Hernán Cortes llego al continente en el año 1519, pisó
territorio veracruzano en un lugar conocido en aquel tiempo como Chalchihuecan o Chalchicueyecan. Posteriormente fundo la villa rica de la Veracruz y el primer ayuntamiento. Ese lugar conocido hoy como Veracruz. De ahí comenzó la conquista, hasta llegar a Tenochtitlan y comenzaron las expediciones para diferentes partes del territorio Mexica. Por el año de 1520 sus compañeros Gonzalo de Sandoval y Diego de Ordaz exploraron as tierras del sur y encontraron un rio al que le llamaron “el gran rio Guazacualco” De paso hacia Coatzacoalcos encontraron una zona a la que describieron como la más fresca y con muchos alimentos, este lugar aparece en el siglo XVI como tluistla, tusta o tusila. Hernan Cortes lo mencionó en una carta que le mando al rey de España como tuztlan, que con el paso de los siglos se convirtió en Tuxtla que viene de toxtle (conejo) En 1524 Cortes envió un memorial a Carlos V donde informó “En tuztlan y tepecuan y la Rinconada que se llama Izcalpan hago dos ingenios de azúcar”. La construcción de la mencionada fábrica se inició en la segunda mitad del año 1526. El ingenio fue levantado a cuatro leguas (9.31 km.) de Santiago Tuxtla junto al pueblo de Tepeaca (tepetl=cerro, atl =agua y can=lugar o sea “Lugar donde el agua sale del cerro” Aprovechando la fuerza hidráhulica que producía una hermosa cascada. El sitio es conocido hoy como Paso del Ingenio. En un memorial levantado por Hernando Ladrón, el 30 de mayo de 1534, el ingenio ya funcionaba. En el ingenio laboraban esclavos negros y los nativos en los cañaverales. En 1538 contaban con 36 esclavos En 1547 murió Hernán Cortes y su hijo heredó los bienes del marquesado, pero este pasó la mayor parte de su vida en Europa, ya que partió para España en 1540 y regresó a principios de 1566. Ese año de 1566 el nuevo marqués fue acusado de un delito. Fue tomado preso y llevado a España en abril de 1567 y los bienes que tenía en la nueva España fueron secuestrados. En 1574 le fueron restituidos sus bienes pero el marqués jamás regresó a México. En cuanto al ingenio Tepeaca desde su fundación, el Extremeño ya pensaba exportar su producción a España aprovechando la cercanía con Veracruz. En la época de la molienda el azúcar era colocada en pipas y conducida en carretas hasta un punto denominado “el embarcadero” probablemente “sombrerete” de ahí la llevaban en barcas a través del rio de Alvarado y se depositaban en San Juan de Ulúa donde a la llegada de la flota mercante, la embarcaban para ser transportada directamente hasta Sevilla. En 1567 poco antes de partir para España Martin Cortes otorgó carta poder a Juan Bautista de Marín y a Diego Pérez de Algaba, para que arrendaran sus bienes al mejor postor. Dichos administradores haciendo uso del poder que se les había conferido arrendaron por nueves años a Diego López de Montalbán el ingenio de azúcar que su señoría en términos de Tuxtla nombrado también Ohuapa (de Ohuatl=caña) y (apan=rio o arroyo) de donde viene (rio de cañas) al precio de cinco mil pesos de oro común anuales. Los serios problemas políticos e que se vio envuelto Martin Cortes fueron a causa que impulsó a la corona española para reasumir la jurisdicción civil y criminal en los pueblos pertenecientes al marquesado, dicho fuero vino hacer recuperado por Fernando Cortés y Arellano tercer marqués del valle de Oaxaca, mediante real cedula del 12 de agosto de 1593. Por esta razón en 1580 Tuxtla y Cotaxtla estaban bajo el dominio la alcaldía mayor de Tlacotalpan a la cual habían sido incorporados desde principios de 1574. Por ello al concluir los nueves años del arrendamiento, el alcalde mayor por su majestad del pueblo de Tlacotalpan, Diego Pérez de los Ríos fue comisionado para dar fe del entrego que Diego López de Montalván hizo del ingenio y hacienda de Tuxtla a principios de 1577 a la parte del marqués. Desarraigado de México Martin Cortes pasó los últimos años de su existencia en España viviendo de sus rentas y sorteando graves problemas económicos ocasionados fundamentalmente por el préstamo forzoso de cien mil ducados a la corona, pero al no poder cumplir con lo estipulado se le dio licencia por cedula de 7 de mayo de 1575 para que pudiese vender parte de los bienes de su mayorazgo hasta la cantidad de cuarenta mil ducados. Así ejerciendo la facultad otorgada y estando en la ciudad de Sevilla no vacilo en vender a Sebastián Rodríguez de Santa Olaya el 3 de septiembre de 1580 el ingenio de azúcar que se dice tuztla con todos los esclavos y esclavas, niños, e niñas, yeguas, e vacas e puercos e estancias e aguas e tierras con todos los demás , dicho ingenio anexo pertenecientes bien e cumplidamente según e como yo dicho marqués hoy día lo tengo e poseo que es en la dicha nueva España en términos de tuztla en cual dicho ingenio … es libre e realengo e fuera de mi mayorazgo e no sujeto e vinculado e no obligado al dicho mi mayorazgo. En los últimos años del siglo XVI el ingenio de azúcar había venido a menos al punto de llegar a extinguirse. En 1598 el mayordomo Hernando de Paz rindió informe o cuentas al gobernador del marquesado Martin de Santa Cruz sobre la administración de aquellos bienes, en ellas dijo haber recibido del mayordomo Gerónimo de Ayora el 21 de marzo de 1594 diecinueve esclavos negros, entre los cuales venia “Juana Biafara”, vieja, sin provecho ninguno que estaban en la villa de Tuxtla en la casa del cirujano caramelero, enfermera del ingenio que se desplomó… y más adelante fue más preciso al señalar que el tantas veces mencionado ingenio se quemó después del incendio la fábrica ya no se reconstruyo y se dejó de producir azúcar