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Un gato con ancho poder

El gato gordo caminaba con paso firme por las calles oscuras de la
ciudad, era un lugar hostil, lleno de peligros y sombras, pero el estaba
acostumbrado a eso, sabia cómo sobrevivir en un mundo que no le
mostraba ninguna simpatía.

De repente escuchó un rugido detrás de el, se giro para ver a un grupo


de pandilleros, con tatuajes en sus rostros y navajas en sus manos.

-¡Ey gato gordo! – dijo el líder de la pandilla, con una sonrisa burlona-.
¿Donde vas tan solito?

El gato gordo no dijo nada, sabía que cualquier palabra podría ser
malinterpretada y empeorar la situación.

-vamos a divertirnos un poco – dijo el líder, acercándose con su


navaja.

El gato gordo no se movió, en cambio cerró los ojos y respiro


profundamente. De repente un aura extraña lo envolvió, una especie
de energía protectora que lo hacia sentir más fuerte y seguro.

-Creo que deberían pensarlo dos veces antes de hacerme daño – dijo
el gato gordo, con una voz profunda y autoritaria.

-Nicolas Rojas 8vo


Escuela peñuelas

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