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UNIVERSIDAD ALFA Y OMEGA

ALUMNO: ADRIAN ALEJANDRO BALLINAS CORDOVA

SEMESTRE: 2

GRUPO: A

MATERIA: DERECHO CONSTITUCIONAL


LA FINALIDAD DEL ESTADO
El Estado es una forma de organización política que cuenta con poder administrativo y
soberano sobre una determinada zona geográfica.

Elementos del Estado


El Estado tiene tres elementos básicos: población, territorio y poder.

 Población: Es el conjunto de personas que viven en el Estado. En algunos


casos puede compartir entre ellos la raza o creencia religiosa, pero esto no es
un requisito.
 Territorio: Es el espacio físico o área geográfica donde vive la población.
Puede ser continuo o discontinuo, insular o continental, pero siempre con
carácter permanente.
 Poder: Se refiere a la capacidad del Estado de organizar a la población y al
territorio

Poderes del Estado


En los Estados modernos existen tres poderes diferenciados: legislativo,
ejecutivo y judicial.

 Poder legislativo: Encargado de elaborar las leyes que rigen el Estado


 Poder ejecutivo: Es el encargado de administrar el Estado. En un régimen
presidencialista este poder recae en el Presidente. En un régimen
parlamentario, este poder lo ejerce el rey o presidente que cumple la función de
jefe del Estado o un primer ministro que preside el gobierno.
 Poder judicial: Encargado de administrar la justicia y hacer cumplir la ley.

Estos tres poderes deben ser independientes entre sí. De esta forma, un poder
no controla a los otros. Asimismo, se les puede diferenciar por los distintos
encargos que deben cumplir, pues el Estado tiene la función de legislar
(elaborar leyes), ejecutar (llevar a cabo la administración estatal) y enjuiciar (a
través del poder judicial).

Reconocimiento de un Estado
Para que un Estado sea reconocido como tal se deben cumplir varios
requisitos:

 Debe existir un reconocimiento de parte de otros Estados.


 Tiene que contar con organismos e instituciones que sean capaces de
administrar los poderes estatales.
 Debe contar con una identidad colectiva que muchas veces se representa a
través de símbolos como la bandera, escudo nacional e himno.
Diferencia entre Estado y gobierno
Estado y gobierno son conceptos que erróneamente suelen utilizarse como
sinónimos. El gobierno es una parte del Estado, y es el organismo que se
encarga de administrar sus poderes.
LA JUSTIFICACION DEL ESTADO
A lo largo de los últimos siglos han debatido los filósofos del Derecho y de la
Política sobre cuál puede considerarse el origen y la justificación del Estado.
Ahora bien, tal como se enfoca la cuestión hay que decir que más bien se
indaga sobre el origen y la legitimidad del poder en cualquier sociedad política,
que específicamente en el Estado.

En todo caso, se han dado múltiples respuestas, que el norteamericano John


Williams burguEss (1844-1931), pionero de la ciencia política de su país,
agrupó en tres: la teológica, la pactista y la histórica, conciliables entre sí
porque destacan dimensiones distintas, desde las filosóficas especulativas
hasta las estrictamente sociológicas.

De acuerdo con la justificación teológica, el Estado es, en última instancia, obra


de Dios, bien por haberlo creado directamente (entiéndase, la sociedad
política), bien por haber impreso en la naturaleza humana la necesidad de vivir
en sociedad, haciendo pues legítimo el poder del Estado y en consecuencia de
sus gobernantes. Sin embargo, no se debe olvidar que, como señalara jEllinEK,
han sido muchos y contradictorios en sus ideas quienes han esgrimido el
argumento teológico en su favor (para justificar unos el absolutismo regio o la
revolución puritana, otros el “derecho divino de los reyes” de Jacobo I de
Inglaterra o la doctrina “democrática” de la Escuela Española de Derecho
Natural, etc.).
Para la justificación pactista, el Estado es fruto de un pacto entre los hombres,
en virtud del cual la autoridad política y el deber de obediencia a los
gobernantes se convierte en legítimo. El problema está en que según qué
autores, el pacto social tiene unas causas y unas consecuencias radicalmente
diferentes, como sucede, por ejemplo, entre las doctrinas pactistas de hobbEs,
locKE y roussEau. la justificación histórica se limitaría a reconocer un hecho
acaecido en un momento determinado sin entrar en especulaciones sobre su
legitimidad o no: el Estado existe y es una realidad política multisecular e
irreemplazable en la actualidad. Como todos los argumentos de naturaleza
estrictamente sociológica, la justificación histórica del Estado adolece de un
sentido moral, exigible por la dignidad innata del ser humano, que dé
legitimidad al poder del Estado. ¿Por qué ha de ser legítimo un poder cuya
única justificación es que de hecho ha existido cierto tiempo?

