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6.

Urgente. Te me apareces urgente, tocando parada en la mampara de mis ojos


como emergencia de lluvia en un día soleado.

Urgente. Los abrazos y besos que te pido y me das. Casi transparentes, sin medida a corta
distancia de mi respiración agitada.
Castigas con ellos mi sosiego meditado, rompiendo a tus anchas la paz que he elegido.

Urgente. Mis dedos vuelan por tu espalda que se levanta con cada roce.
Me siento a mis anchas colgado a tus menudencias con olor a chirimoyas de septiembre,
abundantes en placeres, prodigio de lujurias a media tarde.

Urgente. Embriagado con olores y visiones, perseguido por epifanías de tus deseos, vicios y
apetencias.
Urgente. Debilitado por el ansia de cogerte por los cabellos, royendo tus miembros para
saciarme de ellos impregnado de ti.
Festín de espaldas opuestas, mudas, inhalando agitación de media noche cuando los gatos
salen a cantar.

Urgente. Hielo abrasador, fuego helado que duele y se siente. Un breve descanso muy
cansado.
Cierra la puerta a dormir, esta vez para terminar exhaustos.

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