saberes y habilidades.

En conclusión. La docencia es una profesión, pues se lleva preparación formal y se requiere


de un título para poder ejercer.

Para finalizar este análisis queremos resaltar una frase que fue de nuestro agrado: “El factor
más importante en la enseñanza, es siempre la personalidad del maestro: su carácter, el
grado de su cultura intelectual y moral, el interés que toma en su profesión, el cariño que le
inspiran los niños, el entusiasmo que siente por su alto y noble ministerio.” Tenti, E.
(1988) El arte del buen maestro. P 196. Pues creemos que, independientemente de que sea
tomada como oficio o profesión, la actitud del docente es la pieza clave de la enseñanza.

Referencia:

Merino, M. (2010) Definición de profesión (http://definicion.de/profesion/).

Pérez P. J, (2009) Definición de oficio (http//definición.de/oficio/).

Tenti, E. (1988). El arte del buen maestro. México, D-F: Pax México.

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