Objetivo: Dar a conocer la importancia de amar la verdad y no inclinarnos a las mentiras. Idea clave: Debemos amar la verdad, porque Jesús es la verdad, y él nos enseña que la verdad nos hace libres y nos ayuda a estar cerca de Dios. Introducción: (Interacción con los retiristas) ¿Cuántas veces al día decimos mentiras? ¿Crees en las mentiras “piadosas”? ¿Has mentido por quedar bien con alguien? O ¿Alguna vez levantaste un falso de alguien para tu propio bien? Presentación del tema: Date cuenta de con que facilidad se dicen mentiras, como a la gente le gusta hablar mal de otros, y esta es una situación que no debería de tomarse a la ligera. Continuando con la explicación de los 10 mandamientos, en este tema hablaremos sobre el octavo mandamiento de Dios “No dirás falso testimonio, ni mentiras”. Desarrollo del tema: En este mandamiento se prohíbe la mentira, decir cosas falsas, todo aquello que no sea verdad. Pero ¿por qué es pecado mentir? Dios nos ha dado un gran regalo, que es el poder comunicar a otros nuestros pensamientos. Este regalo nos lo dio para que lo usáramos con la verdad, cuando decimos una mentira, estamos abusando y usando mal este regalo de Dios. ¿Cómo te sientes cuando alguien muy importante para ti, te miente? Así mismo se siente Dios y multiplicado ese sentimiento.
¿Qué nos dice Jesús sobre esto? (Mateo 5:37)
Al decir estas palabras, Jesús nos pide que seamos hombres de una sola cara: Lo que es cierto, es cierto, nos guste o no… nos convenga o no. Lo que es falso, es falso, aunque sea solo por esta vez… aunque no me quedaba de otra… aunque no le haga mal a nadie… No hay pretexto ni justificación, la verdad es la verdad y la mentira es la mentira. Debemos hacernos el habito de siempre decir la verdad, desde las cosas más pequeñitas, hasta las más grandes.
Pecados que son contra la verdad:
La mentira: Es decir algo falso, con la intención de engañar. La gravedad de la mentira depende de lo que se diga, la intención y el daño que ocasione a la persona afectada. El perjurio: Es “jurar” algo que sabemos que es mentira. Y esto especialmente va ligado con el segundo mandamiento, porque Juramos el nombre de Dios, o incluso por nuestra madre, hermanos, etc. Ponemos a esa persona de testigo de algo falso. El juicio temerario: Es “pensar” o creer algo malo de otra persona sin tener fundamentos o bases suficientes para creerlo. Aun cuando estemos seguros del defecto de la otra persona ¿Quién eres para juzgarlo? Recordemos que solo Dios puede juzgar nuestros actos. La maledicencia: Es decir sin razón de peso, los defectos y las faltas de otro a personas que los ignoran o no los conocen. Ejemplo: Si viste a equis persona borracha, no tienes porque contarles a todos tus amigos. La calumnia: Es dañar con una mentira la reputación, el prestigio, o el buen nombre de otra persona. El chisme: “Ponerle de nuestra propia leña” Escuchar con gusto lo indebido: En este mandamiento, así como hay pecados de mente (pensar mal de otro) y de palabra (hablar mal de otro), los hay también de oído: oír con gusto un chisme, es busca oír lo malo que se dice de otros. Revelar los secretos: Si alguien nos confía un secreto, no debemos divulgarlo a los demás.
Reparando las mentiras:
Si decimos una mentira, no solo se vale decir: “Bueno, ya me arrepentí, ya no lo vuelvo a hacer”. Tenemos el deber de reparar el daño cometido con nuestra mentira. Y te preguntarás ¿cómo? Pues diciendo la verdad a esa persona que le hemos mentido. ¿Las críticas, los chismes y las calumnias, cómo se reparan? *Contar historia: - Un día llegó a confesarse una Señora con San Felipe Neri y dijo: ¨Padre, he hablado mal, he criticado a mi amiga Fulanita¨. El Padre le dijo: en penitencia, vas a ir al mercado a comprar una gallina y de regreso a la Iglesia, la vas ir desplumando y tirando las plumas. Así lo hizo la Señora y cuando regresó con la gallina ya pelona, el Padre le dijo: ¨Ahora regresa y trata de recoger todas las plumas que regaste¨. ¨¡Padre eso no se puede, quien sabe hasta donde habrán ido a dar esas plumas! ¨ dijo la señora. Entonces el padre le explicó: ¨Pues eso mismo sucede cuando usted riega malos comentarios sobre otra persona. - ¿Qué difícil es reparar una crítica verdad? Nuestros malos comentarios pasarán de gente en gente. Es mejor pensarlo antes de dejar que algo malo salga de nuestra boca. Conclusión: Recuerda que a ti no te agrada, ni tampoco quieres que te mientan, ni que hablen mal de ti, pues, así como tú no quieres todo eso, debes amar a los demás como a ti mismo, es decir no mientas ni hables mal de nadie, esto es lo que prohíbe Dios en este mandamiento, para mantener la buena armonía.