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Max y Simon

Había una vez un pequeño perrito llamado Max y un gato callejero llamado Simón, que vivían en
las calles de Londres. Max era un perro de raza pug y siempre estaba listo para hacer nuevos
amigos, mientras que Simón era un gato negro con una personalidad un poco más solitaria. A
pesar de sus diferencias, los dos se habían vuelto inseparables y pasaban sus días explorando la
ciudad juntos.

Un día, Max y Simón estaban caminando por las calles de Londres cuando se encontraron con un
grupo de palomas. Max, emocionado, comenzó a ladrar y perseguir a las aves, mientras que Simón
simplemente se sentó y los observó con indiferencia.

De repente, las palomas se levantaron y volaron en todas direcciones, dejando a Max y Simón
perplejos. Miraron hacia arriba y vieron que un halcón había estado acechando a las palomas,
esperando su oportunidad para atrapar a una de ellas. Max y Simón, temerosos por su propia
seguridad, comenzaron a alejarse del área, pero el halcón se abalanzó sobre ellos antes de que
pudieran escapar.

Max y Simón corrieron tan rápido como pudieron, pero el halcón los persiguió sin piedad.
Finalmente, Max tuvo una idea: saltó hacia un callejón oscuro y estrecho, donde el halcón no podía
seguirlos debido a su tamaño.

Mientras se recuperaban de su susto, Max y Simón se dieron cuenta de que estaban perdidos en
un laberinto de callejones desconocidos. Se turnaron para liderar la búsqueda del camino de
regreso a su hogar, pero cada calle parecía idéntica a la anterior.

Eventualmente, después de muchas horas de caminar, Max y Simón llegaron a un parque en el


centro de la ciudad. Estaban agotados y hambrientos, pero al menos estaban seguros.

Justo cuando comenzaban a sentirse un poco mejor, vieron a un grupo de perros grandes y
amenazadores acercándose a ellos. Max y Simón intentaron correr, pero los perros los alcanzaron y
los acorralaron.

Justo cuando parecía que su suerte había corrido, un gato pelirrojo apareció de la nada y comenzó
a gruñir y bufar a los perros. Los perros, aparentemente intimidados por el gato, se alejaron y Max
y Simón fueron libres de huir.
El gato pelirrojo se presentó como Thomas y se ofreció a ayudar a Max y Simón a encontrar su
camino de regreso a casa. Juntos, los tres caminaron por la ciudad, con Thomas liderando el
camino.

Finalmente, después de muchas horas de caminar, llegaron a un callejón familiar. Max y Simón
reconocieron el camino y comenzaron a correr hacia su hogar.

Cuando llegaron a su calle, encontraron a sus amigos y vecinos esperándolos. Habían estado
preocupados por ellos y habían estado buscándolos por toda la ciudad. Max y Simón estaban
emocionados de estar en casa y agradecidos por la ayuda de Thomas.

Desde ese día, Max y Simón nunca volvieron a aventur

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