Otros tipos de justificación que se han dado son: la naturalista (no sería la
causa del Estado la Divinidad sino la misma Naturaleza, en la que prevalece la
desigualdad “con la consecuencia obligada de que los fuertes se impongan y
los débiles hayan de someterse… las fuerzas sociales exigen que los hombres,
convencidos de que no pueden resistirlas, se resignen a sus imperativos. El
Estado es poder, es dominación; la fuerza se justifica por sí misma… y al modo
como no es posible vivir sin los agentes naturales, tampoco es posible la vida
humana sin esa organización de predominio de los poderosos”14), las teorías
jurídicas (el Estado se justifica sobre la base de una institución jurídica
preexistente, sea la familia –patriarcalismo de filmEr–, la propiedad –desde
platón y cicErón hasta hallEr– o el pacto social antes mencionado) o la
necesidad racional (sea una

necesidad psicológica, sea la perfección moral, desde aristótElEs a hEgEl) o el


mismo fenómeno jurídico (ubi societas ibi ius).

Todas ellas tienen parte de razón: el ser humano es social por naturaleza y no
por convención, necesita para el desarrollo de su vida, material y moral, un
marco estable de convivencia política en el que impere el Derecho justo, lo cual
en el momento histórico de evolución social que abarca desde el Renacimiento
hasta hoy sólo el Estado puede garantizar. El Estado, y con él su Derecho y el
poder político, se justifican por exigencias de la naturaleza humana, por la
historia, por el mismo Derecho y en última instancia por Dios como autor de la
naturaleza humana y origen de toda autoridad. Que haya gobernantes que
utilicen el poder del Estado para corromper a la sociedad no significa que el
Estado no sea instrumento válido para la realización de la justicia en la
sociedad, sino que los gobernantes, como todos los hombres, pueden utilizar la
libertad para hacer el bien o para hacer el mal a sus semejantes y a ellos
mismos.
LOS FINES Y LA JUSTIFICACION
DEL ESTADO MEXICANO
Los fines del Estado constituyen direcciones, metas, propósitos o tendencias
de carácter general que se reconocen al Estado para su justificación y que
consagran en su legislación.

Ellos fijan el extenso campo de la actividad pública en un proceso histórico que


se caracteriza por su continua aplicación y extensión, que va desde el Estado
abstencionista, con un número limitado de fines, hasta el Estado
intervencionista, en una constante sustitución de la actividad privada.
Nuestro diseño constitucional debe o debería encuadrar un permanente
equilibrio entre poderes y órdenes de gobierno, que representen para la
población una garantía de bienestar general, libertad y seguridad.

El artículo 41 constitucional establece entre otras disposiciones las relativas al


sistema de partidos políticos, las bases de la legislación electoral y las del
Instituto Nacional Electoral como Organismo Público Autónomo, y mandata que
el pueblo ejerza su soberanía por medio de los Poderes de la Unión.

De cara a la próxima elección del 6 de junio del presente año, las autoridades
electorales y los partidos políticos avanzan concretando las actividades del
proceso para elegir a 500 diputados federales, 15 gobernadores, 1063
diputados de 30 Congresos Locales y 1926 Ayuntamientos de 30 entidades
federativas.

Como vemos, lo que se disputa no es cosa menor, por lo que es de


fundamental importancia que los ciudadanos decidan su voto conociendo las
funciones que tiene el Poder Legislativo, ya que su ejercicio impacta nuestra
convivencia como sociedad.

Desde sus orígenes, la teoría política concibe el diseño del Poder Legislativo
como espacio plural donde se debatan las distintas visiones de país, la
situación política y los intereses de la Nación, y lo considera parte fundamental
del sistema de pesos y contrapesos del equilibrio entre poderes, y control del
ejercicio del Poder Ejecutivo, que en términos constitucionales debe ser
político, financiero, contable y administrativo.
Asimismo, considera que la otra función esencial de este poder es legislar para
actualizar y fortalecer el marco jurídico de derechos y obligaciones que
garantizan y dan certeza y seguridad jurídica a los actos del gobierno frente a
los particulares, y de estos entre sí.

Legislar para perfeccionar un Estado Social de Derecho, e impulsar y sustentar


el desarrollo y la justicia social, no es un asunto de buena voluntad o de buenas
intenciones, exige de los congresistas un profundo compromiso ético con la
sociedad; un desempeño prudente y sensible; y visión, atención y compromiso
político con el pueblo que los eligió y con el partido que los postuló.

