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Castro Ocampo Viridiana

Retención placentaria

Las especies domésticas tienen importantes diferencias en cuanto a la fisiología de la


reproducción. Los bovinos poseen un placenta de tipo sindesmocorial y cotiledonaria. En
este tipo de placentas las vellosidades penetran al tejido conectivo subepitelial, además, las
formaciones carunculares del útero y los cotiledones del corion que forman los placentomas
permiten que se establezca una nutrición compleja y un intercambio de tipo histotrofo. Días
antes de que ocurra el parto, las vellosidades del corion se separan de las carúnculas,
disminuye el número de células epiteliales de las criptas y ocurren cambios hídricos debido
al aumento de estrógenos y glucocorticoides que ocurren al final de la gestación. Es en la
tercera fase del parto cuando cuando las contracciones uterinas facilitan la expulsión de las
membranas fetales.
La retención placentaria es provocada por la incapacidad de las vellosidades del cotiledón
fetal de desprenderse de las criptas de la carúncula materna, aunque también puede estar
relacionada con la dificultad mecánica de expulsar por completo la placenta. Se considera
retardada cuando la expulsión de membranas se prolonga por más de 12 horas, y si no son
expulsadas después de 24 horas son consideradas como retenidas.
Esta patología es considerada una de las principales afecciones reproductivas del ganado
bovino, debido a que es una incidencia que presentan alrededor del 30% de las vacas junto
con la metritis postparto, además, es más común su presentación en razas lecheras que en
razas cárnicas.

Son diversos los factores que se relacionan a la incidencia de la retención de membranas


fetales, entre los principales se encuentran abortos, distocias, parto múltiple, edad y
desórdenes hormonales. Los factores externos relacionados incluyen mala higiene de las
maternidades, que puede predisponer a infecciones y desbalances nutricionales, entre los
que se menciona la deficiencia de minerales como calcio, magnesio, fósforo, selenio, sodio
y potasio; y vitaminas A, D y E.
También se ha relacionado el padecimiento de ciertas enfermedades como lo son Brucella,
Leptospira, IBR, BVD, Vibriosis y Listeriosis, debido a que son enfermedades que afectan al
tracto reproductivo y pueden provocar alteraciones durante el parto e incluso aborto.

Así como existe una diversidad de factores predisponentes para la retención placentaria,
también existe una gran cantidad de consecuencias que se derivan de ésta. Si la placenta
no es expulsada 24 horas después del parto, esta puede permanecer hasta 6 días retenida.
El hecho de que haya residuos de placenta en el útero lo vuelve un medio adecuado para
que proliferen microorganismos, es por esto que la retención de membranas fetales es uno
de los principales factores que favorece la aparición de infecciones uterinas, como la
metritis. A largo plazo también se tienen consecuencias graves como son la falta de
fertilidad después de la retención, algunas vacas no pueden volver a quedar gestantes,
además, el estrés relacionado con la enfermedad disminuye la producción de leche, por lo
que también provoca importantes pérdidas económicas.

Respecto al tratamiento, la literatura menciona una amplia cantidad de terapias, cuyo


objetivo principal siempre será recuperar la fertilidad, prevenir y combatir la aparición de
infecciones secundarias. Entre los más mencionados se encuentra la inyección de
colagenasas en el cordón umbilical, este es específico para tratar la falta de proteólisis del
cotiledón. Los agentes que estimulan las contracciones uterinas, como las prostaglandinas y
la oxitocina, parecen ser efectivas si se aplican al primer o segundo día después del parto.
Otros métodos mencionados para el tratamiento incluyen la estimulación eléctrica,
acupuntura para dilatar el cérvix, la administración de drogas urocinéticas, sulfonamidas,
antibióticos, antisépticos y hormonas, sin embargo, ninguno de estos métodos ha
demostrado ser totalmente efectivo.

Podemos concluir que la identificación oportuna de vacas con retención placentaria es de


gran importancia debido a las consecuencias que se derivan de la misma, por lo que la
implementación de un tratamiento adecuado puede ayudar a reducir la presentación de
infecciones y de consecuencias sobre la fertilidad y por ende económicas. Así mismo, las
medidas de higiene y manejo adecuadas, y la suplementación con las vitaminas y minerales
anteriormente mencionados pueden ayudar a prevenir la aparición de esta patología.

Bibliografía consultada:
● Arrieta. D. (2013). Abordaje de la retención de placenta en bovinos especializados
en producción de leche en la zona del Volcán Poás. Tesis de Licenciatura.
Recuperado el 6 de Marzo de 2022 de:
https://repositorio.una.ac.cr/bitstream/handle/11056/12927/Diego-Armando-Arrieta-C
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● Barzallo, A. Retención Placentaria en Bovinos. Universidad de Cuenca. Recuperado
el 7 de Marzo de 2022 de:
https://dspace.ucuenca.edu.ec/bitstream/123456789/3047/1/mv164.pdf
● Valdés et. al. (2018). Retención de membranas fetales y patologías uterinas en
vacas lecheras tratadas con PGF2a después del parto. Revista Mexicana de
Ciencias Pecuarias. 9(3). Recuperado el 7 de Marzo de 2022 de:
http://www.scielo.org.mx/pdf/rmcp/v9n3/2448-6698-rmcp-9-03-576.pdf

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