A la par, demanda elegir una Cámara de Diputados reflexiva y dialogante,


capaz de construir y aportar soluciones legislativas a los problemas que
aquejan al país, e integrar la diversidad de puntos de vista, valores, principios,
intereses y opiniones que conforman el complejo entramado social para
plasmarlo en leyes, es decir, en actos legislativos que crean el derecho como
norma jurídica general, abstracta e impersonal, como respuesta a las
necesidades sociales, políticas, económicas y culturales.

Los ciudadanos exigimos la defensa de los intereses y expectativas


ciudadanas; un intenso trabajo político que actualice el marco jurídico y la
estructura programática de las políticas públicas de educación, salud, ecología
y cuidado del medio ambiente; de obras públicas y comunicaciones; de
desarrollo democrático y participación ciudadana; de transparencia y rendición
de cuentas; de derechos humanos, justicia y seguridad pública; de combate a
la impunidad, la corrupción y el contrabando; de fortalecimiento de la
economía, las finanzas públicas y el empleo; de fomento al desarrollo rural, la
agricultura y la ganadería, entre otras muchas materias.

Los legisladores deben armonizar las ideas y propuestas de una sociedad


participativa; gestionar soluciones; impulsar el diálogo entre gobernantes y
gobernados para democratizar la vida nacional; y promover iniciativas y
propuestas para superar las profundas desigualdades sociales, la pobreza y la
marginación de las regiones, estados y municipios del país, y renovar y
fortalecer nuestro federalismo.

Por estas consideraciones, los ciudadanos debemos cerciorarnos que los


candidatos sepan cuáles son las funciones y responsabilidades que les
corresponden. Estar ciertos que conocen cómo se organiza el trabajo
legislativo para la discusión y aprobación de reformas a leyes vigentes y
nuevas leyes; que comprenden cómo se prepara la fiscalización y rendición de
cuentas del gasto público, y la evaluación del estado que guarda la
administración pública; y que entiendan las facultades que tienen en las
diversas las materias del desarrollo.

Debemos estar seguros que no ignoran que corresponde a la Cámara de


Diputados en forma exclusiva la aprobación del Presupuesto de Egresos, el
conocimiento y aprobación de la Cuenta Pública, y conjuntamente con el
Senado, la Ley de Ingresos. El inicio de juicios políticos, declarando si es
procede la acción penal contra funcionarios públicos que hubiesen cometido
algún delito; designar a los Consejeros del INE, y elegir al titular del Órgano
Superior de Fiscalización, entre otras importantes atribuciones.

Los candidatos deben saber que los diputados tienen la función de fiscalizar el
desempeño de los integrantes del Poder Ejecutivo y de citarlos a comparecer
ante el pleno o ante comisiones. Pueden también, acordar la creación de
comisiones que investiguen el funcionamiento de las dependencias, solicitar
documentación e información sobre el control, manejo y ejercicio de recursos
presupuestales, el endeudamiento público, los recursos no ejercidos, los
ingresos extraordinarios, entre otros.

Los diputados tienen facultades para intervenir en todo lo relacionado con el


Sistema Nacional de Planeación Democrática, condición que acrecienta el
poder político que ejerce el Legislativo, al vigilar que el Plan Nacional de
Desarrollo se ajuste a los lineamientos programáticos y a la ideología del
Proyecto Nacional que contiene la Constitución.

En esta línea de pensamiento, resulta oportuno recordar a Ignacio Ramírez, el


Nigromante, cuando recomendó hacer buenas leyes, y dijo: “Sujétese, pues,
los pueblos a las leyes, y las leyes a las necesidades y circunstancias de los
pueblos”.

El reto del trabajo legislativo es atender las necesidades y aspiraciones de la


sociedad y reivindicar sus conquistas; combatir la desigualdad, la marginación,
la pobreza y la exclusión; garantizar la salud, la educación y la seguridad;
recobrar para el Estado el papel de rector de la economía; crear la estructura
institucional para gestionar el desarrollo y apoyar a la micro, pequeña y
mediana industria; rescatar al campo e impulsar el desarrollo rural; cuidar las
tierras y las aguas, los recursos naturales, la energía eléctrica, el petróleo, la
energía nuclear, las relaciones laborales y las de seguridad social.
Legislar es buscar articular el marco constitucional y legal para alcanzar el
modelo de sociedad plasmado en el Artículo Tercero de la Ley Suprema, donde
la visión, los principios y los fines del Proyecto Nacional.

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